domingo, 30 de diciembre de 2012

SIEMPRE HAY PAN QUE REBANAR


Como lo he dicho muchas veces, hay ocasiones en las cuales uno le pone todo lo que puede pero no hay caso.


El Pato continuó llamándome y enviándome mensajitos estilo Arjona, muy melosos y algo desubicados.

Me pidió insistentemente que nos juntáramos a la hora de almuerzo, la verdad es que no me gusta salir a esa hora por muchos motivos: nunca tengo certeza la hora exacta a la cual voy a salir, tengo poco tiempo, es mi pausa en la pega y además nunca ni en las mejores condiciones podría disfrutar a concho un polvo a esa hora, ya que hay que volver a trabajar, no me puedo fumar un pitito y no me puedo ir a revolcar con mi perro al terminar, entonces es clarito que no hay ganancia.

Pero tanto insistió y pensé que eso era mejor que nada para proseguir con nuestro “romance”, así es un caluroso día accedí a salir a esa hora. Me pidió que nos encontráramos frente al Centro Cultural Gabriela Mistral, el GAM.

Eso queda bastante cerca de mi trabajo. La verdad es que no me hice ilusiones de un pollito al velador, pero pensé que podríamos coquetear durante un almuerzo en las cercanías y avanzar algo más en esa aventura que habíamos comenzado.

Nos encontramos frente al edificio y mientras caminábamos le pregunté dónde estaba la cafetería, evidenciando mis claras intenciones de dirigirnos a ese lugar para comer algo.

-¿ya comiste?-

Rara pregunta si estaba ocupando mi hora de almuerzo para verlo.

-No- le contesté algo desorientada.

- ¿ y, dónde vas a comer?

¡Chutas! La verdad es que yo esperaba que él tuviera una opción clarita.

-No sé- le contesté para darle todas las posibilidades del mundo, desde un motel, un restaurante del sector, la cafetería del edificio, hasta un sandwich en la calle.

Pero él me indicó gentilmente un banco del lugar y …sería, se acomodó e hilvanó una conversación livianita que ocupó la totalidad de MI HORA DE ALMUERZO.

¡No hay derecho!, si yo incluso pensaba pagar mi cuenta, así es que cuando me percaté irrefutablemente que mi galán no tenía ninguna intención de que ingiriéramos ni un agüita. Miré mi reloj y me levanté para despedirme.

Me acompañó, como el caballero que es y de regreso a mi oficina me detuve a comprar algo para comer. Y con una bolsita de almuerzo en una mano y la decepción en el bolsillo, concluyó esta curiosa cita.

Si tuviera 14 años probablemente encontraría total, juntarme a pololear en un banco de un parque o del GAM, pero por favor, a estas alturas de mi vida y con mi intención de convertirlo en mi amante, es inadmisible.

Pero me imagino que para él la cita fue todo un éxito ya que trató de repetirla varias veces a lo cual me he negado sistemáticamente, cosa que no ha sido fácil ya que no se traga mi primera excusa.

Bueno, cuando no le apunto, no le apunto no más, pero así es la vida.

Así es que me refugié en los brazos de mi JA, que se ve fortalecido frente a las díscolas propuestas de este pajarito nuevo.

Me las jugué y me junté con mi JA un sábado en la noche.

Me enfundé medias con portaligas, un sexy vestido negro, llevé mi juguete favorito y mi camarita.

El aportó con un pito y la calentura acumulada de un largo rato en el cual no habíamos logrado coincidir con los tiempos disponibles.

Es otra cosa al tiro. En cuanto traspaso la puerta de su departamento su beso de bienvenida hace que las ganas me ahoguen de golpe.

Me pegué unas cuantas piteadas y me sumergí en un mundo surrealista inundado por un abanico de sensualidad en el cual hasta el aire que pasaba por mis piernas me provocaba.

Me gustaba que el vestido se subiera casi sin darme ni cuenta y exhibir mis muslos enmarcados en el portaligas y sentir el aire en los glúteos, que se exponían casi desnudos.

Caliente y desinhibida es muy buena mezcla, así es que agarré la camarita de mi bolso para hacer de esa noche un encuentro absolutamente inolvidable, pero cuando traté de hacerla funcionar me di cuenta que estaba volada como un piojo, tanto que después de intentarlo muchas veces simplemente no pude hacer aquello que había hecho tantas veces antes. Nunca pude apretar el botón para grabar.

Le pasé la cámara a él, pero como de costumbre sólo sacó una mala foto.

Tenía ganas de grabar y cuando me vuelo me pongo obsesiva, caliente pero obsesiva, así es que él me ofreció grabar con su cámara. Eso es algo que no acostumbro hacer.

-te la llevas- me dijo

Y …weno ya, si con la mía no había caso y me llevaría la grabación con cámara y todo ¿ porqué no?

No lo pensé mucho, porque simplemente no podía pensar, así es que me dejé llevar por la calentura que se apoderó de mi voluntad y me hizo exhibirme impúdica frente a la cámara que mi compañero no soltó nunca, dejando perpetrados unos primeros planos que nada tienen que envidiar a la porno más cruda.

La mano que le quedaba libre hurgaba con gran habilidad abriendo y penetrando mis hoyitos que se deleitaban felices.

Dejó la cámara instalada en un costado para tomar en muy buen ángulo como su pico atravesaba mi garganta, mi lengua jugaba con su callampa tensa y después envolvía toda la envergadura de su pene durísimo que entraba y salía de mi boca.

Se enfundó el condón y me penetró por la conchita que lo único que quería era algo de acción directa, acabé varias veces con su pico metido hasta el fondo, su manos pellizcando mis tetas y mis piernas abiertas exponiendo el clítoris al roce despiadado de su pico tieso.

Volvió a agarrar la cámara para desarrollar primeros planos con el protagonista metiéndose en el camino estrecho, gran travesía que la cámara tomaba de frente. Mostrando el pico ensartado hasta el fondo en el culo y la zorra abierta, rosada y jugosa.

El juguetito que había entrado en acción rato antes tomó el agujero que quedaba libre, mientras el pico empujaba en el culo. Me encanta sentirme llenita, si es con dos picos mejor, pero con uno de verdad y un juguetito es total.

Una chorreada de leche grabada de frente fue la guinda de la torta, el pelo pegoteado y la boca llena de semen calientito era el mejor final para la película.

