Mi etapa de amigos con ventaja llegó a su fin por una decisión muy pensada, honestamente necesitaba algo más, el sexo a secas no me dejaba del todo feliz, no me sentía plena, me faltaba algo, entonces pensé que teniendo varios amigos nunca iba lograr nada parecido a una relación de pareja, ya estaba bastante recuperada de mi anterior ruptura, así es que debía cambiar de rumbo. Como resultado de esa decisión apareció en mi vida EL BARBERO DE LA REINA.
Lo conocía desde hacía muchos años. Un argentino simpático y bonachón, con dos ex-mujeres y dos hijos chilenos a cuestas, un tipo inteligente, buen padre, con gran sentido del humor (recuerdo que cuando te hablé de él refiriéndome a estas características, pensaste -a esta mina le falta pico, seguro tiran mal).
Este fue un proyecto buscado cuidadosamente, quería una vez más un proveedor, un tipo seguro y dominante, con infra, responsable y con quien poder proyectarme en un futuro como pareja.
Después que escogí el ejemplar que según yo cumplía las condiciones, me dispuse a ir a la carga. La cacería fue bastante fácil, unos coqueteos por aquí algunas declaraciones acerca de mi soltería y ya tenía en mi agenda una invitación a cenar. Cuando me preguntó si quería ir a alguna parte en especial o prefería una cena en su casa, supe que el guiso ya estaba cocinado. Preferí su casa, no quería darle más vueltas, así es que a la batalla.
La noche de la cena yo debía trabajar hasta tarde, era verano hacía calor, así es que me vestí muy sexy, unos pantalones negros ajustados, una blusa sin mangas transparente y una chaqueta encima, eso estaba bien para mi evento de trabajo, él iba a ir a buscarme a la salida del trabajo, pero llevaba guardado para cambiarme, un vestido largo de seda que me dibujaba muy bien la figura, que era muy cómodo y muy hot. Llegando a su casa le pedí permiso para cambiarme, el me ofreció la ducha, estuve a punto de aceptársela pero encontré que era un poco mucho.
Estuvimos conversando como siempre mientras él cocinaba, seguimos con el mismo tono de antiguos conocidos mientras cenábamos, ya les he comentado que no bebo alcohol pero dadas las circunstancias una copa de vino no venía mal, lo malo es que como no tengo costumbre tengo muy mala cabeza y a la altura del postre ya estaba mareada, pero resistía súper digna y esperando los embates de mi oponente, estaba segura que vendrían pero como pretendía que esta relación fuera seria, debía esperar que él hiciera la primera jugada.
Al postre vino por fin el cambio, me pidió que partiera un melón y yo estaba en eso, con las dos manos ocupadas cuando me tomó por la espalda, me dio vuelta firmemente y me dio un beso. El era bastante rudo, macizo así es que me dirigió y yo me dejé llevar, estuvimos atracando firme en la cocina, seguimos en el living, después me sentó en la mesa del comedor, me sacó las pantaletas y se instaló a chuparme la zorra, yo lo encontraba de lo más emocionante y bastante creativo, después de un rato nos dirigimos al dormitorio, encendió un velón para completar la escena. El vestido, al abrir el cierre, se deslizó por mi cuerpo tal como lo había previsto y ahí tiramos, con condón como Dios manda. Después de una breve ducha me fue a dejar a mi casa, te llamo mañana me dijo cuando nos despedimos, eso me daba la claridad absoluta de que estaba en el camino indicado. Estaba en vías de una nueva relación de pareja.
Mis antiguos amigos me llamaban continuamente pero yo había tomado la decisión férrea de mantener fidelidad, pensaba que de esa manera podía llegar a algo más parecido al amor. Esta nueva relación no era vertiginosa, pero yo pensaba que ya no estaba en edad de sentir ese amor que te vuelve loco, así es que debía trabajar para, quizás con el tiempo, lograr una satisfactoria relación de pareja.
El Barbero de la Reina era una persona muy culta y estudiosa, y de esa manera enfrentaba el sexo, de una manera estudiada, si uno hacía una evaluación teórica él sacaba el más alto puntaje. Con él me inicié en juegos que sólo veía en películas, fue de a poco sin forzarme, tiramos muchas veces sobre la mesa del comedor, pero fue aumentando el nivel de sofisticación, empezó a poner una venda en mis ojos-para aumentar otras sensaciones- después me ataba de manos…me ataba las piernas abiertas a las patas de la mesa, todo con mucho cuidado para que las ataduras no provocaran dolor. Con cojines para que estuviera cómoda y estando yo así, se sentaba en una silla y me chupaba la zorra hasta que acababa, después me tiraba parado mientras yo seguía atada en la mesa y con la vista vendada, era raro, mucha veces le pedí que me hablara ya que me sentía demasiado aislada a ciegas y atada, prefería tener alguna conexión con quien estaba tirando. Después de que tirábamos se iba a la ducha, lo acompañaba acostada mientras veía los goles del futbol argentino y me llevaba a mi casa.
