domingo, 15 de noviembre de 2009

LA VUELTA GLORIOSA





“ ….Me preguntó si me gustaba, si me gustaba así…mmhhh …de ahí le puse el preservativo y empecé a chuparle el pico… empezó a metérmelo por delante, encima mío ...mmmhhh estaba muy rico y me agarraba el culo y me lo abría… seguía estando rico mhhhh …acabé de nuevo …y él estuvo a punto de acabar, sonó el teléfono se paró contestó, era alguien que quería que se vieran ...él le decía que no podía ...el weón parece que no entendía … entonces le dijo -no puedo perrito, ¿entendís que no puedo?, ¡ No puedo ser más explícito!!!…Ahhh ya poh, le dijo y yo me imaginaba que al otro lado había un weón que se iba a calentar pensando que su amigo estaba tirándose a una mina. ..mmmh me encantaba…”

Eso es parte de la grabación de mi relato del glorioso regreso de mi Joven Amante, tú lo archivaste con fecha 11 de agosto de 2009.

Era un día martes yo estaba en mi oficina, no es el mejor lugar para estar en una previa pero así era, fui al baño y cerré la puerta esperando tener un minuto de privacidad para prepararme para mi polvo de adúltera, quería un polvo a toda raja, era el regreso de mi Joven Amante, mi mejor amante después de ti.
Cuando llegué él había salido recién de la ducha, nos sentamos en el comedor, saqué los preservativos, el pito y mis cigarrillos, encendí uno y nos pusimos a conversar, me ofreció un trago y como siempre preferí un refresco sin alcohol.
Prendí el pito, luego de un rato de fumar ya la conversación no tenía lógica alguna, nos estábamos yendo al techo.
Como estábamos sentados casi frente a frente empecé a subirme la falda y abrí las piernas, mientras él me miraba. Me empecé a tocar por sobre la ropa, me calentaba mucho su mirada firme y desafiante. Se empezó a tocar el pico duro que se marcaba por sobre el jeans, me acerqué y lo agarré aún con ropa, él me tocaba las tetas suavemente, metiendo la mano por debajo del sostén. Se desabrochó el cinturón, siempre me calienta mucho ver a un macho desabrochándose para liberar un pene erguido, exquisitamente duro. Empecé a chupar esa delicia, él estaba casi acostado en la silla y mientras yo recorría su pico con mi lengua, él me tiraba el pelo, me agarraba la cabeza con fuerza. Me gusta que tiren de mi pelo y que me pasen los dedos por el cuero cabelludo, tú lo haces firme, pero cuidadoso.
Nos sacamos el resto de ropa que nos quedaba puesta y él trajo algunas cosas para que nos tiráramos nuevamente en el piso, yo acerqué un preservativo y me empezó a correr una paja deliciosa mientras seguíamos de pie, tuve un orgasmo rico. Me tiré al piso y comenzó a chuparme la zorra empapada y resbalosa, empujó mis rodillas contra mi pecho de modo que la pelvis se levantara y empezó a lamer desde abajo hasta arriba pasando su lengua con delicadeza por el culo, chupando rico, muy rico. Siguió con su boca en mi zorra mientras me metía un dedo por el culo. El clítoris aparecía potente por arriba ofreciéndose para que lo succionara fuerte completo, preguntó si me gustaba así –me encantaba- estaba muy, muy rico.
Antes de ponerle el preservativo volví a chuparle el pico. Me penetró firme agarrando mis glúteos con las dos manos y abriéndome, me gustaba sentir mi culo abierto, lo imaginaba dilatándose, pensaba que sería rico que me tirara por el culo, pero no lo habíamos hecho nunca, yo sólo tiro por ahí contigo. Hemos imaginado que tiro con otro por el culo, pero nunca lo he hecho, acabo una vez más pensando en que sería delicioso que me culiara por aquel lugar prohibido.
Sonó el teléfono y cuando volvió a la carga yo estaba acostada boca arriba, siguió chupándome la zorra y metiéndome las manos por todas partes, me chupaba las tetas, me metió el pico y empezó a darme estando yo de lado, fuerte muy rico.
Me dio vuelta quedando boca a abajo y empezó a penetrarme por el culo, estuve a punto de decirle que no, pero estaba demasiado caliente, tenía muchas ganas, así es que decidí echarle pa’adelante. El lo hacía con cuidado y yo quería, pero el dolor no me permitió seguir, le pedí que parara y al principio no entendió, estaba demasiado embalado, no tiene tu sensibilidad, contigo un leve gesto basta para que sepas que debes o que no debes seguir con algo. Tuve que hacer un gesto más elocuente y paró, le pedí que saliera y salió, sé que sólo así pasa el dolor y puedo volver a intentarlo. Volvió a penetrarme por el culo, el dolor ahora era soportable y fue disminuyendo hasta quedar en nada, el placer era mayor, estaba sobre mí, yo paraba el culo para que pudiera entrar entero, me dijo que iba a acabar y me calentó la idea de que lo hiciera en mi culo. Estaba con preservativo pero igual. Cuando acabó me sentí tan perra, ahora le había entregado mi culo a otro que no eras tú y me había gustado mucho, mucho.
Nos quedamos un rato así, yo quedé marcando ocupado y él mucho más, se fue en la volada de que teníamos sincronía y que se quedaba muy caliente cuando yo me iba.
Después empezó a hablarme de que cuando fijábamos una cita, fantaseaba con los recuerdos de nuestros polvos anteriores y que se angustiaba pensando que quizás yo no volviera a tirar con él.

