domingo, 20 de febrero de 2011

CONCON NO ES CANCUN


BOLAS TRISTES

Conocí a Bolas Tristes en mi época de duelo, esos días en los cuales lloraba amargamente que mi amante me hubiera dejado y con esto hubiera sepultado mis ganas de todo, incluso de vivir. Todavía me mantenía en sequía sexual absoluta, pero ya estaba empezando a resucitar por lo que él se convirtió en una agradable compañía para salir.
Bolas Tristes, es un personaje de mi edad, solterón, sin hijos, con una pega entretenida, jajaja es compañero de JA , delgado, se parece bastante a un personaje de televisión muy antiguo Barnabás Collins, el vampiro de una serie de los años 70. Tiene el cabello entrecano, ojos verdes y unas pestañas largas y tupidas, pero tiesas y hacia abajo, que tapan tan absolutamente sus ojos, que yo tardé varios meses en percatarme del hermoso color que tienen. Creo que esa oscuridad en su mirada es la que le da esa onda un poco tenebrosa, es algo neurótico y levemente achacoso.
Mi antigua relación con él se reducía a salir. Acompañarlo en distintas reuniones sociales, yo siento que ambos estábamos bien pagados, a mí me hacía bien salir de mi encierro y él podía lucirse con la compañía de una mujer buenamozona y simpática. Algunas veces me invitaba a almorzar o a cenar, generalmente acompañados de otra pareja o de un grupo, las menos de las veces salíamos solos.
Nos unió la soledad y la amargura que nos aquejaba y nos convertimos en una especie de terapia el uno para el otro. El también venía saliendo de muchos fracasos sentimentales y gastábamos largas horas en hablar de nuestros respectivos ex.
En fin, Bolas Tristes es una persona gentil y educada que era muy buena compañía para mí, en esas también tristes circunstancias.
Nunca me dio ninguna seña de tener otras intenciones conmigo (o yo no las vi) y a mí nunca me calentó, en la época que nos conocimos a mí no me calentaba nadie y nunca pensé convertirlo en uno de mis amigos con ventaja, no se dio no más. Yo seguí mi camino y después de algunos intentos fallidos de encontrar mi media naranja, encontré mi limón completo, ese que le puso sabor a mi vida.
En cuanto me vio felizmente emparejada y conoció a mi perro, comenzó su ataque con una seguidilla de piropos, miradas y abrazos un poco más pasados para la punta, cosa que nunca antes había hecho.
Me causaba mucha gracia que comenzara con esa estrategia y pienso que él se arrepintió de no haber intentado algo más conmigo, cuando estábamos ambos sin compromisos. ¿Por qué no lo hizo? No lo tengo muy claro, pero tengo algunas hipótesis.
- Es posible que pensara que yo necesitaba más tiempo para recuperarme de mi relación anterior.
- Quizás pensó que yo estaba fuera de su alcance, mis hombres anteriores tenían más power y por esos juegos del destino, él había tenido algún cuento con la ex de mi perro, eso me convertía en alcanzable.
- Tal vez estaba apuntando a una relación con una mujer más joven con la posibilidad de formar una familia y tener hijos.
- Todas las anteriores
Bueno, Bolas Tristes sigue en las mismas condiciones solo, solitario y solterón, ninguna de relaciones que intentó tuvo algún éxito.
La verdad es que ahora no tengo tiempo para salir con Bolas Tristes, estoy ocupada en esas aventuras mucho más excitantes que ustedes conocen, entonces me cuesta mucho aceptar las continuas invitaciones de mi amigo. En ocasiones lo he hecho presionada por cierto grado de culpabilidad, obligada por un sentimiento de gratitud por el apoyo que me brindó en tiempos oscuros.
Ahora es cierto que me gusta provocarlo y que mi naturaleza perra me ha hecho sacarle roncha coqueteándole en forma bastante descarada.
Recuerdo que una vez llegué a visitarlo a la clínica cuando se recuperaba de una cirugía. Yo llevaba un ligero vestido de verano y mi alma solidaria me llevó a jugar con mi vestido dejándole ver, todo el territorio de mis piernas, desde su nacimiento hasta los tobillos, fui generosa ayudando a levantar al enfermo, estoy casi segura que por lo menos una parte de él quedó absolutamente erguida.
El ha sido constante e incansable en sus joteos y desde el año pasado ha estado invitándome a pasar algunos días fuera de Santiago. Yo me negaba dulcemente argumentando mi falta de tiempo, pero nunca cerré absolutamente esa posibilidad, claro me parecía un poco raro que me hiciera una invitación de esa naturaleza conociendo mi condición de mujer emparejada y desconociendo los extravagantes gustos que tenemos.

