Este quinto elemento fue muy controvertido, me generó una serie de sentimientos encontrados, esta vez la diferencia de edad era abismante, mayor de edad, pero sus 22 años me provocaron una feroz alteración, un choque bastante perturbador.
Desde que lo conocí hubo algo especial, un jovencito de mirada vivaz y físico proporcionado, más bien bajo, pero bien hechito. Conocía al Joven Amante lo suficiente como para agregarle emoción al cuento, pero no eran amigos.
Una joven cercana a mí, me confesó que le gustaba y yo me ofrecí a hacer las veces de Celestina, esa intención expresamente declarada fue la que me impulsó a preguntarle si tenía polola. Desde el principio me pareció que no tenía ni el más mínimo interés en la muchachita que yo le proponía, pero había algo que no escondía su mirada. No niego que como un flashazo pensé que podría estar interesado en mí, aunque era algo que borraba inmediatamente de mi cabeza. Si es un cabro chico, mayor de edad, pero un niño igual.
Pero con mi revolución hormonal en el aire, algo se fue generando poco a poco. Las bienvenidas y despedidas eran cada vez más cariñosas y cercanas, muchas caricias inocentes, pero peligrosas, …esos abrazos que van durando cada vez más de lo debido y no me di ni cuenta cuando estaba perreando fino, buscaba quedar muy pegada y le daba besos en la mejilla y … en el cuello. Igual me sentía a salvo, tenía la certeza de que él no iba a precipitar nada, entonces sólo disfrutaba de la cercanía de ese cuerpo, de su olor a macho joven.
Apenas te confesé mi jueguito, tú empezaste a echarle leña a la perversión y me instaste a imaginar que estaba con él. Al principio me iba a la cresta, me frekeaba heavy , cierto que me calentaba pero sentía el tremendo peso de la diferencia de edad , de hecho tiene la edad de mi hijo menor, y eso es bien amedrentador.
Pero me calentaba imaginarme atracando con él, besándolo, dejándolo alterado, chupando esos labios turgentes. Me gustaba la idea de provocarle una erección y que se corriera una paja pensando en mí.
Bueno, me acuerdo que durante uno de nuestros gloriosos polvos tú adivinaste que no estaba pensando en el Joven Amante ni en ningún otro de mis amigos, que el que estaba en mi cabeza era el cabro chico. Me preguntaste si me gustaría que algo pasara y te dije que sí, que sería entretenido que en la próxima despedida le diera un piquito en la boca, un besito, sólo para tentarlo.
Tenía que volver a verlo antes de vacaciones, pero tenían que darse ciertas condiciones ya que él generalmente llegaba a mi oficina en grupo, no era nada fácil.
Estaba dispuesta a mi perrería suave si se daban las condiciones de privacidad necesarias, eso era muy importante (es absolutamente impensable que me sorprendan en mi oficina besando a alguien, mas aún a un jovencito). Hice lo que estuvo en mis manos para generar esa situación y la fortuna estuvo de mi lado, él efectivamente llegó solo y yo estaba en las mismas condiciones. Pero las cosas no se dieron según lo planeado.
Apenas lo vi aparecer me paré de mi escritorio, se acercó a mí y yo pasé los brazos sobre sus hombros, poniéndolos alrededor de su cuello como se estaba haciendo costumbre, él me tomó por la cintura apretándome mucho hasta elevar mi peso en sus brazos, le pregunté si venía muy apurado y me dijo que no, que tenía todo el tiempo del mundo…todo esto sin separarnos ni un milímetro. Hasta ahí todo según lo planeado, pero en ese instante no sé si fui yo o fue él, pero en un segundo tenía su boca en la mía, su lengua en mi garganta y todo pasando, sentía sus manos empujando mis caderas contra su pico...!!chutas el cabro jugado!!!
La verdad es que la bienvenida y la despedida se fundieron, afortunadamente nadie apareció por lo que nos tomamos harto tiempo en un atraque bastante potente.
Me dejó tiritona, te llamé, estaba perturbada, un tanto descolocada, creo que no tenía resueltas las cosas todavía, me gustó y definitivamente me calentó mucho la situación, pero evidentemente no era lo que me esperaba.
