En cuanto terminé mi relación con El Barbero, avanzamos vertiginosamente conociéndonos en todos los planos, pasábamos mucho tiempo juntos y después seguíamos hablando por teléfono, horas, la cuenta del teléfono ese mes fue vergonzosa, le pusimos la línea HOT, de verdad el aparato terminaba caliente, tanto como nosotros. Quería saber todo de ti y contarte mi vida como jamás se la había confesado a nadie. Tirábamos cada vez que nos veíamos, al comienzo me costó entender esa exacerbación tuya con el sexo. Tranca no más, porque yo también quería tirar como loca, pero como no buscaba sólo sexo, tenía miedo… sentía que si le otorgábamos demasiada importancia al sexo tendríamos tres meses de sexo feliz y después de eso nada. Tú fuiste súper claro, para ti eso era lo que importaba, de ahí partía TODO. AMOR había de sobra y muchas otras cosas más, así es que me relajé de a poco y me tiré de cabeza, confiando en mis instintos y en tu honestidad.
Lo importante siempre fue pasarlo bien, empezamos a jugar. Recuerdo que durante un tiempo empezamos con juegos de roles. Mi personaje era una periodista Opus Dei, que te entrevistaba para una revista familiar, por supuesto casada con varios hijos, me puse un vestido negro estilo Jacquie Kennedy, perlas al cuello y todo y después de varios emails llegué así a tu casa. (En tus correos tú le enviabas a esta piadosa mujer un dibujo de tu miembro al que estabas postulando a Patrimonio de la Humanidad). Obviamente esta mujercita era despojada rápidamente de todo su pudor y caía rendida ante tus delirantes masajes, que son capaces enloquecer a cualquiera, terminábamos tirando como locos. Ese juego cerró su etapa con rapidez.
Pero hay otros que nos enloquecen hasta hoy.
La ropa interior ha sido otro de nuestros elementos de juego, junto con el espejo y las fotografías (temas a los cuales me referí en posteos anteriores).
Todo lo contrario del Barbero, a ti te encanta mirar y admirar, disfrutar lentamente de todos los pasos, dándole tiempo a todos los sentidos. Empezaste a regalarme ropa interior sexy, medias para ponerlas con portaligas, te encantaba descubrir mis glúteos al aire cuando metías las manos debajo de mi falda o cuando tocabas el portaligas encima de los pantalones. Yo me sentía cada vez más deseada, me gustaba mucho después de la ducha vestirme con mucho cuidado, frente al espejo haciendo prenda por prenda lo que harías tú más tarde pero justo al revés, me excitaba mucho mirarme con detención para después saber exactamente lo que tú verías. Eso siempre es un juego delicioso, de vez en cuando me pongo ropa de perra, con corset, medias y todo…tengo distintos juegos, en color negro, blanco, humo, pero hay uno rojo que parece tener muchas preferencias… rojo Ferrari.. Sólo juega en contra el frío o el calor excesivo, jajja es un juego de media estación.
Lo importante de los juegos es querer jugar y hacerlo con todo, si no funciona… a otra cosa mariposa, siempre puede haber algo distinto que querer probar, también nos hemos dado baños de tina juntos, meterse al agua caliente y tirar despacio sin apuro, no importa que sea o no un jacuzzi, aunque el espacio puede llegar a ser importante. De a poco se va avanzando tomando confianza, se va conociendo qué es lo que le gusta al otro, cuáles son sus preferencias y uno se va conociendo mejor que es lo que siempre parece tan obvio y de verdad está tan olvidado, aprender a sentirse a gusto con lo que uno es, no con lo que otros quieren que seas.
Lo importante siempre fue pasarlo bien, empezamos a jugar. Recuerdo que durante un tiempo empezamos con juegos de roles. Mi personaje era una periodista Opus Dei, que te entrevistaba para una revista familiar, por supuesto casada con varios hijos, me puse un vestido negro estilo Jacquie Kennedy, perlas al cuello y todo y después de varios emails llegué así a tu casa. (En tus correos tú le enviabas a esta piadosa mujer un dibujo de tu miembro al que estabas postulando a Patrimonio de la Humanidad). Obviamente esta mujercita era despojada rápidamente de todo su pudor y caía rendida ante tus delirantes masajes, que son capaces enloquecer a cualquiera, terminábamos tirando como locos. Ese juego cerró su etapa con rapidez.
Pero hay otros que nos enloquecen hasta hoy.
La ropa interior ha sido otro de nuestros elementos de juego, junto con el espejo y las fotografías (temas a los cuales me referí en posteos anteriores).
Todo lo contrario del Barbero, a ti te encanta mirar y admirar, disfrutar lentamente de todos los pasos, dándole tiempo a todos los sentidos. Empezaste a regalarme ropa interior sexy, medias para ponerlas con portaligas, te encantaba descubrir mis glúteos al aire cuando metías las manos debajo de mi falda o cuando tocabas el portaligas encima de los pantalones. Yo me sentía cada vez más deseada, me gustaba mucho después de la ducha vestirme con mucho cuidado, frente al espejo haciendo prenda por prenda lo que harías tú más tarde pero justo al revés, me excitaba mucho mirarme con detención para después saber exactamente lo que tú verías. Eso siempre es un juego delicioso, de vez en cuando me pongo ropa de perra, con corset, medias y todo…tengo distintos juegos, en color negro, blanco, humo, pero hay uno rojo que parece tener muchas preferencias… rojo Ferrari.. Sólo juega en contra el frío o el calor excesivo, jajja es un juego de media estación.
Lo importante de los juegos es querer jugar y hacerlo con todo, si no funciona… a otra cosa mariposa, siempre puede haber algo distinto que querer probar, también nos hemos dado baños de tina juntos, meterse al agua caliente y tirar despacio sin apuro, no importa que sea o no un jacuzzi, aunque el espacio puede llegar a ser importante. De a poco se va avanzando tomando confianza, se va conociendo qué es lo que le gusta al otro, cuáles son sus preferencias y uno se va conociendo mejor que es lo que siempre parece tan obvio y de verdad está tan olvidado, aprender a sentirse a gusto con lo que uno es, no con lo que otros quieren que seas.
Que poto mas lindo tienes!!!!!
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