Los que siguen mis relatos seguramente recordaran que en mi último encuentro con el Joven Amante, él propuso algo diferente para la próxima vez. Bueno, les cuento lo que pasó; cuando empecé a recoger mi ropa para vestirme, me pidió la cámara para tomarme una foto, me dio gusto que reclamara por el jueguito, le dije que la había olvidado.
Cuando él estaba en USA, yo le había enviado como regalo un par de fotos de esas que ustedes conocen, me contó lo que había disfrutado esas imágenes mientras estaba lejos, que las tenía de protector de pantalla, mi ego se fue a las nubes, entonces asestó un golpe certero y mortal, me preguntó- ¿ y la película cuando? .Yo tengo cámara DVD-
Quedé muda, sólo pensé cuánto podría calentarte ver las imágenes de tu perra culiando con otro y me pareció delirante. Le dije SI, sin pensar en nada más, estaba media volada y muy caliente, no hallaba las horas de estar tirando contigo. La calentura me sobrepasaba.
Cuando te lo conté, te pareció increíble e inmediatamente empezamos a tramar cual era la mejor forma de realizar esa fantasía erótica, además me encantaba que hubiera sido idea de él. Me gustaba mucho eso.
Igual estaba muerta de nervios. Una película contigo había sido mi sueño, lo pensé muchas veces, te lo dije, pero no teníamos cámara entonces la idea quedaba siempre hasta ahí.
Ahora las cosas eran distintas teníamos otro motivo muy poderoso para hacerlo, se nos había entregado en bandeja y teníamos que aprovecharlo.
Le dimos muchas vueltas, igual no es nada fácil y yo nunca había hecho algo así. Lo primero que pensé era que él no podía tener el control, así es que debía pedirle su cámara y que nosotros administráramos las imágenes, igual que con las fotos, permitíamos que ellos las tomaran pero nosotros decidíamos qué les regalábamos de vuelta. Era peligroso que tuviera imágenes mías, pensamos en un antifaz ( putas se le ocurren weas a uno con los pitos ) pero no nos convenció, eso era mucha parafernalia.
Finalmente tú decidiste que compraríamos una cámara y aunque nos daba algo de lata gastar tanta plata, era lo mejor, eso me daría la seguridad que necesitaba.
Decidimos que le entregaríamos sólo un pequeño clip, una especie de sinopsis. Te pusiste en campaña para aprender a editar, los dos somos absolutamente ignorantes en el manejo de esas cosas computacionales, así es que había que aprender, no cachábamos nada, pero en poco tiempo tú aprendiste lo básico.
Encontraste una cámara muy pequeña muy barata (de dudosa calidad) pero era perfecta para nuestros propósitos.
Partimos a comprarla, pero no pudimos, estaba sólo como una oferta de internet, eso sólo le sumó expectación, realicé el trámite en internet un día domingo y pedí que la llevaran a tu casa, lunes o martes tendríamos la camarita. Igual cuando lo pensaba mucho me daba terror, la perra canchera se escondía en su casucha y desaparecía, pensaba que podrían chocarme mucho las imágenes, pero también me calentaba muchísimo la idea.
Como siempre le dimos hartas vueltas … ¡¡¡y, qué tanto!!! ¿por qué no? ¿Qué era lo peor que podía pasar? Que no nos gustara. La borramos - te decía- ahí tu me parabas el carro. No aceptabas esa idea.
Llegó la camarita, justo tu notebook estaba malo y no teníamos como ver o instalar nada que necesitara CD, todo se confabulaba para hacer las cosas más difíciles, pero nosotros seguíamos para adelante, te envié el manual por email. Aprendiste a usarla y compraste un trípode exquisitamente chiquitito. Todo estaba listo. Me moría cada vez más de los nervios, pero ya no había instancia para arrepentirse.
Decidimos que sería mucho más fácil si primero lo hacíamos nosotros. Me daría algo más de confianza, grabar un polvo contigo era una idea más romántica y eso tampoco está demás en nuestra relación.
Siempre me sorprende la capacidad que tienes para acoger mis temores y tomar los resguardos necesarios para que me sienta maravillosamente bien.
Yo creo que fue un mecanismo de defensa pero durante el día me olvide absolutamente del tema, ni siquiera pensé en la ropa que me pondría para realizar nuestra primera producción cinematográfica.
Llegué a tu casa algo tensa, pero absolutamente dispuesta, me enseñaste lo básico para usar la cámara, después grabaríamos un polvo nuestro, pero quería fumarme el pitito antes de empezar, ese era el empujoncito que necesitaba, un toquecito para relajarme.
Cuando nos fuimos a la pieza, tú habías preparado todo, la cámara estaba instalada y era tan pequeña que no contaminaba el lugar, igual la situación no dejaba de ser intimidante.
Prendí el pito y empecé a fumar demasiado ansiosa, tú me calmaste, y rápidamente nos embalamos, empezamos como siempre frente al espejo, me dijiste que la cámara aún estaba apagada , logré olvidarme del tema y las cosas comenzaron a fluir. Me penetraste parado detrás de mí mientras yo me apoyaba en la cama, prendiste la cámara y nos fuimos como avión me puse a lo perro arriba de la cama y sentí al Lucho entrando firme, abriéndose paso en su lugar favorito. Me gustaba imaginar lo que vería en la peli, tú entrando en mi zorra y mi culo abierto, levantaba el torso y lo inclinaba de nuevo, en dos segundos estaba chillando de placer. Me pusiste en el lado de afuera de la cama para que me viera más. Ya estaba enferma de caliente y me potenciaba mucho más pensando que todo quedaría grabado, tus manos hacían un trabajo delicioso mientras El Lucho se comportaba como un Brad Pitt, absolutamente a la altura de las circunstancias.
Empecé a mover las piernas, tú las besabas, me tirabas los pezones ¡¡putas qué rico!!!,comencé con mi huracán de orgasmos uno tras otro sin parar, te monté deliciosamente, me encanta sentir tu pico entrando firme mientras tengo las piernas abiertas, te pasé una teta para que chuparas , tú metías tus dedos en mi culo abierto, acabé delicioso, pero seguía cada vez más caliente. La zorra ya estaba empapada, ya iba a mil por hora, quedamos de lado, frente a frente , no es la forma que me acomoda pero esta vez fue la perfecta para tener el orgasmo más rico que he tenido en mi vida, gritaba como animal.
Quedé extenuada. Paraste la cámara prendí un cigarro y nos dispusimos a ver las imágenes en la cámara, se veían pequeñas, tú pensaste que esa era la mejor forma para hacerlo por primera vez y ciertamente no te equivocaste. Empezamos a mirarnos y me encantó, me moría de pena de sólo pensar que íbamos a tener que borrar esas imágenes para grabarme con el Joven Amante. Había sido uno de nuestros polvos gloriosos, siempre pienso que es el mejor, siempre dudo que siquiera lo podamos repetir, y siempre lo superamos.
Me calentó mucho ver esas imágenes, pero decidí parar, no quería quedar demasiado cansada, esperábamos que el Joven Amante arreglara algunos problemas domésticos que tenía y que pudiéramos realizar la grabación al otro día.
Todo así de rápido, yo me resistía a que la borraras, ver esa película me llevaba derechito a revivir la sensación telúrica de nuestros polvos y cuando pensaba en que pronto podríamos estar viendo juntos las imágenes de Joven Amante culiándome, lo encontraba oscuro, pervertido y me daban ganas de gritar de puro excitada y lo mejor para mi ego fue que me encantó verme como actriz porno.
Ahora sólo quedaba esperar el gran día, que tal vez será mañana.