Hasta ahí todo bien y rico, al poco rato me envió un mensaje a mi celu, decía “quedé con ganas de más”. Desde que te comenté ese mensaje las cosas empezaron a no funcionar entre nosotros, nunca antes nos había pasado pero empezamos a contrariarnos en ese camino, yo estaba muy insegura y necesitaba de tu apoyo rotundo en esta oportunidad.
Me contradecía y tú no me entendías, no te gustaba como se estaban dando las cosas, no sé algo se atravesó (¿ se habrá metido un diablillo?) cada conversación que mantuvimos ese día fue de mal en peor.
Lo divertido de esto es que siempre te sedujo mucho la idea de que yo pudiera entablar algún tipo de relación con alguien muy joven, de hecho tú piensas que es un deber de mujeres maduras enseñar a jovencitos , pero ahora que estaba tan cerca de hacerlo nada te parecía bien.
Todo mal, me dio lata que lo estuviéramos pasando mal en instancias que debíamos disfrutarlo. Cierto que las cosas no siempre salen tal cual las planeamos, pero eso a veces le da un toque especial. La verdad es que yo igual esperaba que él tomara la iniciativa, no podía ni quería tomarla yo. No me sentía segura. Me dio mucha lata que me dijeras que si yo aceptaba entrar en el juego que él planteaba nos convertiríamos en su juguete.
Decidí de lleno parar, ya que no tengo interés en algo que no nos provoque placer a nosotros. Si después de todo no era el súper mino.
Pero cuando me llamó en la noche y me invitó a almorzar al otro día, no quise darle la cortada, lo tramité, le dije que era difícil, pero dejé una duda, lo llamaría para confirmar.
La verdad, lo que me tenía mal era que nosotros dos seguíamos atravesados, por más que lo intentábamos no había caso, no lográbamos entendernos.
Yo estaba con una cantidad de pega infernal, con el cabro chico en ascuas, súper perturbada y para más remate mal contigo…no había por dónde. Racionalmente no había nada que sustentara nuestra mala onda pero ahí estaba .Discutíamos cada vez que hablábamos, teniendo plena conciencia que no había nada que lo ameritara.
Esa noche no dormí nada, nada, incluso como a las 4 de la madrugada prendí un pito para moverme un poco las neuronas y conciliar el sueño, pero lo único que logré fue calentarme, a mí la marihuana me calienta mucho. En poco rato estaba reviviendo el atraque feroz con el pendejo y eso me dejaba peor, ya que como estaban las cosas no me sería posible seguir adelante con esa aventurilla.
A todo esto mi moralidad y mi inseguridad de si no se me estaba pasando la mano, que era muy chico, aparecía de vez en cuando cual fantasma para weviarme un poquito más la vida.
La mañana siguiente fue atroz, tenía un evento importante en la pega y nosotros seguíamos sin sintonía, después de una de nuestras discusiones llamé al pendejo y le dije que no iba, sin dejarle mucha posibilidad de movimiento, el lo lamentó…¿ y cuándo entonces? Para otra vez puede ser… así de ambigua fue mi respuesta.
Hablé contigo después de almuerzo, siempre haciendo todo lo posible para retomar nuestra acostumbrada sintonía y nada. Como una opción más para lograr esto que parecía MISION IMPOSIBLE te pedí que mejor conversáramos en persona, el teléfono y las millones de interrupciones por mi trabajo, no estaba ayudando en nada.
Era todo tan raro, tú me decías –“mi rica, entendería si me dijeras que te dejó con una tremenda calentura - anda y sácate las ganas-“ …para mí no era tan así, si claro me dejó caliente, pero era sobre todo porque pensaba que podía ser un nuevo juguetito para nosotros.
Incluso me dijiste que era mejor que no te contara nada, ahí se me cayó el pelo … que nos contemos todo es más que fundamental en nuestra vida como pareja …en otra discusión empezaste a defender mi honra con el Joven Amante …que si el cabro chico abría la boca, podría llegar a oídos del Joven Amante y podríamos perderlo.
