domingo, 31 de octubre de 2010
LA CALIDA PRIMAVERA
En medio de esta Primavera mis ganas también florecieron, se vinieron con todo, nuevamente un sábado en la noche con una calentura que ahogaba.
Con mi Joven Amante nos dimos cuenta que si nos juntábamos después del trabajo, los tiempos funcionaban bastante bien, así es que decidimos no dejar pasar mucho tiempo y regalarnos un delicioso momento nuevamente.
Esta vez nos arriesgamos un poco y nos fuimos juntos a su Depa, llamé a mi perro antes de que se subiera a mi auto, para avisarle que no habría la llamada acostumbrada antes de entrar.
Al llegar el se dio una ducha, me dejó con un pitito y con una película triple XXX, elegida por mí. Mi fantasía: una mujer y dos machos se hacían rechupete, en ese momento aproveché de llamar por última vez a mi perro.
Cuando salió de la ducha yo estaba deleitándome y sintiendo como el calor subía por mi concha mirando otra peli, en la cual estaban una mina y 3 machos. Uffffffff que cantidad deliciosa de picos, penetración doble por el culo y otro pico en la zorra. Cuando veo eso pienso que lo que yo quiero es tan simple, jajaja …si todo siempre es relativo ¿no?
Volvió con un delicioso olor a limpio y partimos aceleradísimos, empecé a subirme la falda y dejé al descubierto mi tenida de perra Ferrari, completamente roja, el borde brillante de las medias contrastaban con la blancura de mis muslos, el pequeño colaless, también rojo, dejaba ver entre los encajes, la maraña oscura de mis pendejos, las cintas del portaligas se veían como adornando el regalo que anhelaba ser abierto y disfrutado.
Esta vez la temperatura ambiente fue generosa y permitió cambiar la invernal camiseta por un corset, escuchaba sus exclamaciones cada vez que sus manos intuían esas prendas y cuando ante sus ojos se completaba ese paisaje , todo su cuerpo se expresaba jubiloso, especialmente su pico que ya se mostraba bajo la ropa, queriendo tomar protagonismo en forma inmediata.
Perrita, ¡qué maravilla!¡ Cómo me tienes de caliente! Sus manos se metían sin pudor entre mis piernas y sentía como resbalaban provocándole algún alivio a la calentura que me inflamaba. Sus dedos manejaban con precisión la tira del colaless que se paseaba rozando fuerte mi zorra y mi clítoris duro.
Así nos fuimos al dormitorio, con el corset abierto, desordenada pero aún con todos mis pertrechos de guerra y con la concha absolutamente dispuesta a lo que viniera.
Ya nos conocemos bastante, yo sé lo que lo provoca hasta el delirio y él sabe cómo hacerme chillar. Ya tenemos una especie de coreografía que vamos desarrollando con mucha sincronía, poniendo atención a los tiempos de disfrute de cada cual. Pareciera muy pensado, muy planificado, pero en realidad es sólo conexión, una especie de mágica pauta que seguimos sin ninguna dificultad.
Me incliné sobre la cama para disfrutar de su lengua caliente deslizándose por toda la ranura de sur a norte. Cómo me gusta sentir su boca comiéndome sin barreras ni límites.
Me encaramé en la cama para comerme su pico. En ese momento me pregunta relajado y feliz ¿quieres que grabemos?
Era un sueño, lo que me faltaba para completar esa deliciosa obra de arte. Llevarle a mi perro su regalo. Había puesto en mi bolso la camarita, pero no me había hecho ilusiones respecto al tema.
Por supuesto que le dije “SIIIIIIIIIIII” y en ese mismo minuto, me entró el pánico y me apresuré a decirle:
-con mi cámara-
-¿con las dos? - pregunta él
- quedaría fantástica con dos cámaras- asegura
La verdad es que estuve tentada a decirle que sí con lo caliente que estaba, pero no me gusta la idea de que alguien más tenga alguna película mía, no porque no confíe en él, el tema es que alguien más podría verla hasta por error.
En fin, lo que me deja tranquila es que no cambio mis decisiones previas en esas circunstancias, caliente y volada, ya que sé que después podría arrepentirme.
