El otro día estaba con compañeros de trabajo terminando nuestro almuerzo, sonó mi celular, no sé porqué inmediatamente pensé que podía ser el Demonio pero al mirar el visor no estaba su nombre, contesté y pregunté quién era, me dan un nombre, pido el apellido, efectivamente era Tasmania, me sentí muy perra por haber tenido que preguntar el apellido, pero de verdad el nombre y la voz solos, no me dijeron nada.
Bueno como siempre me preguntó de una y sin rodeos si tenía tiempo para pasar por su departamento, la verdad no podía ese día pero sí al siguiente. Te llamé, aún teníamos pendiente el encuentro con el Joven Amante, estaba súper colapsada de pega pero no quise perder la oportunidad de verificar en terreno el avance en la dominación de la bestia y me seguía seduciendo mucho el rol de Mrs .Robinson, además de que un buen polvo real viene bien después de tantos polvos virtuales.
Siempre me atraso un poco, pero él llama inmediatamente para preguntar si pasa algo, eso me gusta ya que demuestra su ansiedad, cuando uno no está tan preocupado, 10 o 15 minutos no son relevantes.
Llegué a su departamento bastante cansada, había tenido un día de locos, tanto que no había tenido tiempo ni de almorzar por lo que cuando me atacó al cerrar la puerta, exigí que primero me atendiera y me dejara descansar unos minutos.
Me sirvió un jugo de naranja y se sentó no muy cómodo a mi lado, en ese momento volví a poner mis ojos en el violoncello.
El violoncello me parece un instrumento de veras sensual: su sonido ronco, dulce pero profundo parece que sale de las entrañas de su ejecutor que se sienta con las piernas abiertas frente a esa madera noble y saca el sonido abrazando con su sexo a aquel maravilloso instrumento de curvas voluptuosas.
Desde la vez anterior que estuve allí me obsesioné con la idea que el Demonio de Tasmania me tomara algunas fotos con esa maravilla entre mis piernas y esta vez llevaba la camarita en mi bolso.
Con esa idea en mi cabeza que se sumaba a la de tirar, prendí el pito y empezamos a atracar suave mientras consumíamos nuestra marihuana, él estaba sentado en una silla y me invitó a pararme frente a él con una frase que no recuerdo exactamente cuál era, pero tratándome como a una pequeña, me dio risa el tono paternal que usó, eso era demasiado anacrónico. Empezó a chuparme las tetas luego de sacar mi sostén y la polera, el pito hizo su efecto en demasía ya que sin comer ataca con todo y la calentura me empezó a ahogar, nos sacamos el resto de la ropa rápidamente, empezamos a darle firme, sentía sus manos resbalándose en mi zorra, me mordía los pezones y yo ya aullaba de ganas, además miraba el cello que parecía un macho esperando por mí, me apoyé en su sillón, él estaba en mi espalda, me abrazaba estrujando mis tetas, fijé mi atención en la gata que se refregaba caliente en una de las patas de la silla, pensé que yo estaba muchísimo más caliente que ella y sentí su pico duro clavándose en mi concha empapada, me levantó una pierna y quedé en un precario equilibrio, miraba babosa y obsesionada con el cello, lo imaginaba desnudo sin el estuche protector. Sentía su pico entrando y saliendo apretado, estaba muy rico, me llegaba al fondo friccionando una y otra vez las paredes y rincones deleitándome. De repente empecé a sentir que algo no estaba bien, que había alguna transgresión, algo prohibido, todavía siento que tirar por el culo es una de mis trasgresiones, pero me enfoqué a pesar de mi voladura y calentura (tan mal no estaba como para no darme cuenta)y aunque estaba en la vagina, tiré mi mano hacia atrás y toqué su pico, en ese momento sentí el golpe frio de cuando uno se da cuenta de que la cagó. No se había puesto el condón, lo saqué bruscamente y le dije sorprendida –weón, estás sin condón-, me dio rabia conmigo, siempre soy yo la que verifico que lo tengan puesto antes de meterse pero esta vez estaba caliente, demasiado volada y para más remate obsesionada con el cello, demasiado para mi pobre y agotada cabeza.
