sábado, 17 de septiembre de 2011

LA TERCERA



Con mi JA no pasaba nada hace raaaaaaaaaaato, no es que lo hubiera tenido cortado, simplemente si no era una cosa era otra, ahora él como que se anduvo perdiendo, dejaba caer alguna invitación pero sin la urgencia de antaño, tanto que pensé que estaba seriamente prendado de alguna nueva fémina. Lo más probable es que estuviera mandándolo a guardar a otra chauchera, pero nada serio.
En fin, con días con más calorcito yo cambio y me embalo con todo, quedamos en juntarnos a rememorar viejos tiempos si o si antes del dieciocho. Estaba intentando hacer coincidir algún día de semana cuando el domingo cerca de mediodía recibí su llamada.
-Hola Preciosa- ¿puedes hablar? me gusta que se preocupe de no causarme “problemas” con mi mino.
-Si, lindo dígame no más-
-Adivina con quién voy a almorzar hoy- la verdad no había que ser sacerdotisa de algún oráculo para obtener la respuesta.
¿MMMMmmm tenemos Primo?-
¿ te tinca?
La verdad es que me provocó sentimientos encontrados. El domingo me gusta descansar, puedo hacer excepciones para vivir alguna de mis calurosas aventuras, pero no es uno de mis días favoritos para abrirme de piernas.
El otro inconveniente era que me los imaginaba almorzando con mucho copete y obviamente mi experiencia me decía que el Primo no llegaría en buenas condiciones a la hora en que supuestamente podríamos encontrarnos.
Pero pensar en dos picos en mi boca me hacía babear, entonces en la disyuntiva hablé claro y firme.
-OK, pero siempre que no se ponga a tomar, si no, no y nos juntamos los dos otro día ¿Ya?
Mi solicitud era tajante pero bastante cuerda, me avisaría si se podía en esas condiciones.
Igual imaginarme con dos deliciosos, brillantes y duritos picos para mi sola, me abría el apetito …y la zorra.
Un par de horas más tarde recibí la llamada, Ley Seca aceptada por el Primo y mi JA se comprometía a ser garante de esa condición.
En esas circunstancias me pareció buen argumento cambiar placer por descanso y acepté.
Con mi mino retomamos el antiguo ritual de prepararme bajo su atenta, babosa y cibernética mirada, así es que saliendo de la ducha conectamos la cámara.
Me vestí con cuidado con un conjunto de colaless y sostén de encaje rojo, medias negras ajustadas a mis muslos y me enfundé mis jeans favoritos, con una coqueta blusita.
Yo llevaba mi pitito y JA proveería de los otros artículos necesarios para el disfrute total. La camarita la llevaba por si acaso, ya que si notaba el más mínimo rechazo por parte de alguno de mis compañeros de cama prefería sacrificar el video en pos de una buena performance.
Y ahí estaba una vez más, con dos machos disponibles para una velada inolvidable y esta vez ambos estaban sobrios.
Estábamos los tres sentados en el comedor y no pasaba mucho, sólo besitos y agarrones suaves. No me es fácil el comienzo cuando hay dos en espera, así es que decidí separarme de ambos y provocarlos con algo de distancia. Me recosté en el sillón y como gata en celo me movía sinuosa ofreciendo el premio a quien quisiera tomarlo. JA se acercó y empezó a acariciarme sobre la ropa, la tirita del colaless aparecía en las caderas sobre la línea del jeans, él la tomaba entre sus dedos y seguía la ruta metiéndose bajo el pantalón en busca del tesoro.
El Primo se incorporó, JA le dejó el espacio y nos dejó solos un rato. Primo se fue al chancho al tiro, me desvistió sin ningún placer. La verdad me sentí bastante ridícula, yo que me preocupo de cada detalle para que el acto de desnudarse sea mágico .Para que ir despojándose prenda por prenda, disfrutando de cada centímetro de piel, vaya encendiendo de a poco los sentidos… todo se iba a la cresta por la ansiedad del Primo, hubiera dado igual si me hubiera puesto unas pantys de polar con calzones de lana.
Decidí disfrutar lo que él me proponía, le ayudé a desvestirme ya que mis prendas eran amenazadas con sufrir deterioros importantes y le ofrecí mis tetas. Debo ser franca, estaba caliente, si bien no era lo que había imaginado, igual dos picos logran encender mis ganas sobre toda decepción en la previa. Mis pezones duros querían ser rozados, lamidos, mojados, sus manos se acercaron a mis tetas y …las estrujó, apretando fuertemente los pezones. Ese acto que en medio de un polvo me puede llevar derechito al máximo placer, en el inicio es demasiado violento. Sus manos rudas me apretaban inmisericordes, pero no me quejé, decidí bajar el cierre del pantalón y ver que me ofrecía.
La cosa se puso buena, un pico durísimo emergió sin titubeos, la callampa gordita coronando al voluminoso me tentaba. Mi lengua no tardó en recorrer gustosa toda la envergadura de ese portento, que había quedado al debe la vez anterior, la firmeza de esa erección era absoluta. Me sentí feliz, todo iba a ir de maravillas.
Me calentaba sentir mi boca llena con esa delicia que entraba y salía, pero la premura del Primo por ensartarme me sacó de cuajo de mi juego oral, sus manos abrían mi zorra resbalosa con los jeans a medio sacar.
JA no aparecía. Ante la insistencia del Primo me paré en seco y le dije que sin condón no pensara en meterme ni la puntita. Me quiso llevar a la cama pero insistí que esperáramos, la verdad no me interesaba embalarme con él si faltaba un integrante en la fiesta.
Pero no entendió, llegó con un condón que accedí a enfundarle al percatarme que se lo estaba poniendo como la weas. Me di vueltas y quedé en cuatro, apoyándome en el sillón, ofreciendo mi zorra. Me penetró con alguna dificultad por su volumen, pero después de unas cuantas embestidas logró dilatar el fondo que oponía alguna resistencia. Por fin mi JA apareció, eso me dio confianza, sus manos recorrieron mi cuerpo mientras el pico del Primo entraba y salía potente en mi entregada zorrita.
JA preguntó si quería grabar, eso me pareció delicioso, le di indicaciones para que se encargara y él feliz adoptó el rol de camarógrafo. Las cosas se componían, me calentaba muchísimo vivir esa porno con todo, pero al no conocer la maquinita, en vez de un video, tomó una fotografía.
Jajaja, la verdad yo no tengo idea cómo tomar una foto con esa cámara pero la ley de Murphy justo tenía que hacer lo que no queríamos. La encendí nuevamente y nos fuimos a la cama, el Primo seguía con su pico firme y dispuesto y me penetró patitas al hombro, mientras JA buscaba los mejores ángulos para no perder ni un detalle, yo gozaba como enferma. Pero nuevos problemas con la cámara- parece que no graba- me di vuelta y el Primo embestía poseído con furia, intenté verificar si grababa o no, pero a esas alturas las cosas no estaban para concentrar mis esfuerzos en verificar ni una weá, el pico del primo y la conchita jugosa se estaban entendiendo demasiado bien. JA desapareció nuevamente unos minutos cuando sentí al grandote intentando el camino angosto.
Yo estaba obviamente dispuesta pero no alcancé a terminar de decirle “pero tiene que ser suave”, cuando había embestido con su rudeza endemoniada el agujero del culo. El dolor me paralizó, no voy a negar la cuota de rabia, ¡putas! si es rico que entre, pero de una y a lo bruto imposible disfrutarlo, lo saqué, esperé recuperar la respiración que se había cortado con la intensidad del dolor y puse mi mejor disposición para volver a intentarlo.
Lo guié con la mano manejando no sin esfuerzo la velocidad de la penetración y mi culo cedió a la gentileza.
Si conversando todos se entienden, cuando regresó JA el Primo me tenía todo el pico ensartado en el culo y yo gozándolo como enferma, me encantaba sentirlo de lleno entrando ya sin dificultad alguna en el camino angosto. Mi zorra jugosa esperaba también por su premio, el Primo no daba tregua, sentía como golpeaba mi culo clavándome hasta el fondo. Yo seguía a lo perrito sobre la cama, JA se incorporó al juego y me puso el bocado, durito y jugoso en la boca. Lo metió completo hasta el fondo de la garganta, sus manos tiraban de mi pelo agarrándome fuertemente por la nuca. Las rudas manos del Primo ahora eran bien recibidas por mi clítoris que disfrutaba cada roce brutal. ¡Putas qué rico! Temblaba gozando como la puta que soy.
Me disponía a adoptar la mejor posición para recibir a esas dos maravillas, quería al grandote por el culo y a JA por delante cuando sentí que el Primo bajaba la guardia. ¡NOOOOOOOOO!
Aún estaba adentro, pero ya no presionaba, no lo sentía inflamado, no se movía, pensé que había perdido vigor con el ingreso del otro macho a la cancha, pero que recuperaría el tono en unos instantes, me negaba a aceptar su descenso, pero lo sentía a cada instante más disminuido… ¡CHUCHAS hasta aquí no más llegamos! …Lo sentí salir lento, no quería admitirlo pero ya no había nada que hacer…EL WEON SE HABIA IDO CORTADO.
JA lo conminó a no abandonar pero parece que el caballero en cuestión es de una sola, corta y brusca. En otras palabras ¡Putas que tira mal el weón! Que desperdicio de pico.
Pero con mi JA todo estaba por venir, nos resignamos a tenernos sólo el uno al otro y nos hicimos tira mientras el Primo se tomaba una botella de vodka en la pieza contigua.
Regresó cuando habíamos acabado, sólo para despedirse.
La tercera no fue la vencida, ni la mejor, a estas alturas pienso que la primera vez fue algo así como un milagro, y qué bueno haberlo vivido.
Después que se fue el Primo volvimos al ataque con JA que tiene un pico de menor envergadura pero siempre dispuesto, con él no tengo quejas, me regó su deliciosa leche en la boca.
Llegué a la casa de mi mino con la conchita dolorida, con el gusto de JA en mi boca, con una foto borrosa, menos de 2 minutos de polvo grabados con el Primo y el sabor amargo de la decepción. Pero él se encargó de llevarme a gritar ¡Viva Chile!, con sus manos, su boca y mi Pico ideal, el Lucho.
Lo he dicho muchas veces pero al parecer los hombres no terminan de creerlo, el tamaño del pico no determina nada, es un detalle. A quién quiera le regalo al Primo con su pico grande e intermitente, y yo vuelvo a decir nunca más.
A ustedes les regalo la foto borrosa, casual, mala, pero real.
No siempre se gana.

