lunes, 31 de agosto de 2009

Amigos con ventaja


Estar dos años deprimida no es menor, me fue muy difícil superar esta etapa, seguramente pasé por lo mismo que pasan todas las mujeres que sienten que las abandonan y que hasta ahí no más les llegó la vida, estaba desolada, le había entregado tanto a ese hombre que no tenía idea quien era yo, sin él; sentía que estaba vieja (42 años) y que jamás iba a recuperar las ganas de sentirme mujer. La verdad es que hubiera seguido así de no haber tomado la decisión consciente de querer cambiar. Parte de esa decisión estaba en estar dispuesta a hacer algo que nunca antes había hecho…tener sexo sólo por diversión, sin sentimientos cercanos al amor, sólo con el enamoramiento que dura mientras alguien es tu compañero por unas horas, alguien con quien compartes alegremente y sin drama, alguien que te quiere y a quien quieres, que es tu amigo, que te cae muy bien….Así apareció al que llamaremos el Chico Guapo. Llegó a mi oficina derramando testosterona, amable, seguro, enfermo de canchero, más bien bajo de estatura pero con una energía que hace que eso sea un detalle menor. Empezó a seducirme apenas nos presentaron y me sentí muy complacida con eso, se mostró super interesado en querer trabajar conmigo, llegaba sorpresivamente a mi trabajo y muy de a poco empecé a dejar que los instintos naturales afloraran, empecé a disfrutar de la cercanía de este macho, a sentir el placer de olerlo cuando estaba en mi escritorio, a no reprimir el goce de sentir sus manos en mis hombros, así empezó a emerger mi ser femenino ese que estuvo sepultado tan largo tiempo.

Este Chico Guapo era casado y cuando conocí a su mujer, me sentí bastante intimidada, era una mujer increíblemente joven, atractiva y con mucho cuento, un motivo más para estar muerta de susto, mis inseguridades eran avasalladoras y muchas veces tiré pa’ la cola de puro temor al rechazo,..cuando uno está tan fuera de training en esas lides todo es un problema, mi hándicap era bastante potente, hacía mucho tiempo que no usaba mis armas de conquista y pa’ rematarla dos años sin tirar puede ser un peso muy grande.

Además igual no era fácil para mí, seguía enganchada y pensaba que algún día podía volver el perro arrepentido y yo estaría aún inmaculada esperándolo. Tenía que luchar contra esa pelotuda esperanza que no tenía por dónde ser cierta.

Con este Chico Guapo comenzamos a chatear, y eso hizo un poco más fáciles las cosas, el chat tiene la exquisita particularidad de la lejanía, hay tiempo para pensar las respuestas, replegarse si hay mucho peligro, tirar una pequeña piedrita sólo para ver cómo reacciona el otro, en fin muy de a poco y con un aire aparentemente despreocupado hablamos de intimidad, él me contó algunas decepciones yo le hablé de las mías y así se fue tejiendo esa red de araña alrededor de la presa, aunque no era claro quién era la araña y quien la presa.

Un día de verano cerca de Navidad, acepté finalmente una invitación, sin tener muy claro a qué, anteriormente nos habíamos tomado algún café o un trago al salir del trabajo, pero nunca solos, esa sería la primera vez y sabía que era peligroso. Nos juntamos en el metro y era raro ya que sabíamos que habíamos traspasado las barreras de la cordialidad y estábamos en otra cancha, me preguntó qué quería hacer y le dije que quería un mojito, a pesar de que no acostumbro beber pensé que para entrar en “confianza” sería muy bueno un trago. Llegamos hasta un local muy bonito que él conocía, pero no tenían mojitos, con ese pretexto salimos del lugar rápidamente esta vez hacia su casa, ya quedaba muy poco de incertidumbre respecto a lo que venía, pero cómo sería…estaba de veras ansiosa. Llegamos a su casa, la única que nos recibió fue la gata, prendió unas velas, sirvió unas copas de vino y aunque no me gusta tomé un poco, encargó sushi que tampoco me gusta, pero entendiendo que era para agasajarme comí un poco sin decir demasiado, puso Bossa Nova y me dijo las palabras clave, “relájate que no va a pasar nada que no quieras, si quieres conversamos, te puedo hacer un masaje… lo que tú quieras va a estar bien”, Y así me fui entregando al placer, me trató como a una virgen, delicado pero seguro, me fue sacando la ropa sin premura, llevaba puesto un vestido que tiene como mil botones en el frente, los desabrochó uno por uno sin apuro, quedé en ropa interior, me tomó en brazos y así me llevó hasta su dormitorio, ya no había vuelta atrás tiramos casi como en un ritual, sin prisa tratando de exorcizar los demonios contenidos por tanto tiempo, él estaba al tanto de mi largo celibato y asumió su responsabilidad de sacarme de ese estado con una mística que hizo que todo resultara absolutamente bien, terminó de desnudarme en la semioscuridad del dormitorio, ahí se sacó la ropa y comenzó a besarme con suavidad, recorrió todo mi cuerpo que iba despertando después de esta hibernación forzada, sólo me dediqué a sentir, dejé que él hiciera todo, que me besara , que me tocara, que me penetrara, primero encima en la común posición del misionero, y luego boca abajo. A la luz de la luna, con este amigo y en su cama matrimonial volví a la vida, tuve un orgasmo nada espectacular, pero que significaba que aún quedaban cartuchos por quemar. Nos quedamos un rato tendidos en la cama, él me invitó a dormir, su mujer estaba en la playa, pero ya había sido suficiente para mí, y dormir juntos convierte las cosas en algo diferente. Esa fue la primera de muchas. Volví a mi casa en un taxi con algo de pena pero con la sensación de que había hecho lo correcto, que estaba empezando a sanarme.