LAS CIRCUNSTANCIAS… SIEMPRE LAS CIRCUNSTANCIAS.

Siempre tengo mis vacaciones durante el mes de febrero, el año pasado estaba recién iniciada en el sexo cibernético y me transformé rápidamente en una adicta, entonces no quise trasladarme a la playa para no perder la posibilidad de calentarme con mis recientes amigos cibernéticos.
O sea el año pasado me quedé sin salir de puro caliente, pero este año tenía unas ganas locas de unos pocos días de sol, de playa, de mar, en fin, me moría por unos días de relajo en algún balneario cercano.
Sin ánimo de quejas debo reconocer que en esos avatares estoy generalmente sola, a mi mino simplemente no le gusta salir de su guarida, entonces intentando regalonearme me ha acompañado sólo por el día yendo a dejarme, pero devolviéndose antes de caer la noche.
Mis hijos están en una edad en la cual es difícil coordinar sus tiempos, entonces generalmente aceptaba la generosa invitación de una prima que tiene una hermosa y gran casa en un balneario de la zona centro, Concón, al lado de Viña del Mar.
Este año que mi humanidad pedía a gritos esos días de descanso, mi primita tenía su casa copada y yo no me conformo con un sillón o un saco de dormir, entonces me había quedado sin mi posibilidad de veraneo y ya era tarde para planificar algo entretenido y no muy caro.
Bolas Tristes cada vez que me veía insistía en su invitación y la verdad yo ya estaba empezando a pensar que no era tan mala idea.
Justo antes de salir de vacaciones, después de su prolongado y cariñoso abrazo de costumbre me pregunta.
- ¿Cuándo se va a Concón la más linda?
- No, no voy- le contesto
El año anterior nos habíamos encontrado cuando estuvimos en la playa y habíamos pasado algunas tardes juntos.
Entonces al escuchar los motivos por los que yo no iba, le brillaron los ojos y me contó que un amigo le había ofrecido un departamento en ese lugar, con vista al mar y que lo tenía disponible hasta el 20 de febrero.
No sé bien con qué cara lo miré, pero me preguntó si realmente tenía ganas o si él estaba siendo muy cargante.
Las dos cosas se mezclaban, no encontré nada mejor que decirle muy canchera, que no tenía problemas con él, ya que siempre respetaba mis límites y que con eso yo me sentía de maravillas.
Por supuesto mujer- me dijo sonriente- tranquila.
La verdad es que aunque no le aseguré nada, desde ese día comencé a admitir en mi cabeza la idea de aceptar su generosa y desinteresada invitación.
Me llamó por lo menos dos veces más, insistiendo y yo cada día más tentada, hasta que le dije bueno, yo voy desde el jueves y me vuelvo el domingo, eran cuatro días.
Bolas Tristes estaba feliz, se le iluminó la mirada. Yo pensaba que yo me regresaba y él se quedaba, pero me dijo que por ningún motivo, que él se volvía junto conmigo. Yo también me sentía feliz, cortaba las huinchas por estar tomando un poco de sol, mirando el mar.
Me fue a buscar a mi casa, yo preparé un bolso con mis bikinis, un trikini que pensaba estrenar, shorts, un jeans, tops y para dormir llevé un pantalón largo con una polera. Cuando partimos llovía en Santiago, cosa tremendamente inusual en febrero, emprendimos viaje con truenos y relámpagos, pero a Bolas Tristes la felicidad le salía por los poros, ¡putas que estaba contento!, radiante, me atendió como una reina. Yo echaba puteadas, si llovía en la costa se me aguaba la fiesta, pero a poco andar ya estaba despejado y llegando a la playa el sol brillaba, nos fuimos directamente a comer mirando el mar.
El departamento era muy bonito, con una terraza con vista al mar, tal como lo había prometido, un estar comedor con kitchenette, dos dormitorios y un baño. El problema era que uno de los dormitorios no tenía cortinas en las ventanas, en el otro dormitorio había una cama pequeña y Bolas Tristes se consiguió con su amigo un colchón de dos plazas que instaló con la ayuda de este amigo, armó la cama y nos fuimos de compras.
A cada rato me expresaba su enorme felicidad de estar conmigo en ese lugar y parecía dispuesto a traerme el sol y la luna si yo lo hubiera pedido. Compramos cosas para el desayuno y él se compró una botella de vino.