Me costó emprender mi viaje de regreso, pero mi JA me ayudó y me entregó la camarita con muchas indicaciones que por supuesto no entendí, enchufes, cargadores y todo.

Llegué a la guarida de mi perro más caliente y volada que de costumbre y con un curioso botín en el bolso.

Se lo entregué confiada esperando que él resolviera los problemas tecnológicos que pudiéramos enfrentar. Entre la calentura y la voladura no caché para nada lo que había pasado pero me encontré mirando con mi perro, en el visor de la cámara, la porno más ruda que nunca había visto, hasta… que se le acabó la batería.

Esa noche abandonamos la idea de ver la grabación y tiramos hasta quedar exhaustos.

Pero la cosa no era para renunciar así como así. En cuanto pude le pedí a JA que me traspasara el video en un pendrive, no voy a entrar en detalles pero les diré todo fue algo así como de película para que me pasara el material sin que nadie se diera cuenta, era casi como la entrega del micro film en una película de James Bond.

Cuando llegué con el preciado tesoro, el compu tampoco lo reconoció pero después de que mi perro bajó cuanto programa se apareció, emergieron las imágenes calentonas y nos dispusimos a disfrutar de la película XXX.

A poco andar nos dimos cuenta que había problemas con el sonido, pero la imagen se veía nítida, HD, demasiado clara y …lenta, se veeiiaaaa eeennn cáááámmmmaaaaraaaa lleeennntttaaaaa, xxxxxuuuuuuuuuu ese día tiramos mirando embobados el compu y por supuesto tomándonos todo el tiempo del mundo. Debo reconocer que fue harto heavy ver la performance en HD, primer plano y más encima en cámara lenta.

Jajaja putas que me pasan weas ¿no? con razón muchos piensan que mis aventuras son fruto de mi fructífera imaginación, pero son la pura y santa verdad.

Bueno, el Pato ha seguido con sus mensajes Arjonianos. “Mi amada ¿porqué tan distante?” y después me llama por teléfono para decirme lo mismo ¡UFFFFFFFFFF! ¡Qué lateeeeeeeeeeeeero ¡ la última vez me preguntó qué haría esa noche y le contesté que me quedaría en la casa de mi mino, al parecer no le gustó mi respuesta porque después de eso ha habido un silencio mortal. Francamente espero que sea el último suspiro de una relación que nació muerta.

Y si de cosas peculiares se trata ¿se acuerdan del Primo? JA me contó que había chocado enfermo de borracho, que hasta salió en la tele, y ahí me acordé que en las noticias apareció un weón, enfermo de curado que después que chocó se quedó dormido raja y que los pacos estuvieron como 20 minutos tratando de despertarlo. La verdad es que a mí también me costó harto trabajo despertar al niño.

Bueno, para terminar un deseo de placer para todos en este 2013 que viene. Que nos encontremos con menos Primos y con más JA. Pero como mi máxima fortuna es mi partenaire, el que me ayuda a tomar todo con esa necesaria cuota de humor y que me hace chillar de placer, les deseo que si no encuentran a su media naranja, encuentren a su limón completo o a su sandía calá’, cualquier fruta sirve.

FELIZ 2013

domingo, 16 de diciembre de 2012

LA CITA

No vayamos a decir que la nueva cita era algo poco predecible, obviamente tenía un 90% de certeza de que polvo iba a haber. Los comienzos son siempre muy excitantes, la previa había estado muy bien, pero tomando en cuenta que igual sería una primera vez, me vestí como una dama sexy, pero dama, no quería que se me asustara el nuevo candidato.

Lo llamé en la tarde para decirle que llevaría el postre, acusó recibo del doble sentido de mis palabras, dándome con eso mayor seguridad. Me puse un vestido que era la mezcla perfecta, algo vaporoso, ligero y suelto, como toda una dama, pero animal print, mini y muy fácil de sacar , como la perra que soy, un conjunto negro bastante clásico con colaless y pantys negras, botas grises de tacones altos.

Le pedí la aprobación del vestuario a mi perro por cam, y cuando vi su mirada caliente al otro lado de la pantalla, emprendí feliz y segura mi camino hacia el descubrimiento de este nuevo macho. Estaba en estos preparativos pensando que se me estaba haciendo tarde cuando me llamó pidiéndome que atrasáramos la cita unos 20 minutos, era demasiado perfecto todo.

Cuando llegué me recibió con un piquito suave, yo aún tenía el recuerdo fresco de su boca y me sentí un tanto decepcionada por su recepción, no se trataba de que nos pusiéramos a atracar de una, pero un beso chupeteado con punteo leve o un agarroncito de culo me habría dejado más feliz.

Apenas entré, vi una mesa romántica perfectamente dispuesta, como de publicidad televisiva: velas, copas, el pan trozado en una tabla, los platos debidamente colocados, pensé que sólo faltaba el camino de pétalos de rosa hacia la cama. Algo de romance no le hace mal a nadie, así es que calmé a la perra y la dama se dispuso a disfrutar de la cena a la que le faltaban solo un par de minutos para ser servida.

El Pato se comportó como un galán de tomo y lomo. La cena preparada por él de punta a cabo, partimos con una sopa, (servida en una sopera) ligera y sabrosa, continuamos con una pechuga de pollo al limón, acompañado por pasta y ensalada. El postre que yo había aportado consistía en una tarta de leche asada con manzanas.

Jajaja ¿están algo aburridos?

Bueno, la verdad es que también estaba ligeramente aburrida, era todo demasiado correcto, la conversación giraba en un plano más bien familiar. Estaba empezando a bajarme el sueño así es que fui al baño a refrescarme un poco, cuando salí se cruzó en el pasillo y empezó la fiesta, me agarró de una metiendo su manos bajo el vestido, me fue empujando suave hasta una habitación y me sacó el vestido de una, sin ningún comentario y sin mediar pausa me desvistió completamente.

Yo entiendo que para tirar la ropa sobra, pero perderse el ir descubriendo la piel y no darle unos minutos a ese placer fetichista de la ropa interior femenina lo encuentro bastante imperdonable, sobre todo en las primeras citas, bueno que tampoco hubiera servido de mucho que me hubiera tomado una hora en desnudarme ya que apagó completamente la luz ¿qué hace una perra exhibicionista como yo cuando le pasa eso?
Prender la luz, dirán muchos, claro que lo hubiera hecho pero era un lugar desconocido, no era la habitación principal, era una pieza con varias camas pequeñas y no tenía idea dónde estaba la puta luz.