Le dije que prefería que no y aceptó sin reparos, adoro su disposición de esclavo de mis deseos, instalé mi cámara y como gata me fui en cuatro patas, sinuosa, hasta la mitad de cama, las botas aún las tenía puestas, al igual que las medias rojas.
Allí me recosté mientras él me miraba desde una esquina, blandiendo su pico duro como una espada. Yo le ofrecía una vaina de lujo metiendo mis manos entre los labios y sumergiéndolas en mi concha.
Me pasó un tubo de lubricante y me pidió que me lo pusiera, me gusta el lubricante, aunque mi zorra se moje solita, es muy rico sentirla más resbalosa aún. Terminé de desvestirme y puse generosamente el gel en todos mis hoyitos.
Me percaté que la forma del tubo de gel era deliciosamente fálica, redondeada en la tapa, a pedir de boca.
Como ya no tengo filtro, mi premisa es hacer TODO lo que me den ganas de hacer, me metí el tubo por el culo, abriendo mis glúteos con las manos.
Entraba y salía, suave y delicioso, mi compañero no se resistió y vino a acompañarme, con sus manos en mi zorra, en mis tetas y su pico en mi boca.
La idea del trío me tiene bastante obsesionada y creo que he logrado traspasar algo de esa obsesión a mi compañero de juergas.
Se plantó frente a mí y me dijo al oído
-déjalo adentro...tenemos que practicar-
Me encantó que pensara en mi fantasía. Se metió sin dificultad en mi zorra, mientras mantenía el gel con envase y todo, en mi culo. El único problema es que en el fragor de lucha sentía que se escapaba de mi mano la parte trasera del gel. ¿Se imaginan que de puro caliente termine en un Centro de Urgencia pidiendo que me saquen del culo un tubo de gel con envase y tapa?
Agarré el borde lo más fuerte que pude y me dediqué a disfrutar esa doble penetración soñando con el día en que sean dos picos calientes y duros los que palpiten, juntos en forma simultánea dentro de mi cuerpo.
El cambio del tubo al pico de mi compañero no tardó en llegar y me dio por el culo de todas las formas posibles, patitas al hombro, en cuatro patas, pollita pastando, los dos hincados con el detrás de mí, rico fuerte con sus manos en mi zorra, chillé de gusto varias veces, hasta que me preguntó si quería que acabara en mi culo, le dije que lo quería en mi boca, se sacó el condón y me dio su leche caliente en mi boca, lo mamé con devoción, chupando en sus muslos las gotas que se me habían escapado. Al terminar seguía muy caliente, me acerqué a su boca, me gusta tanto besarlo con el sabor y olor de su semen obnubilando mis sentidos.
Mientras lo besaba y refregaba mi zorra en su muslo, me percaté que su pico seguía tan duro como antes de acabar, ni un segundo de relajo, le di con mi boca de nuevo, con sus bolas en mis manos.
Me acosté sobre él de espaldas y quedé con su pico entre mis glúteos, pero sin penetrar mi ano, lo estrujé ávida entre mis cachetes hasta que se puso un nuevo condón y volvió a darme por el culo que goloso y dilatado lo recibió feliz.
!Cómo nos dimos de nuevo!Cucharita, acostada arriba, montándolo presionaba como loca moviendo mis caderas en círculo para sentirlo muy, muy adentro.
Me acuclillé y afirmando mi peso en mis piernas caía fuerte ensartada en ese pico delicioso, rebotaba como una pelota que quería ser pinchada. Acabó hincado sobre mi cara, volví a recibirlo en mi boca y en mis tetas. Su sabor menos fuerte, un poco más licuado que su primera chorreada lo caté con lenta fruición.
Nuestra conversación after sex se basó fundamentalmente en barajar la idea de asistir a un club swinger . La verdad es que cuando estoy caliente y volada prendo con agua, aceptaría cualquier cosa que me brindara placer. También hablamos mucho acerca de un amigo al cual podríamos incorporar a nuestros juegos.
Yo pensaba en la cámara, que no paró de grabar esos dos polvos seguidos y me sentía en verdad satisfecha y feliz.