Me dio mucha lata, me dio rabia que él no se hubiera ocupado del asunto, pero sentía que había mucha responsabilidad mía en el tema, de perra caliente me pasa no más… ya no había nada que hacer, pero pensaba en ti y me sentía muy mal, eso no está contemplado en mis perrerías, yo sólo contigo no uso condón.
Aproveché la pausa para confesarle mi fantasía con el cello, le dije que quería fotos, no se alegró mucho, alegó que su amigo lo cuidaba como hueso santo, que siguiéramos tirando mejor, que mejor después, yo me puse en la dura me tomaba las fotos sí o sí, finalmente cedió y se las jugó, eso me sirvió para quitarme la rabia y embalarme nuevamente, me encantó sentir mi cuerpo envolviendo ese bello violoncello, me calentaba mucho pensar que en unas horas más me verías con ese especial amante entre mis piernas, mi sexo rozaba la espalda de madera y volada como estaba, sentía que era de mi pecho del que salía la sinfonía que escuchábamos en su equipo de música, fue una sensación mágica que hizo emerger mis deseos de ser poseída, dominada y finalmente satisfecha.
La sesión de fotos terminó paulatinamente mezclada con caricia y besos mientras sentía el accionar de la cámara. Nos fuimos muy calientes al dormitorio, esta vez se puso el condón y continuamos con lo nuestro.
Me penetró de frente como siempre impetuoso, vigoroso. Lo sentía duro empujando rápido y fuerte, presionando con todo su peso sobre mí, friccionando mi clítoris, hasta que no pude más, acabé delicioso. Me puse boca abajo en el borde de la cama, mientras sentía el pico metiéndose brioso en mi zorra , su gata jugaba arañando suavemente mis manos que colgaban fuera de la cama, me metió los dedos en el culo, pensé -aquí viene- y efectivamente lo sentí apuntando su pico en mi culo y penetrándome por la vía angosta, aunque entró suave y controlado, me dolió un poco por lo que le pedí que parara, saliera y volviera a intentarlo, lo hizo y me concentré en relajarme para aminorar el dolor y entró nuevamente. Como es habitual en mis segundos intentos, entró prácticamente sin dolor. Me dispuse a disfrutarlo sintiendo como se metía entre mis nalgas, me gustaba estrujar el culo para sentirlo entrando más apretado. La verdad no sé porqué pero nuevamente sentí que algo no andaba bien, más allá que estuviera metido en mi culo, al principio disipé ese pensamiento pero poco a poco se fue apoderando de mí y no me dejó tranquila, finalmente haciendo caso de mi intuición tiré la mano hacía su pico sólo para verificar algo que había visto puesto antes de empezar.
Ahí sentí un balde de agua fría, nuevamente su pico sin protección era el que entraba y salía de mi culo. Lo saqué me di vuelta y lo encaré ¿Cómo cresta estás sin condón de nuevo?
– es que se salió…disculpa…me pongo otro ahora-
-¡¡ esa huevá no se hace!!! Putas que me dio rabia, sentí que se había cagado en mi confianza, me sentí engañada, mala leche el weoncito, eso no se hace jamás.
Yo no sé si otras mujeres puedan darse cuenta fácilmente, pero yo no, sobre todo si están por atrás, de si tienen o no el preservativo puesto, putas, dando la espalda y en ese estado no tenía forma de percatarme cuando había entrado sin protección. Eso es algo que después uno deja en manos del hombre.
La primera vez asumo mi cuota de responsabilidad pero ahora no tenía cómo, o sea uno no puede tirar pensando que los weones se van a aprovechar de que uno les dé la espalda para meterse sin condón.
Bueno, hasta ahí no mas llegamos, todo se fue a la cresta. Me fui con rabia y sintiéndome culpable contigo, sentía que te había cagado a ti, incluso debo confesar que en el camino pensé ocultarte la verdad, cosa que desestimé inmediatamente, me acordé rápidamente de mis años de mentirosa eterna y sabía que eso a la larga sería mucho peor para mí y por ende para nosotros, no podía hacerte algo así, era mejor apechugar inmediatamente. Sabemos que jugamos un juego peligroso, que corremos riesgos, que las cosas no siempre salen como las planeamos, eso forma parte de nuestra vida de pareja.
