Nos sacudimos rápidamente las malas vibras que pudo haber dejado mi aventura con el Gerente, harto fome ¿no?
En todo caso nosotros tiramos la raja sin necesidad de agregados…aunque esas aventurillas fuera de casa le dan ese toque espectacular y especial…ese toque perversillo y oscuro.
Yo siempre me sorprendo de lo exquisito que seguimos tirando, somos viejos amantes, nos conocemos desde la esencia hasta la piel, pero eso no ha hecho sino establecer las bases para darle vuelo a nuestros juegos, de ahí partimos, de ahí pa’arriba.
Empecé a pensar cuál era nuestra previa y no pude delimitarla fácilmente ¿ Dónde empieza? ¿En mi casa cuando busco la ropa que sé te va a provocar? O cuando me preguntas ¿ vamos pa’ adentro mi rica? y yo voy al baño a prepararme para ti. No sé, hasta podría empezar el día anterior, cuando en mi cabeza tengo la certeza de que al otro día a alguna hora voy a estar gozando como perra y un paradojal escalofrío me recorre la espalda.
Pero ya estando en el asunto mismo, nuestros polvos comienzan generalmente con un atraque en pelotas y de pie. Nos besamos, nos chupamos la boca, nos apretujamos, nos olemos.
Me encanta sentir de manera muy consciente cómo empiezo a excitarme, cómo la boca se me llena de saliva, cómo me embriaga tu saliva, el calor me inunda y la zorra empieza a tener vida propia. Se posiciona en todo su poderío, pero se convierte en una reina magnánima y generosa, que deja espacio a los demás para que todos puedan disfrutar. Todo se pone en alerta para comenzar a deleitarse sin prisa, la espalda, las orejas, el cuello, la cabeza, las manos, la boca, las tetas, todo.
Ese es uno de los momentos en donde el espejo cobra protagonismo, nos hace tomar cabal conciencia de nuestra desnudez, de las formas de cada cuerpo y de lo que conformamos en conjunto. Cuando tus manos se deslizan curiosas hasta llegar a humedecerse en mi ansiosa zorra, la piel se eriza, hundo mi cara en tu pelo sintiendo tu olor y un pequeño temblor recorre mi cuerpo…El solo recuerdo me hace calentarme nuevamente.
Generalmente es en esa etapa cuando aparece El Lucho en todo su esplendor, firme y duro. Es posible que haya aparecido antes y lo siento empujándome, como diciendo ¡Hey, aquí estoy! Entonces lo agarro y empiezo a pasarlo por fuera de mi zorra, a rozarlo con mi clítoris, pero antes dejo en mi mano las gotas de semen que puedan aparecer, para después chuparlas. No me permites saborear tu semen muy a menudo, ese es uno de los placeres que no me sobra por lo que tengo que aprovechar esas pequeñas instancias.
Me acomodo en cuatro patas sobre la cama, arqueando mi espalda esperando que El Lucho se meta con todo, sintiendo como se abre camino hasta el fondo. Me gusta cuando la zorra está mojada pero no empapada todavía (eso es un momento muy cortito), para sentirlo apretado, gozando la pequeña dificultad con que entra. Hundo mi pecho en los cojines y voy sintiendo como cada vez entra y sale, la dificultad del principio desaparece y las ganas explotan contenidas, siento la presión de tus manos agarrando mis caderas para empujar y entrar con el Lucho todo lo que pueda, hasta que acabo.
Sin sacar al Lucho de su guarida, me paro y nos giramos, yo dejo que manejes mi peso y nos recostamos sobre la cama quedando de lado, ahí abro mis piernas y te ofrezco mi zorra ya empapada con el Lucho adentro y siento tus dedos jugando con mi clítoris tenso, agarrándome las tetas, apretando mis pezones hasta que chillo de gusto.
Te pido un pitito, a veces antes de encenderlo, al pasar por sobre mí me penetras con mis piernas en tus hombros, siento la presión y parece que me fuera a desmayar de gusto.
Nos fumamos el pito cuando estamos ya enfermos de calientes y ahí nos vamos al cielo, a explosiones de colores, a un placer profundo y desgarrador, desde ese punto ya no bajamos más, nunca sabemos hasta dónde vamos a llegar, pero siempre sobrepasa nuestras expectativas.
