El otro día estaba leyendo a Eva la cazadora, ella contaba una decepcionante cita con Peggy, la verdad yo creo que a citas decepcionantes todos estamos expuestos, sin ir más lejos mis aventuras con El Gerente fueron absolutamente desastrosas, pero aunque la vida me ha enseñado a no decir “de esta agua no beberé”, creo que hay ciertas conductas a las cuales difícilmente podría acostumbrarme.
La idea de tirar con otra mujer me provoca esa sensación, la verdad es que simplemente no me la imagino, no sé si seré demasiado egoísta pero no estoy dispuesta a hacer nada que me disguste para provocarle placer a otro, o a otra como sería en este caso. Si yo chupo picos es porque lo encuentro delicioso, que se metan en mi boca enteritos y mojados, me gusta el sabor del semen.
Ciertamente he hecho cosas que nunca en mi vida pensé que haría y la forma o método que usamos es el juego. Primero jugamos a imaginarnos que hacemos tal o cual cosa y si esa fantasía nos calienta, le damos pa´delante con todo, generalmente la realidad supera con creces las fantasías. Pero simplemente no me calienta imaginarme metiendo la lengua a una zorra, incluso no me gusta ni siquiera el sabor de la mía, no es que sea contorsionista, la he sentido cuando te chupo después de que has estado metido en esas latitudes.
El caso contrario tampoco me atrae, no me imagino que pueda ser más rica una lengua femenina que una masculina, me gusta incluso sentir la barba dura raspando los bordes durante esa hazaña.
Siguiendo con mi análisis lo otro importante deben ser las tetas y como yo he tenido una carencia importante con ellas, me he pasado toda mi vida con unas pequeñísimas pechugas, no creo que pudiera regocijarme en unas normales, mucho menos en unas muy abundantes.
Por último, yo reconozco que el Brrruce ha sido un tremendo aporte en nuestro ring de cuatro perillas, pero nada reemplaza a un pico caliente y duro penetrándote con fuerza. Yo amo al Lucho y sus congéneres. Ahora hay que reconocer que a los vibradores solo hay que comprarle las pilas para que funcionen siempre y estén disponibles y listos para la batalla, pero también forma parte del disfrute, cuando uno siente o ve al pequeño gigante, erguirse orgulloso al recibir nuestros estímulos.
Lo más cerca que he llegado a imaginar, es que hiciéramos un trío con otra mina, para que tú disfrutaras mucho, pero tú lo probaste antes de conocerme y según lo que me contaste, la experiencia no fue rica. Pero incluso en esa circunstancia la idea era que fueras tú con otra mina y conmigo, pero sin que yo interactuara con ella.
Me declaro absolutamente ignorante de los beneficios que puedan acarrear las relaciones entre féminas y aunque no me seduce especialmente desentrañar ese misterio por ahora, tampoco me negaré rotundamente, ya que uno nunca sabe si en alguna circunstancia de privaciones extraordinarias no llegara a sucumbir ante los encantos de alguna madonna de dulces curvas y aliento fresco.
En otro he comentado de mis experiencias varias. Cabe agregar que estaba separado y abierto a distintos estímulos, búsquedas. En esa búsqueda encontré a una chica, actriz, aunque no oficiaba de ello, después de juntarnos varias veces me comentó que había tenido una experiencia con otra chica, pero que no llegó a tener sexo.
ResponderEliminarAl calor de unos tragos en la Plaza Mulato Gil, me dice que en una fiesta quiso saber más de contactos eróticos con una chica. Inició una conversación con una de ellas, y al poco rato se dieron cuenta que tenían intereses comunes. Ambas sentadas en un sillón, la chica de marras se acerco lo suficiente para quedar al lado de la boca de su interlocutora y le dio un beso. La otra chica se dejo dar el beso y adopto una actitud de sumisión, lo que a nuestra chica le desagrado. Sin embargo, me dice que el beso en cuanto a acción fue de su total agrado, sentir una lengua de una mujer en su cavidad la hizo estimularse, me decía que sus pezones se endurecieron, pero a la vez verla dócil y frágil le desagrado.
El Profe