Bueno, pero creo que ya se habrán dado cuenta que soy una perra comprensiva y con una gran dosis de paciencia, porque de lo contrario con esos signos al debe, debería haber concluido que esta nueva relación no sería muy fructífera.

La verdad es que no tuve tiempo, ni me atreví a proponer un pitito para ayudar a la liberación, creo que hubiera sido útil (días después me confesó que eso era algo que le gustaba hacer), pero sus manos habían empezado a realizar un buen trabajo y mi niña que si bien se había quedado con las ganas de ser descubierta de a poco y con misterio, estaba reaccionando feliz al roce de esas manos nuevas, que escudriñaban sin timidez en la impunidad de la oscuridad.

Sus hábiles dedos abrían suavemente mi conchita y se metían provocando placer. Al cabo de un rato ya me había acostumbrado a la oscuridad y en la penumbra pude descubrir un pico erecto listo para la batalla, las dudas se despejaron y la calentura se convirtió en la reina de la fiesta.

Yo estuve mucho rato acostada boca arriba con las piernas abiertas disfrutando de las pajas que cada vez iban siendo más productivas, pero al ver ese miembro durito no me aguanté y me incorporé para comérmelo.

Quedé sentada en la cama, soy flexible pero estaba harto incómoda doblada en dos chupando la callampa húmeda de mi compañero, lo acomodé como pude para sentir ese pico palpitar dentro de mi boca.

Mi compañero quiso pasar a la siguiente etapa y yo estaba absolutamente de acuerdo, me moría de ganas de que algo más contundente que los dedos se metieran por mi zorrita.
Como estaba oscuro, pensé que él habría puesto el mismo empeño en ocuparse de los detalles del polvo, que en preparar la cena y que tendría las cosas necesarias a mano.

Yo esperaba la maniobra de búsqueda del condón, pero en lugar de eso, mi compañero buscó mi zorrita con una mano y con la otra agarró a su ciego y tieso compañero, en una indudable acción de guiarlo a la ansiada guarida.
Me puse en guardia.

 - El condón- le dije suavemente, pero él no me hizo ningún caso.

Siguió acariciándome, con el pico empuñado con su otra mano, acercándolo peligrosamente a mi niña que estaba de lo más disponible a gozar como una suelta.

Pero esa loca no se manda sola. - Que te pongas un condón – repetí en un tono en el que no quedara duda de que me estaba escuchando.
- No tengo - - ¿Qué?-
- Que no tengo condón-

Claramente podría haberse ido todo a la cresta en ese instante, pero una perra preparada como yo ando siempre lista. - No te preocupes- le dije- yo tengo-

La verdad me cuesta entender como un weón viejo anda por la vida culiando a pata pelá’, con minas a las cuales conoce poco o nada.

Bueno, pero no era la hora de los juicios de valor, así es que solucionado el problema, continuamos con lo que nos convocaba y con su gorrito puesto se hizo espacio abriéndome con la presión justa. Lo sentía entrando en cada embate un poco más adentro, él sobre mí presionaba con su pelvis para que el pico taladrara mi zorra.

Tuve un par de orgasmos de nota 4 en una escala del 1 al 7 o sea justito para aprobar no más.

- Date vuelta que voy a montarte- le dije tomando las riendas de ese correcto pero fooooooome polvo. - ¿te gusta así? era obvio que si lo pedía era porque me gustaba, si él hubiera agregado algún comentario provocador a sus palabras, habría salvado, pero el Pato es correcto, así es que inimaginable escucharlo decir ¿te gusta así para poder ensartarte y domar a tus potros? por ejemplo. -

 Bueno pero tomar las riendas y darle otro ritmo, un carácter un poco más lujurioso, fue muy beneficioso, me restregué sin piedad y el Pato hizo lo suyo manteniendo la dureza de su entrepierna, mientras sus manos agarraban mis tetas.
Exploté satisfactoriamente, él se dio pagado y me dijo – hazme acabar- cosa que no me costó mucho trabajo.
En la misma posición me ocupé de exprimir su pico estrujando con mi conchita adiestrada, hasta que no quedó ni una gota.

Después fue muy cariñoso, estuvo largo rato acariciando mi espalda.

- ¿Qué piensas? Me preguntó con tono profundo
- Nada – le contesté- no pienso, siento-

No sé muy claramente qué quería escuchar, la verdad es que la comunicación verbal anduvo harto mal durante el polvo, nunca llegué a “alinearme” con él, ni siquiera en los momentos más álgidos.

- ¿ Y no te parece raro que estemos juntos en una cama?
– Claro que es raro-le contesté- por decir algo, pero la verdad es que no le encontraba sentido a nada de lo que hablábamos.

Me imagino que él quería escuchar

- “Para mí esto es un sueño cumplido, de pequeña estuve enamorada de ti y ahora que llegué a VENUS en tus brazos, podré morir tranquila”

. Bueno, pero eso es sólo fruto de la imaginación de una perra caliente que puede decir que ha conocido y degustado un nuevo y nada despreciable pico.

Después de eso encendí la luz y me vestí sin mucha parsimonia, intuía que el Pato era de una no más, por lo que no valía la pena perder tiempo intentando tentar con un vestir más sugerente, sólo quería llegar lo más rápido posible a revolcarme con mi perro a sabiendas que él y su amigo Lucho, lograrían calmar las ansias de mi zorrita.

Me acompañó a la puerta como un caballero y luego como dama insegura preguntó vacilante ¿te podré ver otro día? Por supuesto, le contesté amorosa y salí caminando sonriente.

No voy a decirles que fue el peor polvo de mi vida, obviamente tampoco el mejor, pero nunca los primeros polvos son espectaculares.

Ya veremos qué ocurre con este romántico galán.

domingo, 11 de noviembre de 2012

LOS RECUERDOS ¿CALIENTAN?

Y llegó el email del Pato.


Yo estaba absolutamente dispuesta a emprender una aventura o lo que viniera, podía intuir que su interés no era poco ya que decía que sentía que habían quedado cosas pendientes de otras épocas y eso hizo volar mi imaginación.

Pero estaba en verdad loca con la pega, ya que tenía que hacer rehabilitación en las mañanas por lo que todo el trabajo debía realizarlo en el medio día que quedaba.

