domingo, 24 de abril de 2011

TROPECÉ DE NUEVO Y CON EL MISMO PICO


Bueeno, no es tan difícil de entender si tomamos en cuenta tres cosas.
La pobre performance de Primo, el dubitativo comienzo ese mismo día de mi JA y la calentura que me seguía provocando cada vez que pasaba por mi oficina y me agarraba las tetas , el culo, la zorra y todo lo que alcanzaba en los pocos minutos que era “prudente”, que permaneciera en ese lugar.
Pensé que un baño de juventud arrogante y desenfrenada podría ser un buen incentivo a mi ego un tanto estragado y decidí comerme al Demonio de Tasmania, aunque ya llevaba más de un año rechazando sus constantes invitaciones, él seguía arremetiendo apasionado, cada vez que tenía la oportunidad.
Semana Santa = días libres para realizar mis perrerías. JA también me instó a juntarnos ese fin de semana. Uno viernes, el otro sábado…alcanzo para todos y no tengo aprensiones religiosas.
Pensé que el Demonio podría dejarme con heridas de guerra y que quizás sería bueno dejarlo para el final, pero soy demasiado golosa y mi experiencia me decía que disfruto mucho más con JA, después tirar con mi mino y dormir con él… ESO es lo mejor del mundo, una velada de sábado redondita.
La cosa con el Demonio comenzó como siempre bastante enredada, lo bueno es que ya no me enfrasco con mi mino en discusiones weonas intentando dilucidar su comportamiento, le mandé un mensaje de consulta el martes y no lo contestó hasta el viernes.
No quise dármelas de ofendida por su tardía respuesta y me las emplumé hacia su nuevo departamento, había terminado de mudarse ese mismo día. Bastante cerca del anterior, en un edificio más elegante, muy cerca de mi oficina.
Apenas traspasé la puerta me atacó como siempre y con su lengua en mi garganta llegué a tropiezos hasta la única habitación en donde las cosas parecían estar en su lugar: el dormitorio. El plasma encendido nos dió una luz más gentil, que la fría de la lámpara del techo. La estufa estaba encendida, se lo habia exigido al hablar por teléfono.
Hacía más de un año de la última y lamentable batalla que había librado con ese Demonio y la verdad me había olvidado de la fuerza de ese huracán, pero a poco andar me di cuenta que repetía exactamente el mismo patrón de la vez anterior,lo cual no era muy auspicioso. Lo que tenía claro era que yo tendría que ser más cauta y vigilar celosamente que las cosas estuvieran en su lugar, o sea, el pico enfundado en un condón.
Los abrazos, besos y agarrones de bienvenida son ricos, demuestran que la espera ha sido con un pensamiento focalizado y que las ganas sobrepasan los niveles normales, pero estar con la cartera en el hombro las llaves del auto en la mano y el celular en la otra no es lo más cómodo del mundo, entonces yo espero que por cortesía el nivel del ataque disminuya, pero cuando eso no pasa me descompongo un poco porque no es grato tener que obligar a parar para desensillarse.
Igual protestó cuando lo hice, sentí que era la primera desavenencia en el “matrimonio”, puse mis cosas sobre una silla, prendí un pito y saqué un condón.
Mientras fumaba sus manos ya andaban dentro de jeans, no me esmeré en la ropa interior porque sabía que era algo absolutamente inoficioso. Sentía sus manos resbalando en mi zorrita que haciendo caso omiso a la falta de modales de mi anfitrión estaba dando sus jugos absolutamente feliz, la traidora parecía disfrutar de la desesperada calentura de mi contendiente.
Tengo que reconocer que el cabro chico tiene una muy buena herramienta, aparecía debajo de su pantalón sin ningún disimulo, grande marcada y durísima, pensé que era eso lo que estaba buscando. Una erección plena, potente y absoluta, antes de empezar a hacer nada.