Comencé a vestirme, no es nada fácil abrochar el corset en esas condiciones, pero en poco tiempo era la perra de rojo que había llegado unas horas atrás.
Me gusta exhibirme un ratito para que se quede con ganas para la próxima vez , así es que llegué en esa facha al comedor , dónde estaba él. Yo creo que mi Joven Amante se había tomado alguna pastillita azul porque me atacó con su pico nuevamente a tope, yo agarré vuelo nuevamente y mi zorra se rindió ante sus manos y agachada frente a él me lo comí por tercera vez, ufffffffffff no le dejé ni una gota, lo exprimí completo.
No me pregunten cómo llegue después de esa performance a tirar con mi perro, pero aunque no lo crean cumplí como boy scout con mi mino, me dolía la zorra y el culo, pero el placer sobrepasaba por mucho al dolor.
Me siento tan afortunada de poder GOZAR así, con MAYUSCULAS.
Les contaré que ya cumplí 51 años y jamás me imaginé que a esta edad podría vivir el mejor sexo de mi vida, cuando la fertilidad se alejó de mí hace ya tanto tiempo.
En fin lo que es muy claro es que el calor ambiente es directamente proporcional a mi calentura interna, o sea si me hubiera quedado encerrada en la mina ni les explico como hubiera tirado con 33 picos y con ese calor.
domingo, 17 de octubre de 2010
OTRO SÁBADO CALIENTE II
Las conversaciones entre polvos suelen ser deliciosas, mi Joven Amante voló hacia su pubertad y me contó de la primera revista Play Boy que compró.
Muy pendejo y muy asustado partió al quiosco a comprarla, había perdido la apuesta con su primo, así es que debía apechugar. Por supuesto le pusieron problemas para la venta, pero él le dijo que se casaba su hermano mayor y se la querían regalar, obvio que no le creyeron pero igual se la vendieron. Pusieron el despertador cerca de las tres de la madrugada para mirar su tesoro con tranquilidad.
Con una linterna y escondidos debajo de las sábanas miraron con asombro las delicias que les ofrecía tal publicación e hicieron un tremendo y gran descubrimiento. Ellos no sabían que las mujeres tenían zorra, miraron embelesados esa zona rara que era absolutamente desconocida para ellos, la revista les salvó su honra y les evitó un trauma futuro.
Nos reímos de su descubrimiento de las zorras y él centró su atención en aquella que expelía su aroma, viva y caliente.
Comenzó su acoso mirándola fijamente, ella se abrió deseosa de más, el culo no se quedó atrás y se exhibió para delicia de su observador. Me gusta ese juego de miradas cuando ya hemos tirado, al revés es más común, comenzar con miradas y exhibiciones y después tirar como enfermos, pero este orden es mucho mas escandaloso, la zorra está desordenada, abierta, pegoteada y se muestra orgullosa de su descalabro. Sus manos no tardaron en penetrarme, una se abrió paso por la zorra y la otra por el culo, su pico estaba parado, nuevamente duro. Después que me arrancó unos cuantos espasmos y sacó sus manos, yo ataqué su pico con mi boca, pero seguía demasiado caliente como para olvidarme de mí y dedicarme sólo a él, me monté en un 69, su boca ansiosa aumentó mi delirio y por primera vez tuve uno de esos orgasmos apoteósicos, que sólo había tenido anteriormente con mi mino. Presionaba mi zorra contra su boca intensamente y mis bramidos emergieron descontrolados, con su pico atravesado en mi garganta.
Satisfecha y feliz me dediqué a darle placer con mis manos y mi boca, me montó al revés quedé con mi boca chupando la bolas y el perineo, jugué deliciosamente con mi lengua por su culo hasta que me chorreó nuevamente.
Al acabar su pico seguía erguido, caliente, con ganas de más, pero yo ya quería irme, mi perro me esperaba y me encanta irme así, dejándolo con la bandera a tope.
Ahora fue él quien sacó la conversación acerca de un posible trío, sabemos que no es fácil pero me da gusto que el tema ya se haya instalado, le confesé que mucha veces había fantaseado con un trío en el cual él era uno de los integrantes, me dijo que él también lo hacía muy a menudo.
