domingo, 4 de noviembre de 2012

NO ESTABA MUERTA ANDABA DE PARRANDA

Bueno, pero parranda suave y después de un período de abstención obligada por motivos de salud, nada serio y por supuesto no los voy a latear con mis achaques. Pero mis dos machos favoritos esperaron pacientes mi regreso, me imagino que habrán tenido alguna forma de pasar esa sequía obligada, “la veda del choro” como dice elegantemente mi perro, lo importante es que son dos picos que siguen siempre listos para mi niña caprichosa.
Pero vamos pa' delante.
JA se ha transformado en un amante asiduo y ha sido muy creativo, lo que ha contrarrestado el desgaste que podría provocar el largo tiempo de nuestra relación.
En una de nuestras reuniones llevé el trajecito de cuero. Esa vez me sentí más tranquila, jajaja ya sabía como instalármelo, así es que cuando se fue a buscar algo para beber yo me encerré en el dormitorio y me enfundé los cueros. Tiene un cierto placer esa desnudez parcial, me hace sentir más voluptuosa , enmarca y adorna como para regalo, las tetas, el culo, la zorra y cuando lo monto y estoy ensartada por la conchita o por el culo , las correas se convierten en bridas que él agarra con potencia , haciendo que la fricción aumente deliciosamente y que no quede ni un milímetro de separación, las hebillas raspan la piel ocasionando esa sensación de de placer al borde del dolor.
Un par de juguetitos nuevos han sido también grandes aportes de JA y se han transformado en mis favoritos para aumentar el encanto.
Uno es un aparentemente simple vibrador de color rosa fuerte, liso,con una vibración muy potente, de un tamaño exacto para mi placer . Su base es muy pequeña y adornada con brillos, sólo lo suficiente como para no sentir que puede perderse dentro. (El sentido común me dice que no es posible que alguno de estos artefactos tenga que ser retirado en algún Centro de Urgencia , pero necesito siempre sentirme segura a ese respecto…weas mías no más, cada uno tiene sus trancas ¿ya?).

Con ese juguete he disfrutado las dobles penetraciones de todas las formas posibles, recordando esa deliciosa sensación de tener dos picos duritos, calientes y jugosos abriéndose camino en forma simultánea, compitiendo por quien llega más al fondo y yo abierta, escandalosa y entregada al placer.

El otro es una especie de rosario de tres pelotitas que van aumentando de tamaño y que terminan en una argolla, es todo de goma, es muy rico sentirlas entrar y salir, atraparlas de a una, comérselas esperando que la sigue va aumentar el placer porque es más grande. Ahora eso teniendo un pico durito jugando en el orificio desocupado… ¡putas qué rico!

Además, he tenido alguna visita social de Mr. Big pero mis escasas horas libres para tirar y su horario de macho casado, no me ha permitido concretar un encuentro con ese monumento que lleva con orgullo en su entrepierna.

Como ven sexo he tenido, pero lo que me faltaba hace rato, era esa adrenalina que provoca la seducción de un macho nuevo, la expectación de partir de cero, de todo por descubrir y es eso lo que me tiene ahora con una sonrisa en los labios.

39 AÑOS ATRÁS
Conocí al Pato cuando yo tenía como 13 años, yo era una pendeja muy flaca, me veía mucho más chica, cero pechuga, cosa que no ha cambiado mucho, jajaja. Pero la verdad es que era una niña, mi pubertad estaba aún muy lejos de llegar, entonces recuerdo al Pato como un joven de unos 19 años, de ojos verdes, atractivo, muy canchero, una pequeña estrellita de un juvenil programa de TV y pololo de una de nuestras compañeras, la mayor, la más regia, la más linda según mi visión de esa época. Para mí el Pato era absolutamente inalcanzable, lo encontraba lindo, pero ni en mis más encumbrados sueños de niña pensaba que ese Príncipe Azul pudiera posar sus ojos en mí.
El golpe de Estado del año 73, hizo que muchos jóvenes de mi país tuvieran que tomar caminos impensados, y el Pato fue uno de esos que sin motivo real tuvo que andar medio escondido y que finalmente, truncados sus caminos profesionales en Chile, tuvo que emprender nuevos rumbos, buscando posibilidades en tierras europeas
Recuerdo vagamente haberlo visto de pasada en alguno de sus viajes a Chile y haciendo gala del dicho “el mundo es un pañuelo” mi mino, en una de esas largas conversas que teníamos en alguna pausa entre polvos, empezó a hacer recuerdos de su trabajo en Francia y apareció en el relato, sin tener importancia alguna, la inclusión de otro chileno que se había aguachado allí por algún tiempo, era el Pato.