Le pedí que me esperara hasta pasar la fecha del lanzamiento de un producto en mi pega y lo contactaría.

Paso haaaaaarto más rato hasta que me animé a enviarle un correo muy corto - ¿Te parece si nos juntamos mañana tipín 19:00?


Al otro día llegué buscando su respuesta y nada, estuve todo el día pendiente del correo y no aparecía N A D A de N A D A.

Ya era bastante tarde y no llegaba ni una respuesta, no vayamos a decir que me cortaba las venas, pero me habría gustado encontrarme con él aunque fuera para copuchentear algún rato.

Venía manejando mi auto cuando escucho mi celular, iba acompañada de un compañero de trabajo, le pedí que mirara quien llamaba y era un teléfono desconocido.

Un taco oportuno me permitió contestar el celular y reconocí de inmediato su voz rasposa (he cachado que me gustan las voces rasposas, no hay nada más mata pasiones que una voz de pito o chillona en un macho).

Bueno, cuento corto acababa de ver el correo, pero andaba cerca y teníamos unos minutos para vernos, me fue a buscar a la oficina y bajamos a conversar un rato, fue entretenido, un coqueteo suave. Se fue muy atrasado a su cita posterior y yo regresé a mi pega.

No había pasado ni una hora cuando encontré en mi celular 4 llamadas perdidas de su número, ese fue el clik que necesitaba para dar rienda suelta a mis fantasías, lo llamé de vuelta y me pidió que nos juntáramos ese mismo día, jjajaj era divertido que después de tantos años , quisiera verme dos veces en un mismo día.

Después de hablar con mi perro partí a la más absoluta aventura.

El Pato me había dado instrucciones claras para dar de manera muy fácil con la dirección y cuando llegué me esperaba en la puerta.

Nuestro encuentro fue entretenido me sentí siempre muy cómoda, estaba expectante pero tranquila, me movía a mi ritmo, segura, se daba todo para que yo desplegara mis plumas con todo brillo. Imagino que él, siguiendo algún manual de seducción básica, puso música, reconocí inmediatamente la Séptima Sinfonía de Beethoven, encontré un poco rimbombante poner a Beethoven para conversar, pero no me molestó.

Ofreció cocinar algo pero yo no tenía hambre, (soy la envidia de toda mujer, cualquier cosa que me altera un poco me quita automáticamente el hambre), pero me gustó su oferta, ahora son los hombres quienes seducen cocinando.

Me senté en un gran sofá y él se instaló en el extremo contrario lo más alejado posible, estuve mucho rato pensando porqué se sentó tan evidentemente alejado, pero no estaba para inseguridades.

Hablamos varias horas, pasando de un tema a otro con facilidad, de vez en cuando percibía alguna pista de seducción pero nada claro. Muchos recuerdos y amigos en común, así es que conversa fluyó amena.

Yo me sentía muy bien, tampoco quería apresurar las cosas, así es que me dispuse a disfrutar del parloteo.

Cuando miré la hora ya era muy tarde, así es que me incorporé para emprender la retirada, caminando hacia la puerta me propuso vernos en un par de días más, cocinaría para mí. Acepté encantada, sólo le pedí que no fuera sushi (me acordaba mucho de la primera vez con Chico Guapo, que estuvo todo bien salvo que insistió con el sushi, odio el sushi)

Coqueta abrí la puerta, la reja, hablábamos del menú y miró la luna que estaba gorda y grande, tiró la talla y me acomodó en el ángulo para estar bajo su luz y cuando fui a despedirme agarró decidido y con firmeza mi cabeza con sus dos manos y me plantó un beso que me dejó sin aire.

Una boca nueva, reconociendo todos los rincones, sin prisa su lengua incitaba a la mía, mordía mis labios, sus manos no dejaron que mi cabeza se apartara ni un milímetro, disfruté golosa de ese beso largo.

Partimos bien y creo que eso es básico, si el primer beso no me gusta, no hay destino posible ni con el pico más espectacular del mundo. Yo no soy como las putas que no besan, a mí me encantan los besos.

Me soltó un segundo solo para decirme -te vas…pero en 10 minutos más- me giró dejándome de espaldas a la puerta de la casa y caminó seguro no apartando nunca su boca de la mía, guiándome hasta adentro de la casa nuevamente.

Me recostó sobre un sillón y quedó sobre mí, desabrochó la blusa y agarró no sin dificultad mis pezones con su boca, tenía puesta una camiseta muy ajustada bajo la blusa, lo que hacía imposible la fácil aparición de mis tetas, puchas no iba preparada para esa performance, mordió suaves mis pezones y con su mano buscó mi zorra que ya se mojaba debajo de la falda, sus dedos hábiles encontraron fácilmente los labios viscosos de mi conchita y que se deleitó con la maravillosa prestidigitación del nuevo amigo, sus ojos clavados en los míos vigilando como halcón sobre su presa hacían que mi calentura se elevara.

Te llevaré a Venus - lo escuché decirme- la calentura del momento hacía que mi cerebro no procesara y que gobernaran las partes viscosas de mi cuerpo, me dejé llevar por el torbellino y acabé con sus dedos sumergidos en mi zorra, aunque no sé si precisamente en Venus.

Sonrió complacido me besó con dulzura y arremetió nuevamente de la misma forma, yo soy capaz de disfrutar a cabalidad con buenas pajas, así es que le di pa´delante no más.

Después de la cuarta me incorporé y busqué su pico que ya percibía duro bajo el jeans. Apareció delicioso, mi boquita experimentada esperaba ávida que le presentaran el nuevo ejemplar. Un pico de tamaño medio, pero bien dispuesto, activo, durito me invitaba a conocerlo de a poco sin prisa.

Le pasé la lengua y me gustó su sabor. Mi boca lo atrapó entero chupando con deleite esa nueva callampa que sentía cada vez más caliente palpitando en mi boca.

En eso estaba, por cierto muy emocionada, cuando percibí con claridad y placer que el final era inminente. Lo escuché musitar un "no" medio ahogado, cuando mi boca se llenó de su leche calientita, saboreé ese líquido viscoso que por primera vez se vertía en mi boca y pensé que putas que estaba perra, primera cita y ya me lo había comido literalmente. Eso era algo que en épocas pretéritas quedaba como para el tercer polvo.

