Curiosamente no recuerdo cómo fue que manejé la situación, para que las cosas entre Joven Amante y yo fueran cambiando, seguramente no me costó mucho sino me acordaría, pero lo concreto es que él tenía polola, una muchacha que según pude intuir, no le interesaba mucho.
Sólo me acuerdo que estaba en mi oficina cuando lo toreé y embistió, quedamos de encontrarnos en su departamento una tarde, pero antes nos juntamos en una reunión más bien social, en un conocido lugar de Bellavista, yo lo invité a él con su polola, además estábamos mi mino, yo y varias otras personas. ¡Perra descarada! la velada fue grata, aunque con algún grado de tensión.
Sólo me acuerdo que estaba en mi oficina cuando lo toreé y embistió, quedamos de encontrarnos en su departamento una tarde, pero antes nos juntamos en una reunión más bien social, en un conocido lugar de Bellavista, yo lo invité a él con su polola, además estábamos mi mino, yo y varias otras personas. ¡Perra descarada! la velada fue grata, aunque con algún grado de tensión.
Me imagino que se aterró, ya que después de esa reunión quiso echar pie atrás, con el argumento de que mi mino le caía demasiado bien. No me dediqué a analizar si era o no la verdadera razón, pero mi superioridad en el manejo de la situación no le permitió escapatoria. Después de patalear un rato, se volvió a encantar y mantuvimos la cita.
El día de la cita, yo estaba muy nerviosa, tú estabas fuera de Santiago y no ibas a llegar hasta el otro día, así es que nos comunicábamos sólo por teléfono.
También me intimidaba la diferencia de edad, pero eso lo manejaba mejor, ya que quería instruir, deleitar, asombrar, quería tener el manejo de la maestra frente al discípulo y eso me daba toda la energía que necesitaba para seguir adelante.
Recuerdo que te llamé temprano, cuando todo estaba dispuesto y me diste el último empujoncito que necesitaba. Llegué a su departamento en mi auto, él me esperaba pero cuando llegué, bajó a comprar algo para beber y aproveché ese instante para llamarte nuevamente. Me sentía súper perra de estar hablando contigo en esas circunstancias, quedamos en hablar después, cuando me fuera a mi casa.
Cuando él volvió yo ya había cortado y estaba esperándolo más tranquila, sirvió un par de pisco sour, encendí un cigarrillo y conversamos un rato. Después fui yo la que tomó la iniciativa y empecé a besarlo, chupándole delicadamente los labios, reconociendo esa boca distinta, nueva, sorbiendo la saliva, jugando con la lengua, gustando el sabor a macho, a testosterona que emanaba y que yo absorbía. Me había puesto nuevamente el vestido abotonado adelante por lo que me fue muy fácil abrirlo y dejar al descubierto todo mi cuerpo, ese que él no conocía, que nunca había visto. Descubrí en su mirada el asombro y la fascinación, eso me calentó mucho, le desabroché el cinturón y el pantalón y atrapé en mis manos ese pico desconocido duro, firme y me puse a jugar con él, a acariciarlo, a pasarle la lengua suavemente para después meterlo en mi boca, chupando sin apuro, sus gemidos y palabras me indicaban que estaba gozando como loco. Me sacó la ropa y empezó a meter sus dedos en mi zorra, se percató de que estaba mojada. Yo no podía ni quería dejar de pensar en ti, pero no me resultaba fácil poder compatibilizar ese pensamiento tan potente con el hecho de estar tirando derechamente con otro. Quería guardar todos los detalles en mi cabeza, para compartirlos contigo después, sin embargo el momento era tan intenso, que todo se me revolvía.
Intenté abocarme a lo mío concentrándome en mi Joven Amante, que me chupaba la zorra mientras yo estaba sentada en un sillón con las piernas muy abiertas. Quería que me penetrara por lo que busqué el condón, que anteriormente tú me habías pasado para la ocasión y se lo puse.