Yo sentía que había traspasado otra barrera y eso me calentaba mucho. Le dije que me iba, protestó un rato como siempre, pero yo ya cortaba las huinchas por estar contigo, por tirar contigo, porque te metieras por mi culo abierto por otro. Por contarte con detalle todo lo que había pasado.
La vuelta fue espectacular un polvo más rico que la cresta, como siempre me grabaste el relato y tiramos como dioses.

7 comentarios:

  1. Al ver tu fotografía con vellos, me anime a comentar lo siguiente. Me gusta el sexo con chicas depiladas, quizás a consecuencia de una vez que lo hice por vez primera con una que me sorprendió al verla desnuda y ella toda depilada, fue rico pasar mi lengua por esa “chorrita” sin nada de pelos.

    Lo que si quiero comentar, es la vez que yo depile a una chica. Con ella ya habíamos tirado varias veces, en mi casa, mi lugar preferido. En esa oportunidad, habíamos conversado de variados temas, bebido de todo un poco, y nos disponíamos a seguir ahora en la cama, cuando le propuse si la depilaba. Ella acepto, lleve a la cama toallas, agua tibia, crema de afeitar y una rasuradora, esas de doble hoja. Debo reconocer que ambos estábamos nerviosos, pues, por una parte el alcohol hacía ya sus efectos y por la otra, tanto para ella y para mi lo hacíamos por primera vez.

    La acosté sobre la toalla, ella se abrió de piernas y moje con el agua tibia sus vellos, y comencé lentamente a untar su sexo con crema, una vez bien en cremada, inicié la depilación, desde el ombligo fui bajando y rasurando sus pelos, con cuidado me acerque a sus zonas más delicada, la máquina de afeitar se iba llenando de vellos, poco a poco sus pliegues iban asomando con mayor nitidez, lo maravilloso fue cuando asomó el clítoris, que estaba más expuesto en la medida que ella colaboraba en abrirse.

    Ella seguía abriéndose cada vez más, yo volvía a poner más crema, limpiaba con agua tibia y volvía a rasurar. El agua tibia se escurría por su chuchita, ella gemía, pasaba la toalla para secarla y ella me dice no, me gusta el agua caliente, por mi parte cada vez más caliente, acerque mi pico a su boca, y comenzó a lamerlo, con ese placer en mi cuerpo seguía eliminando sus vellos, ya sin vellos comencé a lamer su “zorrita” y en especial su clítoris, ella ayudaba con sus manos abrirse cada vez más su chuchita, yo pasaba mi lengua por todos sus pliegues y succionaba su clítoris. Cuando ella me apresa con sus manos mi cabeza en su “zorra” comprendo que ha llegado a su orgasmo, ella sigue lamiendo mi pico y al poco rato eyaculo en su boca. Fue una depilación completa y además placentera.

    El Profe

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  2. Profe, el corte de pelo es sólo cuestión de gustos.
    El Barbero de Reina, tenía tus gustos en cuanto a eso.

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  3. Pero tenía mucha menos imaginación y sentido del erotismo que tú.
    Felicitaciones

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  4. Creo que deberías probar los placeres que da una buena depilación

    El Profe

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  5. Segundo momento con la chica delgada.

    Después de varias salidas con la chica, hermana de nuestra secretaria, se alejo de mi lado. Fue un adiós extraño, en la puerta de mi casa después de un rico polvo, sólo me dijo que no podía seguir conmigo.

