jueves, 16 de febrero de 2012

PERO SIGO SIENDO....


Hola a todos, la verdad se me pasó el tejo para abandonar mi espacio, es que como no soy escritora me toma tiempo y energía escribir mis andanzas… pero no he muerto.
Bueno, vamos por el principio, después del fallido trío con mi JA, tiramos una vez más los dos solos y posteriormente vino un largo periodo de sequía.
En general era él quien presionaba deliciosamente para realizar nuestras juntas, pero ahora algo pasaba porque a pesar de muchos intercambios de frasecitas comprometedoras a escondidas, no lográbamos concretar en una reunión íntima.
Un día caluroso recibí una llamada suya y después de los saludos de rigor me invitó para que nos juntáramos a almorzar. Eso no era algo muy habitual, pero tampoco era raro que sólo nos reuniéramos para chacharear como buenos amigos. Eran días en los cuales yo estaba absolutamente copada, por lo que decidí juntar una serie de cosas pendientes y me tomé la tarde libre para realizarlas… y de paso tendría tiempo para regalarme algún pollito al velador si es que se daba.
Nos encontramos cerca de mi oficina e inmediatamente me explicó que tenía cosas que hacer después de almorzar por lo que mi ilusión de una tarde sudorosa se enfrió de inmediato. Pedí un plato vegetariano y casi me atoro con la lechuga cuando, como para que pasara casi desapercibida, incluye entre frases triviales una bomba atómica, “…..Trini…estoy pololeando…...” Debo confesar que aunque está situación la había previsto muchas veces y lo conversábamos frecuentemente con mi mino, fue un balde de agua fría, traté de parecer lo más complacida posible, pero en verdad sentía que algo se derrumbaba y que la perra estaba con las orejas gachas acusando recibo del golpe.
No tocamos el tema de qué iba a pasar con nosotros en esta nueva situación. Yo creo que él no se las quiso jugar por su nueva minita y yo no quise de buenas a primeras exponer una situación, en efecto, escabrosa. Lo peor de ese día vino después, mi base, mi refugio, el que pone las cosas en su sitio cuando yo estoy terremoteada es mi perro y ese día, por diversos motivos me fue IMPOSIBLE hablar siquiera con él. Eso no pasa nunca, bueno, Ley de Murphy, parecía que los astros se confabulaban para que yo me fuera a la cresta y …solita ¿con quién podría compartir esa terrible noticia? No es cosa que de rompe y rasga uno venga y le diga a un compañero de oficina, … “mi amante favorito tiene polola... cierto ¿no te había contado que tengo amantes? “lo peor es que mi perro no está para que me consuele… si claro … él sabe que tengo amantes…” en fin claramente no era una posibilidad, así es que me la tuve que tragar sola.
Mi rival era una minita que yo conocía, una jovencita que también había sido parte del staff de las estudiantes con las que trabajo. Muy delgada, bastante agraciada, pero más bien con cara de niña buena, me parecía de buenas a primeras poco probable que pudiera terremotearlo en el ring de 4 perillas, pero eso nunca se sabe, a veces las que tienen cara de ángel son unos verdaderos demonios con las piernas abiertas.