domingo, 21 de agosto de 2011

AL SERVICIO SECRETO DE SU MAJESTAD


Cuando me escribió que estaba en Chile, se me aceleró la respiración, si bien no fue como la primera vez, cuando Garganta Profunda me anunciaba viaje a Santiago para comerme entera, igual no puedo negar que el tener cerca a esos machos con los que fantaseo sin límite, me provoca un cierto nervio, por llamarlo de alguna manera.
Mister Black es un inglés, antiguo amigo del blog con el que había intercambiado en el pasado algunos emails bastante encendidos, pero como me ha pasado con tantos otros en un momento perdimos el contacto y no supe nada de él, hasta ese mensaje en el cual me anunciaba su estadía en mi país.
Como la experiencia de conocer al TEMIDO GARGANTA PROFUNDA había resultado finalmente simpática y además Mr. Black parecía menos oscuro que su nombre, le escribí un corto email en el que le preguntaba cuanto tiempo se quedaría en Santiago y le proponía una invitación a tomarnos un café ¿vieron que soy dama? Su respuesta no tardó en llegar, se quedaba algún tiempo y aceptaba el café en cuanto se hubiera establecido. Esas eran palabras mayores, no estaba de paso.
Si bien es cierto una de mis reglas es no conocer gente a través de mi blog, ya que podría censurarme inconscientemente si le pongo cara, nombre y apellido a los picos que me gusta activar, no es menos cierto que la adrenalina que provoca ese conocimiento real era muy tentadora, aunque no pensara tener sexo con él.
Recordaba que me había parecido guapo, así es que me fui de cabeza a mirar unas fotos que me había enviado hace mucho tiempo atrás.
Me costó encontrarlas entre una montonera de emails, pero no descansé hasta lograrlo y valió la pena, corroboré mi recuerdo, había una foto con el torso desnudo, con parada de macho y con una mirada desafiante, que me encantó.
Una semana más tarde me enviaba un email que ya estaba viviendo en un departamento bastante cerca de mi casa y que le enviara mi celular para contactarme. Que no sería muy fácil para él, que estaba con pareja.
Jajaja mis REGLAS, recordé otra de mis reglas “ No doy mi celular, ni ningún número de teléfono”. Pero bueno, la perra aventurera que tengo me hace romper mis normas en ciertas ocasiones. Le mandé un coqueto email con mi celular un día sábado, pidiéndole que me llamara en la semana. Todo muy piola, muy tranquilo.
El domingo mi celular marcaba una llamada de un número desconocido, el “Hola, ¿cómo estás?” me bastó para saber con quién estaba hablando, el acento extranjero era evidente.
Debo reconocer la incomodidad de la situación, es divertido porque es un absoluto desconocido, pero que sabe tanto de mí. Conoce mis gustos más íntimos, me ha visto desnuda en fotografías y era posible que se hubiera topado con uno de mis videos en los cuales cabalgo a alguno de mis amantes.
¡Cresta! me sentía en una desventaja enorme, la conversación fue torpe, nerviosilla, no fui muy brillante en mi dialogo, le confesé mis nervios y él me confesó que no era un sicópata, (como si los que si lo fueran lo confesaran), en fin yo creo que para ambos era extraño… pero agradable.
Logramos (cosa nada fácil) hacer coincidir unas horas y nos juntamos para conocernos.
Lo cité cerca de mi trabajo y con tope de horario, o sea, tenía solo un par de horas, después debía trabajar. Esto porque mi mino me dice que siempre que digo que no haré tal o cuál cosa, termino haciéndola y a veces me precipito de caliente que soy, lo cual no sería malo si después no me viniera el arrepentimiento, para muestra un botón con mis desventuras con Demonio de Tasmania. Bueno la idea era conocerlo conversar un rato y catarlo, ver si me provocaba o no, si habría química, en fin quería saber cómo era el Mister en vivo.
Me llamó cuando yo estaba estacionando el auto, por supuesto que todo se juntó para que tuviera que salir corriendo y no soporto andar atrasada cuando estoy nerviosa, pero de alguna manera me sentía segura, caminaba por mis barrios.
No nos costó nada encontrarnos, caminamos directamente el uno hacia el otro con una sonrisa, nos saludamos con un beso en la mejilla, me gustó sentir su cercanía, su aire tibio.
Era una helada tarde, así es que rápidamente lo llevé a un café cercano, el Café Literario. Un lugar muy agradable, estaba calientito, el café rico, pero cosa curiosa, no se podía hablar ¡insólito! parecía biblioteca la cuestión, todos susurraban, ¡no poh! ¡no hay derecho!, todo en contra, varias veces el guardia se acercó a mirarme feo porque me entusiasmaba y elevaba un poco el volumen de mi conversa. ¡Qué esnobismo más horroroso! si la gente que estaba con cara de pocos amigos por la intromisión de esta pareja que sólo quería hablar amigablemente, estaba leyendo el diario y revistas, pero con una necesidad de concentración que era como para leer a Heidegger.
Se hizo lo que se pudo para romper el hielo dentro de ese aséptico lugar, me contó que había asistido a un lugar swinger, en un conocido local Santiaguino. Yo me imaginaba a ese excelente espécimen masculino entrando a un sitio de esos y la de mujeres que le habrían caído como moscas.
Aunque hacía harto frio preferimos salir de esa biblioteca de revistas y nos quedamos un momento en un banco del parque, nos fumamos un cigarrito. Ese momento fue más grato, logramos una mayor cercanía.
Aunque ese primer encuentro fue un tanto fome, el Mister en cuestión me gustó mucho, desde ese momento empecé a darle rienda suelta a mis fantasías, un tipo alto, delgado, bien formado, un deportista, venía a Chile a trabajar en deporte, pero me parecía muchísimo más extravagante su manera anterior de ganarse la vida, mi amigo había pertenecido a la guardia de la Reina, algo así como un mosquetero, como nosotros la única monarquía que tenemos es el Rey del Mote con huesillo, entonces yo me imaginaba que Mister no podía ser menos que D’Artagnan.
Para qué me lo iba a imaginar cómo Bobby o como uno de esos Pacos que cuidan el Palacio de la Moneda, era muchísimo más entretenido trasladarme en el tiempo e imaginarlo con capa y espada.
Bueno, la verdad esas imágenes más bien románticas no contribuían a acercar a mi paladín protector de princesas y reinas a un terreno más erótico, para más remate lo que a él le interesaba era encontrar a una cortesana para satisfacer la fantasía de su reina en un trío. Yo cortesana puedo ser y feliz, pero a esta meretriz la subyugan los picos, no las zorras por mucha alcurnia que tengan.
Desde ese primer encuentro empecé a fantasear heavy con el Mister, mi mino sólo le echaba carbón a mis ganas, pero D’artagnan mas bien asumía el rol de la tortuga, no pegaba ni una aserruchada, hablamos por teléfono un par de veces pero nada hacía pensar que podríamos llegar a algo más entretenido.
No tenía el mando en mis manos, sólo podía contestar sus llamadas y con esto de la barrera idiomática y de su celular que tenía una pésima recepción, nos entendíamos muy poco. Mi radar no tenía como funcionar bien. No era nada fácil poder intuir si querría envainar su espada en mi estuche o si sólo quería encontrar una amiga en este país sureño.
Puedo decir que soporto cualquier cosa menos la incertidumbre, no me muero por un rechazo, no vamos a decir que me encantan, pero lejos es mejor que no saber qué cresta está pasando. Así es que decidí que sí o sí la próxima vez que habláramos despejaría esa duda.
No tuve necesidad de lanzarme en picada, fue él el que tiró las cartas sobre la mesa, aunque no noté una tremenda emoción en su propuesta me expresó que no podía dejar pasar la oportunidad de vivir una aventura conmigo, (jajaja ¿me habré convertido en una especie de símbolo erótico?). Aunque era más bien una declaración de deseos, no había aún una propuesta concreta.
La próxima vez que nos vimos lo acompañaba su mujer, debo confesar que pensé mucho en la idea de aceptar el trío que proponían, su mujer era muy guapa, claramente si algún día me meto con alguna mujer, tendría que haber un pico de por medio y sería con una mujer como ella, pero aún me falta mucho para eso.
En todo caso su declaración me relajó, ya vendrían tiempos más favorables para una nueva aventura y jugaba a imaginar el arma de D’Artagnan que dicho sea de paso no conocía ni por fotos.
Cuando tiraba con mi mino, el mosquetero nos acompañaba en mi cabeza, mi zorrita se moría por darle paso a su florete, pero cuando me llamó para concretar la anhelada cita se me vinieron encima los temores más esquizofrénicos, que si era un traficante de órganos, tengo harto kilometraje y amo profundamente cada parte de mi cuerpecito, que si era un tratante de blancas y me psicoseaba con ser obligada a trabajar como puta para unos malandrines, y yo feliz de voluntaria, pero obligada ni muerta, las weás que hacen pensar los pitos ¿no? lo entretenido fue que a pesar de todos esos oscuros presagios le dije que bueno al tiro, de lo más suelta de cuerpo, no lo pensé ni un segundo. Aunque en realidad lo que me asusta mucho es que aparezca algún loco que me saque la cresta, ¿será que he visto muchas películas en las cuales las putas aparecen siempre todas machucadas?
Había que darle pa’ delante no más, barajé un par de moteles y finalmente me quedé con uno muy piola en Provi, sólo tendríamos un par de horas, así es que premunida de un atuendo de puta con medias negras y portaligas, me dispuse a convertirme en una PUTA INTERNACIONAL y traspasar ese límite autoimpuesto y tirar con alguien que conocía sólo por internet.
Mi mino me pasó los condones, el lubricante y un pitito, nada más podía necesitar, lo pasé a buscar en una esquina y nos enfilamos hacia el motel que horas antes había encontrado por internet, pero que no conocía. En el camino fue muy galán, elogió mi atuendo y mi perfume.
Llovía en Santiago, pero yo desafiaba el frio con una falda de perra caliente no más, al llegar nos topamos con otra pareja, y yo debí devolverme para cerrar una ventana y buscar mis lentes que había dejado en el auto, esta maniobra hizo que se cayera de mi bolsillo el pito que llevaba. Me di cuenta de esto cuando nos metieron en esos cubículos en dónde hacen esperar a los pasajeros para esconderlos de otros que andan en la misma. No podía devolverme de nuevo, mala pata no más. D’artagnan se comportaba dulce y tierno, caricias y besos que se agradecen en la previa y que se valoran enormemente en las condiciones que afrontábamos, si soy puta pero tengo mi corazoncito y la dulzura siempre la apreciaré en estas lides.
La pieza era espaciosa con unos delfines sobre la cabecera de la cama, unos espejos bastante discretos y un frio evidente. Mister tomó una ducha al llegar y yo pedí una estufita, me aseguraron con un car’e rajismo increíble que en poco rato funcionaría un radiador que estaba bajo una ventana. Por supuesto nunca funcionó.
Bueno ya estábamos allí, confieso que no podía con los nervios y con las ganas, Mister salió sólo ataviado con una toalla amarrada en la cintura, exhibiendo ese torso que tanto había admirado en la fotografía. Hasta ahí no más llegó el frio, me hundí entre sus brazos sintiendo el calor que emanaba de ese macho extranjero, me ayudó a desvestirme suave y gentil, yo andaba en las nubes y sin pito, apegándome a su cuerpo ya podía adivinar claramente su herramienta que evidenciaba su interés marcándose a través de la toalla.
Pero en mi cabeza buscaba la mejor manera de pedir lo que haría de esa situación un encuentro inolvidable, sus manos se metían ya por mi conchita que se entregaba sin reparos.
Cuando vi que estábamos entrando a un punto sin retorno y su lengua buscaba mi zorra que se ofrecía olvidándose del frio reinante, me armé de valor y le pregunté si podía grabar, yo sé que esto incomoda a la mayoría de los hombres, cuando escuché su respuesta afirmativa, instalé lo más rápido que pude mi compañera de carrete y me entregué a sacarle el jugo a ese encuentro.
Sólo premunida de un portaligas, medias negras y un colaless que duró poco tiempo en su lugar, enfrenté a mi mosquetero de pie, sus grandes manos se paseaban por mi espalda y estrujaban mis glúteos separándolos con la presión justa para que mis hoyitos se fueran dilatando, le retiré la toalla y apareció su florete en guardia, buen porte y una apariencia que me hizo agua la boca, me agaché y lo metí de una enterito en mi boca, me encantó catar hasta la garganta esa delicia sintiendo que en cada latido iba tomando cada vez mayor consistencia, sus manos en mi cabeza se enredaban en mi pelo empujando a mi ritmo, mis manos contenían un par de bolas que reaccionaban con cada envión.
Se acostó de espaldas y seguí con mi lengua conociendo cada pliegue, cada curva de esa exquisita callampa, a esas alturas mi conchita quería entrar en el baile, le puse en condón y me senté sobre él a horcajas y fui sintiendo como ese pico desconocido se abría camino sin dificultad enterrándose hasta el fondo, me encantó cabalgar sin prisa presionando y moviendo mis caderas hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo que subía y bajaba friccionando toda zorra intentando que cada vez fuera penetrando un poco más al fondo que no quedara ningún rinconcito de mi cavidad sin recibir a este huésped vigoroso, sus manos agarraban mi tetas , mis pezones duros esos que conocen tantos de ustedes por cam, esos que me gusta que estrujen y estiren como perra callejera.
Se puso sobre mi y lo recibí con las piernas abiertas sobre los hombros sintiendo la presión de su cuerpo fibroso. Me di vuelta para ponerme en cuatro, hay básicamente 2 formas, una cuando junto las piernas y pasan por dentro de las del macho y la otra es con mis piernas abierta pasando por fuera, esta última fue la postura en la cual nos dimos con el Mister, pero él además como era mucho más alto que yo para que los guerreros quedaran a una buena altura, él debía tener las sus piernas abiertas, la exposición de mi zorrita era absoluta y D’Artagnan no daba tregua con su espada, apuntando alternadamente a un lado, hacia otro, en diagonal, sentía que su vigor me saldría por las orejas al tiempo que sus manos jugueteaban con mi clítoris que se deleitaba sin remilgos, la tensión aumentaba hasta que exploté de placer.
Lo volví a montar nuevamente pero esta vez me clavé en su pico dándole la espalda, me incliné mostrando mi hoyito abierto, sus manos agarraban mis cachetes presionando con ambos pulgares en el centro donde no terminaban de hundirse, ¡que ricas manos! grandes, activas y sensibles, me sentía llenita disfrutando ese regalo.
Busqué el lubricante le puse un poco en su pico y me dispuse a enterrarlo en mi culo que entró con alguna dificultad, aunque me dio un poco de trabajo el placer que me provoca es infinitamente mayor, sentada frente a él, ensartada por el culo, su boca atrapaba mis tetas y sus manos enterradas en mi zorra libre, que aún quería juguetear. Ufffff me acuerdo y me caliento.
Finalmente le mamé el pico hasta que la leche caliente brotó exquisita y me lleno la boca mientras escuchaba los gemidos de mi guapo compañero, después subí hasta su boca y mezclé su saliva con la mía y con su semen.
UFFFFFffffff gran primer polvo, gran compañero, sólo que algo silencioso, no emitió palabra o sonido alguno, salvo sus gemidos en la descarga, que fueron como música maravillosa.
Para terminar un puchito after sexo, nada podía ser mejor, mi compañero recuperó las palabras y lo primero que me contó me dejó perpleja, confesó tener algunos problemas cardíacos, CHUUUUUTASSSSS ..¿se imaginan si le da un patatús en plena jornada y yo me quedo como la viuda negra con la espada en la mano o me3jor dicho en la boca? Me alegré de haber llegado a puerto sin contratiempos. No había terminado de reponerme de esa confesión cuando me reveló actividades de su pasado, yo esperaba alguna copucha de su majestad, como que le guste pasearse en pelotas por el Palacio o que tenga de amante algún clérigo, pero de rompe y rasga me sale con que había estado infiltrado en una red de narcotráfico que apoyaba acciones terroristas del IRA.
Ahí murió Dártagnan y apareció Bond…James Bond, estaba desnuda en la cama y acaba de tirar con un espía, sería por eso que era tan silencioso, por una cuota de misterio o una deformación profesional. Ufffffff a esas altura mi cerebro ya no conectaba nada y no sabía cómo asimilar todas esas raras circunstancias, quedé en blanco y ahora la muda era yo, hasta que bajó del cielo una inspiración casi mágica que me volvió la sonrisa y la tranquilidad, me di cuenta que yo me había convertido de un zapatazo en una CHICA BOND, que había disfrutado comiéndome la MAGNUM de mi 007, puchas de haberlo sabido antes el morbo hubiera sido muchísimo más, pero las chicas Bond tampoco se enteran de la calidad de espía de James hasta el final de la película.
Para resguardar la seguridad de mi espía la película que grabé se autodestruirá en unos pocos días, pero quedó espectacular y cuando llegué a la casa de mi mino ese domingo la disfrutamos haciéndonos pedazos.
Gracias Mister por tu generosidad, por tu excelente disposición para hacerme disfrutar, por tu sensibilidad, por tu madurez, por tu deliciosa lengua y experimentadas manos, por tu manejo de la herramienta y por arriesgarte en confiar en esta secreta chismosa.