Yo creo que había algo medio sobrenatural, como un par de demonios revoloteando sobre nuestras cabezas, haciendo todo lo posible para impedir que recuperáramos nuestra acostumbrada sintonía , nuestra armonía de socios, de yunta, esa estabilidad de roca que tenemos siempre y que como a pesar de toda esa incoherente maraña de desencuentros, tampoco peleábamos en mala, se aburrieron y se largaron, porque fue de un segundo a otro, que aún más mágicamente que cuando la perdimos, que recuperamos, sin sombras, nuestra línea de siempre y empezamos a avanzar de nuevo.
Me dijiste que me hiciera chupete al cabro chico, después de muchas turbulencias había asumido que estaba dispuesta a tirarme al Demonio de Tasmania… si se daban las cosas.
Desde que lo conocí hubo algo especial, un jovencito de mirada vivaz y físico proporcionado, más bien bajo, pero bien hechito. Conocía al Joven Amante lo suficiente como para agregarle emoción al cuento, pero no eran amigos.
Una joven cercana a mí, me confesó que le gustaba y yo me ofrecí a hacer las veces de Celestina, esa intención expresamente declarada fue la que me impulsó a preguntarle si tenía polola. Desde el principio me pareció que no tenía ni el más mínimo interés en la muchachita que yo le proponía, pero había algo que no escondía su mirada. No niego que como un flashazo pensé que podría estar interesado en mí, aunque era algo que borraba inmediatamente de mi cabeza. Si es un cabro chico, mayor de edad, pero un niño igual.
Pero con mi revolución hormonal en el aire, algo se fue generando poco a poco. Las bienvenidas y despedidas eran cada vez más cariñosas y cercanas, muchas caricias inocentes, pero peligrosas, …esos abrazos que van durando cada vez más de lo debido y no me di ni cuenta cuando estaba perreando fino, buscaba quedar muy pegada y le daba besos en la mejilla y … en el cuello. Igual me sentía a salvo, tenía la certeza de que él no iba a precipitar nada, entonces sólo disfrutaba de la cercanía de ese cuerpo, de su olor a macho joven.
Apenas te confesé mi jueguito, tú empezaste a echarle leña a la perversión y me instaste a imaginar que estaba con él. Al principio me iba a la cresta, me frekeaba heavy , cierto que me calentaba pero sentía el tremendo peso de la diferencia de edad , de hecho tiene la edad de mi hijo menor, y eso es bien amedrentador.
Pero me calentaba imaginarme atracando con él, besándolo, dejándolo alterado, chupando esos labios turgentes. Me gustaba la idea de provocarle una erección y que se corriera una paja pensando en mí.
Bueno, me acuerdo que durante uno de nuestros gloriosos polvos tú adivinaste que no estaba pensando en el Joven Amante ni en ningún otro de mis amigos, que el que estaba en mi cabeza era el cabro chico. Me preguntaste si me gustaría que algo pasara y te dije que sí, que sería entretenido que en la próxima despedida le diera un piquito en la boca, un besito, sólo para tentarlo.
Tenía que volver a verlo antes de vacaciones, pero tenían que darse ciertas condiciones ya que él generalmente llegaba a mi oficina en grupo, no era nada fácil.
Estaba dispuesta a mi perrería suave si se daban las condiciones de privacidad necesarias, eso era muy importante (es absolutamente impensable que me sorprendan en mi oficina besando a alguien, mas aún a un jovencito). Hice lo que estuvo en mis manos para generar esa situación y la fortuna estuvo de mi lado, él efectivamente llegó solo y yo estaba en las mismas condiciones. Pero las cosas no se dieron según lo planeado.
Apenas lo vi aparecer me paré de mi escritorio, se acercó a mí y yo pasé los brazos sobre sus hombros, poniéndolos alrededor de su cuello como se estaba haciendo costumbre, él me tomó por la cintura apretándome mucho hasta elevar mi peso en sus brazos, le pregunté si venía muy apurado y me dijo que no, que tenía todo el tiempo del mundo…todo esto sin separarnos ni un milímetro. Hasta ahí todo según lo planeado, pero en ese instante no sé si fui yo o fue él, pero en un segundo tenía su boca en la mía, su lengua en mi garganta y todo pasando, sentía sus manos empujando mis caderas contra su pico...!!chutas el cabro jugado!!!