Me puse dándole la espalda y restregué mis glúteos contra su verga dura, ese gesto pareció darle una inyección de energía (cosa que por supuesto no era muy recomendable para mi delicada integridad física) con una mano en mi zorra y la otra en mis caderas comenzó a golpear con una fuerza demoniaca su pico contra mi culo, el primer envión me gustó, el segundo me calentó, el tercero lo encontré un poquito mucho, al cuarto tuve que pararlo sino sigue hasta dejarme con un traumatismo severo.
Me senté en la cama y liberé el monstruo golpeador estaba en verdad durísimo, me di el lujo de contemplarlo mientras notaba que la impaciencia iba apoderándose de Taz, después le pasé la lengua y lo metí en mi boca en una especie de paréntesis congelando el tiempo, me gustaba sentir ese pico grande y duro entrando lentamente en mi boca, no pude mantener al demonio controlado por mucho rato. Me agarró la cabeza y comenzó a taladrar mi garganta, yo lo contenía todo lo que podía intentando no ahogarme, si después de todo no estoy preparada para un “garganta profunda” a esa velocidad, con una mano agarraba su pico controlando la situación, el me pedía insistentemente que abriera más la boca y que quitara la mano.
Soy caliente, pero no weona, así es que no hice ni una cosa ni la otra, y abandoné la felatio asesina.
Me saqué la ropa mientras él hacía lo mismo, obvio que terminó antes que yo, se enfundó un condón y como niño que aprendió la lección se presentó ante mí con una sonrisa en los labios.
No alcancé a sacarme el sostén cuando ya estaba con su pico ensartado en mi zorra, de pie al costado de la cama me penetraba con una fuerza descomunal, la calentura permitía que su pico entrara de una sin dificultad, me gustaba sentir su pico friccionando mi zorra pero siempre se encarga de llevar las cosas más allá de lo posible y adoptó una posición en la cual mi niña quedo demasiado expuesta para contener su furia y el dolor me hizo reaccionar en forma automática rechazándolo con piernas y brazos, pero él parece no entender nada, ninguna señal. Sus palabras me parecían insólitas – Déjame, si así es rico- ¿rico para quién? Obvio que para mí no. Reanudamos con el hincado en la cama, esta vez no bajaría la guardia para contener con mis piernas sus poderosas embestidas, las ganas iban en ascenso, empezaba a disfrutarlo pero él volvió a encontrar la posición letal. Putas que me daba rabia.
La verdad es que estaba muy caliente, pero mi zorrita ya estaba un tanto agobiada por el dolor, así es que le ofrecí mi culo, él vaciló, se detuvo a preguntar si lo quería por allí. Esa era su muestra máxima de consideración.
Le dije- sí, pero despacio, sino nada- Penetró mi culo después de haberlo dilatado con sus dedos, la verdad es que quedé gratamente sorprendida porque lo hizo muy bien, cero dolor puro darle pa’lante no más.
Desde ahí fue una tromba, mi culo resistió sus embates feroces, me subí al huracán intentando empatizar con su locura, sentía como sus dientes se clavaban en mi espalda, en mis hombros, mientras perforaba mi culo cada vez más adentro.
Sus manos agarraban mi pelo, tirándolo, mi nivel de calentura estaba al máximo, sin embargo sólo lograba orgasmos pequeños. Pasábamos de un pose a otra sin alcanzar a disfrutar al máximo ninguna, a veces con una gentileza que me divertía me decía “póngase de ladito” “venga arriba mío” yo ya no quería poner más resistencia, estaba demasiado agotada. Ese potro no quería ser domado y a mí me gustan los alumnos aventajados y talentosos. Así es que le pedí que acabara, me chorreó la cara con su semen.
Después de la batalla miré la pantalla del televisor y me sentí igual que el protagonista, un tipo que peleaba con otro en un río, estaba chascona, machucada y mojada, igual que el weón de la tele. Respiré y me alegré de haber terminado con vida. Me quedé un rato muy corto tendida en la cama, intentamos hablar de algo, pero no logramos ninguna comunicación.
Me vestí rapidito cuando miré su miembro y vi que no estaba de lo más muerto ( y eso que según él estaba cansado con la mudanza).