domingo, 12 de junio de 2011

BRUJA AL FIN Y AL CABO


¡Ufffffffffffff! es cierto he estado desaparecida de este espacio, motivos muchos y diversos, primero que nada climáticos, los que me conocen saben que cuando la temperatura exterior disminuye, yo no aparezco en internet con la frecuencia habitual y que mis aventuras reales se mueven en lo seguro y conocido, el tema es que mi cuerpo gasta demasiada energía en combatir el frio, es poco glamoroso pero es verdad.
Además este mes tuve cambio de jefe, eso siempre genera stress y éste en especial es un huracán, estoy a punto de ponerle en su café una pastillita de RITALIN para bajar la intensidad en su ritmo de trabajo. Es innegable que es un excelente espécimen masculino, pero por principios y sanidad mental, no me meto con mis jefes ni con nadie que trabaje en mi piso y en ese sentido mi zorrita es obediente y no se manifiesta contraviniendo las indicaciones del sentido común.
Problemas familiares varios y finalmente siento que es natural que con el tiempo que llevo contándoles mis aventuras en este espacio, no quiera aburrirlos cuando no tengo nada nuevo que contar.
Seguramente conocerán la típica frase de “todo se junta” …mis pocos encuentros en la red han sido de lo más lamentables , cortes en el sistema, caídas sin retorno, cámaras que no funcionan…en fin, pero sólo cosas circunstanciales.
No es que haya caído en una suerte de celibato o que mi perrería llegó a su fin, si la que nace puta muere con la zorra mojada, así es que no piensen que abandoné mi forma de vida, que colgué mis colaless.
Les agradezco su preocupación y los emails que me escriben me hace sentir de lo más deseada y saben que eso me calienta muchísimo.
Estoy recuperando mi calentura con mi JA, tuvimos una especie de desencuentro unilateral, jajaja, la verdad es que estuve molesta con él, aún no soy capaz de determinar en forma concreta y contundente porqué, pero lo claro es que mi enojo fue real.
Mi relación con él es, como saben, de larga data y ha ido siempre para arriba en términos de placer sexual, de trasgresiones, de complicidad, llegando a su culminación al cumplir mi fantasía del trío y aunque claramente no es mi YUNTA, los límites se vuelven algo borrosos.
Muchas veces se queja de no tener una relación de pareja estable. Como perra que soy, lo toreo constantemente dándole alas, incluso le he presentado algunas jóvenes y bellas representantes del género femenino instándolo a la conquista.
Un día casualmente una jovencita que trabaja bajo mi tutela se acercó a mí para “quejarse” de un comentario algo atrevido que le había propinado un varón. Detrás de ella apareció el varón en cuestión y ¡oh! sorpresa era mi JA , que sonriente y con cara de conquistador venía deshaciéndose en disculpas hacia ella. Después de ese pequeño incidente JA me llamó para comentarme el hecho, con el pretexto de estar preocupado por la joven y la posibilidad de que el pololo de ella hubiera estado casual e inadvertidamente cerca para escuchar lo que ocurrió. Me pareció mula, lo que quería era saber qué me había parecido a mí el episodio, ya conozco claramente su forma de “probarme”, se justificó comentando que le habían dejado en bandeja el piropo picante, le dije lo que quería escuchar, que no se preocupara que sólo yo había escuchado así es que todo bien, y agregué que la jovencita ameritaba cualquier intento, que era una mina bella, con unos hermosos ojos verdes, una mirada sensual y un buen par de tetas, de esas que tiran más que una carreta. El, como súper galán que es, me dijo que la encontraba un poco rellenita, que en verdad prefería las mujeres más delgadas, como yo por supuesto. Yo creo que ha leído muchos libros de esos de auto- ayuda que enseñan qué decirle a las mujeres porque aún descubriendo claramente su juego, mi ego y vanidad se sintieron tan complacidos al escuchar esas palabras que logró envolverme en su maraña seductora.
Hasta ahí todo bien, yo en mi papel de perra complaciente con mi discípulo, y él pidiendo “disculpas” por su numerito.
Pero un día la jovencita, que por lo demás es mucho menor que él, me cuenta que JA, según ella con mucho copete, se la había joteado con todo, que le había declarado su amor sin restricción en una fiesta a la cual JA había asistido con su pequeña hija, incluso había utilizado a la pequeña para congraciarse con ella, en fin me contó una tan lamentable performance de macho awevonado, que yo quedé de una pieza. Obviamente la joven en cuestión no tiene ni una sospecha de mi relación con él, así es que yo sólo la escuché sonriente con cara de incredulidad.
Debo confesar que me dio rabia, encontraba TODO MALO, ULTIMO. Ese día nos encontramos e intentó hacer una cita conmigo pero yo no quería ni mirarlo, estaba en verdad molesta.
¿CELOS? La verdad no puedo negar que había algo de eso, quizás imaginarlo clavando su pico duro en otro agujero, o pasando la lengua ávida y húmeda en otra zorra o estrujando ese potente par de tetas no era algo que me diera precisamente placer , pero no era lo más importante, me queda claro que soy una bruja bastante posesiva como dice mi mino y que una cosa es que yo le ponga en bandeja a minitas para que las seduzca con mi bendición y que otra cosa es que en verdad arremeta a mis espaldas. Pero lo que más me dolía era el EGO, ese que quiere constatar que el macho que uno elige como amante no hace el ridículo con una pendeja.
Una vez más el que sale airoso y fortalecido ante mis ojos es mi macho, ese que admiro más que la cresta. Es el él que logra poner las cosas en su lugar. El que me ayuda a dilucidar mis reacciones, es cierto que aún no me queda muy claro por qué tanto enojo inicial, obviamente hubiera preferido haber sido parte de ese intento de conquista, si lo hubiera sabido por él la cosa cambia, y si bien es cierto una parte importante de mi hubiera querido que la minita enganchara, no es menos cierto que no sé cuál hubiera sido mi reacción si me cuenta que se pegó un polvo con él o peor que eso, que se convirtió en su polola oficial. Porque el ingrediente que le pone el sabor a todo esto es que yo tengo una cercanía muy especial con la familia de esta jovencita, así es que de haber sido así yo habría tenido que dejar mis perrerías con él, si hasta mi primera cercanía con el Demonio de Tasmania surgió de mi alma de Celestina porque ella me comentó que le gustaba muchísimo.
Bueno finalmente, el enojo me duró poquito y no le hice ningún escandalito, esas pequeñas pataletas se las reservo en forma exclusiva y con todo mi amor, a mi mino.
Aunque el episodio ya pasó lo que me dejó dando vueltas en la cabeza es la fragilidad de las relaciones, por ahora está a salvo pero en cualquier momento se puede ir todo a la punta del cerro, entonces tuve una conversación franca con mi alter ego, que es mi zorrita y decidimos que tenemos que darle prontamente la bienvenida un nuevo pico. Tenemos un par de candidatos que nos tienen bastante entusiasmadas y que podrían dar un vuelco interesantísimo a nuestras aventuras.

