domingo, 30 de diciembre de 2012

SIEMPRE HAY PAN QUE REBANAR


Como lo he dicho muchas veces, hay ocasiones en las cuales uno le pone todo lo que puede pero no hay caso.


El Pato continuó llamándome y enviándome mensajitos estilo Arjona, muy melosos y algo desubicados.

Me pidió insistentemente que nos juntáramos a la hora de almuerzo, la verdad es que no me gusta salir a esa hora por muchos motivos: nunca tengo certeza la hora exacta a la cual voy a salir, tengo poco tiempo, es mi pausa en la pega y además nunca ni en las mejores condiciones podría disfrutar a concho un polvo a esa hora, ya que hay que volver a trabajar, no me puedo fumar un pitito y no me puedo ir a revolcar con mi perro al terminar, entonces es clarito que no hay ganancia.

Pero tanto insistió y pensé que eso era mejor que nada para proseguir con nuestro “romance”, así es un caluroso día accedí a salir a esa hora. Me pidió que nos encontráramos frente al Centro Cultural Gabriela Mistral, el GAM.

Eso queda bastante cerca de mi trabajo. La verdad es que no me hice ilusiones de un pollito al velador, pero pensé que podríamos coquetear durante un almuerzo en las cercanías y avanzar algo más en esa aventura que habíamos comenzado.

Nos encontramos frente al edificio y mientras caminábamos le pregunté dónde estaba la cafetería, evidenciando mis claras intenciones de dirigirnos a ese lugar para comer algo.

-¿ya comiste?-

Rara pregunta si estaba ocupando mi hora de almuerzo para verlo.

-No- le contesté algo desorientada.

- ¿ y, dónde vas a comer?

¡Chutas! La verdad es que yo esperaba que él tuviera una opción clarita.

-No sé- le contesté para darle todas las posibilidades del mundo, desde un motel, un restaurante del sector, la cafetería del edificio, hasta un sandwich en la calle.

Pero él me indicó gentilmente un banco del lugar y …sería, se acomodó e hilvanó una conversación livianita que ocupó la totalidad de MI HORA DE ALMUERZO.

¡No hay derecho!, si yo incluso pensaba pagar mi cuenta, así es que cuando me percaté irrefutablemente que mi galán no tenía ninguna intención de que ingiriéramos ni un agüita. Miré mi reloj y me levanté para despedirme.

Me acompañó, como el caballero que es y de regreso a mi oficina me detuve a comprar algo para comer. Y con una bolsita de almuerzo en una mano y la decepción en el bolsillo, concluyó esta curiosa cita.

Si tuviera 14 años probablemente encontraría total, juntarme a pololear en un banco de un parque o del GAM, pero por favor, a estas alturas de mi vida y con mi intención de convertirlo en mi amante, es inadmisible.

Pero me imagino que para él la cita fue todo un éxito ya que trató de repetirla varias veces a lo cual me he negado sistemáticamente, cosa que no ha sido fácil ya que no se traga mi primera excusa.

Bueno, cuando no le apunto, no le apunto no más, pero así es la vida.

Así es que me refugié en los brazos de mi JA, que se ve fortalecido frente a las díscolas propuestas de este pajarito nuevo.

Me las jugué y me junté con mi JA un sábado en la noche.

Me enfundé medias con portaligas, un sexy vestido negro, llevé mi juguete favorito y mi camarita.

El aportó con un pito y la calentura acumulada de un largo rato en el cual no habíamos logrado coincidir con los tiempos disponibles.

Es otra cosa al tiro. En cuanto traspaso la puerta de su departamento su beso de bienvenida hace que las ganas me ahoguen de golpe.

Me pegué unas cuantas piteadas y me sumergí en un mundo surrealista inundado por un abanico de sensualidad en el cual hasta el aire que pasaba por mis piernas me provocaba.

Me gustaba que el vestido se subiera casi sin darme ni cuenta y exhibir mis muslos enmarcados en el portaligas y sentir el aire en los glúteos, que se exponían casi desnudos.

Caliente y desinhibida es muy buena mezcla, así es que agarré la camarita de mi bolso para hacer de esa noche un encuentro absolutamente inolvidable, pero cuando traté de hacerla funcionar me di cuenta que estaba volada como un piojo, tanto que después de intentarlo muchas veces simplemente no pude hacer aquello que había hecho tantas veces antes. Nunca pude apretar el botón para grabar.

Le pasé la cámara a él, pero como de costumbre sólo sacó una mala foto.

Tenía ganas de grabar y cuando me vuelo me pongo obsesiva, caliente pero obsesiva, así es que él me ofreció grabar con su cámara. Eso es algo que no acostumbro hacer.