Tú como siempre reaccionaste primero que todo acogiéndome, estabas muy enojado con el pendejo, pero nunca te fuiste en mala conmigo, ese día a pesar de la mala onda tiramos igual, no íbamos a permitir que un cabro de mierda nos fregara la vida.
MORALEJA
Como dicen las sabias palabras “quien duerme con niños amanece mojado” tengo que asumir que:
-Le entregué responsabilidad a quien no debía
- Es demasiado peligroso tirar con alguien que uno no conoce.
- Debo hacerle caso a tus instintos, que desde el principio incluso sin conocerlo te dio mala espina (incluso dentro de tus alegatos del comienzo me dijiste- en una de esas se le ocurre que no quiere usar condón y tú se lo aceptas? Yo no lo acepté pero me cagó igual).
- La marihuana es muy rica, pero hay que controlarla y sin comer no es aconsejable.
y aunque en un posteo anterior aseguré “Nunca digas nunca” esta es la excepción ¡NUNCA MAS CON PENDEJOS CHICOS!!!!!
Mis días de Mrs. Robinson habían llegado a su fin.
Pero no todo fue pérdida en esta aventura desgraciada, el cello resultó mejor amante y mucho más confiable. Como muestra un regalo.
Bueno como siempre me preguntó de una y sin rodeos si tenía tiempo para pasar por su departamento, la verdad no podía ese día pero sí al siguiente. Te llamé, aún teníamos pendiente el encuentro con el Joven Amante, estaba súper colapsada de pega pero no quise perder la oportunidad de verificar en terreno el avance en la dominación de la bestia y me seguía seduciendo mucho el rol de Mrs .Robinson, además de que un buen polvo real viene bien después de tantos polvos virtuales.
Siempre me atraso un poco, pero él llama inmediatamente para preguntar si pasa algo, eso me gusta ya que demuestra su ansiedad, cuando uno no está tan preocupado, 10 o 15 minutos no son relevantes.
Llegué a su departamento bastante cansada, había tenido un día de locos, tanto que no había tenido tiempo ni de almorzar por lo que cuando me atacó al cerrar la puerta, exigí que primero me atendiera y me dejara descansar unos minutos.
Me sirvió un jugo de naranja y se sentó no muy cómodo a mi lado, en ese momento volví a poner mis ojos en el violoncello.
El violoncello me parece un instrumento de veras sensual: su sonido ronco, dulce pero profundo parece que sale de las entrañas de su ejecutor que se sienta con las piernas abiertas frente a esa madera noble y saca el sonido abrazando con su sexo a aquel maravilloso instrumento de curvas voluptuosas.
Desde la vez anterior que estuve allí me obsesioné con la idea que el Demonio de Tasmania me tomara algunas fotos con esa maravilla entre mis piernas y esta vez llevaba la camarita en mi bolso.
Con esa idea en mi cabeza que se sumaba a la de tirar, prendí el pito y empezamos a atracar suave mientras consumíamos nuestra marihuana, él estaba sentado en una silla y me invitó a pararme frente a él con una frase que no recuerdo exactamente cuál era, pero tratándome como a una pequeña, me dio risa el tono paternal que usó, eso era demasiado anacrónico. Empezó a chuparme las tetas luego de sacar mi sostén y la polera, el pito hizo su efecto en demasía ya que sin comer ataca con todo y la calentura me empezó a ahogar, nos sacamos el resto de la ropa rápidamente, empezamos a darle firme, sentía sus manos resbalándose en mi zorra, me mordía los pezones y yo ya aullaba de ganas, además miraba el cello que parecía un macho esperando por mí, me apoyé en su sillón, él estaba en mi espalda, me abrazaba estrujando mis tetas, fijé mi atención en la gata que se refregaba caliente en una de las patas de la silla, pensé que yo estaba muchísimo más caliente que ella y sentí su pico duro clavándose en mi concha empapada, me levantó una pierna y quedé en un precario equilibrio, miraba babosa y obsesionada con el cello, lo imaginaba desnudo sin el estuche protector. Sentía su pico entrando y saliendo apretado, estaba muy rico, me llegaba al fondo friccionando una y otra vez las paredes y rincones deleitándome. De repente empecé a sentir que algo no estaba bien, que había alguna transgresión, algo prohibido, todavía siento que tirar por el culo es una de mis trasgresiones, pero me enfoqué a pesar de mi voladura y calentura (tan mal no estaba como para no darme cuenta)y aunque estaba en la vagina, tiré mi mano hacia atrás y toqué su pico, en ese momento sentí el golpe frio de cuando uno se da cuenta de que la cagó. No se había puesto el condón, lo saqué bruscamente y le dije sorprendida –weón, estás sin condón-, me dio rabia conmigo, siempre soy yo la que verifico que lo tengan puesto antes de meterse pero esta vez estaba caliente, demasiado volada y para más remate obsesionada con el cello, demasiado para mi pobre y agotada cabeza.