Nos sentamos en el estar, prendió un par de velas que traía en su maleta, sacó un par de copas, él con vino, yo con agüita y muchos cigarrillos estuvimos conversando durante varias horas. Hablamos de millones de cosas, planificó entusiasmado lo que haríamos el día siguiente, iríamos a Zapallar y almorzaríamos en el Chiringuito comenzando con una entrada de locos (abalones para mis amigos extranjeros). De cuando en cuando me reiteraba su plena felicidad por mi compañía.
A mí me parecía bastante probable que intentara suavemente alguna aproximación sexual, después de todo tenía 3 días completos, así es que no niego que durante toda esa conversación estuve un poco expectante, si bien es cierto no me calentaba y yo suponía que los límites estaban claros, tampoco me negaba rotundamente si lograba seducirme. No le hago asco a ningún polvo, pero no puedo negar que me incomodaba la situación.
La botella de vino bajaba y las horas avanzaban, pero Bolas Tristes parecía más caballero que de costumbre, el vino se terminó y el sueño comenzó a vencerme, por lo que le anuncié que me iría a dormir. Nos dirigimos al dormitorio, la única interrogante para mí era en que cama dormiría cada cual y me fui al dormitorio pensando en eso.
En cuanto traspasamos la puerta del dormitorio y sin mediar ninguna insinuación previa, Bolas Tristes se me abalanzó como un troglodita y fue directamente a despojarme de la ropa, junto con atacar torpemente mis tetas, mi culo, mi zorra, todo.
Lo consideré un ataque, una agresión, me cargó, sentía su hálito a vino en mi cara y lo paré en seco, me dio mucha rabia, eso es peor que un “hola… dame cámara”.
Yo esperaba una disculpa después de ese despropósito, después de todo una botella de vino causa estragos, pero me sorprendió con su reacción. Se puso furioso, no podía entender mi negativa, daba por supuesto que el sólo hecho de que estuviéramos allí le daba derechos maritales sobre mi persona. Ese era el motivo por el cual ni siquiera se dio el trabajo de seducirme, lo daba por descontado, era parte del combo. Eso me enfurecía aún más, el sexo para mí sobre todo es un acto de libertad.
Disparaba a todo lo que podía, que no éramos unos jovencitos, que porqué no se lo había dicho, que yo sabía que él me encontraba muy, muy rica, que yo lo conocía tanto, que sabía que podía ser discreto …y todo eso era cierto, lo único que no se le ocurrió nunca era que a mí podría no gustarme él.
Me dieron ganas de gritarle que yo sexo sin ganas no tenía jamás y que él no me movía ni una hormona, pero me daba pena, Bolas Tristes a medio filo era más patético que de costumbre.
Cada cosa que decía reafirmaba aún más mi negativa, a cada minuto más rotunda. Es precisamente porque no soy ninguna jovencita que me siento absolutamente empoderada para decidir con quién tengo sexo y con quién no.
Era muy tarde, a esa hora no podía irme, si hubiera podido, me iba y eso fue lo que le dije, -mañana me voy-
- no-, me contestó- mañana nos vamos,¿ qué me voy a quedar haciendo solo yo acá?
Yo me fui al baño, me puse mi pantalón de pijama y una polera manga larga y volví a la pieza para preguntarle en que cama dormiría, para yo ocupar la otra. Después de escuchar otra sarta de argumentos inconexos, él ocupó la cama grande y yo tomé posesión de la pequeña.
Debo reconocer que a excepción del primer ataque con sus manos en mi cuerpo intentando sacarme la ropa, él permaneció alejado de mí y que a pesar de que estaba absolutamente desencajado de rabia e intentaba hacerme entrar en “razón” en forma vehemente, nunca ocupó palabras groseras o insultos personales.
Yo me sentía agraviada en mi dignidad y me humillaba la situación, no dormí mucho, pensaba en mi perro que me trata como a una diosa, nuestras discusiones llegan a ser ridículas, de lo buena onda que son. Además pensaba en mi JA, no sé muy bien por qué, pero pensaba en él. Tenía mucha rabia, pero yo soy harto obsesiva, es verdad que no me imaginé nunca su reacción tan airada, pero también es verdad que era bastante evidente que intentaría algo, yo pensé que iba a ir muy de a poco y que mi negativa, no tendría mayores consecuencias.
Igual me daba mucha lata devolverme a Santiago, no quería hacerlo, tampoco quería quedarme sola pero esa era mejor posibilidad que lo anterior, decidí que regresaría a casa tal como lo había planificado, el domingo, ya vería cómo lo haría.