-te la llevas- me dijo

Y …weno ya, si con la mía no había caso y me llevaría la grabación con cámara y todo ¿ porqué no?

No lo pensé mucho, porque simplemente no podía pensar, así es que me dejé llevar por la calentura que se apoderó de mi voluntad y me hizo exhibirme impúdica frente a la cámara que mi compañero no soltó nunca, dejando perpetrados unos primeros planos que nada tienen que envidiar a la porno más cruda.

La mano que le quedaba libre hurgaba con gran habilidad abriendo y penetrando mis hoyitos que se deleitaban felices.

Dejó la cámara instalada en un costado para tomar en muy buen ángulo como su pico atravesaba mi garganta, mi lengua jugaba con su callampa tensa y después envolvía toda la envergadura de su pene durísimo que entraba y salía de mi boca.

Se enfundó el condón y me penetró por la conchita que lo único que quería era algo de acción directa, acabé varias veces con su pico metido hasta el fondo, su manos pellizcando mis tetas y mis piernas abiertas exponiendo el clítoris al roce despiadado de su pico tieso.

Volvió a agarrar la cámara para desarrollar primeros planos con el protagonista metiéndose en el camino estrecho, gran travesía que la cámara tomaba de frente. Mostrando el pico ensartado hasta el fondo en el culo y la zorra abierta, rosada y jugosa.

El juguetito que había entrado en acción rato antes tomó el agujero que quedaba libre, mientras el pico empujaba en el culo. Me encanta sentirme llenita, si es con dos picos mejor, pero con uno de verdad y un juguetito es total.

Una chorreada de leche grabada de frente fue la guinda de la torta, el pelo pegoteado y la boca llena de semen calientito era el mejor final para la película.

Me costó emprender mi viaje de regreso, pero mi JA me ayudó y me entregó la camarita con muchas indicaciones que por supuesto no entendí, enchufes, cargadores y todo.

Llegué a la guarida de mi perro más caliente y volada que de costumbre y con un curioso botín en el bolso.

Se lo entregué confiada esperando que él resolviera los problemas tecnológicos que pudiéramos enfrentar. Entre la calentura y la voladura no caché para nada lo que había pasado pero me encontré mirando con mi perro, en el visor de la cámara, la porno más ruda que nunca había visto, hasta… que se le acabó la batería.

Esa noche abandonamos la idea de ver la grabación y tiramos hasta quedar exhaustos.

Pero la cosa no era para renunciar así como así. En cuanto pude le pedí a JA que me traspasara el video en un pendrive, no voy a entrar en detalles pero les diré todo fue algo así como de película para que me pasara el material sin que nadie se diera cuenta, era casi como la entrega del micro film en una película de James Bond.

Cuando llegué con el preciado tesoro, el compu tampoco lo reconoció pero después de que mi perro bajó cuanto programa se apareció, emergieron las imágenes calentonas y nos dispusimos a disfrutar de la película XXX.

A poco andar nos dimos cuenta que había problemas con el sonido, pero la imagen se veía nítida, HD, demasiado clara y …lenta, se veeiiaaaa eeennn cáááámmmmaaaaraaaa lleeennntttaaaaa, xxxxxuuuuuuuuuu ese día tiramos mirando embobados el compu y por supuesto tomándonos todo el tiempo del mundo. Debo reconocer que fue harto heavy ver la performance en HD, primer plano y más encima en cámara lenta.

Jajaja putas que me pasan weas ¿no? con razón muchos piensan que mis aventuras son fruto de mi fructífera imaginación, pero son la pura y santa verdad.

Bueno, el Pato ha seguido con sus mensajes Arjonianos. “Mi amada ¿porqué tan distante?” y después me llama por teléfono para decirme lo mismo ¡UFFFFFFFFFF! ¡Qué lateeeeeeeeeeeeero ¡ la última vez me preguntó qué haría esa noche y le contesté que me quedaría en la casa de mi mino, al parecer no le gustó mi respuesta porque después de eso ha habido un silencio mortal. Francamente espero que sea el último suspiro de una relación que nació muerta.

Y si de cosas peculiares se trata ¿se acuerdan del Primo? JA me contó que había chocado enfermo de borracho, que hasta salió en la tele, y ahí me acordé que en las noticias apareció un weón, enfermo de curado que después que chocó se quedó dormido raja y que los pacos estuvieron como 20 minutos tratando de despertarlo. La verdad es que a mí también me costó harto trabajo despertar al niño.

Bueno, para terminar un deseo de placer para todos en este 2013 que viene. Que nos encontremos con menos Primos y con más JA. Pero como mi máxima fortuna es mi partenaire, el que me ayuda a tomar todo con esa necesaria cuota de humor y que me hace chillar de placer, les deseo que si no encuentran a su media naranja, encuentren a su limón completo o a su sandía calá’, cualquier fruta sirve.