Al despedirme me dijo, - espero que no te demores un año en regresar- yo sólo me reí.
La verdad es que no podría resistir a ese DEMONIO más de una vez al año. Me fui a la casa de mi mino con mi niña bastante deteriorada, me dolía hasta para caminar, agotada, pero enferma de caliente, lo único que quería era que me hiciera llegar al cielo de UNA.
No fue así, no vale ni la pena explicar porqué. Ese día quedé mal, más encima preocupada porque en esas condiciones se me podía ir a la cresta mi sábado soñado.
En la mañana siguiente decidí, UNA VEZ MÁS, que no volvería a tirar con el Demonio de Tazmania…hasta la próxima vez que me caliente mucho y se me olvide que la calentura, en este caso, no es directamente proporcional al goce.

sábado, 9 de abril de 2011

EL REGALO


El domingo amanecí como siempre en la casa de mi mino, muy regaloneada con el desayuno en la cama y tarde, tarde. Me dolía la zorra de tanto que habíamos tirado la noche anterior, habíamos estado en esos deliciosos menesteres hasta las 3 de la madrugada, pero cuando recibí la llamada de mi JA preguntándome si estaba disponible para la entrega del regalo, no dudé ni un instante en decirle que allí estaría. El Primo por fin estaba en Santiago.
Después de almorzar quise dormir una siestecita pero no pude, la ansiedad no me lo permitió, las imágenes del trío anterior me tenían absolutamente revolucionada, sabiendo que ahora podría disfrutarlo con más calma, que para todos iba a ser más fácil con menos nervios, más confianza.
Al salir de la ducha me conecté con mi mino, me sequé y vestí cuidadosamente frente a su mirada caliente. Falda de gamuza corta, medias negras, portaligas y un conjunto ad hoc. Me sentía segura, no como la vez anterior que me había lavado la zorra como pude y me había quedado llena de jabón. Recibí la llamada de confirmación cuando terminaba de vestirme.
Al llegar al Depa me temblaban las piernas, JA me abrió la puerta sonriente, pero me dijo que iba saliendo y que volvía pronto -arriba está mi primo. Subí pensando que sería entretenido estar un rato sola con él, me saludó amoroso y me dijo de entrada -echo de menos tus besos-
Me pareció demasiado dulce para la previa, pero a nadie le sobra el cariño.
Y…¿me podrías dar un beso? Jajaja qué pregunta tan ingenua para empezar un trío, o sea estaba dispuesta a todo con ellos…. ¿pedir un beso? Bueno, igual me dio gusto su premura, me acerqué a su boca con gusto, respiré su aire, lo besé y los recuerdos de nuestro encuentro grupal anterior me invadieron desde las pestañas hasta la profundidad de mis agujeros, la calentura se hizo absolutamente evidente, sus manos volaron rápidamente debajo de la falda y se hundieron fácilmente buscando camino en mi ya resbalosa conchita.
Me fijé en su paquete que llamaba la atención bajo el jeans. Lo liberó de su encierro y emergió delicioso, duro y brillante, la expectativa que me generaba esa erección franca era delirante.
Tomé ese pico y lo observé en su esplendor, su cabeza grande, gordita tentadora mmmmmmmm se me caía la baba de puro gusto, lo apretaba en mi mano sintiendo las palpitaciones de esa verga caliente, rígida que emergía poderosa.
Miré la cara de Primo, su boca entreabierta y su mirada nublada por la calentura potenció mis ganas de que la fiesta en pleno comenzara pronto.
Como aperitivo me comí ese pico delicioso, le pasé la lengua de arriba a abajo, rodeando la curvita de la callampa con mis labios, me encantó sentir que ese pico me ahogaba.
Degusté las deliciosas gotas que salían por la ranura que abría con mis dedos, uffff ¡cómo me gusta esa hendidura!, ¡cómo me calienta pensar en ese líquido viscoso que explota sin control, por ese pequeño orificio!