Le di un beso, me acomodé la ropa y emprendí mi retirada sin decir mucho más, camino a la puerta preguntó si la cita seguía en pie (no sé si pensaría que con eso me bastaba, obviamente era un pequeño aperitivo, un snack, algo para partir) – Por supuesto - le contesté y me dejó en mi auto.

Luego de las típicas palabras de buena crianza “maneja con cuidado … que llegues bien” me pidió que le avisara cuando llegara a mi casa, me sorprendió su petición pero la encontré dulce. Lo llamé cuando llegué…pero no a mi casa, lo llamé cuando llegué a la casa de mi perro.

Estaba ahogada en mis chillidos orgásmicos restregándome con mi mino, con el gusto al semen fresco del nuevo ejemplar en mi boca, cuando escuché la llegada de un mensaje a mi celular “me dormiré con tus labios”.

No era precisamente el mensaje que hubiera esperado como fin de fiesta, pero con la adrenalina y la calentura a mil, importaba poco el tono romanticón de mi nuevo amante, ya habría tiempo de ponerlo a mi tono.

domingo, 4 de noviembre de 2012

NO ESTABA MUERTA ANDABA DE PARRANDA

Bueno, pero parranda suave y después de un período de abstención obligada por motivos de salud, nada serio y por supuesto no los voy a latear con mis achaques. Pero mis dos machos favoritos esperaron pacientes mi regreso, me imagino que habrán tenido alguna forma de pasar esa sequía obligada, “la veda del choro” como dice elegantemente mi perro, lo importante es que son dos picos que siguen siempre listos para mi niña caprichosa.
Pero vamos pa' delante.
JA se ha transformado en un amante asiduo y ha sido muy creativo, lo que ha contrarrestado el desgaste que podría provocar el largo tiempo de nuestra relación.
En una de nuestras reuniones llevé el trajecito de cuero. Esa vez me sentí más tranquila, jajaja ya sabía como instalármelo, así es que cuando se fue a buscar algo para beber yo me encerré en el dormitorio y me enfundé los cueros. Tiene un cierto placer esa desnudez parcial, me hace sentir más voluptuosa , enmarca y adorna como para regalo, las tetas, el culo, la zorra y cuando lo monto y estoy ensartada por la conchita o por el culo , las correas se convierten en bridas que él agarra con potencia , haciendo que la fricción aumente deliciosamente y que no quede ni un milímetro de separación, las hebillas raspan la piel ocasionando esa sensación de de placer al borde del dolor.
Un par de juguetitos nuevos han sido también grandes aportes de JA y se han transformado en mis favoritos para aumentar el encanto.
Uno es un aparentemente simple vibrador de color rosa fuerte, liso,con una vibración muy potente, de un tamaño exacto para mi placer . Su base es muy pequeña y adornada con brillos, sólo lo suficiente como para no sentir que puede perderse dentro. (El sentido común me dice que no es posible que alguno de estos artefactos tenga que ser retirado en algún Centro de Urgencia , pero necesito siempre sentirme segura a ese respecto…weas mías no más, cada uno tiene sus trancas ¿ya?).

Con ese juguete he disfrutado las dobles penetraciones de todas las formas posibles, recordando esa deliciosa sensación de tener dos picos duritos, calientes y jugosos abriéndose camino en forma simultánea, compitiendo por quien llega más al fondo y yo abierta, escandalosa y entregada al placer.

El otro es una especie de rosario de tres pelotitas que van aumentando de tamaño y que terminan en una argolla, es todo de goma, es muy rico sentirlas entrar y salir, atraparlas de a una, comérselas esperando que la sigue va aumentar el placer porque es más grande. Ahora eso teniendo un pico durito jugando en el orificio desocupado… ¡putas qué rico!

Además, he tenido alguna visita social de Mr. Big pero mis escasas horas libres para tirar y su horario de macho casado, no me ha permitido concretar un encuentro con ese monumento que lleva con orgullo en su entrepierna.

Como ven sexo he tenido, pero lo que me faltaba hace rato, era esa adrenalina que provoca la seducción de un macho nuevo, la expectación de partir de cero, de todo por descubrir y es eso lo que me tiene ahora con una sonrisa en los labios.

39 AÑOS ATRÁS
Conocí al Pato cuando yo tenía como 13 años, yo era una pendeja muy flaca, me veía mucho más chica, cero pechuga, cosa que no ha cambiado mucho, jajaja. Pero la verdad es que era una niña, mi pubertad estaba aún muy lejos de llegar, entonces recuerdo al Pato como un joven de unos 19 años, de ojos verdes, atractivo, muy canchero, una pequeña estrellita de un juvenil programa de TV y pololo de una de nuestras compañeras, la mayor, la más regia, la más linda según mi visión de esa época. Para mí el Pato era absolutamente inalcanzable, lo encontraba lindo, pero ni en mis más encumbrados sueños de niña pensaba que ese Príncipe Azul pudiera posar sus ojos en mí.
El golpe de Estado del año 73, hizo que muchos jóvenes de mi país tuvieran que tomar caminos impensados, y el Pato fue uno de esos que sin motivo real tuvo que andar medio escondido y que finalmente, truncados sus caminos profesionales en Chile, tuvo que emprender nuevos rumbos, buscando posibilidades en tierras europeas
Recuerdo vagamente haberlo visto de pasada en alguno de sus viajes a Chile y haciendo gala del dicho “el mundo es un pañuelo” mi mino, en una de esas largas conversas que teníamos en alguna pausa entre polvos, empezó a hacer recuerdos de su trabajo en Francia y apareció en el relato, sin tener importancia alguna, la inclusión de otro chileno que se había aguachado allí por algún tiempo, era el Pato.

A fines de Septiembre cuando mis achaques no pasaban del todo, asistí al estreno de una obra. Llegué al lugar buscando alguna cara conocida y conversando con uno de mis antiguos amigos vi la figura perfectamente reconocible, del Pato, a pesar del paso de los años.