Con esa rotunda y potente convicción partió mi etapa de AMIGOS CON VENTAJA

viernes, 28 de agosto de 2009

Mi vida antes de ti


Fui virgen hasta cumplir los 18, a esa edad me enamoré de mi profesor de Cátedra en la Universidad y convertido este en mi pololo oficial, tuve mi primera experiencia. No recuerdo nada traumático, lo traumático vino más adelante cuando ya se había convertido en mi marido.
Este personaje fue mi esposo durante 25 años, aunque en honor a la verdad los últimos 15 años sólo dormíamos bajo el mismo techo, dejamos de ser un matrimonio de verdad muy pronto. Me casé a los 21, con cero experiencia y harto pendeja de cabeza, él era un tipo dominante, mayor que yo y enfermo de celoso, a esa edad me prohibió, entre otras cosas, usar vestidos o poleras con tirantes porque era SU SEÑORA, bueno….yo le aguanté hartas estupideces, pensé que los celos del pololeo se acabarían con el matrimonio, craso error, sólo aumentaron. Aunque no tirábamos mal, me manipulaba demasiado y me hueviaba mucho, lo empecé a pasar muy mal, yo joven, bella y… ¡shashaaaan! Apareció el salvador de damas tristes, conquistador de cuanta fémina apareciera, por supuesto casadísimo, y me involucré con este “don Juan” que terminó siendo más celoso que mi marido. Con él protagonicé escenas del más puro culebrón venezolano, lo más curioso y divertido del tema es que fue mi amante en varias oportunidades, andábamos juntos cerca de un año y terminábamos violentamente, pasaba uno o dos años más, volvíamos y lo mismo de nuevo y dentro de todas las veces que tiramos, que por cierto no fueron pocas, tuve UN sólo orgasmo, y no es que no se esforzara el hombre, me invitaba al Hotel Valdivia, lugar especialmente preparado para que se abran los sentidos, pero NADA, claro que aprendí a fingir unos orgasmos de lo más elegantes. Yo nunca he sido frígida o algo que se le parezca, pero la ansiedad y la culpa eran una carga demasiado pesada para mí, ahora ¿por qué andaba con él?, de huevona no más, porque lo pasaba mal, me celaba como loco, tirábamos pésimo y me arriesgaba a una pateadura de mi marido (SIN COMENTARIOS).