Nunca reparó en mi ropa interior, decía que no le importaba que eso era sólo para sacarla, a mi me gusta ese tema, soy enferma de coqueta y empecé a tratar de adivinar cuales eran sus preferencias en ese sentido, pero simplemente no las tenía y como sin incentivo no se surge pensé que no tenía nada que aportar en ese sentido. El siempre cuando estaba desnuda me decía –
tenés el cuerpo de una piba-era su más grande elogio, pero las pibas no usan ropa interior sexy y yo no estaba para ponerme calzones de algodón con patitos o algo por el estilo. Así es que ese fue un tema cerrado-
Empezamos a salir con frecuencia, conocí a su hermano que viajó desde Argentina, pero seguíamos bastante piola, no queríamos involucrar a la familia aún, a veces almorzábamos juntos, y después o antes tirábamos en su oficina, como Director le decía a su secretaria que no le pasara llamadas y tirábamos rapidito.
Teníamos algo parecido a un régimen de visitas, con dos hijos de diferentes mamás y teníamos que tratar de no coincidir con ninguno de los chicos para poder tirar con tranquilidad, entonces era algo así como domingo por medio y un día en el medio de la semana. A poco andar juntos me di cuenta que era un tipo muy dominante. Escuché muchas veces"
Lo que tenés que hacer es esto" Eso me pateaba, aunque se tenga muy buena intención no es grato que a uno le digan lo que tiene o no que hacer, pero yo volvía a jugar mi rol de mujercita sumisa e indefensa, entonces le daba pie para dominar.
Llevábamos un par de meses juntos cuando me preguntó en un tono especial, si estaba dispuesta a jugar, la verdad es que eso me encanta, me siguen gustando tremendamente los juegos, así es que acepté gustosa , me vendó los ojos una vez más, eso ya formaba parte de nuestro juego habitual y con los ojos vendados empezó a acariciarme y a besarme, pero de pronto se alejó durante un momento, yo trataba de adivinar pero sólo podía saber que estaba en la habitación conmigo pero no imaginaba que estaría haciendo, al poco rato volvió a acercarse a mí, y empecé a sentir que me penetraba, pero no era como siempre, era algo mas helado, la textura era distinta, me di cuenta que estaba con un objeto, pero sólo hasta que empezó a vibrar estuve segura de qué se trataba, esa era mi primera experiencia con uno de estos objetos, era muy divertido, tenía orgasmos fáciles (A ti que te encanta ponerle nombre a todo, bautizaste como BRRRRRRRyan a su amigo de plástico ). El problema con Brrrrryan es que abusaba de él sin dar respiro entonces llegaba el minuto en que se me dormía TODO, y hasta ahí no más llegaba, sobre todo porque no había otros estímulos.
Otro día me dijo
“¿me permitís que cambie tu apariencia?” ….yo dudé un poco, pero al final acepté, fue al baño y trajo una rasuradora y cometió el crimen, devastó mi pubis dejándolo en un desamparo horroroso, jajaja finalmente me dejó como una piba, sin un pelito. Nunca me había depilado completamente, sólo el típico rebaje, la sensación era muy rara, me sentía más desnuda, más expuesta, jajaja sentía que me faltaba algo importante, lo malo vino después cuando comenzaron a salir de nuevo, la picazón me volvía loca.
En esa etapa andaba cuando me topé contigo, me había quedado a dormir con él cuando me llamaron a mi celular y por esa conversación te enteraste que yo dormía en casa ajena, pero pensaste que estaba en un motel, lo cual te pareció muy interesante (esta mina no era tan compuesta como parecía). Esa mañana antes de irnos pasó algo bien insólito, él comenzó a buscar algo que al principio yo no sabía que era, al poco rato cuando buscaba un poco más desesperado me explicó que era su billetera con todos los documentos, yo había visto que tenía algo parecido a un banano y pensaba que era eso lo que buscaba, en unos 10 minutos se convirtió en un energúmeno diabólico, debía viajar en un par de días y no lograría recuperar los documentos en ese tiempo, yo ayudaba todo lo que podía, pero la cosa no andaba mal, andaba muy mal, comenzaron a volar los cojines, las sillas, las mesas…cuanta cosa estaba por delante, yo a esa altura trataba simplemente de no ponerme su alcance, pero no era nada fácil estar en medio de esa situación. Al final me quedé en un rincón bastante angustiada, cuando le pasa malo a alguien uno siempre piensa, “ojalá no me pase a mí”, ese pensamiento me llevó a corroborar si tenía mis documentos en mi cartera, mientras el huracán seguía embistiendo cada vez con más fuerza, miré con tranquilidad mi chequera azul que se encontraba en mi cartera, no sé que me llevó a mirar en su interior, pero al hacer esto sentí que el corazón se me detenía, no era mi chequera sino la que el dragón andaba buscando y que yo había puesto en mis pertenencias por error. Pensé durante un segundo quedarme piola, pero no pude, así es que junté mis fuerzas y me delaté, en ese instante llegó una calma inquietante y vergonzosa, yo le mostré los estuches que eran exactamente iguales, pero no podía evitar el bochorno de la equivocación y él se sentía miserable por haber tenido esa reacción desmedida y monstruosa. No les explico como quedó la casa. Lo único que salvaba un poco era que no nos veríamos en unos días. Ese fue el principio del fin.