La verdad es que esa incursión con el Chico Guapo me dejó harto mal, con angustia, con miedo, no sabía cómo ibas a reaccionar cuando te lo contara…¿y si no te lo contaba? No, no quería por ningún motivo empezar con engaños y mentiras, eso de verdad agota, sobre todo cuando tú no te las tragas fácil, además sentía que de alguna manera nos habíamos metido juntos en ese juego, entonces apechugar no más.
Ese mismo día fui a tu casa, traté de actuar lo más normal posible, pero tú eres algo así como un brujo, me cachai a la primera, me sacai la foto hasta por el tono de la voz y eso que yo tengo una vasta experiencia en el juego de las mentiras, pero a poco andar en la cocina de tu casa, me preguntaste en tono pícaro e inquisitivo si me había visto con mi ex amante, te contesté que sí: Mi cabeza andaba a mil por hora, tratando de adelantarme a tus reacciones, pensaba - si se enoja, le resto importancia al tema; si le duele, le cuento todo lo angustiada que he estado yo y por último le cargo la responsabilidad que le toca no más, si igual la tiene y al final qué tanto si sólo fue un beso y un agarrón de pierna no más.
Pero el interrogatorio continuó de lo más inusual, ya que te acercaste y con mucha ternura comenzaste a acariciarme y a besarme, y en medio de eso me preguntabas qué más había pasado, nuevamente entre mi ataque de nervios recuerdo que te fui contando cada acción, esperando siempre un cambio de actitud tuya, de la ternura a la frialdad o a la ira o a cualquier cosa negativa, pero tú parecías ir de la ternura a la calentura. Y yo iba de la angustia a la perplejidad.
Me alejé un poco y te pregunté qué te pasaba con todo eso y me contestaste que honestamente te calentaba mucho, igual parecías bastante acelerado con el tema. Lo de verdad heavy, fue cuando me preguntaste si a mí me había gustado. Honestamente ni siquiera me lo había preguntado, no lo consideraba importante, pero cuando tú me preguntaste me di cuenta que sí me había gustado y que esa era la razón más poderosa de mi angustia, tenía miedo de lo que yo podía llegar a sentir o dejar de sentir después de lo que había pasado.
El amor puede llegar a ser algo tan inmanejable, la química de la excitación más aún y una de las cosas que más me gustó siempre de nuestra relación, fue esa calentura enloquecedora que nos envolvió desde que nos conocimos, tenía mucho miedo de perder esa reacción que generabas en mí.
Pero esa misma noche se borró la angustia y la ansiedad, seguiste besándome y terminamos tirando en la cocina, despejando todas las dudas que se habían alojado en mi cabeza y muy probablemente en la tuya.
De alguna manera estábamos experimentando en la realidad esas cosas que elaboramos en nuestra imaginación, íbamos a necesitar tiempo para asimilar todo el torbellino de sensaciones y emociones que se habían generado con esa chispa, pero de algo estábamos seguros, mal no nos había hecho y eso nos dejaba muy satisfechos.
martes, 29 de septiembre de 2009
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wuaaaaaaaaaa. Se está poniendo muy hot
ResponderEliminarHe seguido con interés vuestras cavilaciones, no obstante es posible que sean meras fantasias.
ResponderEliminarEn todo caso, las indumentarias señalas en Paula, al menos para mi no son de mi agrado. No hay nada más bello que un cuerpo desnudo de la chica con las que vas a tener sexo.
En mis posteos no hay fantasías que no se hayan convertido en realidad, sólo he inventado algunos nombres ya que no es mi interés causarle confictos a nadie.
ResponderEliminarRespecto de las indumentarias que sugiero a Agata en Paula, es un juego,siempre encuentro delicioso jugar y por supuesto me encanta quedar absolutamente desnuda al tener sexo.Esto es sólo ponerle algo más de entretención.
Ciertamente era posible pensar que sólo fueran fantasías. Sin lugar a dudas que deseamos hacer realidad nuestras fantasías. Bien por tí.
ResponderEliminarEn cuanto a los juegos, todos son bienvenidos, que duda cabe, el placer sexual también requiere de hedonismo y jugar con ciertos límites.