Mi segunda experiencia de infidelidad fue potente, me enamoré como TONTA, nuevamente de un hombre casado y 11 años mayor, pero este distaba mucho de ser un Don Juan, estuvimos juntos cerca de 10 años y siempre en la clandestinidad nos convertimos en una especie de matrimonio alternativo, me transformé en una mujer más dependiente aún, estaba todo el día enganchada a él, desde que despertaba hasta que me dormía, iniciábamos el día juntos y nos las arreglábamos para pasar juntos lo que más pudiéramos, yo lo admiraba profundamente , lo consideraba un Superman, …jaja…lástima que no era mío…pero este Super Héroe, tenía la particularidad dominante de mis anteriores relaciones, OTRO WEON CELÓPATA, me contaba las costillas para detectar si había tejido mamario a la vista, y yo era más plana que tabla de planchar…Fui absolutamente fiel a él , (no tiraba ni con mi marido) pero a pesar de todos mis esfuerzos nunca fui la dama bien que él quería y su esposa legal cumplía santamente este requisito. Igual tuvimos momentos bellos y tuvo el Top One del mejor amante, hasta que apareciste tú. Con él lograba siempre o casi siempre más de un orgasmo, orgasmos de dama por supuesto. Recuerdo dos formas con las que me encantaba acabar con él, montándolo mientras él me corría una paja, y la que tú denominaste EX2, boca abajo con el pico adentro, con todo el peso sobre mi espalda y mis caderas, mientras con una mano me corría una paja y con otra me agarraba una pechuga, es muy rico porque hay una sensación de estar atrapada, absolutamente contenida. A él le gustaba mucho acabar a lo perrito, yo en cuatro patas mientras él estaba hincado sobre una rodilla o bien arrodillado completamente. Otras veces él acababa en mi boca después de una mamada, pero eso no era muy a menudo. Me chupaba rico la zorra … Y había otra forma, que nunca te he contado, … Algunas veces cuando yo estaba tendida boca arriba, él me montaba mirando hacia mis pies , quedando su culo a la altura de mi boca y yo por abajo le chupaba las bolas y el culo, le metía la lengua y le agarraba el pico, mientras él me corría una paja y me agarraba los pezones, hasta que yo acababa. La verdad no sé porque nunca te había contado esto, creo que hasta se me había olvidado, además siempre me has advertido que no me meta con tu culo.
Cuando esta relación llegó a su fin, quedé absolutamente devastada y célibe por dos años, fue después de ese duelo que comenzó mi etapa de amigos con ventaja

miércoles, 26 de agosto de 2009

APRENDIENDO A CONOCERME


Además del espejo tú me planteaste otra manera de conocerme: las fotografías.
Las primeras fotos fueron vestida y acostada en la cama, después algunas muy tímidas, sin ropa, pero posadas de forma bastante púdica, luego algunas robadas mientras yo contestaba el teléfono y así fuimos avanzando hasta llegar a un nivel que contaré mas adelante, pero quisiera detenerme en lo que me empezó a pasar con las fotos.
Lo sorprendente y positivo de esto, era que me mostrabas desde ángulos que yo no había visto en mi vida, y así conocí mi nuca, mi espalda y mi culo, y si antes tenía alguna noción de que esa parte no estaba nada mal, tuve plena consciencia del enorme potencial que tenía y todo lo que podía provocar. Además empecé a disfrutar mientras posaba, me mostraba cada vez más desinhibida, (una cosa es mirarse en un espejo, otra muy distinta es que esas imágenes queden atrapadas para siempre en una foto) me calentaba como enferma cuando en alguna pausa de nuestros largos polvos, tú tomabas la cámara y empezabas a disparar el flash y una tras otra ibas tomando fotografías, guardando esos intensos momentos, cada vez buscando los ángulos más atrevidos. Me gustaba que me miraras a través de la cámara, aunque muchas veces me decías que sólo adivinabas,ya que no era posible distinguir con claridad lo que estabas fotografiando.
Otras veces tomabas la cámara cuando te tenía adentro, y seguíamos tirando mientras intentabas captar alguna imagen coherente, me excitaba como enferma imaginar que quedaría atrapado ese momento delicioso, y que luego podríamos revivirlo mirando juntos esa enorme cantidad de fotos que me y nos tomabas.
La primera vez que me mandaste una foto de mi zorra en plenitud, no pude verla más allá de un instante, me quedé pa’ dentro, era tan raro, tan fuerte que me deshice de ella casi de inmediato, pero esa imagen que guardé sólo en mi cabeza me sirvió mucho la vez siguiente que tiramos. Mi zorra ya no era una desconocida para mí y poco a poco me fui habituando a esa imagen, a esa parte de mi cuerpo tan importante y tan anónima.
Para que hablar de mi culo, a lo más miraba de reojo en un espejo las redondeces de mis glúteos, pero ni hablar de lo que existía entre esa dos redondeces. También fue de a poco que aprendí a relacionarme con ese espacio misterioso, pero eso amerita un capítulo aparte.
Me encanta cómo hemos ido incorporando tantos elementos, siempre encontramos algo nuevo, una cosa a veces pequeñita que hace que todo adquiera una dimensión única y fascinante
La música también ha estado presente, y nos ayuda a ponernos en ese estado de disposición, es como poner todos los sentidos dirigidos a un sólo foco, al principio no me acuerdo con que tirábamos, pero Gainsbourg y la hasta ese entonces poco conocida Carla Bruni, se convirtieron en objeto de culto, …je t’aime... oui je t'aime... moi non plus, me volvía loca escucharlo con tu voz ronca y áspera repetirlo en mi oído, sobre todo cuando estaba al borde de un orgasmo.Amelie también nos ha servido para volarnos con esa tremenda carga de lujuria desenfrenada que nos envuelve, nos amamos locamente, profundamente, pero nosotros tiramos como bestias, no hacemos el amor
Ahora nos cambiamos a los blues, pero por un problema de tiempo: ni Gainsbourg ni la Bruni nos duran para un polvo, ya que son CD...los blues en MP3 duran mucho más.