Pensé en mi JA que no regresaba y los ímpetus del Primo ya parecían incontrolables, sus manos estrujaban mis tetas y sus dedos penetraban insistentemente mis hoyitos deseosos.
Se notaba que había bebido bastante, su hálito no me molestaba, pero había alguna torpeza en sus movimientos que no era lo mejor del mundo. Apoyé mi espalda en su pecho, sintiendo entre mis nalgas la dureza de su herramienta, sus manos me empujaron inclinando mi torso sobre una silla e intentó penetrarme sin condón. Lo paré en seco y fue por los condones, pero mi freno no era solo por los condones. Aún no éramos tres, yo ni pensaba en comenzar si mi JA no estaba con nosotros. Si la cuestión era TRIO, no uno y uno.
Insistió pero fui muy clara, esperaríamos la cantidad mínima de picos para hacer el trío, me llamó la atención unos gemidos que salían del computador lo giré para mirar la pantalla y me di cuenta que mis compañeros estaban calentando motores con la ayuda de una porno, me pareció divertido y me dispuse a disfrutar de esa película con las manos de Primo toqueteándome entera, su pico duro que palpitaba caliente en mi mano se veía tan esplendoroso como el de la pantalla , ¡bueeeeeeeno! sólo un poco más chico, pero es que los picos de las pornos son de extraterrestres.
Justo cuando la calentura me llevaba a pensar que no era tan mala idea algún topón mientras esperábamos, apareció radiante JA.
Mi fiesta ya comenzaba, JA armó el pitito y pusimos una porno de tres… para aprender obvio. Primo me despojó de la blusa y una camiseta de encaje que llevaba, sus bocas buscaron simultáneas mis pezones endurecidos y se pegaron succionando mis tetas que ardían de ganas. Un sueño, los miraba babosa acariciando las barbillas que se movían mientras mamaban como cachorros desesperados. Las cuatro manos se metían sin control provocando algunos gemidos de placer.
Me agaché y tomé los picos erguidos de mis compañeros y me dispuse a comérmelos, primero uno, después el otro, degustando las diferencias de sabor, de textura, de forma, mi boca salivaba de puro gusto y se mezclaba con los líquidos que emergían de cada una de esas vergas deliciosas que estaban servidas para mi placer.
Me encantaba sentir esos dos cuerpos masculinos frotándose contra mi cuerpo, pero me separé de ellos un instante, tomé la distancia necesaria dónde ambos pudieran verme sin tocarme y me desabroché la falda lentamente, al caer quedó al descubierto mi regalo para ellos, mis piernas enfundadas en unas hermosas medias negras con un pequeño diseño en el costado, el portaligas que enmarcaba mi culo y unas botas de tacón alto que sé a mi JA lo enloquecen.
Fueron un maravilloso público para mi performance, me bajé el colaless en frente de sus ojos mirando ese par de picos parados y les exhibí mi húmeda zorrita sentada en el sillón con mis piernas muy abiertas.
Al parecer el líquido viscoso que brota de mi niña tiene una especie de magnetismo ya que ambos como impulsados por un resorte se levantaron de sus sillas y llegaron hasta mi lado.
Llegamos al dormitorio entre atracones y pajeos, allí miré a JA y le dije:
- ¿Grabemos¬?-
El le contó al Primo que yo quería filmar, que me gustaba hacerlo, agradecí su tono como restándole importancia a la nueva integrante de nuestro encuentro, aunque yo sé que para él ese tema no es fácil.
- ¿Grabemos?
Yo esperaba la respuesta rogando que fuera positiva, eso sería la guinda de la torta. Escuché al Primo canchero diciendo -Ya – grabemos y no pude ocultar mi júbilo, era demasiado bueno, corrí a instalar la camarita, tendría el film de mi trío y podría compartirlo con mi perro. No podía estar más contenta.
JA me ayudó a encuadrar y retomamos las cosas donde las habíamos dejado, en un primer plano apoteósico me dispuse a comerme mis dos picos.