domingo, 1 de mayo de 2011

LAS COSAS EN SU LUGAR


De que estaba maltrecha, estaba maltrecha, pero de ninguna manera iba a permitir que ese jovencito y su pico devastador me dejara sin mi sábado soñado, así es que a apechugar no más.
No digamos que ese día las cosas partieron muy bien, me fui a la casa de mi mino y se sentía latente el desastre de la noche anterior. Siguiendo el antiguo consejo de que las actividades compartidas hacen superar los tropiezos, nos unimos horneando unas particulares galletas que se nos quemaron en 10 minutos. Si hubiera hecho caso a esos signos debí quedarme encerrada en mi dormitorio incomunicada, pero como soy más porfiada que supersticiosa, partí con la zorra adolorida, con olor a quemado en el pelo, pero ataviada con mis aperos de perra a juntarme con mi JA.
Ese día no trabajábamos ninguno de los dos, así es que decidimos salir a comer antes de comernos, fuimos a un restaurante de comida italiana que está cerca de su depa, por lo que nos fuimos caminando, fue un momento distinto, especial. Siempre tenemos dos formas de relacionarnos: una pública que es muy distante y fría, y otra que es la sexual, la que da para todo pero que es la prohibida, la clandestina. Esto de salir juntos le otorgaba a nuestro encuentro otro matiz. La cena transcurrió gratamente divertida, relajada, la comida rica, el lugar tranquilo y al regresar lo hicimos caminando tomados de la mano.
Tenía en mi cuerpo y en mi cabeza la comparación fresca con el monstruo y valoraba aún más toda esa previa, ese juego coqueteando, esos pequeños contactos físicos que van inundando la atmosfera, encendiendo suave y lentamente los sentidos, marcando firme y seguro el camino a la calentura intensa.
Subimos juntos las escaleras sintiendo que la carga sexual que llevábamos estaba a punto de desbordar. Desde ahí en adelante todo resultó maravillosamente, todo mi cuerpo atento al placer recibiendo los estímulos de sus manos acariciando cada centímetro de mi piel, de su mirada contemplando maravillado mis piernas enfundadas en unas hermosas medias y mi culo enmarcado en el portaligas.
Su lengua recorrió sin prisa todos los planos, curvas y diagonales y yo degusté todos sus rincones sin pudor, me gusta sentir que no hay barreras ni límites, me gusta la entrega confiada, sin miedo, así funcionan las cosas.
Nos enzarzamos en un 69 en el cual sentía su lengua acariciando mi culo, sus manos separaban mis nalgas y hacían que mi agujerito se abriera entregándose al placer mientras sus jugos previos iban inundando mi boca que exprimía y chupaba su pico duro y potente.
El estaba sobre mí, la gravedad cooperaba para que yo alcanzara a atrapar en mi boca, además de su tieso pico una de sus bolas, me gustaba jugar con mi lengua sintiendo como su textura pasaba de rugosa a suave.
Jugamos largo rato solo con caricias y besos, sin prisa, muy suave, tomándonos todo el tiempo del mundo para poseernos y disfrutar de cada estímulo no queriendo llegar a ningún lugar, sus manos se paseaban por mis muslos, por mi espalda, por mis hombros, por mi nuca, por esas zonas que parecen estar un tanto olvidadas porque no se obtienen dividendos inmediatos, lo sentía absolutamente involucrado con mis necesidades, era como si adivinara los estragos de mi aventura anterior atento a mis signos y señas.
Mis manos también recorrían su cuerpo, su pecho, sus brazos, su espalda.
Mi lengua incursionó ávida por su agujero, me gusta la transgresión que eso significa, me gusta sentirme dueña absoluta de sus ganas, ama y señora de sus deseos y lejos lo que más me gusta es sentir que se enciende con mi hambre y mi calentura, la lleva más allá, hace todo por y para mí.
Cuando me penetró, mi zorra estaba tan deseosa que ya no quedaban huellas de dolor, era una recuperación milagrosa, fuimos aumentando la intensidad de a poco pero en forma constante, de manera progresiva iba sintiendo cada vez más fuerza en la presión y mi concha empapada gozaba con cada uno de sus enviones, queriendo que llegara cada vez más adentro.
En la simple pose del misionero con su peso en mi vientre, con mi cabeza entre sus manos fui explotando en orgasmos intensos y profundos, una y otra vez. Me hablaba y yo lo sentía dentro de mi cabeza, -goza perra- , -vamos mi amor-. -tómalo todo-, -ábrete más -. Mis manos obedientes a la calentura abrieron los labios vaginales exponiendo absolutamente el clítoris y mis gritos emergían cada vez más intensos, - ábrete la zorra y goza, puta, ábrete la concha- , - así mi amor, goza mi amorcito-.
Esa mezcla de tratarme de “puta”, “perra” y “mi amor” me calentaba hasta la locura, porque eso es lo que me encanta, que amen a la perra, que enloquezcan por la puta, que se enamoren del animal que puedo ser en la cama.
Lo sentí en mi culo, frotando el camino angosto, presionando y provocando placer, me tragué su semen caliente que brotó abundante varias veces, y mezclé su semen con su saliva al besarlo después.
Esa noche no tuvimos muchas pausas pero en una de ellas me dijo que tenía una amiga con la cual podríamos hacer un trío, que esperaba que yo estuviera preparada, no voy a decir que no tuve un momento de duda, de alguna manera siento que se lo debo, pero al imaginarlo simplemente no me funciona, así es que lo miré y le dije “puchas… lo siento… pero tú sabes que no me gustan las minas”, no se preocupe mi perrita, me contestó, si era una broma, pero yo sé que no es broma, que me prueba, que es un tema que le da vueltas en su cabeza.
Me costó mucho despegarme de él ese día, tanto mi cuerpo como mi cabeza estaban divididas, una parte importante quería llegar a GOZAR con mi perro, nos lo debíamos y la otra parte quería quedarse sacándole el jugo a ese estado, comencé a vestirme varias veces pero no vamos a decir que le costaba mucho trabajo convencerme de dejarle deshacer el trabajo hecho.
Como postre al terminar la fiesta y a medio vestir, lo monté de espaldas mostrándole como su pico perforaba mi culo, me anunció su inminente eyaculación y me incorporé dejando libre su pico, quedé en cuatro patas, iba a darme vueltas para recibir su leche, pero me pidió que me quedara mostrándole el hoyo del culo y mi zorra, abriéndolos con mis manos. Incliné mi pecho al sentir chorrear su líquido caliente por la ranura, queriendo atrapar esa delicia que se deslizaba desde arriba hasta abajo.
Su mano en mi espalda era el único contacto que teníamos además del semen y los millones de espermios que caían en mi culo y bajaban a mi zorra, lamentaba no tener ojos en la espalda porque no podía ver en que estaba mi JA, no podía ver su cara desencajada de calentura, pero sentía su mano firme y escuchaba su respiración agitada, pasaron algunos segundo después de la última vez que sentí que caía su semen, cuando percibí su aire caliente y después su boca besando el culo abierto, su lengua recorriendo el mismo camino que mojó su leche, sabe que me enloquece cuando besa lo que regó, pero nunca lo había tomado directo de mi culo o de mi zorra, lo encontré hotísimo, delicioso, pervertido, devoto, un acto de complacencia más allá de los límites.
Después de eso me fui a la guarida de mi perro, él esperaba paciente, logré impregnarlo de la calentura enferma que traía, con el olor vivo, con los hoyos abiertos y mojada de otro, lamida por otro, la PERVERSION es la reina absoluta de esos momentos.

domingo, 24 de abril de 2011

TROPECÉ DE NUEVO Y CON EL MISMO PICO


Bueeno, no es tan difícil de entender si tomamos en cuenta tres cosas.
La pobre performance de Primo, el dubitativo comienzo ese mismo día de mi JA y la calentura que me seguía provocando cada vez que pasaba por mi oficina y me agarraba las tetas , el culo, la zorra y todo lo que alcanzaba en los pocos minutos que era “prudente”, que permaneciera en ese lugar.
Pensé que un baño de juventud arrogante y desenfrenada podría ser un buen incentivo a mi ego un tanto estragado y decidí comerme al Demonio de Tasmania, aunque ya llevaba más de un año rechazando sus constantes invitaciones, él seguía arremetiendo apasionado, cada vez que tenía la oportunidad.
Semana Santa = días libres para realizar mis perrerías. JA también me instó a juntarnos ese fin de semana. Uno viernes, el otro sábado…alcanzo para todos y no tengo aprensiones religiosas.
Pensé que el Demonio podría dejarme con heridas de guerra y que quizás sería bueno dejarlo para el final, pero soy demasiado golosa y mi experiencia me decía que disfruto mucho más con JA, después tirar con mi mino y dormir con él… ESO es lo mejor del mundo, una velada de sábado redondita.
La cosa con el Demonio comenzó como siempre bastante enredada, lo bueno es que ya no me enfrasco con mi mino en discusiones weonas intentando dilucidar su comportamiento, le mandé un mensaje de consulta el martes y no lo contestó hasta el viernes.
No quise dármelas de ofendida por su tardía respuesta y me las emplumé hacia su nuevo departamento, había terminado de mudarse ese mismo día. Bastante cerca del anterior, en un edificio más elegante, muy cerca de mi oficina.
Apenas traspasé la puerta me atacó como siempre y con su lengua en mi garganta llegué a tropiezos hasta la única habitación en donde las cosas parecían estar en su lugar: el dormitorio. El plasma encendido nos dió una luz más gentil, que la fría de la lámpara del techo. La estufa estaba encendida, se lo habia exigido al hablar por teléfono.
Hacía más de un año de la última y lamentable batalla que había librado con ese Demonio y la verdad me había olvidado de la fuerza de ese huracán, pero a poco andar me di cuenta que repetía exactamente el mismo patrón de la vez anterior,lo cual no era muy auspicioso. Lo que tenía claro era que yo tendría que ser más cauta y vigilar celosamente que las cosas estuvieran en su lugar, o sea, el pico enfundado en un condón.
Los abrazos, besos y agarrones de bienvenida son ricos, demuestran que la espera ha sido con un pensamiento focalizado y que las ganas sobrepasan los niveles normales, pero estar con la cartera en el hombro las llaves del auto en la mano y el celular en la otra no es lo más cómodo del mundo, entonces yo espero que por cortesía el nivel del ataque disminuya, pero cuando eso no pasa me descompongo un poco porque no es grato tener que obligar a parar para desensillarse.
Igual protestó cuando lo hice, sentí que era la primera desavenencia en el “matrimonio”, puse mis cosas sobre una silla, prendí un pito y saqué un condón.
Mientras fumaba sus manos ya andaban dentro de jeans, no me esmeré en la ropa interior porque sabía que era algo absolutamente inoficioso. Sentía sus manos resbalando en mi zorrita que haciendo caso omiso a la falta de modales de mi anfitrión estaba dando sus jugos absolutamente feliz, la traidora parecía disfrutar de la desesperada calentura de mi contendiente.
Tengo que reconocer que el cabro chico tiene una muy buena herramienta, aparecía debajo de su pantalón sin ningún disimulo, grande marcada y durísima, pensé que era eso lo que estaba buscando. Una erección plena, potente y absoluta, antes de empezar a hacer nada.
Me puse dándole la espalda y restregué mis glúteos contra su verga dura, ese gesto pareció darle una inyección de energía (cosa que por supuesto no era muy recomendable para mi delicada integridad física) con una mano en mi zorra y la otra en mis caderas comenzó a golpear con una fuerza demoniaca su pico contra mi culo, el primer envión me gustó, el segundo me calentó, el tercero lo encontré un poquito mucho, al cuarto tuve que pararlo sino sigue hasta dejarme con un traumatismo severo.
Me senté en la cama y liberé el monstruo golpeador estaba en verdad durísimo, me di el lujo de contemplarlo mientras notaba que la impaciencia iba apoderándose de Taz, después le pasé la lengua y lo metí en mi boca en una especie de paréntesis congelando el tiempo, me gustaba sentir ese pico grande y duro entrando lentamente en mi boca, no pude mantener al demonio controlado por mucho rato. Me agarró la cabeza y comenzó a taladrar mi garganta, yo lo contenía todo lo que podía intentando no ahogarme, si después de todo no estoy preparada para un “garganta profunda” a esa velocidad, con una mano agarraba su pico controlando la situación, el me pedía insistentemente que abriera más la boca y que quitara la mano.
Soy caliente, pero no weona, así es que no hice ni una cosa ni la otra, y abandoné la felatio asesina.
Me saqué la ropa mientras él hacía lo mismo, obvio que terminó antes que yo, se enfundó un condón y como niño que aprendió la lección se presentó ante mí con una sonrisa en los labios.
No alcancé a sacarme el sostén cuando ya estaba con su pico ensartado en mi zorra, de pie al costado de la cama me penetraba con una fuerza descomunal, la calentura permitía que su pico entrara de una sin dificultad, me gustaba sentir su pico friccionando mi zorra pero siempre se encarga de llevar las cosas más allá de lo posible y adoptó una posición en la cual mi niña quedo demasiado expuesta para contener su furia y el dolor me hizo reaccionar en forma automática rechazándolo con piernas y brazos, pero él parece no entender nada, ninguna señal. Sus palabras me parecían insólitas – Déjame, si así es rico- ¿rico para quién? Obvio que para mí no. Reanudamos con el hincado en la cama, esta vez no bajaría la guardia para contener con mis piernas sus poderosas embestidas, las ganas iban en ascenso, empezaba a disfrutarlo pero él volvió a encontrar la posición letal. Putas que me daba rabia.
La verdad es que estaba muy caliente, pero mi zorrita ya estaba un tanto agobiada por el dolor, así es que le ofrecí mi culo, él vaciló, se detuvo a preguntar si lo quería por allí. Esa era su muestra máxima de consideración.
Le dije- sí, pero despacio, sino nada- Penetró mi culo después de haberlo dilatado con sus dedos, la verdad es que quedé gratamente sorprendida porque lo hizo muy bien, cero dolor puro darle pa’lante no más.
Desde ahí fue una tromba, mi culo resistió sus embates feroces, me subí al huracán intentando empatizar con su locura, sentía como sus dientes se clavaban en mi espalda, en mis hombros, mientras perforaba mi culo cada vez más adentro.
Sus manos agarraban mi pelo, tirándolo, mi nivel de calentura estaba al máximo, sin embargo sólo lograba orgasmos pequeños. Pasábamos de un pose a otra sin alcanzar a disfrutar al máximo ninguna, a veces con una gentileza que me divertía me decía “póngase de ladito” “venga arriba mío” yo ya no quería poner más resistencia, estaba demasiado agotada. Ese potro no quería ser domado y a mí me gustan los alumnos aventajados y talentosos. Así es que le pedí que acabara, me chorreó la cara con su semen.
Después de la batalla miré la pantalla del televisor y me sentí igual que el protagonista, un tipo que peleaba con otro en un río, estaba chascona, machucada y mojada, igual que el weón de la tele. Respiré y me alegré de haber terminado con vida. Me quedé un rato muy corto tendida en la cama, intentamos hablar de algo, pero no logramos ninguna comunicación.
Me vestí rapidito cuando miré su miembro y vi que no estaba de lo más muerto ( y eso que según él estaba cansado con la mudanza).
Al despedirme me dijo, - espero que no te demores un año en regresar- yo sólo me reí.
La verdad es que no podría resistir a ese DEMONIO más de una vez al año. Me fui a la casa de mi mino con mi niña bastante deteriorada, me dolía hasta para caminar, agotada, pero enferma de caliente, lo único que quería era que me hiciera llegar al cielo de UNA.
No fue así, no vale ni la pena explicar porqué. Ese día quedé mal, más encima preocupada porque en esas condiciones se me podía ir a la cresta mi sábado soñado.
En la mañana siguiente decidí, UNA VEZ MÁS, que no volvería a tirar con el Demonio de Tazmania…hasta la próxima vez que me caliente mucho y se me olvide que la calentura, en este caso, no es directamente proporcional al goce.