A fines de Septiembre cuando mis achaques no pasaban del todo, asistí al estreno de una obra. Llegué al lugar buscando alguna cara conocida y conversando con uno de mis antiguos amigos vi la figura perfectamente reconocible, del Pato, a pesar del paso de los años.

Me dio gusto verlo y reconocerlo tan claramente, (hacía poco me había encontrado con otro amigo de esa época, que no había visto en largos años y en todo el rato que hablé con él en mi cabeza nunca pudo encajar ese caballero semi calvo con el mozo de antaño).
 Llegué  donde estaba y lo abracé con gusto diciendo su nombre con seguridad y con la naturalidad sin barreras que me otorgaba mi posición de niña de esa época. El sonrió y respondió mi abrazo con calidez, pero en ese minuto dudé si me habría reconocido tan fácilmente, después de esa tremenda tracalada de años, más aún cuando yo pensaba que era invisible para él. Cuando dijo mi nombre respiré nuevamente con tranquilidad, hablamos muy poco pero supe que estaba de regreso en Chile.
Durante la obra me quedó dando vueltas en la cabeza, lo seguía encontrando atractivo a pesar que recién caía en la cuenta, que era muy bajo de estatura, claro, yo era harto más chica cuando nos conocimos. Lo estuve espiando durante el intermedio, pero no pude zafarme de otro amigo antes que terminara, pero al finalizar la obra me propuse quedar en contacto con él.
No fue fácil, al terminar lo encontré cuando ya estaba en la calle y rodeado de gente desconocida, pero perra cobarde no soy hace rato, así es que irrumpí como huracán en medio de las caras descolocadas de sus amigos, le dejé mi tarjeta con una sonrisa y me despedí con un beso en la mejilla pidiéndole que me contactara.
Eso es algo que en general no hago hace rato, ya que significa dejar en las manos del otro las iniciativas y eso no me gusta, pero soy lenta como una tortuga para guardar teléfonos en mi celular y tampoco era muy cómodo causar una interrupción muy larga en su salida.

Unos días después recibí su correo, se alegraba de haberme visto y me pedía que nos juntáramos para recordar viejos tiempos . Uno sabe donde empiezan esos recuerdos, pero nunca  sabe como terminan.

8 comentarios:

  1. ¡Por fin apareces! Aunque reflejada de frente... pero con ese potentísimo trasero en primer plano, con esos relatos tuyos con intriga, pasión, aventura y voluptuosidad. ¡Olé!

    ResponderEliminar
  2. Trinidad que gusto volver a leerte y que no has perdido el tiempo apesar de tus dramitas de salud, me alegro por un lado que no fuera nada grave....esos reencuentros son fenomenales aparte de recordar cosas se pueden volver a crear recuerdos mucho mejores....suerte y atento a contar que pasa con eso...cariños un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias por la reaparición... como las grandes artistas!!!!

    ResponderEliminar
  4. ehhh que bueno que reapareciste... te extrañaba muchisimo y estaba preocupado por ti... espero verte de nuevo en el msn algun dia...

    besitos.

    Sergio

    ResponderEliminar
  5. escritora favorita,
    fue demasiado tiempo... pensé que no volvería a verte...(no me quejo, fui un afortunado cuando te vi conectada hace unos días y nos pusimos al dia...), eres una maestra del encanto, logras lo obvio, pero además generas mucha calidez, confianza.... una mezcla de amor y deseo, maternal y carnal, amistad y fantasía.... casi perfecta,
    Beso
    Diego

    ResponderEliminar
  6. hermosa te hicistes desear muchooooooooo, pero siempre vale la pena con vos.
    ya sabes cuanto te extrañe,sabrás lo bueno que es leerte de nuevo,un beso no tardes tanto.....

    ResponderEliminar
  7. belleza , no tre he visto conectado en msn , no tienes skype , me encantaria volver a juguetear como lo haciamos antes. saludos manuelpedro

    ResponderEliminar