Cierto que con tanta pausa ambos se habían relajado un poco, pero no le di importancia, con mi ayuda recuperarían su vigor. Los mamé intentando no dejar de lado ninguno de los dos. JA se defendía mejor pero el Primo no recuperaba. Le puse todo el empeño para resucitar a mis venerados picos, uno respondía a mi auxilio levemente, el otro parecía más reacio al rescate.
Mejor sería dar paso a otras armas de guerra, se pusieron los condones y yo me embadurné con lubricante por todas partes, como Primo necesitaba ayuda le di la espalda a JA que me penetró mientras yo pajeaba el pico del Primo, sus manos apretaban mi tetas, pero el pico de Primo no recuperaba nada, la verdad es que JA tampoco estaba a firme, en forma intermitente sentía su pico vivo en mi conchita.
Me fui a la cama aún con las botas y todo mi atuendo de perra pero absolutamente accesible por todos los flancos, me puse a lo perrito ofreciendo mis posibilidades, cada cual escogería lo que le apeteciera.
Esperaba picos, pero nada llegó… en ese momento me preocupé.
¡Chutas!! ¿Qué onda? tenía dos picos a mi disposición pero de los dos no hacía uno.
JA tomó las riendas, se acostó y me hizo montarlo, me penetró sin dificultad su pico estaba nuevamente erguido, sentí que Primo venía atacando por la retaguardia, no puse ninguna objeción me gustaba que cambiaran los roles, me incliné para facilitar la labor de Primo y esperé que me ensartara su pico por el culo , me calentaba tener a JA debajo, su sonrisa de placer era deliciosa, sólo me preocupaba que Primo no dejara caer demasiado su peso sobre nosotros, sentí la punta de su pico haciéndole cosquillas a mi hoyito que esperaba dispuesto a una deliciosa penetración…pero… no pudo entrar… con paciencia todo se logra…abrí mis piernas para que acercara más su pelvis a mi culo…pero nada… me desensarté de mi JA para darle mayor posibilidad al Primo pero la verdad era que no tenía con qué hacerme daño, su pico había disminuido hasta el mínimo, con cueva le serviría para mear pero claramente con esa cuestión no me iba a hacer ni cosquillas.
JA esperaba paciente debajo, él Primo trataba como loco de meterme su pico o lo que quedaba de él y yo hacía mis mejores intentos para abrir mi culito y guiar el muerto con mis manos, pero NADA DE NADA.
Igual los tres intentábamos continuar con buena onda, mientras Primo siguiera empeñándose yo seguiría en la misma. Al cabo de un rato de intentos que iban de mal en peor desistió. En ese momento yo quise sacarme las ganas con el pico que estaba en espera, pero en la idem también había decaído, puchas que lamenté no haber llevado mis juguetitos, seguro que Brrruno; Brruce, y uno nuevo que se llama Prrrimo me hubieran dado apoyado moral en esas instancias, claro que Prrrrimo es grande, durito y vibrante, nada que ver con lo que Primo me estaba presentando.
¡Si habíamos comenzado tan bien!, no entendía que había pasado, mi JA recuperó y lo monté de una por el culo, sentir ese pico duro abriéndose paso, fue un regalo, como un oasis en el desierto, me hizo recuperar la fe.
¡Vamos que se puede! Miramos a Primo y vimos que aún estaba en la pieza, me di vuelta y monté de espaldas a JA, lo ensarté por el culo y acostada de espaldas sobre él, ofrecimos al Primo mi zorra, parecía ser más fácil que se pusiera en condiciones en esa posición, con mis manos continuaba mi intento de resucitar al muerto, pero el finado no era Lázaro, no se levantaba ni para echar una ojeadita.
A esas alturas yo ya no sabía qué más hacer, recordé que cuando estábamos solos su pico estaba en maravillosas condiciones, así es que pensando en la recuperación del equipo me puse para ofrecerme a Primo, la esperanza que me quedaba era que culiándome sólo podría arribar, me tiré en la cama y le puse las piernas en los hombros sentí una pequeña recuperación de su pico pero notaba que el esfuerzo que estaba haciendo era apoteósico, no lograba mantener ni siquiera un erección mínima, me di vuelta y me puse a lo perrito ya estaba cansada, por último de esa forma podría descansar un poco.