sábado, 9 de abril de 2011

EL REGALO


El domingo amanecí como siempre en la casa de mi mino, muy regaloneada con el desayuno en la cama y tarde, tarde. Me dolía la zorra de tanto que habíamos tirado la noche anterior, habíamos estado en esos deliciosos menesteres hasta las 3 de la madrugada, pero cuando recibí la llamada de mi JA preguntándome si estaba disponible para la entrega del regalo, no dudé ni un instante en decirle que allí estaría. El Primo por fin estaba en Santiago.
Después de almorzar quise dormir una siestecita pero no pude, la ansiedad no me lo permitió, las imágenes del trío anterior me tenían absolutamente revolucionada, sabiendo que ahora podría disfrutarlo con más calma, que para todos iba a ser más fácil con menos nervios, más confianza.
Al salir de la ducha me conecté con mi mino, me sequé y vestí cuidadosamente frente a su mirada caliente. Falda de gamuza corta, medias negras, portaligas y un conjunto ad hoc. Me sentía segura, no como la vez anterior que me había lavado la zorra como pude y me había quedado llena de jabón. Recibí la llamada de confirmación cuando terminaba de vestirme.
Al llegar al Depa me temblaban las piernas, JA me abrió la puerta sonriente, pero me dijo que iba saliendo y que volvía pronto -arriba está mi primo. Subí pensando que sería entretenido estar un rato sola con él, me saludó amoroso y me dijo de entrada -echo de menos tus besos-
Me pareció demasiado dulce para la previa, pero a nadie le sobra el cariño.
Y…¿me podrías dar un beso? Jajaja qué pregunta tan ingenua para empezar un trío, o sea estaba dispuesta a todo con ellos…. ¿pedir un beso? Bueno, igual me dio gusto su premura, me acerqué a su boca con gusto, respiré su aire, lo besé y los recuerdos de nuestro encuentro grupal anterior me invadieron desde las pestañas hasta la profundidad de mis agujeros, la calentura se hizo absolutamente evidente, sus manos volaron rápidamente debajo de la falda y se hundieron fácilmente buscando camino en mi ya resbalosa conchita.
Me fijé en su paquete que llamaba la atención bajo el jeans. Lo liberó de su encierro y emergió delicioso, duro y brillante, la expectativa que me generaba esa erección franca era delirante.
Tomé ese pico y lo observé en su esplendor, su cabeza grande, gordita tentadora mmmmmmmm se me caía la baba de puro gusto, lo apretaba en mi mano sintiendo las palpitaciones de esa verga caliente, rígida que emergía poderosa.
Miré la cara de Primo, su boca entreabierta y su mirada nublada por la calentura potenció mis ganas de que la fiesta en pleno comenzara pronto.
Como aperitivo me comí ese pico delicioso, le pasé la lengua de arriba a abajo, rodeando la curvita de la callampa con mis labios, me encantó sentir que ese pico me ahogaba.
Degusté las deliciosas gotas que salían por la ranura que abría con mis dedos, uffff ¡cómo me gusta esa hendidura!, ¡cómo me calienta pensar en ese líquido viscoso que explota sin control, por ese pequeño orificio!
Pensé en mi JA que no regresaba y los ímpetus del Primo ya parecían incontrolables, sus manos estrujaban mis tetas y sus dedos penetraban insistentemente mis hoyitos deseosos.
Se notaba que había bebido bastante, su hálito no me molestaba, pero había alguna torpeza en sus movimientos que no era lo mejor del mundo. Apoyé mi espalda en su pecho, sintiendo entre mis nalgas la dureza de su herramienta, sus manos me empujaron inclinando mi torso sobre una silla e intentó penetrarme sin condón. Lo paré en seco y fue por los condones, pero mi freno no era solo por los condones. Aún no éramos tres, yo ni pensaba en comenzar si mi JA no estaba con nosotros. Si la cuestión era TRIO, no uno y uno.
Insistió pero fui muy clara, esperaríamos la cantidad mínima de picos para hacer el trío, me llamó la atención unos gemidos que salían del computador lo giré para mirar la pantalla y me di cuenta que mis compañeros estaban calentando motores con la ayuda de una porno, me pareció divertido y me dispuse a disfrutar de esa película con las manos de Primo toqueteándome entera, su pico duro que palpitaba caliente en mi mano se veía tan esplendoroso como el de la pantalla , ¡bueeeeeeeno! sólo un poco más chico, pero es que los picos de las pornos son de extraterrestres.
Justo cuando la calentura me llevaba a pensar que no era tan mala idea algún topón mientras esperábamos, apareció radiante JA.
Mi fiesta ya comenzaba, JA armó el pitito y pusimos una porno de tres… para aprender obvio. Primo me despojó de la blusa y una camiseta de encaje que llevaba, sus bocas buscaron simultáneas mis pezones endurecidos y se pegaron succionando mis tetas que ardían de ganas. Un sueño, los miraba babosa acariciando las barbillas que se movían mientras mamaban como cachorros desesperados. Las cuatro manos se metían sin control provocando algunos gemidos de placer.
Me agaché y tomé los picos erguidos de mis compañeros y me dispuse a comérmelos, primero uno, después el otro, degustando las diferencias de sabor, de textura, de forma, mi boca salivaba de puro gusto y se mezclaba con los líquidos que emergían de cada una de esas vergas deliciosas que estaban servidas para mi placer.
Me encantaba sentir esos dos cuerpos masculinos frotándose contra mi cuerpo, pero me separé de ellos un instante, tomé la distancia necesaria dónde ambos pudieran verme sin tocarme y me desabroché la falda lentamente, al caer quedó al descubierto mi regalo para ellos, mis piernas enfundadas en unas hermosas medias negras con un pequeño diseño en el costado, el portaligas que enmarcaba mi culo y unas botas de tacón alto que sé a mi JA lo enloquecen.
Fueron un maravilloso público para mi performance, me bajé el colaless en frente de sus ojos mirando ese par de picos parados y les exhibí mi húmeda zorrita sentada en el sillón con mis piernas muy abiertas.
Al parecer el líquido viscoso que brota de mi niña tiene una especie de magnetismo ya que ambos como impulsados por un resorte se levantaron de sus sillas y llegaron hasta mi lado.
Llegamos al dormitorio entre atracones y pajeos, allí miré a JA y le dije:
- ¿Grabemos¬?-
El le contó al Primo que yo quería filmar, que me gustaba hacerlo, agradecí su tono como restándole importancia a la nueva integrante de nuestro encuentro, aunque yo sé que para él ese tema no es fácil.
- ¿Grabemos?
Yo esperaba la respuesta rogando que fuera positiva, eso sería la guinda de la torta. Escuché al Primo canchero diciendo -Ya – grabemos y no pude ocultar mi júbilo, era demasiado bueno, corrí a instalar la camarita, tendría el film de mi trío y podría compartirlo con mi perro. No podía estar más contenta.
JA me ayudó a encuadrar y retomamos las cosas donde las habíamos dejado, en un primer plano apoteósico me dispuse a comerme mis dos picos.
Cierto que con tanta pausa ambos se habían relajado un poco, pero no le di importancia, con mi ayuda recuperarían su vigor. Los mamé intentando no dejar de lado ninguno de los dos. JA se defendía mejor pero el Primo no recuperaba. Le puse todo el empeño para resucitar a mis venerados picos, uno respondía a mi auxilio levemente, el otro parecía más reacio al rescate.
Mejor sería dar paso a otras armas de guerra, se pusieron los condones y yo me embadurné con lubricante por todas partes, como Primo necesitaba ayuda le di la espalda a JA que me penetró mientras yo pajeaba el pico del Primo, sus manos apretaban mi tetas, pero el pico de Primo no recuperaba nada, la verdad es que JA tampoco estaba a firme, en forma intermitente sentía su pico vivo en mi conchita.
Me fui a la cama aún con las botas y todo mi atuendo de perra pero absolutamente accesible por todos los flancos, me puse a lo perrito ofreciendo mis posibilidades, cada cual escogería lo que le apeteciera.
Esperaba picos, pero nada llegó… en ese momento me preocupé.
¡Chutas!! ¿Qué onda? tenía dos picos a mi disposición pero de los dos no hacía uno.
JA tomó las riendas, se acostó y me hizo montarlo, me penetró sin dificultad su pico estaba nuevamente erguido, sentí que Primo venía atacando por la retaguardia, no puse ninguna objeción me gustaba que cambiaran los roles, me incliné para facilitar la labor de Primo y esperé que me ensartara su pico por el culo , me calentaba tener a JA debajo, su sonrisa de placer era deliciosa, sólo me preocupaba que Primo no dejara caer demasiado su peso sobre nosotros, sentí la punta de su pico haciéndole cosquillas a mi hoyito que esperaba dispuesto a una deliciosa penetración…pero… no pudo entrar… con paciencia todo se logra…abrí mis piernas para que acercara más su pelvis a mi culo…pero nada… me desensarté de mi JA para darle mayor posibilidad al Primo pero la verdad era que no tenía con qué hacerme daño, su pico había disminuido hasta el mínimo, con cueva le serviría para mear pero claramente con esa cuestión no me iba a hacer ni cosquillas.
JA esperaba paciente debajo, él Primo trataba como loco de meterme su pico o lo que quedaba de él y yo hacía mis mejores intentos para abrir mi culito y guiar el muerto con mis manos, pero NADA DE NADA.
Igual los tres intentábamos continuar con buena onda, mientras Primo siguiera empeñándose yo seguiría en la misma. Al cabo de un rato de intentos que iban de mal en peor desistió. En ese momento yo quise sacarme las ganas con el pico que estaba en espera, pero en la idem también había decaído, puchas que lamenté no haber llevado mis juguetitos, seguro que Brrruno; Brruce, y uno nuevo que se llama Prrrimo me hubieran dado apoyado moral en esas instancias, claro que Prrrrimo es grande, durito y vibrante, nada que ver con lo que Primo me estaba presentando.
¡Si habíamos comenzado tan bien!, no entendía que había pasado, mi JA recuperó y lo monté de una por el culo, sentir ese pico duro abriéndose paso, fue un regalo, como un oasis en el desierto, me hizo recuperar la fe.
¡Vamos que se puede! Miramos a Primo y vimos que aún estaba en la pieza, me di vuelta y monté de espaldas a JA, lo ensarté por el culo y acostada de espaldas sobre él, ofrecimos al Primo mi zorra, parecía ser más fácil que se pusiera en condiciones en esa posición, con mis manos continuaba mi intento de resucitar al muerto, pero el finado no era Lázaro, no se levantaba ni para echar una ojeadita.
A esas alturas yo ya no sabía qué más hacer, recordé que cuando estábamos solos su pico estaba en maravillosas condiciones, así es que pensando en la recuperación del equipo me puse para ofrecerme a Primo, la esperanza que me quedaba era que culiándome sólo podría arribar, me tiré en la cama y le puse las piernas en los hombros sentí una pequeña recuperación de su pico pero notaba que el esfuerzo que estaba haciendo era apoteósico, no lograba mantener ni siquiera un erección mínima, me di vuelta y me puse a lo perrito ya estaba cansada, por último de esa forma podría descansar un poco.
JA miraba preocupado la lamentable escena, yo estaba aterrada… mi JA nunca me había fallado pero esto del pico deprimido, cacho de paraguas, parecía ser una enfermedad contagiosa y letal, ya que lo veía haciendo esfuerzos con sus manos para mantener su verga en condiciones.
Primo abandonó sus tentativas con un pico que parecía de un niño de 4 años, salió del dormitorio y mi JA me pidió parar de grabar, obvio que no puse objeción. No sé si echarle la culpa a la camarita de la desastrosa performance, pero si hubiese sabido que eso pasaría no lo propongo ni muerta.
Apagó la cámara y nos quedamos solos en la cama. No nos costó mucho volver a sintonizar y culiamos como sabemos hacerlo, JA volvía a ser el de antes, su pico durito frotaba mis hoyitos hambrientos y los satisfizo con holgura, como tantas otras veces mis orgasmos brotaron deliciosos y animales, rápidamente olvidamos las desastrosas escenas anteriores y pude constatar que el pico de JA estaba sanito, vivito y culiando.
Le pedí que acabara en mi boca y cuando se disponía a hacerlo encontré la mirada de Primo que espiaba desde la otra habitación, recibí en mi boca el semen caliente de JA con mi mirada enganchada en los ojos de Primo.
Me tragué su leche deliciosa.
Con mis ganas aplacadas , mis hoyitos felices y mi cuerpo tembloroso, JA salió a buscarme algo de beber, Primo se acercó y me besó, eso me calentó mucho, aún sentía el gusto de JA en la boca, acto seguido me dice.
-¿me das tu número de teléfono?-
¡INCREIBLE! No es por ser mala onda pero ¿qué esperaba después de esa performance? ¿Que más encima quisiera estar sola con él?
Le dije, - para qué lo quieres si tienes el de JA, así nos comunicamos-
-Para verte cuando no esté borracho- me contestó, no se lo di, no se lo habría entregado aunque su intervención hubiera estado a la altura de las circunstancias …a menos que me hubiera asesinado a punta de cachas y que la calentura por él me hubiese enloquecido , pero en este caso era más bien todo lo contrario.
JA llegó para salvarme de esa embarazosa situación, le conté rápidamente lo que pasaba, me dijo que le diera mi número si quería, pero yo no quería, le pedí que no me dejara sola con Primo de nuevo, no quería herirlo pero no le daría en el gusto por ningún motivo.
Se despidió con un beso en la boca y se fue, evidentemente no fue lo que planeamos y Primo se llevó la peor parte, a mi me costaba creer lo que había pasado, no recuerdo haber vivido un desastre igual nunca antes. Yo lo habría apostado TODO a que la segunda vez sería lejos mucho mejor que la primera, menos nervios, sabiendo todos a lo que íbamos, con más confianza, en fin NADA podría haberme hecho imaginar el fracaso absoluto de mi fantasía.
Bueno, pero si no se puede de tres se podrá de a dos. Aunque ya estaba completamente vestida mi JA me animó con facilidad, su pico había recuperado su antiguo honor y mi niña no hace remilgos así es que con la ropa a medio sacar nos fuimos nuevamente a la cama, ya sentía su pico frotando los bordes de mi zorra cuando sonó el timbre…MAAALO ¿sería el Primo que se devolvía? En una de esas al subirse al taxi se le había levantado el pico. Mi JA lo llamó pero le dijo que él iba en el taxi, me vestí …no sabíamos quién podría ser, mi JA bajó a abrir la puerta pero …no era nadie..
Obvio que después de todo eso ya no pasó nada rico, pero como mi mamá me educó muy bien y como reza el dicho “ a Primo regalado no se le mira el pico” le di las gracias y me despedí cariñosa.
PD. El video resultado de esa aventura no lo voy a compartir con ustedes ni muerta, pero lo subí a youtube en la sección chascarros.