La mañana siguiente fue bastante incómoda, pero yo esperé su reacción para saber con qué seguir. Se congració conmigo con simpatía, me mostró una caja de 12, otra de 3 y varios condones sueltos, él pensaba darse un festín sexual conmigo. Haciéndose el ilusionado perdedor fue rompiendo el hielo y terminamos riéndonos abrazados.
El resto de la mañana no tocamos el tema y yo me preparé rápidamente para la playa, no sabía si pretendía continuar con su maravillosa planificación del día anterior o si me iba a llevar a comer empanadas en el kiosko de la esquina, pero yo iba a ir a la playa.
Me preguntó ¿qué quieres hacer? Ir a la playa - dije y no agregué nada más.
Sería su decisión continuar con los planes o desahuciarlos considerando mi negativa sexual.
Me sentí ganadora cuando enfiló hacia Zapallar y disfrutamos de un delicioso almuerzo en el Chiringuito. Pasamos la tarde en la bella y tranquila playa de Zapallar, el sol brilló maravilloso, yo estrené mi trikini, ya no quedaban sombras de la noche anterior.
Al llegar de vuelta al auto Bolas Tristes se dio cuenta que se le habían quedado prendidas las luces así es que estaba sin batería, le vi la cara de angustia y me dio risa, mientras él se quedaba mirando el auto sin saber qué hacer a mí me costó 2 minutos conseguir 3 machos para que empujaran.
Después de eso lo regaloneé, le llevé un té con limón porque me dijo que se sentía un poco resfriado, le decía ¿viste que soy una joyita? ¿Qué más quieres? Él me miraba con rencor y me advertía que no me metiera en honduras porque yo sabía qué era lo que él quería, a lo cual yo contestaba con una sonrisa complaciente.
Bueno, no se las jugó bien Bolas Tristes, y si bien es cierto después intentó cariñitos y abrazos, yo ya estaba muy a la defensiva como para que surtiera efecto esa estrategia.
El último día después de la playa, tomé una ducha y salí rápidamente para dejársela a él, crucé mojada, envuelta en una toalla muy grande hacia el dormitorio para no ocupar el tiempo se secarme en el baño, le avisé cuando ya estaba en el dormitorio, no quería provocarlo demás. El me dio las gracias, se dirigió al baño y abrió la ducha.
Al sentir el ruido del agua corriendo yo me relajé y empecé a secarme lentamente, estaba un poco quemada por el sol, por lo que lo hacía con cuidado, para no provocar daño en las zonas enrojecidas, al tomar la crema para empezar el ritual de la humectación me di cuenta que la puerta del dormitorio no estaba del todo cerrada y que Bolas Tristes no estaba bajo la ducha como yo suponía.
Incliné la cabeza para tapar mi cara con el pelo y así poder corroborar en qué estaba y lo ví espiándome desde el fondo del baño, con su pico entre las manos.
Pensé cómo reaccionar, no tenía ganas de un enfrentamiento a esas alturas, podría haber cerrado la puerta en forma casual no evidenciando su mirada o incluso pedir disculpas y cerrar la puerta. Pero decidí continuar con mi ritual de belleza y encremarme suave, lentamente, ante la mirada furtiva de Bolas Tristes. La crema abundante requería de mis manos masajeando mis tetas y pezones. Mis piernas tuvieron una dedicación especial, sobre todo al llegar a la parte de las ingles, que recibieron una gran cantidad del hidratante estando de pie con una pierna arriba de la cama, abierta exponiendo la zona a encremar especialmente hacia la puerta entreabierta. Mis glúteos fueron regaloneados en toda su magnitud, uno por uno pasando los dedos reiteradamente por la hendidura que los separa. A pesar de que la ducha seguía corriendo, distinguí el sonido inequívoco de un hombre chorreando y comencé a vestirme, un colaless diminuto fue la prenda que me enfundé, antes de que Bolas Tristes se perdiera detrás de la cortina de la ducha. Eso era como la cintita del regalo.
Después de eso mi amigo recuperó su sonrisa y a pesar de que nunca abandonó la idea de cobrar su premio, la rabia se diluyó.
Asumo que soy una perra caliente y una puta, pero nunca me había sentido puta en el sentido bajo de la palabra y les soy franca, lo que menos me gusto era que él pensó que yo era tan barata, si después de todo eran cuatro días en Concón no más, distinto hubiera sido una semana en Cancún, jajaja una pequeña diferencia.
Ahora el destino juega chueco ya que en cuanto llegué a Santiago apareció un viñamarino que promete y con él cual intuyo, esos 4 días hubieran tenido sol, mar, playa y seguramente unas deliciosas y calientes noches.
Soy perra… no adivina.