    Intente ponerme en contacto vía mensajes por correo electrónicos, pero no había respuesta. Pasaron varios meses, hasta que nuevamente me anime y respondió a uno de esos mensajes. Nos volvimos a juntar a tomar un trago, de allí a mi casa, ella lucia quizás más joven, se la veía más vivas, hasta más alegre. En casa a la luz de las velas la desnude, lamiendo todo su cuerpo en la medida que iba asomando su delgada anatomía. Una sorpresa me deparó, ahora en vez de abundantes vellos, sólo se asomaba una delgada línea que terminaba a escasos milímetros de su clítoris. Una visión sublime, toda vez que enloquezco con chicas depiladas. Depositar mi lengua en esa delgada línea de vellos y recorrerlos con destino a su sexo, me estimulaba, mi pene cada vez más erecto me incomodaba, deseaba que lo lamiera, pero esta chica, curiosamente no gusta de lamer penes. Ya en la cama, se pone en cuatro y me dice, vamos hagámoslo como antes por el ano. Ella toma mi pene y lo pone justo en su entrada, y oh, que delicia, comienza a presionar en contra de mi cuerpo, se retira levemente y nuevamente a la carga, yo tomo fuertemente sus nalgas, las abro para que mi pene pueda ingresar en tan estrecha cavidad, ella me dice, hazlo con fuerza, lo quiero todo adentro, y nuevamente presiona ahora con más fuerza, hasta que finalmente ingresa todo. Allí nos quedamos un par de segundos, disfrutando el placer de culiar por el ano, ella lleva su mano a su sexo y lo estimula, en cambio yo inicio un bombeo suave, ella me aprieta el pico, es una escena divina, todo mi pico en interior de ella, ella gime de placer, sus manos van a mi cuerpo y me atrapa para que no la suelte, la presiono un poco más y suelto me liquido en su interior, ella sigue con sus manos tomándome, me dice quiero tu pico entero adentro más tiempo, lo hago, pero pronto me expulsa de su interior, quedamos rendidos. Nos fumamos un cigarro, bebemos un poco y me dice recupérate porque ahora lo quiero adentro de mi, por el ano, pero esta vez me voy a sentar encima de ti.

    El Profe

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  6. Tercer momento con la chica delgada.

    Al igual que la primera vez, chica delgada nuevamente se aleja. Esta vez simplemente se aleja.

    Pasaron varios meses quizás un año, por medio de su hermana me entero que esta pololeando, bien por ella. Después de aquella noticia, no volví a tener contacto con ella. Hasta cierto día que recibo un enigmático mensaje: llámame. Sólo eso. Pienso se equivocó de dirección y le respondo señalando que no entiendo y que es probable que el mensaje no esté dirigido a mi persona. Me dice en otro, que el depositario era yo, que no sea necio. Reiniciamos los mensajes, esta vez hablamos de todo un poco hasta que cierto día me dice que tiene un piercing, pero que por nada del mundo me lo va mostrar, mi curiosidad se acrecienta a medida que pasan los días. Estoy en estado de rogar por ver aquel adminículo y bueno al fin llega el mensaje deseado: quiero pasar la noche contigo. Respondo con prontitud: yo también. Nos ponemos de acuerdo para vernos nuevamente, la pasó a buscar a la salida de su trabajo, y de allí, esta vez nos vamos a un motel. En el viaje hablamos de vaguedades, ella sigue luciendo joven, en esta oportunidad luce una mini, la veo bella, sonríe en el viaje.

    Llegamos al motel, mi curiosidad por el piercing es mayúscula, nos traen de beber, nos besamos, ella comienza a desvestirse en forma encantadora, poco a poco sus ropas dejan al descubierto su cuerpo, con una copa en la mano juega, mi curiosidad y erección van a la par, hasta que me deja expuesto su piercing en su ombligo, es pequeño en forma de aro, cuelga del borde inferior de su ombligo, el cual también pequeño, de inmediato me lo meto a la boca, juego con mis dedos en su línea de vellos, que mantiene en forma cuidada, por mientras mantengo el piercing en la boca, mis dedos llegan a su sexo, arquea su cuerpo, su humedad es abundante, subo ahora a lamerle sus pezones, también pequeños pero bien formados, con mis dedos juego en su piercing, ella gime de placer, busco con mi lengua su sexo, ella ahora me pide mi pene, ahora si desea lamerlo, el tiempo de ausencia no ha pasado en vano, dos sorpresas placenteras me estimulan. Se pone en cuatro y me pide, por el ano, dame duro necio, a lo que accedo gustoso. Me pongo un preservativo y sin demora la penetro, pronto mi pene ya esta completo en su ano, ella se abre para mí, sus nalgas redondas y bien formadas las tomo entre mis manos, las presiono con rudeza, gime de placer y yo me encuentro en éxtasis, saco mi pene y nuevamente la penetro, ella me dice que no lo vuelva a hacer, que lo quiere en todo momento en su interior, acepto su orden gustoso. Mis dedos estimulan su clítoris y su sexo, esta muy húmeda, me llevo sus jugos a mi boca, mientras mi pene sigue clavado en su ano. Ella inicia un vaivén, me pide saborear mis dedos, lo hago, suavemente estrecha su conducto, ya no puedo más y descargo mi semen en su interior, más bien en el interior del condón, ella se retira y me exige lámeme, no puedo negarme, con el preservativo aún en el pene, comienzo a lamer sus vellos y me lengua se desliza hacia su sexo, con mis dedos juego con su piercing, nuevamente se arquea, su humedad es aún más abundante, sigue gimiendo, hasta que estalla de placer, su cuerpo se arquea de tal forma que levanta levemente sus nalgas de la cama, me dice: bruto, porque me dejaste.

    El profe

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  7. Bueno, algunas veces hay que hacer esfuerzos por entender a las féminas. Lo que es bien claro, según tus relatos, es que ella sólo lo hace por atrás, en eso ha sido de una sola línea.

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