domingo, 27 de marzo de 2011

¿ALGUIEN HA VISTO UN LINDO GATITO?


Al leer ese email quedé unos instantes en blanco, era un breve y cariñoso saludo en el que me dejaba su número de teléfono y su sueño de imaginar que quizás sin saberlo podríamos cruzarnos en alguna calle. Era una buena jugada de Garganta Profunda…dejar su teléfono sin presionar.
La curiosidad fue lo que primero me invadió, igual me daba lata que estuviera aquí y no aprovechar la oportunidad para acercarme un poco más a él, pero sinceramente no era fácil sentirme segura, si después de todo él había manifestado efusivamente su intención de hacerme pedazos a punta de cachas.
Además hay que reconocer que todos los que andamos en estos espacios somos harto pervertidos, unos más otros menos, pero calientes y pervertidos, eso somos TODOS.
¿y… mis reglas? ¿dónde quedaban mis reglas?
Decidí llamarlo, quería hablar con él, eso de todas maneras. No había ningún riesgo en esa llamada, aunque ese extravagante desconocido resultara ser un sicópata peligroso, yo estaría a salvo al otro lado de la línea.
La segunda decisión era que no tiraría con él, eso lo encontraba muy peligroso y el juego me encanta pero en la intimidad se puede llegar a pasar muy mal. Sin ir más lejos yo misma lo he pasado mal cuando algunos machos insisten en satisfacer sus deseos sin respetar los míos. El tema era que entre esas dos decisiones había todo un mundo para recorrer y disfrutar ..si yo quería.
No es ninguna novedad para ustedes que mi mino es muy atinado, que es un caliente pervertido y que me AMA, entonces su postura en este caso era absolutamente fundamental. Su cabeza obviamente iba a funcionar mejor que la mía. Lo llamé y le confesé mis deseos. Sabía que él aunque siempre respeta mis deseos y goza con mis ganas, no me permitiría tomar decisiones en las que pusiera en riesgo mi integridad. Me moría de ganas de conocerlo así es que ideamos un plan en dónde pudiera equilibrar mi seguridad con mis deseos.
Un lugar público era el sitio en dónde yo estaría bien. Era un día sábado y yo tenía un evento en el trabajo. ¿qué mejor lugar que protegida por todo mi círculo? Allí sabía que al mínimo gesto aparecerían una cantidad suficiente de machos dispuestos a agarrarse a combos de ser necesario.
Lo llevaría a mis dominios, dejé una entrada para ese evento con su nombre en la ventanilla, yo tomaría el asiento contiguo, de esa manera yo podría controlar toda la situación por mucho ímpetu que tuviera mi compañero.
Lo llamé, me tiritaba todo, la conversación fue torpe y el tono bastante raro, ambos estábamos claramente nerviosos e intentábamos darle algo de naturalidad a las palabras, cosa que ninguno de los dos conseguía, hice la propuesta y el aceptó mi juego.
¿Y cómo nos encontramos? Preguntó al final
No te preocupes-le dije – yo te encuentro, tú sólo espera.
Yo tendría el control hasta el final, incluso podría arrepentirme de hablarle y sólo mirarlo de lejos.
Partí con la adrenalina a mil, como cabra chica con juguete nuevo, enfundada en unas pantys negras con línea, un top bonito y unos pantalones de satén , la tela favorita de mi amigo, suavemente provocativa no quise vestirme de guerrera ya que no estaba dispuesta a la batalla.
Yo tenía en la cabeza una imagen confusa y amedrentadora de mi amigo. Habíamos hecho cámara y obviamente mi atención estaba fija en una parte de su anatomía que en esta oportunidad estaría muy oculta. Había visto su cara sólo un momento en esa sesión, entonces no sabía que tan difícil podría ser reconocerlo.
Concretamente había demostrado ser un tipo con cojones, valiente, intenso, lascivo y enfermo de caliente, bastante guapo y con una teja algo corrida.
Apenas hice ingreso di una mirada panorámica, no había mucha gente todavía. Esperaba al LOBO FEROZ, por supuesto yo en mi plan de Caperucita me sentía un bocado tentador, pero que ese Lobo no se comería.
Mis ojos se posaron algo incrédula en un desconocido. Un jovencito guapo con cara de niño bueno, con una mochila pequeña al hombro y con una mirada curiosa, más bien de ratón asustado frente al gato. ¿Sería ese era el temido GARGANTA PROFUNDA? El GARGANTA PROFUNDA intenso, caliente, morboso, adicto al sexo, esa máquina de follar que se chorreaba copiosamente una y otra vez sin descanso ante mi mirada atónita. No podía concordar todo eso con la imagen menuda del muchacho que se paseaba solitario… pero no había dudas era él.
Llamé a mi perro y le conté, el Lobo Feroz era un gatito (capaz sea como el Gato con Botas de Shrek, ese tiene doble personalidad), pero como venía de Islas Canarias y me inspiraba la dulzura de Tweety, Piolín, entonces empecé a referirme a él como El Canario (es harto más fácil hablar del Canario que de Garganta Profunda).
Lo miré bastante rato de lejos, me reía sola pensando todo el miedo que me había generado ese come mujeres que ahora se paseaba con una actitud ingenua e inocente frente a mis ojos. El también me miraba bastante, así me di ánimo, me acerqué con una sonrisa en los labios y le dije.
. -Hola soy Trinidad-
Ahí me puse muy nerviosa, muy acelerada por la situación, era la primera vez que hablaba con alguien que conociera mi blog, era el primer pico que salía fuera de la pantalla del computador, el personaje se trasformaba en persona.
Me sentía un tanto en pelotas, más allá de que me hubiera visto idem en videos, en fotos o en cam, mi desnudez pasaba por las palabras escritas en este espacio, por esa forma de volcar en este blog todas mis vivencias sexuales de manera tan franca y sin filtro.
Había reservado dos lugares en la última fila de la Platea, cuando comenzó el espectáculo yo me senté a su lado. Había que permanecer en silencio, a mí ya no me quedaban rastros del temor que me ocasionaba el personaje oscuro. El que estaba a mi lado me causaba mucha simpatía y yo en mis dominios me siento Chica Súper Poderosa, así es que me dispuse a disfrutar de esa instancia.
Ni siquiera lo pensé mucho cuando le ofrecí mi mano, él la tomó y el contacto fue vibrante, la acarició suave y delicadamente, teniendo siempre mucho cuidado de los ojos que nos observaban, respetuoso en extremo. Estuvimos largo rato en ese contacto, piel con piel, contándonos cosas en secreto, no importaba lo que nos decíamos de hecho ni siquiera lo recuerdo , sólo me excitaba sentir su boca cerca de mi cuello y su voz en mi oído, su aire tibio me erizaba los pelos de la nuca, mientras sus dedos recorrían mi brazo.
Salí de la sala antes de que terminara la primera parte, quería llamar a mi perro, contarle que no tenía de qué preocuparse que todo estaba bien, estaba en eso cuando apareció mi jefe pidiéndome una cámara fotográfica. Mi jefe es una persona muy amable, bastante conservador, de hecho muchas veces cariñosamente le decimos “monseñor” y absolutamente obsesivo, yo no tenía más cámara que mi teléfono y no sé como ocuparlo, pero recordé que el Canario es un reportero gráfico y mi experiencia me decía que ellos siempre andan con su cámara a cuestas, así es que apenas pude le pregunté. No me equivoqué andaba con su preciosa cámara en aquella mochila, le presenté a mi jefe y allí la cuestión tuvo un vuelco curioso, se entendieron de mil maravillas, yo encontraba loquísimo verlos conversar a ambos tan gratamente, era divertido yo pensaba si mi Jefe supiera de dónde saqué a este Canario se le cae el pelo que le queda.
Bueno, yo sólo observaba a mi amigo tomando fotos como condenado, arriba de sillas, agachado, yo ya no era el centro de su atención, aunque igual me atrapó en algunas de las tomas, me divertía tanto mirar la escena, o sea, podría haber imaginado todo con Garganta Profunda pero que me ayudara en la pega y de amigo de mi jefe, eso jamás.
Después que terminamos con el trabajo asignado por mi jefe, pasamos a buscar su mochila a la oficina de la administradora, estábamos solos. Tomé su cara, acerqué mi boca a la suya y lo besé sin prisa, degusté su boca, esa que me había tentado tanto cuando la puso en su perfil, sus manos presionaban suavemente mis caderas.
Con ese beso derribaba la muralla que había elevado por el temor.
Nos despedimos ya que él continuaba su viaje por el sur pero con la expectativa de volver a vernos cuando pasara por Santiago antes de regresar a España. Ese encuentro sería distinto, yo estaba en condiciones de llegar hasta dónde mis instintos me llevaran.
En los días siguientes mantuvimos una comunicación bastante fluida, mails con videos incluidos, llamados telefónicos, mensajes de texto, etc. Cuando se acercaba la fecha del regreso yo estaba muy ansiosa, pero… no pasó nada, ni ese día, ni el siguiente. El Canario desapareció sin decir nada más, no digamos que yo estaba enferma de caliente o algo así, pero igual fue un duro golpe a mi ego, ¿qué pasó? ¡Chutas!
Para más remate mi JA se había puesto misterioso y escurridizo. El sábado que se suponía se daban las condiciones para juntarnos, tampoco había dicho nada. ¿se me estarían venciendo las armas de seducción? En una de esas La Mentirosa tenía la razón y mi culo se cayó sin que yo me diera cuenta. Espejito, espejito ¿quien tiene el culo más redondito?
Anduve preocupada… un par de días… pero mi JA hizo su reaparición en gloria y majestad y me deleité con un encuentro en el cual se las jugó poniendo un espejo muy grande a los pies de la cama, mi culo recibió la respuesta esperada y los elogios de costumbre. Su pico incansable se metió por todos mis agujeros prodigando el goce que me hizo sentir nuevamente la perra deseada de siempre.
Su boca recorrió mi geografía sin límites, dándose el tiempo de recorrer mis más recónditas cavernas. Disfruté como enferma de la visión que me entregaba el espejo, sus manos frotando mi zorra, mientras su pico penetraba insistentemente mi culo, hasta el fondo, una y otra vez, sentía como la intensidad iba subiendo y mi cuerpo se transformaba en un volumen compacto de energía ingrávida que voló por la habitación liberada en un grito bestial.
Lo mejor de todo es que antes de despedirnos prometió tenerme un delicioso regalo para nuestro próximo encuentro.