Después de reponerme del primer golpe decidí que lo mejor era hacerme la loca, no quería de ninguna manera perder las bondades sexuales de mi JA, así es que resolví no hacer dramas y hacer como si las cosas no hubieran cambiado entre nosotros, sólo esperaría una buena ocasión para arremeter con todo.
Ya más tranquila y después de haber recuperado energías en los brazos de mi perro, fui sorprendida por una clara invitación de JA. Se me iluminó la cara y se me mojó la zorra, era lo que estaba esperando, si tirábamos una vez en estas nuevas condiciones, la proyección se haría más fácil, todas las primeras veces son las difíciles.
Fui como una perra dócil, pero perra igual. Llevé la cámara pero sin forzar nada, si se daba bien, sino piola. Primero fuimos a cenar, no quise tocar el tema de la pololita, como si no existiera. Recién había llegado la comida cuando sonó su celu. En efecto lo primero que pensé era que la que estaba al otro lado era su minita, pero a poco escuchar me di cuenta que hablaba con su hija, al poco rato él le pidió que le pasara a su mamá, o sea, su ex. Cuento corto le decía que tenía que hacerse cargo de la pequeña esa noche, JA defendía con todo nuestro polvo, pero se notaba que iba perdiendo terreno. Yo al principio me descompuse un poco, pero después pensé que podía sacar ventaja de la situación, y con gestos le dije que por mí no se preocupara que estaría bien, que yo entendía.
Eso lejos de quitarle las ganas las acrecentó mucho más, pedimos la cuenta rápidamente y nos fuimos a tirar como si el mundo fuera a acabarse, lo claro era que teníamos poco tiempo.
Ya en las escaleras del edificio del departamento comenzamos el atraque firme, agarré su pico duro que se dibujaba claro bajo el pantalón, mientras sus manos se metían debajo del vestido y me estrujaban los glúteos empujando mi pelvis contra su dureza, saque mi mano para sentir en mi zorra en pleno el roce de su herramienta. Nos detuvimos largo en esas escaleras arriesgando que alguien nos viera, la verdad es que no me importaba, ni siquiera lo pensé mucho, solo me encantaba sentir su lengua en mi garganta y la calentura en ascenso vertiginoso.
No me di cuenta cuando ni como mi colaless ya no estaba en su lugar, sin apartarse ni un milímetro de mi boca lo restregaba en su nariz, oliendo extasiado la prenda mojada por mis jugos. Yo percibía claramente mi olor a sexo y me excitaba más aún constatar lo que ese olor provocaba en él. Nos llevamos la prenda a la boca, pero le dejé la parte más viscosa a él, yo la tomaba de su lengua. A esas alturas el vestido ya estaba arriba de la cintura y de a poco habíamos llegado a la puerta de su depto.
En ese momento pensé que me habría excitado más aún que alguno de sus vecinos hubiera irrumpido sorprendiéndonos en esas lides. Lo puse de espaldas apoyado en la puerta, me agaché y bajé el cierre del pantalón liberando al dragón que luchaba por ser liberado, emergió caliente, orgulloso y agradecido. Mi lengua lo recorrió de punta a cabo dibujando la callampa y me detuve gustosa en la ranura degustando esas gotas que emergían levemente. Me lo tragué entero agarrando sus bolas que aún estaban bajo el bóxer, notaba su nerviosismo pero la calentura era mayor por lo que ni él ni yo abandonábamos la posición.
Bajó el cierre del vestido y me estrujó los pezones fuertemente mientras su pico empujaba en mi garganta. Sentí su mano buscando las llaves en el bolsillo de su pantalón, pero no alcancé a incorporarme cuando me agarró en vilo y de una me ensartó, me agarré fuertemente con mis brazos sobre sus hombros y las piernas abrazando su pelvis. Subía y bajaba como en un tobogán, golpeábamos fuertemente en la puerta, sus brazos cruzados bajo mi culo contenían mi caída y mi zorra gozaba la fuerte fricción de la subida y más aún de la bajada. Todo demasiado bien pero las llaves que tenía agarradas en una de sus manos se incrustaban inmisericordes en uno de mis muslos. La incomodidad pudo más que la calentura, ya que intentó abrir la puerta sin abandonar la posición, pero sus pantalones habían caído a la altura de sus tobillos y el riesgo de sacarse la cresta era demasiado, así es que decidimos continuar con nuestro polvo como gente decente, dentro de la privacidad de su departamento.
Por supuesto ni pensé el tema de la cámara había poco tiempo así es que había que aprovecharlo lo mejor posible, nos sacamos lo que quedaba de ropa, que no era mucho, lo más rápidamente posible, agarró los condones y le dimos con todo.
Sus dedos exploraron el camino estrecho y acto seguido me lo incrustó con gentileza y decisión, estaba todo muy resbaloso por lo que no hubo ninguna incomodidad. Quedé boca abajo con su peso sobre mi cuerpo, sus manos abrían mi zorra mientras su pico se enterraba en mi culo con firmeza. Me encantaba sentir su boca mordiendo mis hombros resoplando como animal, sus manos se juntaban estrujando mi clítoris que parecía estallar.
Escuchaba mi voz pidiendo más, más… no pares….ábreme la concha, así …estruja…aprieta. Sus piernas presionaban haciendo que su pico me atravesara completa hasta el fondo, mi grito explotó, haciendo caso de su -vamos puta…tómalo todo…mi amor goza…perra”- mi cuerpo completo se contraía no percibiendo en forma clara dónde estaba el epicentro de la explosión, ¡Qué cosa más rrrrrrica!
Con la respiración entrecortada y ansiosa preguntó ¿dónde quieres que acabe? le pedí que lo hiciera en mi culo, quería sentir ahí mismo como se vaciaba aún dentro del condón, disfruté de sus temblores estrujando con mi culo ese pico que me regalaba su leche. Nos quedamos unos minutos sin movernos, con la agradable sensación de éxito rotundo, pero inevitablemente teníamos que acelerar la partida.
Salió de mi culo con cuidado, fui yo la que agarré el condón y como la guinda de la torta vacié el contenido en mi pecho, esparciendo el contenido hasta mi boca. Me gusta el sabor del semen y el olor ácido y picante me excita automáticamente, con eso estaba en condiciones de continuar mi juerga sexual y tomar mi camino enfilándome sin rencor hasta la casa de mi perro.
Bueno, después de esa deliciosa experiencia la noviecita se convirtió en mi cabeza en algo así como una sombra, existe… pero sin ni un brillo.

P.D.De regalo les dejo un video hecho especialmente para ustedes,espero que lo disfruten