Para cambiar el ritmo te pido al Brrruce, me vuelve loca sentirme tan perra que puedo estar masturbándome largo rato frente a ti, gozando como enferma , sintiendo la vibración en mi clítoris. Una de mis posiciones favoritas es que me penetres abrazándome por la espalda, agarrándome las tetas, una con cada mano, tirándome los pezones, siento tu brazo en mi cuello quitándome el aire y yo me pajeo con el Brrruce hasta que me ahogo en mis orgasmos que vienen uno tras otro, y cada vez es más intensos, cada vez necesito de menos tiempo para tomar vuelo de nuevo, cada vez más potentes, escucho mis bramidos raspando mi garganta, no quiero parar, no puedo creer lo rico que es, no queda ni un milímetro de piel que no esté erizada. Los temblores me inundan poderosos ya no soy yo, me abandono al goce máximo.
-Haz lo que quieras, todo me gusta, tírame el pelo, presióname con tu pico, estrújame con tus manos, estoy loca de caliente, tu perra en celo, tu puta-
Cuando ya no puedo más te pido un respiro, pero sé que la fiesta no ha terminado, prendo un cigarro y hacemos una pequeña pausita, conversamos… generalmente de sexo… ya te quiero adentro otra vez, tu mano se acerca a mi zorra y vamos de nuevo, me preguntas quién me está tirando, cierro los ojos y el Joven Amante viene a mi cabeza, me acuerdo de sus manos agarrando mis tetas. Lo imagino con su cabeza hundida en mi zorra, chupándome fuerte, casi mordiendo mi clítoris, encerrando toda mi zorra en su boca, metiéndome la lengua.
Te metes de nuevo, casi de lado abro las piernas lo más que puedo y ahora es más rico sentir tus manos. Tus dos manos hurgando mi zorra, te acomodas la pulsera en tu muñeca de manera que las pelotitas queden hacia abajo y me frotas con ellas, me gusta mirar como me masturbas con ese objeto, me gusta que sea un objeto lo siento duro, casi me duele pero me excita demasiado la perversión de gozar con un objeto, a esas alturas podrías meterme hasta la lámpara y yo estaría feliz.
Me imagino montándote y voy a de poco alimentando esa imagen en mi cabeza, calentándome más, hasta que me muero de las ganas. Entonces te monto haciendo realidad esa fantasía reciente. Me siento sobre ti clavándome con tu pico y obscena te tiro las tetas en la cara para que las chupes, tu pones una mano en mi zorra y la otra en mi culo, no puede ser más rico, prolongo ese placer delicioso lo más que puedo, voy concentrando mi atención en un punto cada vez, intentando sacarle el jugo a cada estímulo. Te tomo la cara para sentir mayor tensión en la teta que estás mamando, me contengo, siento tu mano en mi culo que se abre para ti, me penetras con tu dedos, me siento llena con tu pico duro en mi zorra, me aprieto contra ti y busco tu mano en mi clítoris, ya no puedo más, ya quiero acabar de nuevo, contengo la respiración hasta que exploto.
Quedo exhausta, necesito una pausa, pero esta vez de verdad. En una de esas logro fumarme el cigarrillo entero.
Vuelves a la carga besándome, comiéndome la boca, estrujándome las tetas.
Mi zorra ya no da más, si me rozas mi cuerpo reacciona desmedido, empiezo a jugar con el Brruce pero lo meto en la zorra sólo para lubricarlo y poder meterlo en mi culo, sólo ese estímulo nuevo me hace empilarme de nuevo, siento como se abre con la vibración, me agarro las nalgas abriéndolas, me exhibo con el Bruce que entra y sale de mi culo, el Lucho está activo le ofrezco la zorra y siento dos adentro, bien culiada, bien perra, por el culo y por la zorra al mismo tiempo , el placer es indescriptible, no puede ser más.
Deliciosa equivocación, sí puede ser más... hacemos el cambio y ahora el Lucho se abre camino por el culo, no hay dolor, sólo un placer enorme, ¡qué RIICO!!!! La zorra despierta y está entera disponible para tus manos, para tus dedos que se meten frotando los bordes, desde el clítoris hasta adentro de la vagina. Quiero sentir tu pico en el fondo de mi culo, entrando y saliendo, lo imagino y me caliento más aún, hace rato que pienso que no es posible calentarme más. Agarro el pico con la mano para cerciorarme de que esté todo adentro, me siento la perra más caliente del universo, una diosa del sexo, babeo de gusto.
¡DALE , dale fuerte mi perro… lo más que puedas… fuerte, adentro qué maravilla! me muero de ganas de que acabes en mi culo, sintiendo tu pico inflamado explotando apretado encerrado en mi culo, mojándome entera, sucia, mis alaridos llegan a asustarme
¡ Qué weá más deliciosa!
Ahora sí que no puedo más, me arrastro hasta tu dormitorio y entro en coma, alguna veces ni siquiera siento cuando vienes a acostarte.
Despierto generalmente cuando apareces con la bandeja del desayuno y con la sensación maravillosa de haber tenido el mejor polvo de la vida.