martes, 22 de septiembre de 2009

NUNCA DIGAS NUNCA

Yo nunca he tenido problema alguno con el sexo oral, nunca le he hecho ningún asco, encuentro que es uno de los grandes placeres que podemos brindarnos en la vida.

Es absolutamente deliciosa una boca curiosa que escudriñe los escondites de nuestra anatomía. Que se traslade ávida atrapando un pezón, que se deslice por el cuello, por la nuca, por las axilas. Una lengua mojada y caliente metiéndose con delicadeza en cada uno de los bordes y pliegues de nuestra zorra, para terminar con la boca entera mamando el clítoris. ES MUY RICO!!!

También es muy rico chupar una boca y agarrar un pico erecto y lamerlo suavemente desde abajo hasta la punta, sintiendo el sabor de la gotita de semen que se escapa por calentura. Chuparlo metiéndolo completo en la boca (si tiene el porte de Mr.Big no cabe), mirarle la cara al dueño del implemento y tener la certeza del placer sublime que estás entregando.

Eso empecé a disfrutarlo con timidez al principio pero rápidamente me entregué por completo a los placeres del sexo oral.

Con lo que tuve muchos problemas siempre fue con mi culo, siempre sentía que los machos puro querían darme por ahí y yo lo único que tenía eran problemas para entregar el sitio. Cualquier cosa, menos esa. Después de mucho defenderlo y llena de miedos y reservas, acepté un par de veces las exploraciones por la ruta angosta, pero la experiencia fue muy dolorosa,..igual lo hice como un sacrificio, una suerte de inmolación por amor.

Cuando comencé mi relación contigo te expresé claramente mi posición acerca de esa manera de tirar y tú por supuesto, despojaste de todo dramatismo mi confesión y de vez en cuando intentabas alguna entrada furtiva a este lugar censurado. Recuerdo que una de las primeras veces que tiramos con pito, tú quisiste que te diera vía libre y a mí me dio ataque de risa, entonces después, más tranquila, te pregunté si te importaba mucho que no pasara, (para inmolarme nuevamente por supuesto) tú me dijiste que la verdad no te importaba mucho y que esperarías, que yo algún día iba a pedírtelo casi como un favor. Me reí de nuevo pensando en la franca imposibilidad de que esto llegara a ocurrir algún día.

Eso me tranquilizó bastante, pero me quedó dando vuelta el bichito de la curiosidad… y del ego. Si me creía tan bacán en la cama, cómo arrugaba con eso… si lo hacían otras minas seguro no les dolía tanto… Recuerdo que vimos unas imágenes en una película porno, en dónde este camino de tierra parecía más bien pista de alta velocidad, entonces tomé la determinación que tenía que intentarlo nuevamente, era posible que de a poquito fuera pasando el dolor, ahora que el dolor se transformara en placer era algo que veía absolutamente improbable, pero no quería negarte un placer a ti.

Te conté mi decisión y tú fuiste exquisitamente cooperador, nuestros primeros intentos fueron requete pencas a lo más entraba la puntita ya que el dolor era muy intenso, teníamos que parar e intentarlo de nuevo, a veces lograba entrar pero apenas nos movíamos, yo me quedaba algo así como paralizada. Pero un día después de intentarlo y haber parado por el dolor, lo intentamos de nuevo y el dolor casi desapareció, entonces empecé a disfrutarlo, me sentía la raja, poderosa, grande. Ahí me di cuenta que después del dolor podía venir algo de placer, entonces establecimos una técnica, el primer embate era doloroso, lo sacabas un ratito mientras el dolor pasaba y lo intentabas de nuevo, de esta manera el camino quedaba bastante más expedito y cada vez lo gozaba más. Pero teníamos el problema de la higiene necesaria y eso es bien mata pasiones, entonces nos costaba mucho determinar cuándo era el momento justo (como tú eres muy caliente, algo así como insaciable…jajaja….en honor a la verdad somos harto calientes).

Digamos que no es fácil tirar por el chico, pero esta práctica se ha convertido en una de mis favoritas, efectivamente he llegado a pedirte insistentemente me tires por ahí, cuando se me atraviesan las ganas no se me pasan con nada más, ya tenemos más experiencia por lo que hemos probado distintas posiciones y más bien me gusta que vuelvas a la carga por ahí mismo después de una pausita.

Algunas veces los sábados en la noche, que es nuestro día de polvos por excelencia ya que me quedo a dormir contigo, cuando no tiramos por el culo, siento que quedo en deuda. Que la fiesta no fue TOTAL. Quién lo hubiera pensado. Moraleja: NUNCA DIGAS NUNCA.

4 comentarios:

  1. El sexo anal es un placer indescriptible, esa sensación de ir penetrando poco a poco el "culo" de una chica, a la velocidad que ella impone, pero deseando ambos que el pene ingrese por completo para finalmente eyacular en su interior y a la vez lograr un orgasmo de ellas, es una práctica posible de alcanzar con una combinación de confianza y de transgresión. Confianza, toda vez, que ciertamente provoca dolor la penetración anal, pero una vez establecido el acople delicioso y los movimiento aceptados, el placer de ambos es mayúsculo, sin embargo, el avance por el estrecho conducto está dado según el placer que ella experimenta y transgresión, por que nuestra sociedad, cartucha y pacata nos dicta las formas normales del coito, donde el sexo anal es motejado de perversión.

    Salud por tí Trini, que dice que cuando no tiras por el culo quedas con deuda.

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  2. Con buena lubricación, vaselina u otros productos, y partiendo de a poco, cero dolor. La primera vez fue así, la segunda, lo intentamos solo con saliva y mis secreciones... tuvimos que parar, ahí dolió. Lo intentamos después con una ayudita extra y no hubo problema. El sexo anal no tiene por qué doler.

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  3. Yo lo he sentido como todo un aprendizaje y cierto como tú dices, con un lubricante la cosa se hace más fácil. Pero lo que siento especial del sexo anal, es que uno tiene que tener la disposición mental, hay que vencer una barrera cultural y eso es más dificil de superar que el dolor... y para eso no hay lubricante que valga.

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