Me dio gusto verlo y reconocerlo tan claramente, (hacía poco me había encontrado con otro amigo de esa época, que no había visto en largos años y en todo el rato que hablé con él en mi cabeza nunca pudo encajar ese caballero semi calvo con el mozo de antaño).
 Llegué  donde estaba y lo abracé con gusto diciendo su nombre con seguridad y con la naturalidad sin barreras que me otorgaba mi posición de niña de esa época. El sonrió y respondió mi abrazo con calidez, pero en ese minuto dudé si me habría reconocido tan fácilmente, después de esa tremenda tracalada de años, más aún cuando yo pensaba que era invisible para él. Cuando dijo mi nombre respiré nuevamente con tranquilidad, hablamos muy poco pero supe que estaba de regreso en Chile.
Durante la obra me quedó dando vueltas en la cabeza, lo seguía encontrando atractivo a pesar que recién caía en la cuenta, que era muy bajo de estatura, claro, yo era harto más chica cuando nos conocimos. Lo estuve espiando durante el intermedio, pero no pude zafarme de otro amigo antes que terminara, pero al finalizar la obra me propuse quedar en contacto con él.
No fue fácil, al terminar lo encontré cuando ya estaba en la calle y rodeado de gente desconocida, pero perra cobarde no soy hace rato, así es que irrumpí como huracán en medio de las caras descolocadas de sus amigos, le dejé mi tarjeta con una sonrisa y me despedí con un beso en la mejilla pidiéndole que me contactara.
Eso es algo que en general no hago hace rato, ya que significa dejar en las manos del otro las iniciativas y eso no me gusta, pero soy lenta como una tortuga para guardar teléfonos en mi celular y tampoco era muy cómodo causar una interrupción muy larga en su salida.

Unos días después recibí su correo, se alegraba de haberme visto y me pedía que nos juntáramos para recordar viejos tiempos . Uno sabe donde empiezan esos recuerdos, pero nunca  sabe como terminan.

domingo, 25 de marzo de 2012

NUEVOS JUEGOS


Durante los últimos polvos con mi JA, se había convertido en parte de la rutina ver videos pornos en la previa. No veíamos vídeos completos, más bien hacíamos zapping y disfrutábamos el porno en complicidad, calentándonos con las de imágenes de picos duros penetrando bocas, culos y/o zorras, champagnazos, tríos, cuartetos , dobles penetraciones, en fin, no le hacíamos asco a nada, bueno casi nada. Una vez apareció un trío de una mujer y dos hombres con pantimedias, era muy rara la cuestión porque los caballeros con el pico escondido tras las pantys lucían muy poco machos y la mina tenia medias hasta en las manos…bueno, esa la cortamos rapidito. Bueno, en esas lides muchas veces aparecían vestimentas exóticas y cuando me dijo ¿perrita te pondrías algo así para mí? Yo no dudé ni un instante y le dije _por supuesto, sólo cómprame la talla más pequeña_
En nuestro polvo de reencuentro, reiteró sus ganas de enfundarme un atuendo hot, la verdad es que me gusta jugar, pero más que para satisfacer mis gustos personales, sentía que no tenía calidad moral para negarme a satisfacer una fantasía tan inofensiva después que él había sido capaz de cumplir con el trío de mis sueños.
Así es que el sábado cuando me llamó para confirmar nuestra junta y me pidió que llevara medias negras, supe de inmediato que tendríamos juego.
No tenía idea de que estilo sería el regalo sorpresa, pero pensaba que tenía dos posibilidades claras: o nos atacábamos de la risa por ridículos, o nos creíamos el cuento y nos calentábamos mucho. Las dos posibilidades eran muy buenas, reírse de uno mismo es casi tan bueno como un encuentro apasionado.
Cuando llegué a su depa estuvimos conversando un rato corto y me anunció su regalo.
Yo llevaba mis medias negras, unos tacones altos metálicos y brillantes y un conjunto negro de encaje en una bolsita. Me llevó hasta el dormitorio me entregó el paquete y se fue a tomar una ducha.
La verdad es que yo me siento bastante segura con medias y tacones, pero me pasé hartas películas bien desastrosas. Mi delantera es pequeña y con una prenda de talla más grande luce muy desmejorada, sólo confiaba en que él me conocía lo suficiente como para no hacerme pasar por un bochorno.
Abrí la bolsa del regalo y al comienzo no entendía nada, no apareció el traje de gatúbela, ni de conejita, ni encajes, ni satén, ni látex. Eran sólo correas con hebillas, muchas correas y hebillas.
Estuve un rato mirando el trajecito aquel tratando de dilucidar como cresta se ponía. No traía instrucciones, ni una fotito huacha para ubicarse. No puedo negar que me entusiasmó enfundármelo, pero aún tenía que descubrir cómo. Un par de rombos fue la clave para aclarar el misterio, así es que deslicé las medias en mis piernas, ajusté las correas para achicar el modelito y lo calcé a mi cuerpo desnudo. Alcancé a encaramarme en los tacones cuando sentí que cerraba la ducha. Completaba el modelito un colaless que era casi puro elástico, el triángulo de la zorrita era del porte de una estampilla. No me gustó mucho pero me lo puse igual, tampoco era tan terrible.
Como accesorio un látigo, pequeño de juguete, pero látigo igual no más. Me miré al espejo y era bien potente la imagen. Las correas marcaban las curvas, mis tetas se veían favorecidas en el hueco de los rombos.
La sonrisa complacida de JA cuando apareció, fue la seña que necesitaba para sentirme una súper mina encuerada.
Me tendí en la cama mientras él miraba embobado, su pico ya se dibujaba claramente bajo el bóxer, yo refregaba mis piernas acariciándome cuidadosamente con los puntiagudos tacos, tiraba con mi mano la correa que pasaba justo bajo mi zorra , al comienzo sentía la rudeza de las hebillas metálicas incrustándose en mi cuerpo y la textura del cuero raspando mi piel, esa sensación lejos de no gustarme o preocuparme fue haciéndose de a poco bastante placentera.
Llegó a la cama, se arrodilló y tomó mis piernas extendiéndolas hacia arriba, comenzó a acariciarlas, me gustó sentir su lengua caliente y mojada buscando los espacios que dejaban la tiras de los tacones, sus manos se deslizaban desde la punta del taco brillante hasta el comienzo de mi pierna, yo jugaba con su paquete que se presentaba cada vez más duro, lo sentía cada vez más excitado estrujando mis piernas, apretando su cara contra los tacos y chupando mis pies.
Abrí mis piernas y las bajé para invitarlo a cambiar de juego, él respondió maravillosamente y me montó sentándose en mi pelvis, sus dedos firmes estrujaron mis tetas que se ofrecían enmarcadas entre las correas, mis brazos quedaron atrapados por sus piernas por lo que no podía moverme, me calentaba mirar como tironeaba mis pezones durísimos y mi pelvis buscaba presionando hacia arriba algún alivio con sus bolas. Levanté mis rodillas empujándolo hacia adelante y mi boca abierta esperó ansiosa por su regalo, mi lengua recorrió gustosa ese pico caliente que esperaba ser liberado. Me gustaba sentir como el cuero y el elástico del colaless frotaban mi clítoris cuando tiraba las correas.
Se movió hacia atrás abrió mis piernas y empujó mis rodillas hacia el pecho subiendo mis caderas mi zorra quedó automáticamente servida frente a su boca. Con sus manos firmes en mis piernas absolutamente abiertas , lo sentí devorándome desesperado haciendo a un lado las correas, y la tira del colaless que estaba totalmente empapada. Su legua penetraba mi conchita abiertísima, mi clítoris durísimo emergía potente agradecido de ser mamado con fiereza. Tiró la cadera más arriba y esta vez fue por el agujero del culo, abría con las manos los glúteos para meter la lengua cada vez más adentro. Ahí la cosa se complicó un poco, mis hoyos encantados y tengo bastante elongación, pero mi cuello se sentía demasiado presionado por la posición extrema, no me quedó otra que renunciar al placer por mi bienestar futuro.
Me penetró en esa misma pose, con mis piernas en sus hombros sentí como resbalaba su pico llenando mi zorra, presionando con el peso de su cuerpo me lo metía cada vez más adentro. A esas alturas las hebillas y las correas sólo aumentaban mi placer, exploté chillando en esa pose, pero mis ganas no aminoraban ni un poquito.
Agarré un juguetito y me lo metí por el culo con la zorra expuesta, yo esperaba que me metiera el pico por la zorra, pero se acercó para mamarme mientras yo me daba por el culo, me encantó dejarle el control del juguete y dedicarme a disfrutar mientras me abría el culo y me chupaba y mordía la concha. Putas la weá ricaaaa.
Me metió el pico mientras yo afirmaba al amigo en el culo, me encanta sentirme llena por todos los hoyos, es una sensación de calentura de quererlo todo, más, más y más.
Me ofrecí en cuatro para que me diera fuerte por el culo, agarrando firmes mis caderas nos hicimos tiras, sólo me di vuelta para recibir mi leche calientita acostada debajo de su pico bebiendo de una fuente deliciosa.
…y seguíamos calientes….tiramos de nuevo…acabamos de nuevo y yo seguía caliente…llegué a la casa de mi perro y él como siempre fue capaz de satisfacer a cabalidad todos mis deseos.
Bueno, digamos que finalmente, si bien es cierto nunca asumí el rol SADO –MASO el trajecito sirvió para aumentar el morbo y gatillar potentes y escandalosas ganas de tirar sin límites.
Cuéntenme ustedes qué les parece el modelito.

