Esa tarde se me hizo eterna, lo único que quería era llegar a verte, no tenía cabeza para nada más. Cuando por fin llegué a tu casa tú me esperabas como de costumbre muy tierno y algo caliente (debo reconocer que la mitad de las veces es al revés, muy caliente y algo tierno). Pero como te había dicho que iba a la oficina de Chico Guapo, no pensabas que podría haber ocurrido nada especial, así es que preguntaste sin ansiedad, sólo un “¿y… cómo te fue con tu ex amante? Te miré y te diste cuenta que algo muy especial había pasado, te acercaste inmediatamente y me abrazaste, sabías que necesitaría tu cercanía para poder asimilar de mejor manera la experiencia que había vivido. Sentía la adrenalina corriendo en mi cuerpo y te conté todo interrumpida por tus besos, caricias y tus insistentes solicitudes de todos los detalles.
Era una experiencia de infidelidad tan extraña, de hecho nunca en mi vida me he sentido más fiel y leal, mis infidelidades anteriores estaban cargadas de culpabilidad, tristeza y dolor, esta vez no había nada de eso, no era el resultado de carencias, estaba feliz contigo, era una trasgresión nuestra…igual era muy heavy.
Estábamos viviendo una experiencia única para nosotros, tú la habías imaginado incluso antes de conocerme, a mí ni siquiera se me había pasado por la cabeza, yo jamás llegué a pensar que podía protagonizar una vivencia así, y ahí estábamos un poco confundidos pero queriéndonos más que la cresta, con un grado de calentura increíble y tratando de asimilar TODO.
Tiramos nuevamente en la cocina,no alcanzamos a llegar a otro lugar de la casa, para mí era una necesidad imperiosa, sentía que sólo tirando contigo tenía la posibilidad de centrarme nuevamente, focalizarme en lo importante, de poder encauzar todo ese cúmulo energético que me envolvía. De hecho había empezado a tirar contigo desde que empecé a tirar con Chico Guapo, tú fuiste el punto de partida y todo el tiempo que estuve con él no te saqué de mi cabeza, necesitaba que tú lo cerraras. Así es que me abriste el vestido y sólo me bajé las pantys y el colaless, después me apoyé en una silla, de la misma forma que lo había hecho con Chico Guapo horas antes, para que me penetraras.
Me imagino que lo que tú sentías era bastante parecido, estabas muy caliente y con un ataque de amor que te salía por los poros.
Para el Lucho fue demasiado, quedó algo pasmado, no respondía tan rápidamente como otras veces, pero no era eso lo importante (por lo menos no para mí, para ti siempre la actuación del Lucho es primordial) yo necesitaba sentir que no te había dañado, que no nos habíamos dañado. Era muy loco que todavía pensara así después de todo lo que habíamos pasado, la llegada hasta este punto había sido súper paulatina, pero a pesar de todo eso, yo aún tenía miedo de que ese acto de infidelidad gatillara un desastre, sentía que era JUGAR CON FUEGO…
Uno con la imaginación puede hacer muchas cosas, distinta es la realidad, ahí los sentimientos y la emociones son TOTALES.
Cuando se traspasan ciertos límites, impuesto por conductas convencionales, es usual sentir miedo del día después, o bien del momento después. Si cabe decir algo, sólo el acuerdo de las partes aminora el impacto de jugar con fuego, como tu dices. Parece que hoy las mujeres están más dispuestas a traspasar esos límites, en cambio nosotros los hombres aún estamos reticentes. Prueba de ello es que "Lucho" quedo algo pasmado. Cierto, una cosa son las fantasías, las imaginaciones y otra distinta la realidad. Traspasar esa línea tácita es en definitiva abrir una caja de Pandora. Porque como muy bien dices las conductas están mezcladas las emociones. Pero las puedes evaluar sólo como una experiencia más.
ResponderEliminarCon mi pareja pasamos por algo similar, me refiero al trío en diferido u otras aventuras, hoy las consideramos como experiencias placenteras, gozosas, nuestro amor no se ha resentido. La clave, para nosotros, fue asignarle que era sexo, sólo sexo.
Parece extraño que las mujeres asimilemos mejor estas experiencias extremas,sobre todo sí, según mi experiencia, son los hombres quienes toman la iniciativa, ellos son los de las ideas.
ResponderEliminarToda la razón, son uds., quienes tienen una mejor perspectiva de jugar con fuego, probablemente le restan dramatismo, también es cierto nosotros proponemos, igualmente es probable que esperemos una respuesta negativa a nuestras intenciones. Resulta curiosa está ambivalencia proponer y tal vez esperar un no por respuesta. No obstante, cada experiencias transgresora puede implicar una mayor cohesión o que todo se vaya al carajo.
ResponderEliminarEn mi caso, sólo puedo decir que transgredir ciertas conductas ha sido para mayor cohesión, sin referirme al placer que ellas implicaron, y ciertamente van a implicar a futuro. ¿Cuál es el límite? Es una búsqueda en conjunto.
Tal vez sería mejor, no dilucidar todos los enigmas que encierran este juego, siento que esas ambivalencias son las que le dan más sabor a estas locuras.
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