Me dio mucha lata, me dio rabia que él no se hubiera ocupado del asunto, pero sentía que había mucha responsabilidad mía en el tema, de perra caliente me pasa no más… ya no había nada que hacer, pero pensaba en ti y me sentía muy mal, eso no está contemplado en mis perrerías, yo sólo contigo no uso condón.
Aproveché la pausa para confesarle mi fantasía con el cello, le dije que quería fotos, no se alegró mucho, alegó que su amigo lo cuidaba como hueso santo, que siguiéramos tirando mejor, que mejor después, yo me puse en la dura me tomaba las fotos sí o sí, finalmente cedió y se las jugó, eso me sirvió para quitarme la rabia y embalarme nuevamente, me encantó sentir mi cuerpo envolviendo ese bello violoncello, me calentaba mucho pensar que en unas horas más me verías con ese especial amante entre mis piernas, mi sexo rozaba la espalda de madera y volada como estaba, sentía que era de mi pecho del que salía la sinfonía que escuchábamos en su equipo de música, fue una sensación mágica que hizo emerger mis deseos de ser poseída, dominada y finalmente satisfecha.
La sesión de fotos terminó paulatinamente mezclada con caricia y besos mientras sentía el accionar de la cámara. Nos fuimos muy calientes al dormitorio, esta vez se puso el condón y continuamos con lo nuestro.
Me penetró de frente como siempre impetuoso, vigoroso. Lo sentía duro empujando rápido y fuerte, presionando con todo su peso sobre mí, friccionando mi clítoris, hasta que no pude más, acabé delicioso. Me puse boca abajo en el borde de la cama, mientras sentía el pico metiéndose brioso en mi zorra , su gata jugaba arañando suavemente mis manos que colgaban fuera de la cama, me metió los dedos en el culo, pensé -aquí viene- y efectivamente lo sentí apuntando su pico en mi culo y penetrándome por la vía angosta, aunque entró suave y controlado, me dolió un poco por lo que le pedí que parara, saliera y volviera a intentarlo, lo hizo y me concentré en relajarme para aminorar el dolor y entró nuevamente. Como es habitual en mis segundos intentos, entró prácticamente sin dolor. Me dispuse a disfrutarlo sintiendo como se metía entre mis nalgas, me gustaba estrujar el culo para sentirlo entrando más apretado. La verdad no sé porqué pero nuevamente sentí que algo no andaba bien, más allá que estuviera metido en mi culo, al principio disipé ese pensamiento pero poco a poco se fue apoderando de mí y no me dejó tranquila, finalmente haciendo caso de mi intuición tiré la mano hacía su pico sólo para verificar algo que había visto puesto antes de empezar.
Ahí sentí un balde de agua fría, nuevamente su pico sin protección era el que entraba y salía de mi culo. Lo saqué me di vuelta y lo encaré ¿Cómo cresta estás sin condón de nuevo?
– es que se salió…disculpa…me pongo otro ahora-
-¡¡ esa huevá no se hace!!! Putas que me dio rabia, sentí que se había cagado en mi confianza, me sentí engañada, mala leche el weoncito, eso no se hace jamás.
Yo no sé si otras mujeres puedan darse cuenta fácilmente, pero yo no, sobre todo si están por atrás, de si tienen o no el preservativo puesto, putas, dando la espalda y en ese estado no tenía forma de percatarme cuando había entrado sin protección. Eso es algo que después uno deja en manos del hombre.