Yo seguía muy volada y muy caliente también, me ayudó a vestirme y me dio gusto que se fuera excitando cada vez más en la medida que me iba vistiendo. Disfrutaba cada prenda.
En un momento me dice:
-Trinidad, ¿qué pasará el día que me enamore, me case y quiera serle fiel a mi esposa?-
-Tú te lo pierdes- fue mi respuesta. No era la que esperaba, él quería que le dijera que íbamos a seguir tirando igual, pero él puso su querer ser fiel y con eso yo no puedo hacer nada.
Entonces me dijo que podríamos hacer un trío con su supuesta esposa, yo me quedé un rato callada lo dejé fantasear y después le dije:
--Tú sabes que no me gustan las minas-
-¿Y si le ponemos pico?-
El ataque de risa nos inundó como locos,
-Le decimos que se siente en un sillón y que nos mire mientras tiramos- me decía entre carcajadas.
- …y que se corra una paja en el pico de mentira-
- …y que acabe- yo lloraba de la risa , me imaginaba esa situación tan rara de una mina con arnés acariciándose el pico y no podía más de risa.
Después me contó que a un amigo en común le decían la tele mala, porque tenía pésima imagen, no tenía control y se prendía sólo.
Estábamos sentados en el borde de la cama, abrazados como amigotes, volados, cagados de la risa y calientes. Adoré esa situación.
Pero mi mino me jala con una fuerza sobrenatural, si no fuera así seguro me habría quedado toda esa noche con mi amante, porque cuerda teníamos para rato, pero ya quería a mi perro conmigo. Así es que me acompañó hasta mi auto y me las emplumé.
Debo confesar que igual el haber tenido ese polvo apoteósico me causó una pequeña perturbación, siempre lo pasaba muy bien, pero a años luz de lo que me hace sentir mi perro, entonces me fui a su casa con un leve sentimiento de culpa, mezclado con la felicidad propia de las delicias del buen sexo.
En fin, sentimientos encontrados que luchaban por posicionarse en mi cuerpo, ganó la felicidad, ya que el encuentro con mi perro fue absolutamente exquisito.
Me recibió en la puerta casi en la calle y yo me derretí apenas sentí su aire caliente rozando mi boca, en el estacionamiento, apoyada en la parte trasera del auto, atracamos sin pudor, hubiera tirado en ese lugar a vista y paciencia de los transeúntes, me encanta perder la cordura, enferma de caliente.
Ni siquiera puedo recordar claramente lo que pasó en los minutos siguientes, pero la sensación de calentura se multiplicó apagando la conciencia.
Cada poro de mi piel erizada exigía que aplacaran las ganas.
No llevaba ningún trofeo grabado en la cámara, pero le entregué toda la lujuria del universo concentrada en mi cuerpo, que palpitaba ardiendo.
Esa fue una noche inolvidable, la mejor de las mejores, todos ganamos nuevamente.
domingo, 10 de octubre de 2010
OTRO SÁBADO CALIENTE I
Ya estaba siendo mucho tiempo sin alguna de mis aventuras reales, luego de montones de citas fallidas decidimos con mi Joven Amante que nos veríamos sí o sí, el sábado después del trabajo, eso es para ambos después de las 21:30 hrs.
A pesar de que la primavera ya llegó a nuestro hemisferio, el día estaba bastante frio y la noche peor, eso juega en contra primero por el vestuario. Me hubiera gustado vestirme de perra con una falda ajustada, medias, portaligas y todo eso, pero tuve que conformarme con mis pantalones de cuero que me han acompañado en tantas batallas invernales y debajo de eso me puse un colaless pequeñito y unas medias Victoria Secrets que son un poco más gruesas pero que dejan la zona de los glúteos al descubierto, lo importante es que igual abrigan, ya que no hay nada que me quite las ganas, más que el frio.
Le avisé a mi perro de mis planes sólo unas horas antes, en cuanto le confesé mis intenciones su tono de voz cambió, pareciera que la calentura le explota en la cabeza y rebasa trasmitiéndome su delirio.