martes, 25 de agosto de 2009

Espejo




No me acuerdo bien si el espejo estuvo siempre en tu cabaña, o si lo trajiste a poco andar juntos. Pero este objeto empezó a tener una importancia enorme en nuestros encuentros. Me colocabas de manera que yo pudiera mirarme entera de pie, desnuda, mientras ibas dibujando con tus manos cada contorno, cada pliegue…me esculpías completa y me instabas a contemplar mi cuerpo desnudo, a aceptarlo, a quererlo, a amar cada curva. Me encantaba mirar tus manos volando sobre mis caderas, hurgando en mis pendejos, jugando con mis pezones. Me calentaba tanto ver como de a poco ibas metiendo tus dedos en mi zorra que se abría jugosa ante tal delicia. De esa manera fui sintiéndome cada vez más a gusto con mi cuerpo, con mi desnudez. Frente al espejo aprendí a disfrutar cada vez más de las imágenes, esas algo porno, de mirar cómo me ensartaba con tu pene mientras yo estaba sentada sobre ti dándote la espalda. Aprendí a encontrar el placer en mirar, en ver, ese placer que pensamos es exclusividad masculina, pero sobre todo aprendí a disfrutar a concho el exhibirme, el mostrarme sin pudores, abierta. El excitarme mucho viendo cómo excito a otros sólo con mostrarme,…jugar dando placer, descarada, sin tapujos. Ponerme en cuatro patas consciente de lo que muestro y de lo que provoco, disfrutando incluso antes de entrar en contacto físico y aceptar todo lo que venga, …una mano acariciando mi culo, unos dedos metiéndose en mi zorra, una boca chupando mi culo, una lengua metiéndose todo lo que pueda en mi zorra y en mi culo, lamiendo desde abajo hasta arriba, sintiendo la respiración, el aire caliente saliendo del cuerpo, mientras me mojo cada vez más, hasta acabar…para después recibir el pico duro metiéndose con todo, con las manos empujando mis caderas, sintiendo que no se desperdicia ni una gota de energía , que todo va hacia dónde mismo, todo va hacia la búsqueda y entrega de placer, pero partiendo de mí y hacia mí.
Esto último no es muy fácil de explicar, mucho menos de entender, habíamos tirado un par de veces, cuando me dijiste “Olvídate de mí, no te preocupes de mí, concéntrate sólo en ti y en tu placer, ya que mi placer es el tuyo”. Debo confesar que esa fue una de las primeras cosas raras que me dijiste y que nunca pensé llegar a dosis tan altas de placer con esa premisa, me costó bastante ya que traía aprendida una fórmula en la cual nunca dejaba de lado al compañero, siempre preocupada, finalmente cuando poco a poco logré lo que me pedías, me abandoné al placer más profundo y me di cuenta que sólo así podíamos llegar a ser UNO, que de esa manera se entrega el control, no es que me olvide de ti, es que te conviertes en un delicioso objeto de placer, es que te metes tan dentro de mí que adivinas mis deseos, que llevas mi pulso, mi ritmo, mi respiración, que complaces todas mis fantasías, que nos potenciamos hacia el mismo camino.

lunes, 24 de agosto de 2009

Nuestro primer polvo


Recuerdo que decidí tirar contigo antes de que mi novio, como tú lo llamabas, regresara de su viaje a Nueva York. Me tenías demasiado caliente como para sacarme con él, las ganas que había juntado contigo, eso me habría hecho sentir más infiel aún, pero eso que yo había planificado con algunos días de holgura, se fue a la cresta porque según yo, él salía del aeropuerto en NY cuando en verdad estaba llegando a Santiago. A pesar de esto yo sentía la imperiosa necesidad de concretar esas fantasías que había creado en mi cabeza y que me tenían alegremente ansiosa, antes de volver a ver a este personaje que se había convertido en algo parecido a una pareja, dejando aparentemente superada mi etapa de amigos con ventaja .

