El plazo se cumplía, Chico Guapo me llamó comunicándome que estaba listo el trabajo, durante un momento contuve la respiración esperando que me dijera cómo me lo entregaría, cuando me pidió que fuera hasta su oficina, sentí un gran alivio, pero… con un leve dejo de decepción.
El tenía su oficina bastante cerca de mi trabajo, en una casa antigua muy grande. Su mujer también tenía su estudio en un sector de esa casa, por lo que mi integridad estaría a salvo, a menos que quisiera arriesgarse muchísimo.
A pesar de no tener una decisión concreta tomada , ese día me había preparado medianamente por si algo llegaba a ocurrir, había puesto especial atención en la ropa interior: un colaless de encaje negro y pantys del mismo color, tampoco quería darle la impresión de una preparación especial, por lo que no pensé en medias o portaligas.
Te llamé antes de salir, sabía que estarías expectante, me imagino que también hubo algo de decepción cuando te comuniqué que nos juntaríamos en su oficina, pero no dijiste nada, sólo “que te vaya bien mi rica”.
Me fui tranquila a la hora de almuerzo y lo llamé cuando estaba cerca. Abrió la puerta y me saludó con un amistoso beso en la mejilla, al ingresar me di cuenta que no estaba sólo, por lo que la pequeña carga de ansiedad que quedaba terminó por disiparse. Me presentó a un par de mujeres que estaban trabajando en otra de las habitaciones, igual sentí alivio de que no estuviera su mujer.
Me hizo pasar hasta el fondo de la casa dónde tenía su oficina y nos abocamos plenamente al trabajo, cuando terminamos prendimos un cigarrillo y conversamos de cosas triviales, terminé el cigarrillo y me dispuse a tomar mis cosas para irme, pero como hacía frio me calenté las manos en una estufa , dándole la espalda.
El tenía su oficina bastante cerca de mi trabajo, en una casa antigua muy grande. Su mujer también tenía su estudio en un sector de esa casa, por lo que mi integridad estaría a salvo, a menos que quisiera arriesgarse muchísimo.
A pesar de no tener una decisión concreta tomada , ese día me había preparado medianamente por si algo llegaba a ocurrir, había puesto especial atención en la ropa interior: un colaless de encaje negro y pantys del mismo color, tampoco quería darle la impresión de una preparación especial, por lo que no pensé en medias o portaligas.
Te llamé antes de salir, sabía que estarías expectante, me imagino que también hubo algo de decepción cuando te comuniqué que nos juntaríamos en su oficina, pero no dijiste nada, sólo “que te vaya bien mi rica”.
Me fui tranquila a la hora de almuerzo y lo llamé cuando estaba cerca. Abrió la puerta y me saludó con un amistoso beso en la mejilla, al ingresar me di cuenta que no estaba sólo, por lo que la pequeña carga de ansiedad que quedaba terminó por disiparse. Me presentó a un par de mujeres que estaban trabajando en otra de las habitaciones, igual sentí alivio de que no estuviera su mujer.
Me hizo pasar hasta el fondo de la casa dónde tenía su oficina y nos abocamos plenamente al trabajo, cuando terminamos prendimos un cigarrillo y conversamos de cosas triviales, terminé el cigarrillo y me dispuse a tomar mis cosas para irme, pero como hacía frio me calenté las manos en una estufa , dándole la espalda.
