A estas alturas de la vida uno piensa que ya no puede cambiar, al menos no sustancialmente sin que se invierta una importante cuota de dolor, yo no creo que los cambios que yo he experimentado contigo sean sólo cosméticos, ciertamente han sido muchos y absolutamente alejados de cualquier sentimiento negativo, lo concreto es que mi manera de enfrentar el sexo es totalmente diferente a lo que era y creo que esos cambios vienen de adoptar una parada distinta, en dónde no hay censura, en dónde si tú quieres y yo quiero, está bien. Lo más importante es que no me juzgas nunca, las cosas no son buenas o malas, simplemente son.
Recuerdo que mis polvos anteriores eran bastante silenciosos, además de que mis orgasmos me daban apenas para un suspiro, no emitía ni una sola palabra a parte de TE AMO o TE QUIERO, y como en mi última etapa eso estaba bastante alejado de la realidad, me había convertido en una muda, sin sonidos ni palabras, me auto censuraba, es que la sola idea de pedir algo ya era inadecuado, entonces encontrar las palabras era muchísimo más difícil. Con las exclamaciones peor, ni siquiera sabía cómo, lo único que había escuchado en películas porno era…¡Oh My God!!!! Yes ¡!YES!! Eso es divertido por lo tanto no hubiera ocupado ni siquiera la traducción. Antes yo pensaba que todo tenía que sonar elevado y romántico, y cómo tirar no concuerda mucho con eso optaba por el silencio absoluto.
Tú me empujaste a las palabras, preguntándome TODO, si me gustaba lo que me estabas haciendo, si lo quería más lento o más rápido, si lo había hecho antes, quién me tiraba de esta manera. Ibas inquiriendo cada vez más detalles acerca de mis experiencias sexuales previas.
En la medida que fui entrando en el juego, te fui entregando mis palabras y relatos de a poco, al principio de manera muy tímida, me costó pero, con paciencia fui haciendo esto sin salirme de la atmósfera de excitación. Cuando empezamos a realizar esta práctica con mayor fluidez, tú propusiste otro juego:
Recuerdo que mis polvos anteriores eran bastante silenciosos, además de que mis orgasmos me daban apenas para un suspiro, no emitía ni una sola palabra a parte de TE AMO o TE QUIERO, y como en mi última etapa eso estaba bastante alejado de la realidad, me había convertido en una muda, sin sonidos ni palabras, me auto censuraba, es que la sola idea de pedir algo ya era inadecuado, entonces encontrar las palabras era muchísimo más difícil. Con las exclamaciones peor, ni siquiera sabía cómo, lo único que había escuchado en películas porno era…¡Oh My God!!!! Yes ¡!YES!! Eso es divertido por lo tanto no hubiera ocupado ni siquiera la traducción. Antes yo pensaba que todo tenía que sonar elevado y romántico, y cómo tirar no concuerda mucho con eso optaba por el silencio absoluto.
Tú me empujaste a las palabras, preguntándome TODO, si me gustaba lo que me estabas haciendo, si lo quería más lento o más rápido, si lo había hecho antes, quién me tiraba de esta manera. Ibas inquiriendo cada vez más detalles acerca de mis experiencias sexuales previas.
En la medida que fui entrando en el juego, te fui entregando mis palabras y relatos de a poco, al principio de manera muy tímida, me costó pero, con paciencia fui haciendo esto sin salirme de la atmósfera de excitación. Cuando empezamos a realizar esta práctica con mayor fluidez, tú propusiste otro juego:
Invitar a mis ex, en forma imaginaria, a participar mientras estábamos tirando. Me preguntabas a quién quería invitar, si a Mr. Big, Chico Guapo o a cualquiera de los otros, yo te entregaba un nombre y ese era el escogido para que me tocara, corriera pajas, me chupara o me penetrara imaginariamente. Yo cerraba los ojos y trataba de recrear los momentos de placer que había vivido con ellos, y traerlos a mi cabeza para revivirlos mientras tú me acariciabas. Muchas veces incluso me tirabas en mis posiciones favoritas con ese personaje cuando estaba al borde del orgasmo, para que yo acabara de esa manera. Parece que es una muy buena forma de matar fantasmas.
Siempre este juego terminaba sin invitados, tirando sólo contigo, ya que esa es mi forma favorita de tirar, eres lejos mi mejor amante, aunque debo reconocer que empezó a gustarme mucho el jueguito de los invitados, sobre todo porque a ti parecía provocarte mucho placer también, además de que nunca has estado interesado en que esto fuera al revés, o sea, en querer revivir tus anteriores experiencias. Yo soy bastante celosilla y no me gustaría que imaginaras que estás tocando a otra o penetrando a otra. Aunque tenga la certeza que este juego no nos ha dañado en absoluto como pareja más bien todo lo contrario, me gusta ser la protagonista absoluta de todas tus fantasías. YO NO TE COMPARTO CON NADIE.
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