La verdad es que la bienvenida y la despedida se fundieron, afortunadamente nadie apareció por lo que nos tomamos harto tiempo en un atraque bastante potente.
Me dejó tiritona, te llamé, estaba perturbada, un tanto descolocada, creo que no tenía resueltas las cosas todavía, me gustó y definitivamente me calentó mucho la situación, pero evidentemente no era lo que me esperaba.
Hasta ahí todo bien y rico, al poco rato me envió un mensaje a mi celu, decía “quedé con ganas de más”. Desde que te comenté ese mensaje las cosas empezaron a no funcionar entre nosotros, nunca antes nos había pasado pero empezamos a contrariarnos en ese camino, yo estaba muy insegura y necesitaba de tu apoyo rotundo en esta oportunidad.
Me contradecía y tú no me entendías, no te gustaba como se estaban dando las cosas, no sé algo se atravesó (¿ se habrá metido un diablillo?) cada conversación que mantuvimos ese día fue de mal en peor.
Lo divertido de esto es que siempre te sedujo mucho la idea de que yo pudiera entablar algún tipo de relación con alguien muy joven, de hecho tú piensas que es un deber de mujeres maduras enseñar a jovencitos , pero ahora que estaba tan cerca de hacerlo nada te parecía bien.
Todo mal, me dio lata que lo estuviéramos pasando mal en instancias que debíamos disfrutarlo. Cierto que las cosas no siempre salen tal cual las planeamos, pero eso a veces le da un toque especial. La verdad es que yo igual esperaba que él tomara la iniciativa, no podía ni quería tomarla yo. No me sentía segura. Me dio mucha lata que me dijeras que si yo aceptaba entrar en el juego que él planteaba nos convertiríamos en su juguete.
Decidí de lleno parar, ya que no tengo interés en algo que no nos provoque placer a nosotros. Si después de todo no era el súper mino.
Pero cuando me llamó en la noche y me invitó a almorzar al otro día, no quise darle la cortada, lo tramité, le dije que era difícil, pero dejé una duda, lo llamaría para confirmar.
La verdad, lo que me tenía mal era que nosotros dos seguíamos atravesados, por más que lo intentábamos no había caso, no lográbamos entendernos.
Yo estaba con una cantidad de pega infernal, con el cabro chico en ascuas, súper perturbada y para más remate mal contigo…no había por dónde. Racionalmente no había nada que sustentara nuestra mala onda pero ahí estaba .Discutíamos cada vez que hablábamos, teniendo plena conciencia que no había nada que lo ameritara.
Esa noche no dormí nada, nada, incluso como a las 4 de la madrugada prendí un pito para moverme un poco las neuronas y conciliar el sueño, pero lo único que logré fue calentarme, a mí la marihuana me calienta mucho. En poco rato estaba reviviendo el atraque feroz con el pendejo y eso me dejaba peor, ya que como estaban las cosas no me sería posible seguir adelante con esa aventurilla.
A todo esto mi moralidad y mi inseguridad de si no se me estaba pasando la mano, que era muy chico, aparecía de vez en cuando cual fantasma para weviarme un poquito más la vida.
La mañana siguiente fue atroz, tenía un evento importante en la pega y nosotros seguíamos sin sintonía, después de una de nuestras discusiones llamé al pendejo y le dije que no iba, sin dejarle mucha posibilidad de movimiento, el lo lamentó…¿ y cuándo entonces? Para otra vez puede ser… así de ambigua fue mi respuesta.
Hablé contigo después de almuerzo, siempre haciendo todo lo posible para retomar nuestra acostumbrada sintonía y nada. Como una opción más para lograr esto que parecía MISION IMPOSIBLE te pedí que mejor conversáramos en persona, el teléfono y las millones de interrupciones por mi trabajo, no estaba ayudando en nada.
Era todo tan raro, tú me decías –“mi rica, entendería si me dijeras que te dejó con una tremenda calentura - anda y sácate las ganas-“ …para mí no era tan así, si claro me dejó caliente, pero era sobre todo porque pensaba que podía ser un nuevo juguetito para nosotros.