PD. la foto de este posteo la tomó Canario
PD1 del CANARIO nunca más se supo

domingo, 13 de marzo de 2011

LOS OLEAJES DEL CIBERESPACIO



Me pasa que de vez en cuando me fulmina un enamoramiento con alguno o algunos de mis amantes cibernéticos, es algo intenso pero fugaz, me imagino que no debe ser algo tan extraño si después de todo estoy funcionando a flor de piel, con mis sensaciones vivas y con mis hormonas trabajando a full, entonces a veces puede provocar algo que confunde por momentos.
Suspense me enviaba unos emails que me dejaban con el corazón en el cuello, con la zorra mojada y sintiendo que tenerlo cerca haría que explotara el universo, después tuvimos largos y calientes chats que nos dejaban al borde del vértigo, sus comentarios en el blog eran deliciosos, íbamos como avión, él consiguió cámara y …hasta ahí no más llegamos, por alguna razón perdimos el contacto y todo se esfumó sin pena ni gloria.

Otros han tenido una partida más escabrosa, Garganta Profunda, (me referí a él en el posteo EN BÚSQUEDA DEL PLACER DICIEMBRE 2010).

Recuerdo que la primera sensación que tuve con él fue más bien de susto, era demasiado intenso, su nombre era Garganta Profunda y la foto de su perfil era de un transexual. Sus comentarios en blog me gustaban pero siempre sentía que se le pasaba un poquito la mano.
Chateamos algunas veces y en esa instancia me pareció bastante atinado y la única vez que hicimos cámara me gustó mucho, cierto que por mi parte no estaban dadas las condiciones óptimas de privacidad y que él se chorreó más veces de las que yo podría encontrar “normales” por llamarlas de alguna manera, pero recuerdo una sensación muy rica, él me mostró su cara y me gustó muchísimo.
En algún momento de la calentura él mencionó la idea de venir a Chile y de estar conmigo en realidad. Yo le contesté que seguramente sería delicioso, lo que veía en la pantalla me parecía exquisitamente atractivo.
La verdad eso es algo que muchos dicen y cuando viven al otro lado del mundo yo no uso para nada el cerebro y me dejo llevar por la pura calentura. También es verdad que es algo que eventualmente podría gustarme hacer con unos pocos, pero sólo con uno de mis amantes cibernéticos lo hemos hablado con mayor seriedad y siempre como una lejana posibilidad.
Una de mis reglas más importantes en todo esto es:
“no hago citas con gente que conozca por medio del Blog o por chat” me gusta la intensidad en el juego pero a veces es bueno ponerle una gotita de cordura y esas reglas finalmente, me hacen sentir a salvo.
Garganta Profunda empezó a mencionar su venida más de lo que me hubiera gustado, en los comentarios en el blog, en los chats, en sus emails, etc. siempre como una posibilidad y yo cada vez que él hablaba del tema hacía cómo que no escuchaba, no decía nada, aunque tampoco le daba alas para que siguiera alimentando la idea, tampoco le decía que no lo hiciera, porque pensaba que era un simple e inocente volador de luces.
Un día durante mis vacaciones abrí mi correo y apareció un mensaje instantáneo de Garganta Profunda, en dónde me decía que muy probablemente vendría a Argentina y que existía la posibilidad de que pasara por Chile.
Casi me morí del espanto. Para ser franca todo mi discurso de mina liberal y dispuesta a todo por una calentura, se me fue a la cresta en un pestañeo, se me aconcharon los meados como se dice en mi país, no quería ni pensarlo.
No contesté nada de puro susto.
Decidí esperar algún email más formal, en una de esas no pasaba nada.
El email no tardó en llegar, tan intenso como de costumbre asegurando su visita al país vecino y queriendo venir a Chile para ser mío…para saciarnos completamente.
¡AAAAAAAAAHHHHHHHHGGGGGGGG! me quería morir, pensé en no contestar nada nuevamente, simplemente desaparecer del mapa cibernético, pero mi naturaleza me obliga a hacer las cosas de la manera más correcta posible, así es que le contesté con un amable pero tajante email que decía que yo no mezclaba el mundo cibernético con el real. Enarbolaba mi regla de no hacer citas reales con personas que conociera en ese ámbito y responsablemente le decía que no viniera por mí porque no me tendría.
No tuve ninguna respuesta ni ese día, ni el siguiente, pensé que podría haberse enojado mucho con mi postura, pero la libertad en esto de sexo es algo inalienable para mí. Así es que nada, si se enojaba era su problema no el mío.
A la semana recibí otro email, en dónde me decía que ya estaba en Buenos Aires que estaba mal, desilusionado y triste, pero no sólo por mí, que las cosas no le habían resultado como esperaba con otras personas. Que no era malo, ni un ladrón, ni un asesino y que pensaba que podría pasar por mi país, que yo le dijera si me apetecía.
La verdad es que la forma de escribir que tiene sin puntuación y sólo con mayúsculas no permite distinguir tonos, pero me pareció una manipulación total.
Le contesté reiterando mi postura anterior.
-No me gusta que estés triste, pero en ningún caso voy a cargar yo, con la responsabilidad de otras personas que no te hayan correspondido como querías, a cada cual lo que le corresponda. Fui muy clara en el email anterior y no te ocultaré que igual me da pena, pero es una decisión que no cambiaré-
Su respuesta fue más dulce.
BUENO CIELO NO TE APURES.... DE TODOS MODOS IRE A CHILE CREO QUE EL 10 AHORA ESTOY EN BUENOS AIRES... ME HUBIESE GUSTADO SER TUYO COMO IMAGINE Y CREO QUE TU TAMBIEN. BUENO PUES NADA NO PASA NADA. ERAS UN SUEÑO Y SEGUIRAS SIENDOLO. DE TODOS MODOS CUANDO ESTE ALLI TE DEJARE EN UN CORREO EL NUMERO QUE TENGA ALLI... NO SE SI PRIMERO ESTARE EN SANTIAGO O LUEGO DE BAJAR AL SUR PASARE ALGUNOS DIAS ALLI... NO SE ME ESTOY ORGANIZANDO AUN... BESOS.

No puedo negar que eso me dejó mucho más tranquila. No me es posible desligarme fácilmente de las personas, me daba lata lo que estaba pasando, igual me sentía culpable de haberle creado falsas expectativas, pero al estar en la intensidad de la calentura cibernética uno puede decir cosas que siente de verdad en ese minuto pero que no van bien en la realidad, de alguna manera me cuestioné la forma de relacionarme frente a la pantalla del compu.
Esa respuesta me devolvía la seguridad.
Mi mino me preguntó mucho qué era lo que yo quería hacer, la verdad es que este personaje me asustaba mucho, su naturaleza insaciable era algo que yo había corroborado, no eran sólo un cartel de propaganda. Me aterraba su intensidad, pero ese tono más amable en su respuesta me dejaba más tranquila y más feliz.
El día sábado cuando en las costas de mi país se esperaba el efecto del Tsumami de Japón, yo recibí mi maremoto personal.

BESOS!!! DESDE TU CHILE DESDE SANTIAGO..... AYER ME DI TOUR POR TU CIUDAD …

Mi corazón se detuvo al leerlo.

domingo, 20 de febrero de 2011

CONCON NO ES CANCUN


BOLAS TRISTES

Conocí a Bolas Tristes en mi época de duelo, esos días en los cuales lloraba amargamente que mi amante me hubiera dejado y con esto hubiera sepultado mis ganas de todo, incluso de vivir. Todavía me mantenía en sequía sexual absoluta, pero ya estaba empezando a resucitar por lo que él se convirtió en una agradable compañía para salir.
Bolas Tristes, es un personaje de mi edad, solterón, sin hijos, con una pega entretenida, jajaja es compañero de JA , delgado, se parece bastante a un personaje de televisión muy antiguo Barnabás Collins, el vampiro de una serie de los años 70. Tiene el cabello entrecano, ojos verdes y unas pestañas largas y tupidas, pero tiesas y hacia abajo, que tapan tan absolutamente sus ojos, que yo tardé varios meses en percatarme del hermoso color que tienen. Creo que esa oscuridad en su mirada es la que le da esa onda un poco tenebrosa, es algo neurótico y levemente achacoso.
Mi antigua relación con él se reducía a salir. Acompañarlo en distintas reuniones sociales, yo siento que ambos estábamos bien pagados, a mí me hacía bien salir de mi encierro y él podía lucirse con la compañía de una mujer buenamozona y simpática. Algunas veces me invitaba a almorzar o a cenar, generalmente acompañados de otra pareja o de un grupo, las menos de las veces salíamos solos.
Nos unió la soledad y la amargura que nos aquejaba y nos convertimos en una especie de terapia el uno para el otro. El también venía saliendo de muchos fracasos sentimentales y gastábamos largas horas en hablar de nuestros respectivos ex.
En fin, Bolas Tristes es una persona gentil y educada que era muy buena compañía para mí, en esas también tristes circunstancias.
Nunca me dio ninguna seña de tener otras intenciones conmigo (o yo no las vi) y a mí nunca me calentó, en la época que nos conocimos a mí no me calentaba nadie y nunca pensé convertirlo en uno de mis amigos con ventaja, no se dio no más. Yo seguí mi camino y después de algunos intentos fallidos de encontrar mi media naranja, encontré mi limón completo, ese que le puso sabor a mi vida.
En cuanto me vio felizmente emparejada y conoció a mi perro, comenzó su ataque con una seguidilla de piropos, miradas y abrazos un poco más pasados para la punta, cosa que nunca antes había hecho.
Me causaba mucha gracia que comenzara con esa estrategia y pienso que él se arrepintió de no haber intentado algo más conmigo, cuando estábamos ambos sin compromisos. ¿Por qué no lo hizo? No lo tengo muy claro, pero tengo algunas hipótesis.
- Es posible que pensara que yo necesitaba más tiempo para recuperarme de mi relación anterior.
- Quizás pensó que yo estaba fuera de su alcance, mis hombres anteriores tenían más power y por esos juegos del destino, él había tenido algún cuento con la ex de mi perro, eso me convertía en alcanzable.
- Tal vez estaba apuntando a una relación con una mujer más joven con la posibilidad de formar una familia y tener hijos.
- Todas las anteriores
Bueno, Bolas Tristes sigue en las mismas condiciones solo, solitario y solterón, ninguna de relaciones que intentó tuvo algún éxito.
La verdad es que ahora no tengo tiempo para salir con Bolas Tristes, estoy ocupada en esas aventuras mucho más excitantes que ustedes conocen, entonces me cuesta mucho aceptar las continuas invitaciones de mi amigo. En ocasiones lo he hecho presionada por cierto grado de culpabilidad, obligada por un sentimiento de gratitud por el apoyo que me brindó en tiempos oscuros.
Ahora es cierto que me gusta provocarlo y que mi naturaleza perra me ha hecho sacarle roncha coqueteándole en forma bastante descarada.
Recuerdo que una vez llegué a visitarlo a la clínica cuando se recuperaba de una cirugía. Yo llevaba un ligero vestido de verano y mi alma solidaria me llevó a jugar con mi vestido dejándole ver, todo el territorio de mis piernas, desde su nacimiento hasta los tobillos, fui generosa ayudando a levantar al enfermo, estoy casi segura que por lo menos una parte de él quedó absolutamente erguida.
El ha sido constante e incansable en sus joteos y desde el año pasado ha estado invitándome a pasar algunos días fuera de Santiago. Yo me negaba dulcemente argumentando mi falta de tiempo, pero nunca cerré absolutamente esa posibilidad, claro me parecía un poco raro que me hiciera una invitación de esa naturaleza conociendo mi condición de mujer emparejada y desconociendo los extravagantes gustos que tenemos.

LAS CIRCUNSTANCIAS… SIEMPRE LAS CIRCUNSTANCIAS.

