sábado, 17 de septiembre de 2011

LA TERCERA



Con mi JA no pasaba nada hace raaaaaaaaaaato, no es que lo hubiera tenido cortado, simplemente si no era una cosa era otra, ahora él como que se anduvo perdiendo, dejaba caer alguna invitación pero sin la urgencia de antaño, tanto que pensé que estaba seriamente prendado de alguna nueva fémina. Lo más probable es que estuviera mandándolo a guardar a otra chauchera, pero nada serio.
En fin, con días con más calorcito yo cambio y me embalo con todo, quedamos en juntarnos a rememorar viejos tiempos si o si antes del dieciocho. Estaba intentando hacer coincidir algún día de semana cuando el domingo cerca de mediodía recibí su llamada.
-Hola Preciosa- ¿puedes hablar? me gusta que se preocupe de no causarme “problemas” con mi mino.
-Si, lindo dígame no más-
-Adivina con quién voy a almorzar hoy- la verdad no había que ser sacerdotisa de algún oráculo para obtener la respuesta.
¿MMMMmmm tenemos Primo?-
¿ te tinca?
La verdad es que me provocó sentimientos encontrados. El domingo me gusta descansar, puedo hacer excepciones para vivir alguna de mis calurosas aventuras, pero no es uno de mis días favoritos para abrirme de piernas.
El otro inconveniente era que me los imaginaba almorzando con mucho copete y obviamente mi experiencia me decía que el Primo no llegaría en buenas condiciones a la hora en que supuestamente podríamos encontrarnos.
Pero pensar en dos picos en mi boca me hacía babear, entonces en la disyuntiva hablé claro y firme.
-OK, pero siempre que no se ponga a tomar, si no, no y nos juntamos los dos otro día ¿Ya?
Mi solicitud era tajante pero bastante cuerda, me avisaría si se podía en esas condiciones.
Igual imaginarme con dos deliciosos, brillantes y duritos picos para mi sola, me abría el apetito …y la zorra.
Un par de horas más tarde recibí la llamada, Ley Seca aceptada por el Primo y mi JA se comprometía a ser garante de esa condición.
En esas circunstancias me pareció buen argumento cambiar placer por descanso y acepté.
Con mi mino retomamos el antiguo ritual de prepararme bajo su atenta, babosa y cibernética mirada, así es que saliendo de la ducha conectamos la cámara.
Me vestí con cuidado con un conjunto de colaless y sostén de encaje rojo, medias negras ajustadas a mis muslos y me enfundé mis jeans favoritos, con una coqueta blusita.
Yo llevaba mi pitito y JA proveería de los otros artículos necesarios para el disfrute total. La camarita la llevaba por si acaso, ya que si notaba el más mínimo rechazo por parte de alguno de mis compañeros de cama prefería sacrificar el video en pos de una buena performance.
Y ahí estaba una vez más, con dos machos disponibles para una velada inolvidable y esta vez ambos estaban sobrios.
Estábamos los tres sentados en el comedor y no pasaba mucho, sólo besitos y agarrones suaves. No me es fácil el comienzo cuando hay dos en espera, así es que decidí separarme de ambos y provocarlos con algo de distancia. Me recosté en el sillón y como gata en celo me movía sinuosa ofreciendo el premio a quien quisiera tomarlo. JA se acercó y empezó a acariciarme sobre la ropa, la tirita del colaless aparecía en las caderas sobre la línea del jeans, él la tomaba entre sus dedos y seguía la ruta metiéndose bajo el pantalón en busca del tesoro.
El Primo se incorporó, JA le dejó el espacio y nos dejó solos un rato. Primo se fue al chancho al tiro, me desvistió sin ningún placer. La verdad me sentí bastante ridícula, yo que me preocupo de cada detalle para que el acto de desnudarse sea mágico .Para que ir despojándose prenda por prenda, disfrutando de cada centímetro de piel, vaya encendiendo de a poco los sentidos… todo se iba a la cresta por la ansiedad del Primo, hubiera dado igual si me hubiera puesto unas pantys de polar con calzones de lana.
Decidí disfrutar lo que él me proponía, le ayudé a desvestirme ya que mis prendas eran amenazadas con sufrir deterioros importantes y le ofrecí mis tetas. Debo ser franca, estaba caliente, si bien no era lo que había imaginado, igual dos picos logran encender mis ganas sobre toda decepción en la previa. Mis pezones duros querían ser rozados, lamidos, mojados, sus manos se acercaron a mis tetas y …las estrujó, apretando fuertemente los pezones. Ese acto que en medio de un polvo me puede llevar derechito al máximo placer, en el inicio es demasiado violento. Sus manos rudas me apretaban inmisericordes, pero no me quejé, decidí bajar el cierre del pantalón y ver que me ofrecía.
La cosa se puso buena, un pico durísimo emergió sin titubeos, la callampa gordita coronando al voluminoso me tentaba. Mi lengua no tardó en recorrer gustosa toda la envergadura de ese portento, que había quedado al debe la vez anterior, la firmeza de esa erección era absoluta. Me sentí feliz, todo iba a ir de maravillas.
Me calentaba sentir mi boca llena con esa delicia que entraba y salía, pero la premura del Primo por ensartarme me sacó de cuajo de mi juego oral, sus manos abrían mi zorra resbalosa con los jeans a medio sacar.
