Además de mis dos amigos anteriores hubo otros personajes que no se hicieron merecedores de un capítulo aparte, pero me referiré brevemente a algunos de ellos.
EL SUPER MINO
Un MIJITO RICO, súper mino…de película. Mis otros amigos eran hombres interesantes pero este era un MODELITO (sin exagerar). Fuimos compañeros de trabajo y amigos sin apellido durante muchos años y nunca había pasado nada, él era bastante menor que yo y además yo andaba en mi matrimonio alternativo así es que ni pensarlo. Pero cuando estaba ya en esta nueva etapa de diversidad nos tocó, por motivos de trabajo, viajar juntos fuera de Santiago. No íbamos solos, era un grupo bastante grande (30 personas) y una tarde me llamó a mi habitación y me pidió muy gentilmente que fuera a la suya, yo de verdad ni me imaginaba segundas intenciones, entonces fui pensando que seguramente sería por algo de trabajo. Estaba muy equivocada, él sin mucho darle vueltas me dijo que me tenía un profundo cariño, muchísimo respeto y que entendería mi respuesta a su propuesta fuera cual fuera. Su propuesta era la más antigua del mundo, quería que tiráramos, que venía pensándolo desde hacía mucho tiempo y todo eso. Yo la verdad quedé muy sorprendida. Le pregunté – ¿cuándo?- y me dijo -ahora mismo- teníamos que asistir a un evento en unas horas más por lo que me dejó más plop. Francamente no me lo había pasado nunca por la cabeza, de partida no era el tipo de minos que me atraiga, era demasiado lindo…rico igual, pero lo que me hizo aceptar esa propuesta fue que todas las minas de todas la edades, andaban babosas por él, entonces cómo iba a arrugar si se me ofrecía en bandeja, (que pensamiento tan masculino ese) pero mentiría si dijera que fue otra la motivación para haber aceptado esa oferta.
El polvo en sí fue poooooobre, no por culpa de él, la verdad me calentaba mucho más cuando lo admiraba de lejos, ahora que lo tenía ahí con sus calugas perfectas, sus brazos torneados, sus piernas atléticas, su cara bonita y su miembro nada despreciable, no me pasaba NADA, admiraba tremendamente todos esos atributos pero jajaja…yo cacho que me pasmé, bueno, quedé en sostén como era mi costumbre en esa época y no tuve ni un orgasmo, nunca estuve muy segura si él lo tuvo, me dijo que sí, pero yo también le dije que sí. Al final terminamos conversando largamente en pelotas sobre la cama y después nos fuimos alegremente a nuestro evento. Nunca volvió a ocurrir nada más y tampoco nos alejamos, fue como si no hubiera pasado nada. Sólo que de vez en cuando me quiebro dejando entrever que a ese TREMENDO MINO me lo comí yo.
EL DE LA CAMIONETA
El Chico Guapo tenía un amigo, su amigo de infancia, un día apareció con él para hacer unos trabajos. Este hombre era soltero fanático y con un gran prontuario femenino. Mi Chico Guapo se iba de viaje por unos días y me contó que este personaje estaba interesado en mí y que me daba sus bendiciones si yo quería que pasara algo. Considerado de su parte, ¿no?. Esa semana empezó a rondarme, muchas llamadas, mensajes de texto, chateamos, invitaciones a almorzar, a cenar, al principio no estaba nada convencida pero él hizo un buen trabajo de seducción y mi Chico Guapo no estaba disponible. Tenía una camioneta gigante, una DAKOTA que cuidaba más que a él, en la que hicimos nuestras primeras aproximaciones. Vivía sólo con su hermano en una casa enorme bastante cerca de mi casa. La verdad es que andar en moteles arrancándose a la hora de almuerzo llega a cansar, entonces empecé a tirar con él los sábados en la tarde en su casa, a su hermano lo divisé un par de veces, la casa era lo suficientemente grande como para no toparse. Tirábamos harto rico, en su dormitorio el closet tenía espejos en las puertas y las colocaba de manera de poder ver cuando tirábamos, a mi no me gustaba mirar en esa época, pero igual le daba un sabor especial. Se autodenominaba un chupador de zorritas, le encantaba y la verdad era su especialidad, me decía que yo la tenía muy rica porque tenía los labios gruesos, que no le gustaban las minas con la zorra sin labios voluptuosos. Tenía un pico bastante grande, no tan grueso como Mr. Big pero de un muy buen tamaño, le gustaba mucho acabar encima mío y afuera sobre mi pecho, se sacaba el condón y acababa afuera, el condón era un tema, le cargaba y yo no le permitía que tiráramos sin él. A pesar de que tirábamos rico, que no tenía esposa y que tenía buena infra, lo eliminé de mi lista rápidamente, porque nunca entendió que la parte de la amistad y el cariño era súper importante para mí, era muy tierno y considerado cuando estábamos juntos, pero fuera de eso yo no podía contar con él y los amigos están para mucho más. En todo caso su última llamada fue hace muy poco tiempo atrás.