Siempre tengo mis vacaciones durante el mes de febrero, el año pasado estaba recién iniciada en el sexo cibernético y me transformé rápidamente en una adicta, entonces no quise trasladarme a la playa para no perder la posibilidad de calentarme con mis recientes amigos cibernéticos.
O sea el año pasado me quedé sin salir de puro caliente, pero este año tenía unas ganas locas de unos pocos días de sol, de playa, de mar, en fin, me moría por unos días de relajo en algún balneario cercano.
Sin ánimo de quejas debo reconocer que en esos avatares estoy generalmente sola, a mi mino simplemente no le gusta salir de su guarida, entonces intentando regalonearme me ha acompañado sólo por el día yendo a dejarme, pero devolviéndose antes de caer la noche.
Mis hijos están en una edad en la cual es difícil coordinar sus tiempos, entonces generalmente aceptaba la generosa invitación de una prima que tiene una hermosa y gran casa en un balneario de la zona centro, Concón, al lado de Viña del Mar.
Este año que mi humanidad pedía a gritos esos días de descanso, mi primita tenía su casa copada y yo no me conformo con un sillón o un saco de dormir, entonces me había quedado sin mi posibilidad de veraneo y ya era tarde para planificar algo entretenido y no muy caro.
Bolas Tristes cada vez que me veía insistía en su invitación y la verdad yo ya estaba empezando a pensar que no era tan mala idea.
Justo antes de salir de vacaciones, después de su prolongado y cariñoso abrazo de costumbre me pregunta.
- ¿Cuándo se va a Concón la más linda?
- No, no voy- le contesto
El año anterior nos habíamos encontrado cuando estuvimos en la playa y habíamos pasado algunas tardes juntos.
Entonces al escuchar los motivos por los que yo no iba, le brillaron los ojos y me contó que un amigo le había ofrecido un departamento en ese lugar, con vista al mar y que lo tenía disponible hasta el 20 de febrero.
No sé bien con qué cara lo miré, pero me preguntó si realmente tenía ganas o si él estaba siendo muy cargante.
Las dos cosas se mezclaban, no encontré nada mejor que decirle muy canchera, que no tenía problemas con él, ya que siempre respetaba mis límites y que con eso yo me sentía de maravillas.
Por supuesto mujer- me dijo sonriente- tranquila.
La verdad es que aunque no le aseguré nada, desde ese día comencé a admitir en mi cabeza la idea de aceptar su generosa y desinteresada invitación.
Me llamó por lo menos dos veces más, insistiendo y yo cada día más tentada, hasta que le dije bueno, yo voy desde el jueves y me vuelvo el domingo, eran cuatro días.
Bolas Tristes estaba feliz, se le iluminó la mirada. Yo pensaba que yo me regresaba y él se quedaba, pero me dijo que por ningún motivo, que él se volvía junto conmigo. Yo también me sentía feliz, cortaba las huinchas por estar tomando un poco de sol, mirando el mar.
Me fue a buscar a mi casa, yo preparé un bolso con mis bikinis, un trikini que pensaba estrenar, shorts, un jeans, tops y para dormir llevé un pantalón largo con una polera. Cuando partimos llovía en Santiago, cosa tremendamente inusual en febrero, emprendimos viaje con truenos y relámpagos, pero a Bolas Tristes la felicidad le salía por los poros, ¡putas que estaba contento!, radiante, me atendió como una reina. Yo echaba puteadas, si llovía en la costa se me aguaba la fiesta, pero a poco andar ya estaba despejado y llegando a la playa el sol brillaba, nos fuimos directamente a comer mirando el mar.
El departamento era muy bonito, con una terraza con vista al mar, tal como lo había prometido, un estar comedor con kitchenette, dos dormitorios y un baño. El problema era que uno de los dormitorios no tenía cortinas en las ventanas, en el otro dormitorio había una cama pequeña y Bolas Tristes se consiguió con su amigo un colchón de dos plazas que instaló con la ayuda de este amigo, armó la cama y nos fuimos de compras.
A cada rato me expresaba su enorme felicidad de estar conmigo en ese lugar y parecía dispuesto a traerme el sol y la luna si yo lo hubiera pedido. Compramos cosas para el desayuno y él se compró una botella de vino.
Nos sentamos en el estar, prendió un par de velas que traía en su maleta, sacó un par de copas, él con vino, yo con agüita y muchos cigarrillos estuvimos conversando durante varias horas. Hablamos de millones de cosas, planificó entusiasmado lo que haríamos el día siguiente, iríamos a Zapallar y almorzaríamos en el Chiringuito comenzando con una entrada de locos (abalones para mis amigos extranjeros). De cuando en cuando me reiteraba su plena felicidad por mi compañía.
A mí me parecía bastante probable que intentara suavemente alguna aproximación sexual, después de todo tenía 3 días completos, así es que no niego que durante toda esa conversación estuve un poco expectante, si bien es cierto no me calentaba y yo suponía que los límites estaban claros, tampoco me negaba rotundamente si lograba seducirme. No le hago asco a ningún polvo, pero no puedo negar que me incomodaba la situación.
La botella de vino bajaba y las horas avanzaban, pero Bolas Tristes parecía más caballero que de costumbre, el vino se terminó y el sueño comenzó a vencerme, por lo que le anuncié que me iría a dormir. Nos dirigimos al dormitorio, la única interrogante para mí era en que cama dormiría cada cual y me fui al dormitorio pensando en eso.
En cuanto traspasamos la puerta del dormitorio y sin mediar ninguna insinuación previa, Bolas Tristes se me abalanzó como un troglodita y fue directamente a despojarme de la ropa, junto con atacar torpemente mis tetas, mi culo, mi zorra, todo.
Lo consideré un ataque, una agresión, me cargó, sentía su hálito a vino en mi cara y lo paré en seco, me dio mucha rabia, eso es peor que un “hola… dame cámara”.
Yo esperaba una disculpa después de ese despropósito, después de todo una botella de vino causa estragos, pero me sorprendió con su reacción. Se puso furioso, no podía entender mi negativa, daba por supuesto que el sólo hecho de que estuviéramos allí le daba derechos maritales sobre mi persona. Ese era el motivo por el cual ni siquiera se dio el trabajo de seducirme, lo daba por descontado, era parte del combo. Eso me enfurecía aún más, el sexo para mí sobre todo es un acto de libertad.
Disparaba a todo lo que podía, que no éramos unos jovencitos, que porqué no se lo había dicho, que yo sabía que él me encontraba muy, muy rica, que yo lo conocía tanto, que sabía que podía ser discreto …y todo eso era cierto, lo único que no se le ocurrió nunca era que a mí podría no gustarme él.
Me dieron ganas de gritarle que yo sexo sin ganas no tenía jamás y que él no me movía ni una hormona, pero me daba pena, Bolas Tristes a medio filo era más patético que de costumbre.
Cada cosa que decía reafirmaba aún más mi negativa, a cada minuto más rotunda. Es precisamente porque no soy ninguna jovencita que me siento absolutamente empoderada para decidir con quién tengo sexo y con quién no.
Era muy tarde, a esa hora no podía irme, si hubiera podido, me iba y eso fue lo que le dije, -mañana me voy-
- no-, me contestó- mañana nos vamos,¿ qué me voy a quedar haciendo solo yo acá?
Yo me fui al baño, me puse mi pantalón de pijama y una polera manga larga y volví a la pieza para preguntarle en que cama dormiría, para yo ocupar la otra. Después de escuchar otra sarta de argumentos inconexos, él ocupó la cama grande y yo tomé posesión de la pequeña.
Debo reconocer que a excepción del primer ataque con sus manos en mi cuerpo intentando sacarme la ropa, él permaneció alejado de mí y que a pesar de que estaba absolutamente desencajado de rabia e intentaba hacerme entrar en “razón” en forma vehemente, nunca ocupó palabras groseras o insultos personales.
Yo me sentía agraviada en mi dignidad y me humillaba la situación, no dormí mucho, pensaba en mi perro que me trata como a una diosa, nuestras discusiones llegan a ser ridículas, de lo buena onda que son. Además pensaba en mi JA, no sé muy bien por qué, pero pensaba en él. Tenía mucha rabia, pero yo soy harto obsesiva, es verdad que no me imaginé nunca su reacción tan airada, pero también es verdad que era bastante evidente que intentaría algo, yo pensé que iba a ir muy de a poco y que mi negativa, no tendría mayores consecuencias.
Igual me daba mucha lata devolverme a Santiago, no quería hacerlo, tampoco quería quedarme sola pero esa era mejor posibilidad que lo anterior, decidí que regresaría a casa tal como lo había planificado, el domingo, ya vería cómo lo haría.
La mañana siguiente fue bastante incómoda, pero yo esperé su reacción para saber con qué seguir. Se congració conmigo con simpatía, me mostró una caja de 12, otra de 3 y varios condones sueltos, él pensaba darse un festín sexual conmigo. Haciéndose el ilusionado perdedor fue rompiendo el hielo y terminamos riéndonos abrazados.
El resto de la mañana no tocamos el tema y yo me preparé rápidamente para la playa, no sabía si pretendía continuar con su maravillosa planificación del día anterior o si me iba a llevar a comer empanadas en el kiosko de la esquina, pero yo iba a ir a la playa.
Me preguntó ¿qué quieres hacer? Ir a la playa - dije y no agregué nada más.
Sería su decisión continuar con los planes o desahuciarlos considerando mi negativa sexual.
Me sentí ganadora cuando enfiló hacia Zapallar y disfrutamos de un delicioso almuerzo en el Chiringuito. Pasamos la tarde en la bella y tranquila playa de Zapallar, el sol brilló maravilloso, yo estrené mi trikini, ya no quedaban sombras de la noche anterior.
Al llegar de vuelta al auto Bolas Tristes se dio cuenta que se le habían quedado prendidas las luces así es que estaba sin batería, le vi la cara de angustia y me dio risa, mientras él se quedaba mirando el auto sin saber qué hacer a mí me costó 2 minutos conseguir 3 machos para que empujaran.
Después de eso lo regaloneé, le llevé un té con limón porque me dijo que se sentía un poco resfriado, le decía ¿viste que soy una joyita? ¿Qué más quieres? Él me miraba con rencor y me advertía que no me metiera en honduras porque yo sabía qué era lo que él quería, a lo cual yo contestaba con una sonrisa complaciente.
Bueno, no se las jugó bien Bolas Tristes, y si bien es cierto después intentó cariñitos y abrazos, yo ya estaba muy a la defensiva como para que surtiera efecto esa estrategia.
El último día después de la playa, tomé una ducha y salí rápidamente para dejársela a él, crucé mojada, envuelta en una toalla muy grande hacia el dormitorio para no ocupar el tiempo se secarme en el baño, le avisé cuando ya estaba en el dormitorio, no quería provocarlo demás. El me dio las gracias, se dirigió al baño y abrió la ducha.
Al sentir el ruido del agua corriendo yo me relajé y empecé a secarme lentamente, estaba un poco quemada por el sol, por lo que lo hacía con cuidado, para no provocar daño en las zonas enrojecidas, al tomar la crema para empezar el ritual de la humectación me di cuenta que la puerta del dormitorio no estaba del todo cerrada y que Bolas Tristes no estaba bajo la ducha como yo suponía.
Incliné la cabeza para tapar mi cara con el pelo y así poder corroborar en qué estaba y lo ví espiándome desde el fondo del baño, con su pico entre las manos.
Pensé cómo reaccionar, no tenía ganas de un enfrentamiento a esas alturas, podría haber cerrado la puerta en forma casual no evidenciando su mirada o incluso pedir disculpas y cerrar la puerta. Pero decidí continuar con mi ritual de belleza y encremarme suave, lentamente, ante la mirada furtiva de Bolas Tristes. La crema abundante requería de mis manos masajeando mis tetas y pezones. Mis piernas tuvieron una dedicación especial, sobre todo al llegar a la parte de las ingles, que recibieron una gran cantidad del hidratante estando de pie con una pierna arriba de la cama, abierta exponiendo la zona a encremar especialmente hacia la puerta entreabierta. Mis glúteos fueron regaloneados en toda su magnitud, uno por uno pasando los dedos reiteradamente por la hendidura que los separa. A pesar de que la ducha seguía corriendo, distinguí el sonido inequívoco de un hombre chorreando y comencé a vestirme, un colaless diminuto fue la prenda que me enfundé, antes de que Bolas Tristes se perdiera detrás de la cortina de la ducha. Eso era como la cintita del regalo.
Después de eso mi amigo recuperó su sonrisa y a pesar de que nunca abandonó la idea de cobrar su premio, la rabia se diluyó.
Asumo que soy una perra caliente y una puta, pero nunca me había sentido puta en el sentido bajo de la palabra y les soy franca, lo que menos me gusto era que él pensó que yo era tan barata, si después de todo eran cuatro días en Concón no más, distinto hubiera sido una semana en Cancún, jajaja una pequeña diferencia.
Ahora el destino juega chueco ya que en cuanto llegué a Santiago apareció un viñamarino que promete y con él cual intuyo, esos 4 días hubieran tenido sol, mar, playa y seguramente unas deliciosas y calientes noches.
Soy perra… no adivina.