Me senté sobre él en el sillón ensartándome en su pico mientras lo besaba, lo monté tomando yo el ritmo del polvo tratando de calmar su ansiedad, ya que él estaba muy acelerado.
No quise que nos fuéramos a su dormitorio, por lo que él trajo unas almohadas y colchas que tiró en el suelo del living. Ahí me penetró de frente sobre mí, yo lo abrazaba con brazos y piernas tratando de acomodarme a su contorno, con la idea de hacer mínima la separación. Me sorprendía escuchar sus "perrita" , siempre con mucho cuidado como para no ofender.
Me di vuelta quedando boca abajo para que me penetrara de esa manera, luego de un rato en esa posición acabamos. Descansamos un momento en silencio, él quería volver a la carga inmediatamente (el impetuoso vigor de la juventud) pero para mí había sido suficiente, te instalaste en mi cabeza y ya no pude sacarte. Me vestí rápidamente, me despedí cariñosa y salí.
Te llamé apenas pude, era tan horroroso no tenerte ahí, no estar contigo, me hacías mucha falta. Ya acostada en mi cama te llamé para contarte todo lo que había pasado, estaba muy caliente y no estabas tú para calmar mi ansiedad, no me gustó sentir ese vacío, necesitaba tu cuerpo, tus manos, tu boca, tu pico y no sólo tu voz al otro lado del teléfono.
Sentía que estabas conmigo, te corrías una paja mientras me escuchabas, te imaginé en esa situación, con el Lucho en toda su magnitud entre tus manos y me calenté más aún, traté de hacer lo mismo, cerré los ojos y empecé a tocarme, el placer definitivamente no era total, ni siquiera existía el Brruce.
Me dormí incompleta, intranquila, en ese momento no pude calificar de buena la experiencia.
Mi tranquilidad volvió junto contigo al día siguiente, me vestí igual que para mi Joven Amante, recreamos la situación del día anterior y tiramos delicioso, ahí recién sentí que todo calzaba, entonces lo disfruté exquisitamente…aún había mucho que aprender.
Me da un poco de vergüenza contar esto... tengo 28 años y nunca le he dado un beso a nadie. Hay un sujeto, 14 años mayos, casado. Hemos salido varias veces pero no ha pasado nada aún. Muero de pánico al pensar que en cualquier momento me agarra y me planta un beso. Pero creo que en el fondo eso es lo que estoy esperando, que me muerda los labios como tantas veces me ha amenazado. Me da terror que me agarre esperando una experta y sea un desastre. Me asusta todo lo que estoy sintiendo: las mariposas en el estómago, el revuelo en el vientre.
ResponderEliminarSi sigo paralizada se va a aburrir... si le cuento se va a ir con todo, porque se va a dar cuenta que me tiene en sus manos...
No hay que desdeñar el poder de la inexperiencia, es posible que para algunos hombres esto sea considerado muy atractivo. En todo caso creo que no es bueno pretender ser algo que uno no es.
ResponderEliminarSuerte
Comparto los dichos de Trinidad, sin embargo también es saludable dar el paso y ver que pasa, quizás él solo desee ser tu amigo
ResponderEliminara ver q pasa mañana
ResponderEliminarHoy es mañana, y que pasó finalmente?
ResponderEliminarel mañana fue uno de esos días en que me siento el ser más estúpido que pisa la tierra... me salió con que se siente mal y tiene q ir al doc, y aunq después se deshace en disculpas todavía me siento una idiota... ojalá se me quite pronto
ResponderEliminarah, entonces debes dar vuelta la página. Algunos minos casados son así, tiran para la cola, cuando una se muestra decidida. Ellos quieren ser los conquistadores, pero cuando les sale al camino una mina decidida que los quiere llevar a la cama, no saben que hacer.
ResponderEliminarMejor buscate otro mino, tienes 28 años más de alguno debe andar rondando por allí.