jueves, 16 de febrero de 2012

PERO SIGO SIENDO....


Hola a todos, la verdad se me pasó el tejo para abandonar mi espacio, es que como no soy escritora me toma tiempo y energía escribir mis andanzas… pero no he muerto.
Bueno, vamos por el principio, después del fallido trío con mi JA, tiramos una vez más los dos solos y posteriormente vino un largo periodo de sequía.
En general era él quien presionaba deliciosamente para realizar nuestras juntas, pero ahora algo pasaba porque a pesar de muchos intercambios de frasecitas comprometedoras a escondidas, no lográbamos concretar en una reunión íntima.
Un día caluroso recibí una llamada suya y después de los saludos de rigor me invitó para que nos juntáramos a almorzar. Eso no era algo muy habitual, pero tampoco era raro que sólo nos reuniéramos para chacharear como buenos amigos. Eran días en los cuales yo estaba absolutamente copada, por lo que decidí juntar una serie de cosas pendientes y me tomé la tarde libre para realizarlas… y de paso tendría tiempo para regalarme algún pollito al velador si es que se daba.
Nos encontramos cerca de mi oficina e inmediatamente me explicó que tenía cosas que hacer después de almorzar por lo que mi ilusión de una tarde sudorosa se enfrió de inmediato. Pedí un plato vegetariano y casi me atoro con la lechuga cuando, como para que pasara casi desapercibida, incluye entre frases triviales una bomba atómica, “…..Trini…estoy pololeando…...” Debo confesar que aunque está situación la había previsto muchas veces y lo conversábamos frecuentemente con mi mino, fue un balde de agua fría, traté de parecer lo más complacida posible, pero en verdad sentía que algo se derrumbaba y que la perra estaba con las orejas gachas acusando recibo del golpe.
No tocamos el tema de qué iba a pasar con nosotros en esta nueva situación. Yo creo que él no se las quiso jugar por su nueva minita y yo no quise de buenas a primeras exponer una situación, en efecto, escabrosa. Lo peor de ese día vino después, mi base, mi refugio, el que pone las cosas en su sitio cuando yo estoy terremoteada es mi perro y ese día, por diversos motivos me fue IMPOSIBLE hablar siquiera con él. Eso no pasa nunca, bueno, Ley de Murphy, parecía que los astros se confabulaban para que yo me fuera a la cresta y …solita ¿con quién podría compartir esa terrible noticia? No es cosa que de rompe y rasga uno venga y le diga a un compañero de oficina, … “mi amante favorito tiene polola... cierto ¿no te había contado que tengo amantes? “lo peor es que mi perro no está para que me consuele… si claro … él sabe que tengo amantes…” en fin claramente no era una posibilidad, así es que me la tuve que tragar sola.
Mi rival era una minita que yo conocía, una jovencita que también había sido parte del staff de las estudiantes con las que trabajo. Muy delgada, bastante agraciada, pero más bien con cara de niña buena, me parecía de buenas a primeras poco probable que pudiera terremotearlo en el ring de 4 perillas, pero eso nunca se sabe, a veces las que tienen cara de ángel son unos verdaderos demonios con las piernas abiertas.