Preparé la cámara por si acaso. Recordarán que la última vez mi Joven Amante se resistió al asunto de la grabación. Eso para mí es un tema importante, sobre todo porque esta es una perversión de pareja y esa es la mejor forma de compartirlo. Mi gran regalo para mi perro era traerle la prueba del adulterio, toda la acción, eso me calienta muchísimo. Compartir ese video se convirtió en una especie de ritual y como valor agregado podía compartir con ustedes algún minutito de esas sesiones.
Luego de varias conversaciones con mi mino, habíamos acordado que no iba a presionarlo con el tema de la filmación, pensábamos que lo que incomodaba a mi Joven Amante era que estaba con algunos kilos demás, pero eso lo había solucionado en estos últimos meses en forma absoluta, entonces pensé que quizás él, dueño de ese new look, podría sugerir que filmáramos.
En fin, llegué a su Depa más o menos a la hora acordada y me fijé que sobre la mesa estaba su cámara de videos, no me gustó nada eso, yo filmo sólo con nuestra cámara, lo mismo que las fotos, me las toman los otros, puedo regalarlas y publicarlas, pero nosotros las administramos. No quise adelantarme a nada más, ya lo resolvería si se presentaba. Finalmente mi preocupación fue gratuita ya que nunca se manifestó respecto filmacion alguna, ni con su cámara, ni con la mía.
Después de una conversa de rutina, un cigarrillo y un jugo de frambuesa, me dijo que tomaría una ducha y me dejó con un porrito para que me entretuviera mientras. Le di un par de piteadas y me fui al techo. Me recosté en el sillón y me dispuse a disfrutar, empecé evocar tantos momentos de goce en ese sillón. Cuando salió de la ducha yo ya estaba arriba de la pelota.
Se puso rápidamente a tono conmigo y me invitó a mirar algunos sitios porno, durante la navegación yo no estaba muy bien, me fui a negro un rato y me tendí en el sillón nuevamente, él esperó tranquilo a que volviera y cuando tenía algo bueno en la pantalla me llamó nuevamente.
Me instalé sentada a su lado y el video era absolutamente caliente, de mis favoritos, un delicioso pico entrando y saliendo del culo de una mina, el ano dilatado se agrandaba más aún cuando la cabeza del pico pasaba presionando la entrada, al terminar expulsaba del culo el semen y le chorreaba hacia la zorra…UFFFFFFFFFFF¡cómo quise ser esa mina!
Estaba enferma de caliente, las manos de mi Joven Amante ya presionaban directo lo que lo exigía, mis manos buscaban la dureza de su pico, mi boca degustaba su saliva caliente, su lengua me ahogaba, sentía la zorra ardiendo, en esos momentos odiaba el grueso cuero de mis pantalones.
Nos fuimos a su dormitorio, le pregunté por preservativo y me dijo que no me preocupara de nada, me encantó dejar todo en sus manos y sólo dedicarme a disfrutar.
La pieza estaba semi oscura, iba a pedirle que prendiera la luz pero me gustó probar algo distinto, me saqué la chaqueta y el sweater…. creo… él se instalo detrás mío y me bajó el cierre y los pantalones, adoré las Victoria Secrets , sentía sus manos estrujando mis glúteos y la parte interna de los muslos, lo sentí bajando el colaless. El pantalón y el colaless quedaron a la altura de los tobillos, atrapados por los botines.
En general al principio me preocupo del cómo me veo, en esta ocasión me imaginaba poco glamorosa en esa facha pero no me importaba nada, la calentura era mucha y estaba disfrutando cada agarrón, me inclinó sobre la cama y sus manos abrieron mi zorra y empecé a sentir su lengua suave, caliente y mojada recorriendo toda la zona, con salvoconducto para entrar en cualquier recóndito lugar que deseara.¡ Qué chupada más intensa! en la semi oscuridad sólo sentía mi zorra inflamada y empapada queriendo que la succionaran hasta el dolor. Me escuché acabar con la cara hundida en la cama, mis chillidos ahogados por las colchas retumbaron en mi pecho. Su lengua siguió con mi ano que se presentaba como una fácil presa en esa posición, lo penetró con su lengua , puso mis manos abriendo mis glúteos para tenerlo en mejor presentación, yo fantaseaba con la porno que habíamos visto, quería mi culo tan abierto como lo vi en esa imagen, mis chillidos y espasmos no tardaron en llegar nuevamente.