EL SUPER MINO
Un MIJITO RICO, súper mino…de película. Mis otros amigos eran hombres interesantes pero este era un MODELITO (sin exagerar). Fuimos compañeros de trabajo y amigos sin apellido durante muchos años y nunca había pasado nada, él era bastante menor que yo y además yo andaba en mi matrimonio alternativo así es que ni pensarlo. Pero cuando estaba ya en esta nueva etapa de diversidad nos tocó, por motivos de trabajo, viajar juntos fuera de Santiago. No íbamos solos, era un grupo bastante grande (30 personas) y una tarde me llamó a mi habitación y me pidió muy gentilmente que fuera a la suya, yo de verdad ni me imaginaba segundas intenciones, entonces fui pensando que seguramente sería por algo de trabajo. Estaba muy equivocada, él sin mucho darle vueltas me dijo que me tenía un profundo cariño, muchísimo respeto y que entendería mi respuesta a su propuesta fuera cual fuera. Su propuesta era la más antigua del mundo, quería que tiráramos, que venía pensándolo desde hacía mucho tiempo y todo eso. Yo la verdad quedé muy sorprendida. Le pregunté – ¿cuándo?- y me dijo -ahora mismo- teníamos que asistir a un evento en unas horas más por lo que me dejó más plop. Francamente no me lo había pasado nunca por la cabeza, de partida no era el tipo de minos que me atraiga, era demasiado lindo…rico igual, pero lo que me hizo aceptar esa propuesta fue que todas las minas de todas la edades, andaban babosas por él, entonces cómo iba a arrugar si se me ofrecía en bandeja, (que pensamiento tan masculino ese) pero mentiría si dijera que fue otra la motivación para haber aceptado esa oferta.
El polvo en sí fue poooooobre, no por culpa de él, la verdad me calentaba mucho más cuando lo admiraba de lejos, ahora que lo tenía ahí con sus calugas perfectas, sus brazos torneados, sus piernas atléticas, su cara bonita y su miembro nada despreciable, no me pasaba NADA, admiraba tremendamente todos esos atributos pero jajaja…yo cacho que me pasmé, bueno, quedé en sostén como era mi costumbre en esa época y no tuve ni un orgasmo, nunca estuve muy segura si él lo tuvo, me dijo que sí, pero yo también le dije que sí. Al final terminamos conversando largamente en pelotas sobre la cama y después nos fuimos alegremente a nuestro evento. Nunca volvió a ocurrir nada más y tampoco nos alejamos, fue como si no hubiera pasado nada. Sólo que de vez en cuando me quiebro dejando entrever que a ese TREMENDO MINO me lo comí yo.
EL DE LA CAMIONETA
El Chico Guapo tenía un amigo, su amigo de infancia, un día apareció con él para hacer unos trabajos. Este hombre era soltero fanático y con un gran prontuario femenino. Mi Chico Guapo se iba de viaje por unos días y me contó que este personaje estaba interesado en mí y que me daba sus bendiciones si yo quería que pasara algo. Considerado de su parte, ¿no?. Esa semana empezó a rondarme, muchas llamadas, mensajes de texto, chateamos, invitaciones a almorzar, a cenar, al principio no estaba nada convencida pero él hizo un buen trabajo de seducción y mi Chico Guapo no estaba disponible. Tenía una camioneta gigante, una DAKOTA que cuidaba más que a él, en la que hicimos nuestras primeras aproximaciones. Vivía sólo con su hermano en una casa enorme bastante cerca de mi casa. La verdad es que andar en moteles arrancándose a la hora de almuerzo llega a cansar, entonces empecé a tirar con él los sábados en la tarde en su casa, a su hermano lo divisé un par de veces, la casa era lo suficientemente grande como para no toparse. Tirábamos harto rico, en su dormitorio el closet tenía espejos en las puertas y las colocaba de manera de poder ver cuando tirábamos, a mi no me gustaba mirar en esa época, pero igual le daba un sabor especial. Se autodenominaba un chupador de zorritas, le encantaba y la verdad era su especialidad, me decía que yo la tenía muy rica porque tenía los labios gruesos, que no le gustaban las minas con la zorra sin labios voluptuosos. Tenía un pico bastante grande, no tan grueso como Mr. Big pero de un muy buen tamaño, le gustaba mucho acabar encima mío y afuera sobre mi pecho, se sacaba el condón y acababa afuera, el condón era un tema, le cargaba y yo no le permitía que tiráramos sin él. A pesar de que tirábamos rico, que no tenía esposa y que tenía buena infra, lo eliminé de mi lista rápidamente, porque nunca entendió que la parte de la amistad y el cariño era súper importante para mí, era muy tierno y considerado cuando estábamos juntos, pero fuera de eso yo no podía contar con él y los amigos están para mucho más. En todo caso su última llamada fue hace muy poco tiempo atrás.