Incluso me dijiste que era mejor que no te contara nada, ahí se me cayó el pelo … que nos contemos todo es más que fundamental en nuestra vida como pareja …en otra discusión empezaste a defender mi honra con el Joven Amante …que si el cabro chico abría la boca, podría llegar a oídos del Joven Amante y podríamos perderlo.
Yo creo que había algo medio sobrenatural, como un par de demonios revoloteando sobre nuestras cabezas, haciendo todo lo posible para impedir que recuperáramos nuestra acostumbrada sintonía , nuestra armonía de socios, de yunta, esa estabilidad de roca que tenemos siempre y que como a pesar de toda esa incoherente maraña de desencuentros, tampoco peleábamos en mala, se aburrieron y se largaron, porque fue de un segundo a otro, que aún más mágicamente que cuando la perdimos, que recuperamos, sin sombras, nuestra línea de siempre y empezamos a avanzar de nuevo.
Me dijiste que me hiciera chupete al cabro chico, después de muchas turbulencias había asumido que estaba dispuesta a tirarme al Demonio de Tasmania… si se daban las cosas.
precioso relato y preciosa foto, me pones a 100, me encantas. muaks el conde.
ResponderEliminarPerfecta. En todo. Riquísima. Deliciosa. ¡Cómo me haces disfrutar!
ResponderEliminarUn beso.
Conde, muchas gracias, en verdad es un honor calentar y encantar a alguien como tú.
ResponderEliminarBesos
Fogoso, qué bueno que tu paréntesis no incluya tu lejanía a mi blog. No sabes lo que me calientan tus comentarios. Feliz de que me disfrutes, para eso estoy.
Conde y Fogoso, Ahora voy a prepararme para una noche caliente, ¿me permiten pensar en ambos cuando esté siendo penetrada? del Conde conozco bastante de su anatomía, así es que no me será difícil, de Fogoso con tu mirada me basta para imaginar todo lo demás.
¡Ey...! ¿Y pa' mí no hay na'...? ¿Ni un suspiro amoroso, un gruñido de placer, ni siquiera un fugaz pensamiento libidinoso?
ResponderEliminarAcuérdate que yo fui el primero y la primera vez debiera ser importante aun para una perra como tú.
Un beso con lengua del Coyote
jajaja mi exquisito Coyote, tú sabes que siempre estarás en mis pensamiento, lo que pasa es que a veces tus silencios son muy prolongados y eso me hace pensar que tus erecciones son provocadas por las palabras o imágenes de otras.
ResponderEliminarPero no te preocupes te aseguro que alcanzo para todos. Me encantaría ser atrapada por tus fauces. Beep- Beep
Me correré una paja pensando sólo en ti.
Un abrazo estrujado
hola trinidad!
ResponderEliminargracias por tu comentario, acabo de responder tu pregunta.
saludos!
Me alegra que todo se haya resuelto para bien.
ResponderEliminarDisfrútalo!
Entre más te miro y admiro, más me entusiasmo.
ResponderEliminarMuak
Hola preciosa. Te acabo de descubrir, y la verdad es que me ha encantado lo que he leído y también tú. Eres sensual y tienes un cuerpo precioso, todo ello aderezado de un morbo fantástico, jejeje. ¿Quién da más?. Te seguiré.
ResponderEliminarUn besazo.
Fogoso, tu mirada siempre está conmigo. Un beso
ResponderEliminarHola Carl, bienvenido a mi vida, muchas gracias por tus deliciosas palabras, dame todo lo que quieras. Un beso
un relato fabuloso trinidad... quien pudiera recorrer ese cuerpo lentamente. No se si ser´´a bueno seguir entrando tan amenudo por aqui...
ResponderEliminarArturo, este cuerpo existe para ser recorrido lentamente y estaré aquí para tí toda vez que entres en este espacio.
ResponderEliminarUn beso
En primer lugar muchas gracias por visitar mi blog y con respecto a lo que no tengo frio sera por que tengo la sangre caliente o tambien puede ser que siempre estoy cachonda jejej
ResponderEliminarmuchos besitos cielo