11 comentarios:

  1. Mmmm eso de la crema... Creo que ya se qué quiero pedirte la próxima vez que nos veamos por cam...

    Un beso en esa zorra encremada y deliciosa-

    C.

    ResponderEliminar
  2. huy que tiene mala suerte, pero uno ve caras no cabezones por asi decirlo, ojala que para sus proximas vacaciones le toque cancun con un bolas felices jaja bueno lo bonito de todo es que tiene una experiencia y hasta una anecdota mas para contar y reir total de que vale la vida sin diversion ^^ besos por mil

    Felipin!!!

    ResponderEliminar
  3. Pobreeee, lo mal que lo pasaría esos días! jijijiji
    Bueno, por lo menos volvió descargado!
    Te dejo mis caricias

    ResponderEliminar
  4. Mi querido C, la hidratación es une rutina femenina que hay que valorar, no sería malo tener un par de manos masculinas colaborando en esa tarea, aunque seguro tomaría muchísimo mas tiempo.

    Felipin, me tienes gratamente sorprendida con tu ingenio y simpatía , la vida hay que tomarla con sentido del humor. Espero encontrarme en mi vida con muchos Bolas Felices, es que yo soy muy golosa. Besitos

    Caricias, eso es cierto, él alguna vez me dijo en tono de broma ¿y qué hago ahora yo con esto? aludiendo una supuesta erección, yo le contesté -nadie te ha cortado las manos- Creo que fue una buena solución y yo colaboré todo lo que pude para que fuera satisfactoria su descarga.
    .