Después de reponerme del primer golpe decidí que lo mejor era hacerme la loca, no quería de ninguna manera perder las bondades sexuales de mi JA, así es que resolví no hacer dramas y hacer como si las cosas no hubieran cambiado entre nosotros, sólo esperaría una buena ocasión para arremeter con todo.
Ya más tranquila y después de haber recuperado energías en los brazos de mi perro, fui sorprendida por una clara invitación de JA. Se me iluminó la cara y se me mojó la zorra, era lo que estaba esperando, si tirábamos una vez en estas nuevas condiciones, la proyección se haría más fácil, todas las primeras veces son las difíciles.
Fui como una perra dócil, pero perra igual. Llevé la cámara pero sin forzar nada, si se daba bien, sino piola. Primero fuimos a cenar, no quise tocar el tema de la pololita, como si no existiera. Recién había llegado la comida cuando sonó su celu. En efecto lo primero que pensé era que la que estaba al otro lado era su minita, pero a poco escuchar me di cuenta que hablaba con su hija, al poco rato él le pidió que le pasara a su mamá, o sea, su ex. Cuento corto le decía que tenía que hacerse cargo de la pequeña esa noche, JA defendía con todo nuestro polvo, pero se notaba que iba perdiendo terreno. Yo al principio me descompuse un poco, pero después pensé que podía sacar ventaja de la situación, y con gestos le dije que por mí no se preocupara que estaría bien, que yo entendía.
Eso lejos de quitarle las ganas las acrecentó mucho más, pedimos la cuenta rápidamente y nos fuimos a tirar como si el mundo fuera a acabarse, lo claro era que teníamos poco tiempo.
Ya en las escaleras del edificio del departamento comenzamos el atraque firme, agarré su pico duro que se dibujaba claro bajo el pantalón, mientras sus manos se metían debajo del vestido y me estrujaban los glúteos empujando mi pelvis contra su dureza, saque mi mano para sentir en mi zorra en pleno el roce de su herramienta. Nos detuvimos largo en esas escaleras arriesgando que alguien nos viera, la verdad es que no me importaba, ni siquiera lo pensé mucho, solo me encantaba sentir su lengua en mi garganta y la calentura en ascenso vertiginoso.
No me di cuenta cuando ni como mi colaless ya no estaba en su lugar, sin apartarse ni un milímetro de mi boca lo restregaba en su nariz, oliendo extasiado la prenda mojada por mis jugos. Yo percibía claramente mi olor a sexo y me excitaba más aún constatar lo que ese olor provocaba en él. Nos llevamos la prenda a la boca, pero le dejé la parte más viscosa a él, yo la tomaba de su lengua. A esas alturas el vestido ya estaba arriba de la cintura y de a poco habíamos llegado a la puerta de su depto.
En ese momento pensé que me habría excitado más aún que alguno de sus vecinos hubiera irrumpido sorprendiéndonos en esas lides. Lo puse de espaldas apoyado en la puerta, me agaché y bajé el cierre del pantalón liberando al dragón que luchaba por ser liberado, emergió caliente, orgulloso y agradecido. Mi lengua lo recorrió de punta a cabo dibujando la callampa y me detuve gustosa en la ranura degustando esas gotas que emergían levemente. Me lo tragué entero agarrando sus bolas que aún estaban bajo el bóxer, notaba su nerviosismo pero la calentura era mayor por lo que ni él ni yo abandonábamos la posición.
Bajó el cierre del vestido y me estrujó los pezones fuertemente mientras su pico empujaba en mi garganta. Sentí su mano buscando las llaves en el bolsillo de su pantalón, pero no alcancé a incorporarme cuando me agarró en vilo y de una me ensartó, me agarré fuertemente con mis brazos sobre sus hombros y las piernas abrazando su pelvis. Subía y bajaba como en un tobogán, golpeábamos fuertemente en la puerta, sus brazos cruzados bajo mi culo contenían mi caída y mi zorra gozaba la fuerte fricción de la subida y más aún de la bajada. Todo demasiado bien pero las llaves que tenía agarradas en una de sus manos se incrustaban inmisericordes en uno de mis muslos. La incomodidad pudo más que la calentura, ya que intentó abrir la puerta sin abandonar la posición, pero sus pantalones habían caído a la altura de sus tobillos y el riesgo de sacarse la cresta era demasiado, así es que decidimos continuar con nuestro polvo como gente decente, dentro de la privacidad de su departamento.
Por supuesto ni pensé el tema de la cámara había poco tiempo así es que había que aprovecharlo lo mejor posible, nos sacamos lo que quedaba de ropa, que no era mucho, lo más rápidamente posible, agarró los condones y le dimos con todo.
Sus dedos exploraron el camino estrecho y acto seguido me lo incrustó con gentileza y decisión, estaba todo muy resbaloso por lo que no hubo ninguna incomodidad. Quedé boca abajo con su peso sobre mi cuerpo, sus manos abrían mi zorra mientras su pico se enterraba en mi culo con firmeza. Me encantaba sentir su boca mordiendo mis hombros resoplando como animal, sus manos se juntaban estrujando mi clítoris que parecía estallar.
Escuchaba mi voz pidiendo más, más… no pares….ábreme la concha, así …estruja…aprieta. Sus piernas presionaban haciendo que su pico me atravesara completa hasta el fondo, mi grito explotó, haciendo caso de su -vamos puta…tómalo todo…mi amor goza…perra”- mi cuerpo completo se contraía no percibiendo en forma clara dónde estaba el epicentro de la explosión, ¡Qué cosa más rrrrrrica!
Con la respiración entrecortada y ansiosa preguntó ¿dónde quieres que acabe? le pedí que lo hiciera en mi culo, quería sentir ahí mismo como se vaciaba aún dentro del condón, disfruté de sus temblores estrujando con mi culo ese pico que me regalaba su leche. Nos quedamos unos minutos sin movernos, con la agradable sensación de éxito rotundo, pero inevitablemente teníamos que acelerar la partida.
Salió de mi culo con cuidado, fui yo la que agarré el condón y como la guinda de la torta vacié el contenido en mi pecho, esparciendo el contenido hasta mi boca. Me gusta el sabor del semen y el olor ácido y picante me excita automáticamente, con eso estaba en condiciones de continuar mi juerga sexual y tomar mi camino enfilándome sin rencor hasta la casa de mi perro.
Bueno, después de esa deliciosa experiencia la noviecita se convirtió en mi cabeza en algo así como una sombra, existe… pero sin ni un brillo.

P.D.De regalo les dejo un video hecho especialmente para ustedes,espero que lo disfruten