JA miraba preocupado la lamentable escena, yo estaba aterrada… mi JA nunca me había fallado pero esto del pico deprimido, cacho de paraguas, parecía ser una enfermedad contagiosa y letal, ya que lo veía haciendo esfuerzos con sus manos para mantener su verga en condiciones.
Primo abandonó sus tentativas con un pico que parecía de un niño de 4 años, salió del dormitorio y mi JA me pidió parar de grabar, obvio que no puse objeción. No sé si echarle la culpa a la camarita de la desastrosa performance, pero si hubiese sabido que eso pasaría no lo propongo ni muerta.
Apagó la cámara y nos quedamos solos en la cama. No nos costó mucho volver a sintonizar y culiamos como sabemos hacerlo, JA volvía a ser el de antes, su pico durito frotaba mis hoyitos hambrientos y los satisfizo con holgura, como tantas otras veces mis orgasmos brotaron deliciosos y animales, rápidamente olvidamos las desastrosas escenas anteriores y pude constatar que el pico de JA estaba sanito, vivito y culiando.
Le pedí que acabara en mi boca y cuando se disponía a hacerlo encontré la mirada de Primo que espiaba desde la otra habitación, recibí en mi boca el semen caliente de JA con mi mirada enganchada en los ojos de Primo.
Me tragué su leche deliciosa.
Con mis ganas aplacadas , mis hoyitos felices y mi cuerpo tembloroso, JA salió a buscarme algo de beber, Primo se acercó y me besó, eso me calentó mucho, aún sentía el gusto de JA en la boca, acto seguido me dice.
-¿me das tu número de teléfono?-
¡INCREIBLE! No es por ser mala onda pero ¿qué esperaba después de esa performance? ¿Que más encima quisiera estar sola con él?
Le dije, - para qué lo quieres si tienes el de JA, así nos comunicamos-
-Para verte cuando no esté borracho- me contestó, no se lo di, no se lo habría entregado aunque su intervención hubiera estado a la altura de las circunstancias …a menos que me hubiera asesinado a punta de cachas y que la calentura por él me hubiese enloquecido , pero en este caso era más bien todo lo contrario.
JA llegó para salvarme de esa embarazosa situación, le conté rápidamente lo que pasaba, me dijo que le diera mi número si quería, pero yo no quería, le pedí que no me dejara sola con Primo de nuevo, no quería herirlo pero no le daría en el gusto por ningún motivo.
Se despidió con un beso en la boca y se fue, evidentemente no fue lo que planeamos y Primo se llevó la peor parte, a mi me costaba creer lo que había pasado, no recuerdo haber vivido un desastre igual nunca antes. Yo lo habría apostado TODO a que la segunda vez sería lejos mucho mejor que la primera, menos nervios, sabiendo todos a lo que íbamos, con más confianza, en fin NADA podría haberme hecho imaginar el fracaso absoluto de mi fantasía.
Bueno, pero si no se puede de tres se podrá de a dos. Aunque ya estaba completamente vestida mi JA me animó con facilidad, su pico había recuperado su antiguo honor y mi niña no hace remilgos así es que con la ropa a medio sacar nos fuimos nuevamente a la cama, ya sentía su pico frotando los bordes de mi zorra cuando sonó el timbre…MAAALO ¿sería el Primo que se devolvía? En una de esas al subirse al taxi se le había levantado el pico. Mi JA lo llamó pero le dijo que él iba en el taxi, me vestí …no sabíamos quién podría ser, mi JA bajó a abrir la puerta pero …no era nadie..
Obvio que después de todo eso ya no pasó nada rico, pero como mi mamá me educó muy bien y como reza el dicho “ a Primo regalado no se le mira el pico” le di las gracias y me despedí cariñosa.
PD. El video resultado de esa aventura no lo voy a compartir con ustedes ni muerta, pero lo subí a youtube en la sección chascarros.