FELIZ 2013

domingo, 16 de diciembre de 2012

LA CITA

No vayamos a decir que la nueva cita era algo poco predecible, obviamente tenía un 90% de certeza de que polvo iba a haber. Los comienzos son siempre muy excitantes, la previa había estado muy bien, pero tomando en cuenta que igual sería una primera vez, me vestí como una dama sexy, pero dama, no quería que se me asustara el nuevo candidato.

Lo llamé en la tarde para decirle que llevaría el postre, acusó recibo del doble sentido de mis palabras, dándome con eso mayor seguridad. Me puse un vestido que era la mezcla perfecta, algo vaporoso, ligero y suelto, como toda una dama, pero animal print, mini y muy fácil de sacar , como la perra que soy, un conjunto negro bastante clásico con colaless y pantys negras, botas grises de tacones altos.

Le pedí la aprobación del vestuario a mi perro por cam, y cuando vi su mirada caliente al otro lado de la pantalla, emprendí feliz y segura mi camino hacia el descubrimiento de este nuevo macho. Estaba en estos preparativos pensando que se me estaba haciendo tarde cuando me llamó pidiéndome que atrasáramos la cita unos 20 minutos, era demasiado perfecto todo.

Cuando llegué me recibió con un piquito suave, yo aún tenía el recuerdo fresco de su boca y me sentí un tanto decepcionada por su recepción, no se trataba de que nos pusiéramos a atracar de una, pero un beso chupeteado con punteo leve o un agarroncito de culo me habría dejado más feliz.

Apenas entré, vi una mesa romántica perfectamente dispuesta, como de publicidad televisiva: velas, copas, el pan trozado en una tabla, los platos debidamente colocados, pensé que sólo faltaba el camino de pétalos de rosa hacia la cama. Algo de romance no le hace mal a nadie, así es que calmé a la perra y la dama se dispuso a disfrutar de la cena a la que le faltaban solo un par de minutos para ser servida.

El Pato se comportó como un galán de tomo y lomo. La cena preparada por él de punta a cabo, partimos con una sopa, (servida en una sopera) ligera y sabrosa, continuamos con una pechuga de pollo al limón, acompañado por pasta y ensalada. El postre que yo había aportado consistía en una tarta de leche asada con manzanas.

Jajaja ¿están algo aburridos?

Bueno, la verdad es que también estaba ligeramente aburrida, era todo demasiado correcto, la conversación giraba en un plano más bien familiar. Estaba empezando a bajarme el sueño así es que fui al baño a refrescarme un poco, cuando salí se cruzó en el pasillo y empezó la fiesta, me agarró de una metiendo su manos bajo el vestido, me fue empujando suave hasta una habitación y me sacó el vestido de una, sin ningún comentario y sin mediar pausa me desvistió completamente.

Yo entiendo que para tirar la ropa sobra, pero perderse el ir descubriendo la piel y no darle unos minutos a ese placer fetichista de la ropa interior femenina lo encuentro bastante imperdonable, sobre todo en las primeras citas, bueno que tampoco hubiera servido de mucho que me hubiera tomado una hora en desnudarme ya que apagó completamente la luz ¿qué hace una perra exhibicionista como yo cuando le pasa eso?
Prender la luz, dirán muchos, claro que lo hubiera hecho pero era un lugar desconocido, no era la habitación principal, era una pieza con varias camas pequeñas y no tenía idea dónde estaba la puta luz.

Bueno, pero creo que ya se habrán dado cuenta que soy una perra comprensiva y con una gran dosis de paciencia, porque de lo contrario con esos signos al debe, debería haber concluido que esta nueva relación no sería muy fructífera.

La verdad es que no tuve tiempo, ni me atreví a proponer un pitito para ayudar a la liberación, creo que hubiera sido útil (días después me confesó que eso era algo que le gustaba hacer), pero sus manos habían empezado a realizar un buen trabajo y mi niña que si bien se había quedado con las ganas de ser descubierta de a poco y con misterio, estaba reaccionando feliz al roce de esas manos nuevas, que escudriñaban sin timidez en la impunidad de la oscuridad.

Sus hábiles dedos abrían suavemente mi conchita y se metían provocando placer. Al cabo de un rato ya me había acostumbrado a la oscuridad y en la penumbra pude descubrir un pico erecto listo para la batalla, las dudas se despejaron y la calentura se convirtió en la reina de la fiesta.