En honor a las circunstancias fue un ataque “cobarde”… por la espalda y con sorpresa, no me di ni cuenta cuando estaba apretando su cuerpo contra el mío, metiéndome las manos por todas partes , tocándome entera, yo andaba con un vestido abotonado adelante, por lo que rápidamente tuvo acceso bastante libre a mi zorra, que empezó a acariciar sobre las pantys. Metió su lengua en mi boca y buscó por el borde de arriba de la cintura la piel desnuda , haciendo espacio tanto hacia arriba como hacia abajo , su mano bajó por mi abdomen por debajo de las pantys y el colaless y sentí sus dedos hurgando mi zorra que se fue mojando paulatinamente. Yo estaba bastante excitada pero en una verdadera guerra de nervios, con la adrenalina a mil, sentía las voces de las otras mujeres que estaban en la casa a lo lejos, igual podían venir por algún motivo aunque la puerta estaba cerrada. Pero los nervios que sentía por eso no eran ni el 1% de los que sentía pensando en ti, en nosotros. Sentí que ya no había vuelta atrás, era muy rasca tirar pa’ la cola en ese momento, así es que si había que seguir, sería con todo. Le bajé el cierre, me costó bastante por la presión del pico que luchaba por salir, lo liberé y empecé a chupárselo. Siempre supe cuánto gozaba con eso, él estaba de pie y yo sentada en una silla con el vestido abierto, me levantó y me bajó las pantys y el colaless de una, yo sólo pensaba en ti y en lo que pasaría cuando te contara, nuevamente muchas elucubraciones. Estaba en eso cuando me di cuenta que estaba al borde de que me penetrara, paré un segundo y busqué un preservativo que tú anteriormente, entre bromas me habías entregado. Se lo puso, me di vuelta y me incliné sobre la silla para que lo metiera en esa posición. Por las pantys , que no iba a sacar, no era una posición muy cómoda pero la excitación de él estaba al máximo por lo que en pocas embestidas había acabado. Yo no tuve orgasmo, en esas circunstancias los nervios superaban cualquier otra cosa, pero ya estaba hecho, ya habíamos traspasado el límite, ya eran realidad nuestros juegos imaginarios.
Nos ordenamos la ropa y prendimos otro cigarrillo para relajarnos, al terminar esta vez ya no sentía frio, tiritaba de nervios. Salimos por el pasillo, me alegré de no tener que despedirme de nadie, estaban en otra. Cuando llegamos a la puerta sentimos que tocaban el timbre, me agarró y me dio un beso en la boca que me dejó sin aire, abrió la puerta, el sol me dio de lleno en los ojos y me costó distinguir dos figuras al otro lado de la puerta, esbocé una sonrisa de saludo, para cruzarme rápidamente con esas personas, pero me detuvo diciéndome “Trinidad, tú conoces a mi mujer, ¿te acuerdas?” ahí casi me muero, la verdad entre mis nervios y el sol no la había reconocido, estaba demasiado alterada y después de eso quedé en shock, me escuché excusarme repetidamente y sentía que mientras más lo hacía era mucho peor, la persona que la acompañaba era su papá, Chico Guapo me presentó con una desfachatez que envidié . Además de todo lo anterior que había pasado le agregó el tremendo beso que me dio sabiendo que era su mujer y su suegro los que estaban al otro lado de la puerta.
El juego ya se había declarado EXTREMO
Nos ordenamos la ropa y prendimos otro cigarrillo para relajarnos, al terminar esta vez ya no sentía frio, tiritaba de nervios. Salimos por el pasillo, me alegré de no tener que despedirme de nadie, estaban en otra. Cuando llegamos a la puerta sentimos que tocaban el timbre, me agarró y me dio un beso en la boca que me dejó sin aire, abrió la puerta, el sol me dio de lleno en los ojos y me costó distinguir dos figuras al otro lado de la puerta, esbocé una sonrisa de saludo, para cruzarme rápidamente con esas personas, pero me detuvo diciéndome “Trinidad, tú conoces a mi mujer, ¿te acuerdas?” ahí casi me muero, la verdad entre mis nervios y el sol no la había reconocido, estaba demasiado alterada y después de eso quedé en shock, me escuché excusarme repetidamente y sentía que mientras más lo hacía era mucho peor, la persona que la acompañaba era su papá, Chico Guapo me presentó con una desfachatez que envidié . Además de todo lo anterior que había pasado le agregó el tremendo beso que me dio sabiendo que era su mujer y su suegro los que estaban al otro lado de la puerta.
El juego ya se había declarado EXTREMO
Parece que insististe con lo del sexo en una oficina pese a que, según tú misma lo reconociste en un posteo anterior, tu primera experiencia no fue muy glamorosa. En todo caso tu historia me está dando muchas ideas.
ResponderEliminarApasionante relato. Al respecto puedo compartir una experiencia en algo similar, en cuanto a correr los límites. Con mi pareja decidimos realizar un trío en diferido, me explico ella iba a tener sexo con un ex amigo con ventajas y después, sólo con horas de diferencias nos ibamos a dedicar a lo nuestro. Ella se preparó para el evento, sin ropa interior y depilada se dirigió al departamento de su amigo, sin mayores preámbulos ambos se desnudaron, ella lamió ese pene que ya conocía, él esa "chuchita" sin vellos, ella ofrece su hermoso trasero para ser penetrada desde atrás semi recostada en una mesa, acaricía su clítoris tras cada penetración, ella me narrá que con estocadas certeras logra un placentero orgasmo, posteriormente se vuelca al pico para que su ex amigo ayacule en su boca.