La ropa interior hacía ya bastante tiempo se había convertido en algo importante en mi vida, usaba colaless o pantaletas y había dejado de lado los antiguos y poco sexys bikinis que usaba cuando era o trataba de ser una “dama bien”. Recuerdo que pasé largo rato pensando qué ropa ponerme, imaginando como me desnudarías, (era mayo por lo que hacía algo de frío y no era posible ponerse algún vestido de seda que sólo con correr un cierre, dejara al descubierto, de forma plácida y erótica toda la piel y la falsamente escondida ropa interior). Me puse unos pantalones a la rodilla que tenían la particularidad de que el cierre se encontraba en la parte de atrás, de manera que al bajarlo quedaría al descubierto mi culo (que es una de las partes que más me gusta de mi cuerpo), unas pantys negras transparentes que tenían dibujados unos rombos y un colaless pequeño. Sentía la rara mezcla de los nervios propios de la primera vez con una confianza que sobrepasaba toda lógica, si pensamos en lo diferente y extraño que resultabas ser para mí. (Nunca había tenido relación con alguien que se pareciera a ti).

Hablamos la noche anterior muy hot como ya se estaba haciendo costumbre, yo había recibido el llamado de mi “novio” que estaba tomando el vuelo de regreso a Santiago y me dió pataleta, tú fuiste muy comprensivo y me dijiste que lo dejáramos pa’ delante, pero yo ya te tenía metido en mi cabeza, aunque no era precisamente mi cabeza la comandaba mi cuerpo en ese momento. TENÍA QUE TIRAR CONTIGO.

Era la segunda vez que estaba en tu cabaña, “la cabaña del guardabosques "(decías que preferías ser el guardabosques del príncipe azul, que estos personajes eran muchísimo más entretenidos que los príncipes), pero esta segunda vez era rotundamente diferente.

La primera vez que estuve ahí fue después de nuestra primera cita, fuimos a comer a tu restaurante favorito y cuando estábamos terminando, me dijiste “yo no soy un violador”, yo te escuché claramente pero tuve que hacerme la loca para que me repitieras lo dicho y así darme tiempo a pensar. Querías que fuera a conocer tu casa, tu cabaña, tu lugar y aunque yo había desafiado mis temores y haciéndome la chorita había escogido el frontis de tu casa para estacionarme pudiendo hacerlo en otro lugar, estaba bien cagada pensando que si entraba en tu casa, seguro tirábamos, entonces yo había preparado una respuesta para cuando me invitaras a pasar a tu casa. Yo me negaría diciendo que no entraría porque no quería que tiráramos, pero con tu declaración previa me quedé sin palabras, sin coartada y pasé. Con el abrigo abotonado hasta el cuello, las manos en los bolsillos y tratando de estar lo más alejada de ti, porque si llegaba a “caer” sería abiertamente sólo porque tenía ganas y en ese tiempo yo era cartucha y no me permitía tomar iniciativas, yo mas bien accedía a las urgentes necesidades de mis amantes. Esa cita terminó con el abrigo igual de abotonado, mi honor a salvaguarda, pero al despedirnos de una forma torpemente deliciosa nos dimos un beso cuneteado, creo que ahí sentí la certeza que no había vuelta atrás.

La segunda vez fue diferente, yo sabía a lo que iba , estaba muerta de ganas y recuerdo la adrenalina cuando caminaba hasta tu casa, sabía que todo estaría bien, hacía tanto tiempo que no sentía esa exquisita sensación de calentura que te moja automáticamente de sólo pensarlo, esa explosión contenida , tenía tantas ganas de que me abrazaras sin testigos y fuimos de a poco, sin prisa. Empecé a conocer el poder de tus manos que fueron deslizándose por mi espalda y acariciando cada centímetro de mi cuerpo aún con toda la ropa puesta. Nos besamos tanto, aspirando el aire del otro, babosos, chupándonos los labios, disfrutando el sabor de la boca, de la lengua, de la saliva.

