Además del espejo tú me planteaste otra manera de conocerme: las fotografías.
Las primeras fotos fueron vestida y acostada en la cama, después algunas muy tímidas, sin ropa, pero posadas de forma bastante púdica, luego algunas robadas mientras yo contestaba el teléfono y así fuimos avanzando hasta llegar a un nivel que contaré mas adelante, pero quisiera detenerme en lo que me empezó a pasar con las fotos.
Lo sorprendente y positivo de esto, era que me mostrabas desde ángulos que yo no había visto en mi vida, y así conocí mi nuca, mi espalda y mi culo, y si antes tenía alguna noción de que esa parte no estaba nada mal, tuve plena consciencia del enorme potencial que tenía y todo lo que podía provocar. Además empecé a disfrutar mientras posaba, me mostraba cada vez más desinhibida, (una cosa es mirarse en un espejo, otra muy distinta es que esas imágenes queden atrapadas para siempre en una foto) me calentaba como enferma cuando en alguna pausa de nuestros largos polvos, tú tomabas la cámara y empezabas a disparar el flash y una tras otra ibas tomando fotografías, guardando esos intensos momentos, cada vez buscando los ángulos más atrevidos. Me gustaba que me miraras a través de la cámara, aunque muchas veces me decías que sólo adivinabas,ya que no era posible distinguir con claridad lo que estabas fotografiando.
Otras veces tomabas la cámara cuando te tenía adentro, y seguíamos tirando mientras intentabas captar alguna imagen coherente, me excitaba como enferma imaginar que quedaría atrapado ese momento delicioso, y que luego podríamos revivirlo mirando juntos esa enorme cantidad de fotos que me y nos tomabas.
La primera vez que me mandaste una foto de mi zorra en plenitud, no pude verla más allá de un instante, me quedé pa’ dentro, era tan raro, tan fuerte que me deshice de ella casi de inmediato, pero esa imagen que guardé sólo en mi cabeza me sirvió mucho la vez siguiente que tiramos. Mi zorra ya no era una desconocida para mí y poco a poco me fui habituando a esa imagen, a esa parte de mi cuerpo tan importante y tan anónima.
Para que hablar de mi culo, a lo más miraba de reojo en un espejo las redondeces de mis glúteos, pero ni hablar de lo que existía entre esa dos redondeces. También fue de a poco que aprendí a relacionarme con ese espacio misterioso, pero eso amerita un capítulo aparte.
Me encanta cómo hemos ido incorporando tantos elementos, siempre encontramos algo nuevo, una cosa a veces pequeñita que hace que todo adquiera una dimensión única y fascinante
La música también ha estado presente, y nos ayuda a ponernos en ese estado de disposición, es como poner todos los sentidos dirigidos a un sólo foco, al principio no me acuerdo con que tirábamos, pero Gainsbourg y la hasta ese entonces poco conocida Carla Bruni, se convirtieron en objeto de culto, …je t’aime... oui je t'aime... moi non plus, me volvía loca escucharlo con tu voz ronca y áspera repetirlo en mi oído, sobre todo cuando estaba al borde de un orgasmo.Amelie también nos ha servido para volarnos con esa tremenda carga de lujuria desenfrenada que nos envuelve, nos amamos locamente, profundamente, pero nosotros tiramos como bestias, no hacemos el amor
Ahora nos cambiamos a los blues, pero por un problema de tiempo: ni Gainsbourg ni la Bruni nos duran para un polvo, ya que son CD...los blues en MP3 duran mucho más.
Las primeras fotos fueron vestida y acostada en la cama, después algunas muy tímidas, sin ropa, pero posadas de forma bastante púdica, luego algunas robadas mientras yo contestaba el teléfono y así fuimos avanzando hasta llegar a un nivel que contaré mas adelante, pero quisiera detenerme en lo que me empezó a pasar con las fotos.
Lo sorprendente y positivo de esto, era que me mostrabas desde ángulos que yo no había visto en mi vida, y así conocí mi nuca, mi espalda y mi culo, y si antes tenía alguna noción de que esa parte no estaba nada mal, tuve plena consciencia del enorme potencial que tenía y todo lo que podía provocar. Además empecé a disfrutar mientras posaba, me mostraba cada vez más desinhibida, (una cosa es mirarse en un espejo, otra muy distinta es que esas imágenes queden atrapadas para siempre en una foto) me calentaba como enferma cuando en alguna pausa de nuestros largos polvos, tú tomabas la cámara y empezabas a disparar el flash y una tras otra ibas tomando fotografías, guardando esos intensos momentos, cada vez buscando los ángulos más atrevidos. Me gustaba que me miraras a través de la cámara, aunque muchas veces me decías que sólo adivinabas,ya que no era posible distinguir con claridad lo que estabas fotografiando.
Otras veces tomabas la cámara cuando te tenía adentro, y seguíamos tirando mientras intentabas captar alguna imagen coherente, me excitaba como enferma imaginar que quedaría atrapado ese momento delicioso, y que luego podríamos revivirlo mirando juntos esa enorme cantidad de fotos que me y nos tomabas.
La primera vez que me mandaste una foto de mi zorra en plenitud, no pude verla más allá de un instante, me quedé pa’ dentro, era tan raro, tan fuerte que me deshice de ella casi de inmediato, pero esa imagen que guardé sólo en mi cabeza me sirvió mucho la vez siguiente que tiramos. Mi zorra ya no era una desconocida para mí y poco a poco me fui habituando a esa imagen, a esa parte de mi cuerpo tan importante y tan anónima.
Para que hablar de mi culo, a lo más miraba de reojo en un espejo las redondeces de mis glúteos, pero ni hablar de lo que existía entre esa dos redondeces. También fue de a poco que aprendí a relacionarme con ese espacio misterioso, pero eso amerita un capítulo aparte.
Me encanta cómo hemos ido incorporando tantos elementos, siempre encontramos algo nuevo, una cosa a veces pequeñita que hace que todo adquiera una dimensión única y fascinante
La música también ha estado presente, y nos ayuda a ponernos en ese estado de disposición, es como poner todos los sentidos dirigidos a un sólo foco, al principio no me acuerdo con que tirábamos, pero Gainsbourg y la hasta ese entonces poco conocida Carla Bruni, se convirtieron en objeto de culto, …je t’aime... oui je t'aime... moi non plus, me volvía loca escucharlo con tu voz ronca y áspera repetirlo en mi oído, sobre todo cuando estaba al borde de un orgasmo.Amelie también nos ha servido para volarnos con esa tremenda carga de lujuria desenfrenada que nos envuelve, nos amamos locamente, profundamente, pero nosotros tiramos como bestias, no hacemos el amor
Ahora nos cambiamos a los blues, pero por un problema de tiempo: ni Gainsbourg ni la Bruni nos duran para un polvo, ya que son CD...los blues en MP3 duran mucho más.
¡TOTAL! KERO MÁS ENTRADAS
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