ResponderEliminarLa paso a buscar, huele a sexo, ese olor me excita, y nos vamos a lo nuestro, ese noche nuestro sexo fue extraordinariamente placentero, nuestra relación lejos de mermarse se estrechó aún más. Habíamos corrido un límite y estabamos dispuesto ahora a nuevas experiencias.
Respecto al sexo en una oficina, aprendí que los escritorios son algo peligrosos, sólo hay que buscar una forma más cómoda, me alegra mucho inspirar ideas.
ResponderEliminarSobre el otro corresponsal anónimo, parece que los juegos extremos se están llevando mucho esta temporada. En todo caso me gustaría mucho conocer la versión de tu mina.
Más que describir en como fue en aquella oportunidad, creo que deseas saber mis estados mentales. Uf alterados, que puedo decir, nunca había estado en una situación similar ni por asomo, a pesar de haberlo conversado mucho, ese día estaba nerviosa, mi ex pareja nada sabía de lo que iba a ocurrir después, no fue exactamente como esta descrito, no fue llegar y culiar, no soy de esas, pero llegado el momento debí aperrar, era un acuerdo y lo disfrute, bien sabes que el cuerpo responde y más aún si estas dispuesta a llegar hasta el final, y más aún si existe complicidad, hice lo que debí hacer y lo goce, total a mi ex lo conocía y sabía como hacerlo llegar rápido a donde yo quería llevarlo, lo que paso después fue aún más estimulante, conversar y contar detalles de como otro hombre te culea a tu actual pareja es extraño y erótico, ellos bien sabes, son preguntones hasta el cansancio, para mi fue sexo como aperitivo y después más tarde, más sexo ahora con una dosis de perversión.
ResponderEliminarPorque en una mesa, simple porque la primera vez que me acoste con mi ex, lo hice así, fue placentero en esa oportunidad y lo fue de nuevo en esta otra. Lo digo de nuevo, el cuerpo responde.
Sigo.
ResponderEliminarNo quiero dejar la impresión de frialdad. Tengo 37 años, y lo que estoy confidenciando ocurrió hace ya casi dos años. Fue un encuentro muy caliente, de a poco se lo insinúe a mi ex pareja, como buen hombre de inmediato me dijo si, fue sexo, casi nada de romanticismo, conversamos antes de culear, no mucho, bebimos, lo suficiente para no nublar mi goce, al final iba a eso a gozar o no. Cierto goce, pero más gozaba pensando en contarle la atmosfera a mi pareja, más que los detalles, era contarle como me depile horas antes, pensando en como iba a ser penetrada por un pico que ya conozco, por un hombre que ya conocía, sus gustos, sus ritmos, su forma de darme placer y como sé darle placer.
En fin nada frio, todo lo contario muy estimulada y sabiendo de después iba a tener de nuevo sexo, con otro pico, con otro hombre que también sé que placer darle, bien sabes que cada hombre tiene su propio placer y cada hombre te dá un placer distinto.
Te agradezco haber respondido a mi solicitud. Yo no he hablado de esto con nadie más que con mi mino, entonces es súper bueno poder compartir y tener la posibilidad de conocer la visión de otros que han vivido más o menos las mismas experiencias. Y como mujer me interesa muchísimo el parecer y sentir de otra mujer frente a esto.
ResponderEliminarPara serte sincera estaba dudosa de comentar lo sucedido, pero me anime al leer la honestidad que pones en tus comentarios. Después de aquel encuentro, con mi pareja deseabamos dar otro paso en la búsqueda de nuevos placeres. Esta vez tener un trío, sea este con otra mujer o bien otro hombre, pero ahora los tres juntos. No fue fácil incubar la idea en la cabeza, una cosa es culiar con otro, cobijada por la complicidad de mi pareja, y muy distinto tener sexo junto a otro u otra. Mucho lo conversamos, pusimos avisos y no había respuesta, hasta que finalmente ya estando por desechar la idea, un hombre nos respondió.
ResponderEliminarSólo puede decirte que si tienes la oportunidad de estar con tu pareja y otro hombre no dudes de llevarla adelante. Es increible, placentera, erótica, están caliente que no creo poderla describir.