Me fuiste sacando la ropa prenda por prenda...esta era una parte complicada para mí por dos poderosas razones, la primera era que aunque siempre he sabido que tengo un cuerpo bastante armonioso, en ese entonces tiraba siempre con el sostén puesto, mis pechos son pequeños y en ese momento era absolutamente plana, pero sabía que no podía jugar como hasta ahora, que este hombre que tenía al frente no me permitiría una pendejada como esa. En todo caso yo estaba super entregada y no quería privarme de ningún placer por un poco de pretensión. El segundo problema era mucho mas grave e imposible de ocultar en esas lides, andaba con mi zorra medianamente depilada. Mi “novio” me había rasurado completamente la zorra , lo que le valió ganarse el apodo de “El barbero de la reina”, lo peor era que ya habían pasado varios días de eso y los pendejos estaban a medio crecer, no era un paisaje muy glamoroso, lo único que me relajaba un poco con este tema, era que en un chat anterior te lo había confesado, entonces tú por lo menos lo esperabas,... claro que si yo hubiera tenido conocimiento de tu verdadero culto a los pendejos, no me hubiera atrevido a presentarme en esas condiciones. Bueno, a pesar de esto, quedé absolutamente desnuda frente a tí, dispuesta y entregada, tuve un par de orgasmos sólo con tus caricias y caí en una especie de trance medio aguevonado, que me dejó sólo un lote de imágenes medio desordenadas de lo que ocurrió después y aunque a decir verdad no fue un polvo muy glorioso, yo quedé feliz y tú esperanzado, con la certeza de que con el tiempo y la práctica esto tenía que ser esplendorosamente superado.

viernes, 21 de agosto de 2009

PRESENTACIÓN.

Siento necesario hacer una pequeña presentación, aunque esta sea una deliciosa manera de poder contar en forma pública eso que no compartimos con nadie.

Soy una mujer que dentro de un par de meses cumplirá 50 años ,y me siento muy a gusto con mi edad, con mi vida, con mi cuerpo, con mis deseos y ganas.

Tengo hace más de 3 años un mino, que es mi pareja, el cual ha sido fundamental para que yo me sienta de esta manera y con el cual he recorrido el camino delicioso y fascinante de ir abriendo compuertas y derribando esas trancas que la sociedad, la educación y la cultura plantaron en mi vida durante todos los años anteriores.

Me gusta sentirme atractiva, sensual, mina, sexual…hembra por sobre todas las cosas. Me encanta que me miren en la calle, que me digan cosas, en general agradezco los piropos aunque sea con una sonrisa, y me encanta jugar….de hecho esto de escribir en un blog, es un juego más.

Un juego como los muchos que hemos tenido en estos años. Ayer, después de haber tirado corto pero intenso, hablábamos de lo importante que había sido el SEXO y lo erótico siempre, durante toda nuestra relación. Incluso antes de ser pareja, como cuando jugabas a adivinar cuál era el color de mis colales o pantaletas, o qué me depilaba… sin ir más lejos esta relación partió de un laaaaaargo abrazo, con un canto susurrado en mi oreja, sintiendo tu olor, tu aire en mi cuello y mi pelvis apretándose cada vez más a tu cuerpo, queriendo distinguir en tu cuerpo alguna reacción a esta cercanía y así, fui juntando las ganas, la calentura que llegaba a desesperarme, que me angustiaba en la guerra interior con la lógica, esa que me decía que era mejor no meterme contigo y seguir con mi relación con ese “ excelente padre, de alto nivel intelectual y profundo sentido del humor” con el cual mantenía una relación de unos pocos meses.

Nuestras largas y calientes conversaciones telefónicas , dónde me llevabas casi hasta alcanzar el orgasmo,.. me calienta sólo recordar cómo describías tu recorrido por mis muslos , llegando a esa parte super suavecita que está casi al llegar a mi zorra.
Obviamente ganó lejos la calentura, y comenzamos en este camino de descubrimientos, aceptaciones, este camino de ganas delirantes, este camino de JUEGOS.
Son esos JUEGOS los que darán vida a este blog.

jueves, 20 de agosto de 2009

BIENVENIDOS


Acabo de crear este blog, la verdad era bastante más fácil de lo que pensaba. Para comenzar y entrar en confianza con este nuevo tema para mí, dejaré mi foto.
Ahora dejaré de escribir y ocuparé mi tiempo en una labor que de verdad me encanta... tirar con mi mino.
Chao