Yo estuve mucho rato acostada boca arriba con las piernas abiertas disfrutando de las pajas que cada vez iban siendo más productivas, pero al ver ese miembro durito no me aguanté y me incorporé para comérmelo.

Quedé sentada en la cama, soy flexible pero estaba harto incómoda doblada en dos chupando la callampa húmeda de mi compañero, lo acomodé como pude para sentir ese pico palpitar dentro de mi boca.

Mi compañero quiso pasar a la siguiente etapa y yo estaba absolutamente de acuerdo, me moría de ganas de que algo más contundente que los dedos se metieran por mi zorrita.
Como estaba oscuro, pensé que él habría puesto el mismo empeño en ocuparse de los detalles del polvo, que en preparar la cena y que tendría las cosas necesarias a mano.

Yo esperaba la maniobra de búsqueda del condón, pero en lugar de eso, mi compañero buscó mi zorrita con una mano y con la otra agarró a su ciego y tieso compañero, en una indudable acción de guiarlo a la ansiada guarida.
Me puse en guardia.

 - El condón- le dije suavemente, pero él no me hizo ningún caso.

Siguió acariciándome, con el pico empuñado con su otra mano, acercándolo peligrosamente a mi niña que estaba de lo más disponible a gozar como una suelta.

Pero esa loca no se manda sola. - Que te pongas un condón – repetí en un tono en el que no quedara duda de que me estaba escuchando.
- No tengo - - ¿Qué?-
- Que no tengo condón-

Claramente podría haberse ido todo a la cresta en ese instante, pero una perra preparada como yo ando siempre lista. - No te preocupes- le dije- yo tengo-

La verdad me cuesta entender como un weón viejo anda por la vida culiando a pata pelá’, con minas a las cuales conoce poco o nada.

Bueno, pero no era la hora de los juicios de valor, así es que solucionado el problema, continuamos con lo que nos convocaba y con su gorrito puesto se hizo espacio abriéndome con la presión justa. Lo sentía entrando en cada embate un poco más adentro, él sobre mí presionaba con su pelvis para que el pico taladrara mi zorra.

Tuve un par de orgasmos de nota 4 en una escala del 1 al 7 o sea justito para aprobar no más.

- Date vuelta que voy a montarte- le dije tomando las riendas de ese correcto pero fooooooome polvo. - ¿te gusta así? era obvio que si lo pedía era porque me gustaba, si él hubiera agregado algún comentario provocador a sus palabras, habría salvado, pero el Pato es correcto, así es que inimaginable escucharlo decir ¿te gusta así para poder ensartarte y domar a tus potros? por ejemplo. -

 Bueno pero tomar las riendas y darle otro ritmo, un carácter un poco más lujurioso, fue muy beneficioso, me restregué sin piedad y el Pato hizo lo suyo manteniendo la dureza de su entrepierna, mientras sus manos agarraban mis tetas.
Exploté satisfactoriamente, él se dio pagado y me dijo – hazme acabar- cosa que no me costó mucho trabajo.
En la misma posición me ocupé de exprimir su pico estrujando con mi conchita adiestrada, hasta que no quedó ni una gota.

Después fue muy cariñoso, estuvo largo rato acariciando mi espalda.

- ¿Qué piensas? Me preguntó con tono profundo
- Nada – le contesté- no pienso, siento-

No sé muy claramente qué quería escuchar, la verdad es que la comunicación verbal anduvo harto mal durante el polvo, nunca llegué a “alinearme” con él, ni siquiera en los momentos más álgidos.

- ¿ Y no te parece raro que estemos juntos en una cama?
– Claro que es raro-le contesté- por decir algo, pero la verdad es que no le encontraba sentido a nada de lo que hablábamos.

Me imagino que él quería escuchar

- “Para mí esto es un sueño cumplido, de pequeña estuve enamorada de ti y ahora que llegué a VENUS en tus brazos, podré morir tranquila”

. Bueno, pero eso es sólo fruto de la imaginación de una perra caliente que puede decir que ha conocido y degustado un nuevo y nada despreciable pico.

Después de eso encendí la luz y me vestí sin mucha parsimonia, intuía que el Pato era de una no más, por lo que no valía la pena perder tiempo intentando tentar con un vestir más sugerente, sólo quería llegar lo más rápido posible a revolcarme con mi perro a sabiendas que él y su amigo Lucho, lograrían calmar las ansias de mi zorrita.

Me acompañó a la puerta como un caballero y luego como dama insegura preguntó vacilante ¿te podré ver otro día? Por supuesto, le contesté amorosa y salí caminando sonriente.

No voy a decirles que fue el peor polvo de mi vida, obviamente tampoco el mejor, pero nunca los primeros polvos son espectaculares.

Ya veremos qué ocurre con este romántico galán.