Sólo estábamos comenzando, me incorporé, me desvestí, pero me dejé puestas las medias. Apenas nos tiramos en la cama me abalancé a comerme mi fruto de deseo metiéndolo todo lo que podía dentro de mi boca, profundo en mi garganta, agarrándole las bolas con las manos, que delicia pasar mi lengua por toda esa maravilla tensa y caliente, a veces dejaba escapar el pico duro y mi lengua se metía por su ano, mi boca atrapaba sus huevas, la temperatura seguía en ascenso, mi zorra cada vez más ganosa y su pico cada vez más duro.
Fue casi un alivio cuando se puso un preservativo y me penetró, mi zorra lloraba por tener un pico dentro, yo estaba tumbada en la cama y él me embestía con fuerza, el peso de su cuerpo sobre mí, quise montarlo pero estaba demasiado rico como para cambiar de posición, subí mis piernas para que quedara mi cadera ofreciendo toda las facilidades para sentir su pico frotando las paredes de mi vagina y presionando mi clítoris, sus dedos se metían por mi culo, abriéndolo despacio.
Se detuvo para encender la luz, ya era hora de disfrutar mirando, buscó el lubricante y me dijo que no podía perderse mirar cuando su pico abriera mi culo. Continuamos casi en la misma posición yo acostada con las piernas hiper abiertas, las rodillas dobladas y la cadera basculada para ofrecerle mi ano, me moría de ganas de que entrara por el culo comenzó a hacerlo con mi ayuda, se sentía rico, pero el dolor me obligó a detener la penetración, mi experiencia me dice sácalo y mételo de nuevo y todo va a funcionar. Lo hice así y funcionó maravilloso, entró suave y delicioso, los dos disfrutábamos mirando como su pico entraba y salía de mi culo, mi fantasía se había hecho realidad, mi culo dilatado se convertía en una ruta de placer, me puse de costado y me dio con todo fuerte y rápido, yo empujaba todo lo que podía para meterlo muy adentro.
Otro orgasmo más potente que el anterior me remeció por completo, se sacó el preservativo y me dispuse para disfrutar de su semen, lo chupé hincada hasta que me montó y quedé debajo de él me ofrecía su pico, sus bolas, chupaba todo lo que llegara a mi boca, hasta que me avisó que se venía. Lo recibí con mi boca abierta, en mis tetas, chorreando en mi cara, abundante, caliente, viscoso, sus manos esparcían todo su semen por mi pecho, el olor penetrante me inundaba los sentidos, sus manos estrujaban mis tetas y yo presionaba mi zorra contra su cuerpo sentado sobre mí, se inclinó y pasó su lengua por mis tetas y mi boca, me encanta su saliva mezclada con su semen ¡cómo me calienta eso!
Vino un poco de calma, el tiempo del puchito, de juguito. El tiempo de sus declaraciones, me confesó que estaba haciéndose muy dependiente de mí, yo lo escuché tranquila, él nunca me presiona, yo sé que está siempre dispuesto, pero si no podemos no hay drama, sabemos que cuando nos juntemos superará nuestras expectativas.
Hay ciertas conversaciones que se repiten y también me cuenta cosas nuevas, seguramente no muy coherentes y yo en mi voladura le entiendo la mitad, pero poco importa.
Me contó que cuando eran pendejos una tía los llevaba él y a su primo a cortarse el pelo dónde un peluquero que les cortaba muy mal el pelo, enfermo de corto y muy disparejo, pero ellos nunca reclamaron nada porque apenas se sentaban en el sillón, les entregaba una revista que parecía inocente en su portada pero que en realidad era un PINGÜINO, una antigua revista picaresca que contenía comics con chistes eróticos y una que otra mina en pelotas, eso retribuía con creces el mal look que lucían las siguientes semanas.
No terminó allí ese encuentro ...pero eso será parte de mi próximo posteo.
Como dato al margen puedo informarles a mis amigos españoles que la hora en mi país cambia este fin de semana, lo que hace que nos acerquemos un poquito más.
Besos para todos
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