La primera vez asumo mi cuota de responsabilidad pero ahora no tenía cómo, o sea uno no puede tirar pensando que los weones se van a aprovechar de que uno les dé la espalda para meterse sin condón.
Bueno, hasta ahí no mas llegamos, todo se fue a la cresta. Me fui con rabia y sintiéndome culpable contigo, sentía que te había cagado a ti, incluso debo confesar que en el camino pensé ocultarte la verdad, cosa que desestimé inmediatamente, me acordé rápidamente de mis años de mentirosa eterna y sabía que eso a la larga sería mucho peor para mí y por ende para nosotros, no podía hacerte algo así, era mejor apechugar inmediatamente. Sabemos que jugamos un juego peligroso, que corremos riesgos, que las cosas no siempre salen como las planeamos, eso forma parte de nuestra vida de pareja.
Tú como siempre reaccionaste primero que todo acogiéndome, estabas muy enojado con el pendejo, pero nunca te fuiste en mala conmigo, ese día a pesar de la mala onda tiramos igual, no íbamos a permitir que un cabro de mierda nos fregara la vida.
MORALEJA
Como dicen las sabias palabras “quien duerme con niños amanece mojado” tengo que asumir que:
-Le entregué responsabilidad a quien no debía
- Es demasiado peligroso tirar con alguien que uno no conoce.
- Debo hacerle caso a tus instintos, que desde el principio incluso sin conocerlo te dio mala espina (incluso dentro de tus alegatos del comienzo me dijiste- en una de esas se le ocurre que no quiere usar condón y tú se lo aceptas? Yo no lo acepté pero me cagó igual).
- La marihuana es muy rica, pero hay que controlarla y sin comer no es aconsejable.
y aunque en un posteo anterior aseguré “Nunca digas nunca” esta es la excepción ¡NUNCA MAS CON PENDEJOS CHICOS!!!!!
Mis días de Mrs. Robinson habían llegado a su fin.
Pero no todo fue pérdida en esta aventura desgraciada, el cello resultó mejor amante y mucho más confiable. Como muestra un regalo.
Sensata reflexión. Lo que no entiendo es lo del "cello". Por lo demás, senxual a rabiar en todo. (Por cierto que... distinguiría tus tetas entre mil...)
ResponderEliminarBsss.
HI
ResponderEliminarEs lamentable el abuso de la confianza que depositaste en este chico. Totalmente de acuerdo contigo, aunque yo tambien soy joven, tengo perfectamente claro que la salud,la confianza y el respeto es lo primero. Asi que adelante,toma lo mas positivo de esta experiencia y no te desanimes.
Si kerís, yo tengo una caja de condones. Te puedo pasar uno, en su envase o donde debe estar. Tu elegís.
ResponderEliminarbesos de Mr. Coyote
definitivamente, leer esto me arruinó el dia!
ResponderEliminarbuen fin de semana :)
No comparto del todo el refrán de "quien duerme con niños amanece mojado", sin duda ese "Demonio" es un insensato que ha intentado aprovecharse de tí, pero la responsabilidad y el saber estar no siempre están del lado de la madurez y contra la juventud.
ResponderEliminarSeguro que a partir de ahora serás mucho más precavida, eso tambien hace que no puedas dejarte llevar por tus instintos de buenas a primeras, pero qué se le va a hacer.... la vida es así, demasiad@s pendej@s sueltos!
Respecto al violonchelo....... sin duda te ves expectacular.
Fogoso, lo del cello es simplemente dejarme llevar por un deseo fetichista. Ufff me encanta que tengas un conocimiento tan específico de mi cuerpo.
ResponderEliminarBss
Hola Jessi, bienvenida a mi blog,todos tenemos claro que el tema del condón es básico, pero parece que hay aún muchas discrepancias en cuanto a cuando ponérselo.
...Y bueno son los riesgos que se corren. Pero no voy a cambiar mi manera de afrontar el sexo por un pelotudo.
Gracias por tu apoyo.
Mr. Coyote: no sé porqué siento que con usted no me habría pasado jamás algo así. Preferiría el condón donde debe usarse.
Besos
Menage, lamento mucho haberte arruinado el dia, a mí también me lo arruinó, pero así es la vida, llena de experiencias maravillosas y otras bastante lamentables.