CABEZA DE AJO
Así lo llamaste tú porque era un tipo cercano a los cincuenta, con la cabeza blanca en canas, de esos que se creen la raja, la primera vez que nos encontramos con él llevábamos muy poco tiempo juntos. Cuando nos topamos con Cabecita de Ajo, él insistía en darme el asiento muy gentilmente, yo me negaba cada vez más nerviosa contigo a mi lado. En cuanto tuviste la oportunidad me preguntaste si había tenido algo con él, la verdad yo te contesté absolutamente condicionada por mis anteriores relaciones con hombres celosos hasta de su sombra, así que te dije, “No, nada que ver…ESTÁS LOCO? No te lo tragaste nunca, era muy divertido que cada cierto tiempo lo volvieras a preguntar y yo poco a poco te fuera contando la verdad, primero eran muchas mentiras con una gota de realidad, pero la verdad te la fui revelando de a pedazos. Nuestra relación desde el principio fue muy distinta, siempre sentí la necesidad un poco compulsiva de contarte todo TODO, lo que había vivido, pensado, pasado y sobre todo lo que me pasaba día a día, entonces no funcionaba muy bien lo de inventarte cosas, sobre todo porque tú eres demasiado agudo y divertido, le quitas el drama a todo, eso hace muy difícil mantenerte una mentira.
Un día me encontré con Cabeza de ajo y me pidió que lo acompañara un día domingo al aeropuerto a buscar a unas personalidades, y que nos podríamos ir un par de horas antes, “ ahí vemos qué hacemos” , yo por supuesto le dije que no, pero cuando llegué a tu casa te lo conté muy divertida, tú te reíste junto conmigo pero no podías entender cómo este personaje de buenas a primeras me hiciera una invitación así…Por supuesto no te había contado aún toda la verdad sobre Cabecita de ajo, pero de ese par de horas antes en su invitación nació nuestra medida de tiempo para tirar “Una Pudahuel” …son dos horas tirando.
Con Cabeza de ajo tuvimos un “romance” bien singular, estuvimos juntos en un lugar bastante elitista, en un lago en el sur del país, también por motivos de trabajo y él se convirtió en mi apoyo en esa oportunidad, anduvimos 8 días juntos de punta a cabo, almorzábamos juntos, andábamos juntos todo el día, cenábamos juntos y en la noche salíamos a carretear juntos. Unos besos por aquí, un atraque por allá. Todo eso te lo había contado salvo lo que pasó la primera noche.
El se incluyó a última hora en este viaje y cuando llegamos allá y ubicamos a toda la delegación en sus hoteles o cabañas, él estaba sin lugar, yo estaba en una cabaña con otra compañera de trabajo pero teníamos dos habitaciones, una matrimonial y y otra con tres camas. Mi compañera que había llegado antes a la cabaña se instaló en la habitación matrimonial, mis prioridades eran otras así es que no me importó quedarme con la otra habitación…. yo no tenía corazón para dejar a un hombre sin lugar dónde dormir, sobre todo después de un arduo día. Así es que le ofrecí, como chica buena que soy, que por esa noche ocupara una de las camas que quedaba libre en mi habitación. La noche estaba muy fría y yo soy súper friolenta así es que entré al baño me puse un buzo, para dormir así. Cuando salí del baño él ya estaba acostado, me metí en mi cama y estaba congelada, tiritaba, me miró, sonrió y me abrió su cama ofreciéndome abrigo, sin decir palabra, mi compañera estaba en la habitación contigua, no sabíamos si dormía o no. Lo pensé poquito, igual no era bueno que se supiera, él era un hombre casado y era muy arriesgado, pero digamos que el frio pudo más…jajaja….me metí en su cama y a poco andar ya estaba sin la parte de abajo del buzo, fue un polvo muuuy silencioso, en una cama de una plaza y tapados hasta el cuello. Estuve todo el rato acostada sobre él, moviéndonos con mucho cuidado para que la cama no sonara …..el frío se me pasó absolutamente y después que acabamos me fui a mi cama dónde dormí el resto de la noche sola.
Al otro día encontramos una habitación para él y ciertamente si hubiéramos tenido la posibilidad de pasar piola, demás que hubiéramos vuelto a tirar pero no fue posible, encontraba muy entretenido convertir a este personaje en un nuevo amigo con ventaja, pero un día me dio un discurso sobre su temor a que yo me enamorara perdidamente de él y me habló de su familia y todo eso y aunque le expliqué que estaba segura que eso no pasaría (en esa época yo pensaba que no me enamoraría NUNCA más y ahora estoy enferma de enamorada de ti) insistió tanto en el temita que me dio lata, lo encontré demasiado engreído, entonces cuando llegamos a Santiago lo traté con bastante lejanía aduciendo falta de tiempo por mucho trabajo y eso. Esa fue la única vez que tiramos, pero tú aún no me crees del todo.
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