JA no aparecía. Ante la insistencia del Primo me paré en seco y le dije que sin condón no pensara en meterme ni la puntita. Me quiso llevar a la cama pero insistí que esperáramos, la verdad no me interesaba embalarme con él si faltaba un integrante en la fiesta.
Pero no entendió, llegó con un condón que accedí a enfundarle al percatarme que se lo estaba poniendo como la weas. Me di vueltas y quedé en cuatro, apoyándome en el sillón, ofreciendo mi zorra. Me penetró con alguna dificultad por su volumen, pero después de unas cuantas embestidas logró dilatar el fondo que oponía alguna resistencia. Por fin mi JA apareció, eso me dio confianza, sus manos recorrieron mi cuerpo mientras el pico del Primo entraba y salía potente en mi entregada zorrita.
JA preguntó si quería grabar, eso me pareció delicioso, le di indicaciones para que se encargara y él feliz adoptó el rol de camarógrafo. Las cosas se componían, me calentaba muchísimo vivir esa porno con todo, pero al no conocer la maquinita, en vez de un video, tomó una fotografía.
Jajaja, la verdad yo no tengo idea cómo tomar una foto con esa cámara pero la ley de Murphy justo tenía que hacer lo que no queríamos. La encendí nuevamente y nos fuimos a la cama, el Primo seguía con su pico firme y dispuesto y me penetró patitas al hombro, mientras JA buscaba los mejores ángulos para no perder ni un detalle, yo gozaba como enferma. Pero nuevos problemas con la cámara- parece que no graba- me di vuelta y el Primo embestía poseído con furia, intenté verificar si grababa o no, pero a esas alturas las cosas no estaban para concentrar mis esfuerzos en verificar ni una weá, el pico del primo y la conchita jugosa se estaban entendiendo demasiado bien. JA desapareció nuevamente unos minutos cuando sentí al grandote intentando el camino angosto.
Yo estaba obviamente dispuesta pero no alcancé a terminar de decirle “pero tiene que ser suave”, cuando había embestido con su rudeza endemoniada el agujero del culo. El dolor me paralizó, no voy a negar la cuota de rabia, ¡putas! si es rico que entre, pero de una y a lo bruto imposible disfrutarlo, lo saqué, esperé recuperar la respiración que se había cortado con la intensidad del dolor y puse mi mejor disposición para volver a intentarlo.
Lo guié con la mano manejando no sin esfuerzo la velocidad de la penetración y mi culo cedió a la gentileza.
Si conversando todos se entienden, cuando regresó JA el Primo me tenía todo el pico ensartado en el culo y yo gozándolo como enferma, me encantaba sentirlo de lleno entrando ya sin dificultad alguna en el camino angosto. Mi zorra jugosa esperaba también por su premio, el Primo no daba tregua, sentía como golpeaba mi culo clavándome hasta el fondo. Yo seguía a lo perrito sobre la cama, JA se incorporó al juego y me puso el bocado, durito y jugoso en la boca. Lo metió completo hasta el fondo de la garganta, sus manos tiraban de mi pelo agarrándome fuertemente por la nuca. Las rudas manos del Primo ahora eran bien recibidas por mi clítoris que disfrutaba cada roce brutal. ¡Putas qué rico! Temblaba gozando como la puta que soy.
Me disponía a adoptar la mejor posición para recibir a esas dos maravillas, quería al grandote por el culo y a JA por delante cuando sentí que el Primo bajaba la guardia. ¡NOOOOOOOOO!
Aún estaba adentro, pero ya no presionaba, no lo sentía inflamado, no se movía, pensé que había perdido vigor con el ingreso del otro macho a la cancha, pero que recuperaría el tono en unos instantes, me negaba a aceptar su descenso, pero lo sentía a cada instante más disminuido… ¡CHUCHAS hasta aquí no más llegamos! …Lo sentí salir lento, no quería admitirlo pero ya no había nada que hacer…EL WEON SE HABIA IDO CORTADO.
JA lo conminó a no abandonar pero parece que el caballero en cuestión es de una sola, corta y brusca. En otras palabras ¡Putas que tira mal el weón! Que desperdicio de pico.
Pero con mi JA todo estaba por venir, nos resignamos a tenernos sólo el uno al otro y nos hicimos tira mientras el Primo se tomaba una botella de vodka en la pieza contigua.
Regresó cuando habíamos acabado, sólo para despedirse.
La tercera no fue la vencida, ni la mejor, a estas alturas pienso que la primera vez fue algo así como un milagro, y qué bueno haberlo vivido.
Después que se fue el Primo volvimos al ataque con JA que tiene un pico de menor envergadura pero siempre dispuesto, con él no tengo quejas, me regó su deliciosa leche en la boca.
Llegué a la casa de mi mino con la conchita dolorida, con el gusto de JA en mi boca, con una foto borrosa, menos de 2 minutos de polvo grabados con el Primo y el sabor amargo de la decepción. Pero él se encargó de llevarme a gritar ¡Viva Chile!, con sus manos, su boca y mi Pico ideal, el Lucho.
Lo he dicho muchas veces pero al parecer los hombres no terminan de creerlo, el tamaño del pico no determina nada, es un detalle. A quién quiera le regalo al Primo con su pico grande e intermitente, y yo vuelvo a decir nunca más.
A ustedes les regalo la foto borrosa, casual, mala, pero real.
No siempre se gana.