    ResponderEliminar
  5. TRini,delicioso relato como nos tenes acostumbrados, pero mujer como te gusta el jugueteo...con semejante físico y con lo simpatica que me imagino sos, él pobre tipo pensó en pasarse unas noches inolvidables de sexo y pasión con vos,y se conformo con una triste pajita jajajajaja,eso si bien condimentada con las pasaditas de crema que te hicistes.
    a mi tambien me molestan los que por una invitación presuponen que te tenes que dejar hacer todo, no el sexo es maravilloso pero es ante todo una elección, de piel de humor y de calentura,te mando un beso y otra vez más me gusto mucho tu foto.

    ResponderEliminar
  6. deliciosa trini, me entusiasme tanto con este relato, que ya t envié un email con todo lo que me pasó esta vez....(antes de este comentario)

    repetir sería absurdo

    sabes, me sorprendes con tu capacidad....
    vendrías a ser como la "reina midas del erotismo"..., tranformando un fin de semana de olvido , en una historia llena de sugerentes imágenes

    tu guiño notable.

    besos

    ResponderEliminar
  7. de todas maneras un ataque como no insinuar nada durante la conversa y la botella de vino...lamentable...besos...

    ResponderEliminar
  8. ¿Quien seré? el jugueteo me encanta, pero yo creo que el festín sexual que él imaginó no era sólo nocturno, por la cantidad enorme de condones que llevaba. Si tomamos en cuenta que eran 3 noches y tenía como 18 condones o sea pensaba que tiraríamos mañana, tarde y unas 3 por noche por lo menos..¿y la playa cuando? Jajajaja. si era una verdadera luna de miel sin matrimonio. Hablando mas en serio yo ahora puedo reirme de la situación, pero la noche en cuestión no fue agradable, tenía mucha rabia, precisamente por lo que tú dices. El sexo es una elección libre, si no hay química no se puede nada, pero si la hay siempre hay que jugárselas... si hasta mi perro me seduce día a día, lo mismo con mis amantes. Cada encuentro hay que dar un 100%.

    Viñamarino, me encantó tu email, tienes arte en el juego de la seducción y eso, por cierto, se agradece.¿PORQUE NO APARECISTE ANTES? jajaja
    Creo que siempre es más sano quitarle drama a la vida y disfrutar todo lo que sea posible.
    y ya sabes de que forma me gusta disfrutar.
    Un beso y gracias por comentar.

    ResponderEliminar
  9. Trini si vivierá cerca hariamos desastres juntas...como dices vivir el sexo dando el cien por cien
    y bien sabemos lo productivo que resulta esa entrega, para ellos y para nosotras por todo el goce que resulta.
    besos hermosa¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  10. Bueno, bueno, bueno. Estoy leyendo este relato, saltándome aún casi entero el 2010, y recomiendo a todos los que no lo hayan hecho que se lean los relatos de "El Gerente", y de soslayo los de "El Diablo de Tasmania", este, entraría en esa categoría, pero del "patanismo" y "cretinismo". tú, trini, impecable, como siempre. Cuando vengas a España, no te va a valer con la visa de turista a tenor de lo leído, sácate un permiso de trabajo, tú di trabajos "semi-forzados" :-). A mí, me guardas un día, y ya vermos, pero si no, la noche se la cedo a "C" :-), pero me encantaría conocer a la dueña de ese cuerpo que narra sus vivencias. Mientras tanto, y ante tanto halago, poco más me queda por decirte que no te hayan dicho antes, bueno sí, que a poquitos me voy enamorando de ti, como tú prefieres, enamorarte de a poquitos y volver después con tu bendito perro.

    Un beso, los otros mil ya los repartí en mis sueños.

    ResponderEliminar
  11. Que bella foto lindura, Siempre tan bonita ud. Besos

    ResponderEliminar