ResponderEliminarLo importante creo yo, es reconocer los errores y seguir para adelante.
Besos
Suapense, en honor a la verdad tienes razón, pero en general sensatez, responsabilidad y confiabilidad va ligada a la madurez, aunque de todo hay en este mundo.
Obvio que ahora soy más precavida...no sé bien cuanto me dure.
Por ahora rescato las fotos, posiblemente mas adelante pueda sacar otras cosas positivas.
Bss
Bss
Sin duda se aprende mucho más de los errores de la vida que de los aciertos.
ResponderEliminarLo cierto es que con el paso del tiempo, uno siempre los tiene más presentes y vívidos, incluso en ocasiones los recuerda con una sonrisa en los labios, tal vez hasta una sonrisa pícara!
Trini...
ResponderEliminarSimpre hay un final en bellas historias, lastima que fuen en mala onda pero la veradd es que lo disfrutaste harto al demonio.... muy buenas historias y no sabes lo que me calente leyendo tu blog... suerte y besos...
ah!!! bellas fotos con el cello y unas tetas divinas para tu edad...
Suspense: la sonrisa pícara ya se empieza a dibujar.
ResponderEliminarBss
Walter: si la pena que me dá es que podríamos haber seguido disfrutando harto más del Demonio, pero dadas las circunstancias, se acabó no más.
Gracias por tus bellas palabras y me encantta que te calientes conmigo.
Bss.
cada dia me pones mas, quiero tener una corrida a chorros de nuevo, como la que tuvimos, espero esas fotos, besos
ResponderEliminarConde, usted me hace sentir como una reina.
ResponderEliminarBss.
Es usted una reina..bien dicen que para la mujer no existe la edad...felicidades...tien un cuerpo exquisito...el cual quisieran muchas de 18 o 20 años......es usted una diosa de la Saxualidad...saludos y besos a todo su encantador cuerpecito
ResponderEliminarLo más triste de la historia, a parte de la insensatez del joven, es que te corte el rollo así, de esa manera y transforme una situación tan sumamente placentera en un enfado del cual ya se arrepentirá en el futuro, seguro.
ResponderEliminarPor otra parte el sonido del violoncello además de ronco y dulce, suena como triste, como tu historia.
Por cierto, cómo acaba la película de Mrs. Robinson?
Venga, ánimos desde aquí. Continua alegrándonos la existencia con tus historias y fotos.
Raflez, muchas gracias por sus besitos y por sus elogios, seguiré compartiendo con mis lectores todo lo que tenga a disposición, partiendo por mi anatomía.
ResponderEliminarMoebbius, jaja de hecho él ya se está arrepintiendo, pero como decía el gran filósofo "retroceder nunca, rendirse jamás".
Por cierto Mrs Robinson terminó mucho peor, su joven enamorado comenzó con la dieta de lagartija,se comió a la madre y después a la hija y lo pillaron.
BESOS
En este mundo solo uno mismo tiene que cuidarse... nadie nos cuidara salvo que se tenga un amor incondicional que realmente vele por nosotros, pero sino...nadie sabra cuidarte como vos misma, mas viviendo una vida como la que vives...
ResponderEliminarSolo hay que tener mas cuidado y seguir disfrutando de la vida...
Amor Secreto; estoy en eso cuidándome y disfrutando.
ResponderEliminarEn todo caso yo creo que en esto la responsabilidad es mutua, él tambíén debió pensar en el riesgo que corría al no usar condón.
Muchos besos
que comentar a lo q acabo de leer.. sin palabras me dejaste.
ResponderEliminarno puedo creer como un afortunado como ese joven no te respete como mujer y no tome las minimas precauciones q hay q tener. No sabes lo q daria por estar en el lugar de ese muchacho, respetarte, disfrutarte, provocarte, seducirte, pero por sobre todas las cosas aprender de una mujer con experiencia y sumamente preciosa!
sinceramente no hubiese cagado esa situacion como ese pendejo.. por mas marihuana q fume.
me queda la imaginacion para situarme en tu oficina y dejar q los placeres se encarguen del resto.
gracias por compartir tus experiencias y dejarnos participar al menos como dije antes, en nuestra imaginacion.
un beso grande! (de un joven q si sabria como respetarte y disfrutarte)
federico.